NEURITIS ÓPTICA Y NEUROPATÍA PERIFÉRICA
EN LA CUBA DE FIDEL CASTRO
Cuba se enfrenta
a una grave epidemia de neuritis
Mauricio Vicent
8 de mayo de 1993
Cuba se enfrenta a una grave epidemia de neuritis que pone en peligro su fama de potencia médica
La sanidad cubana, ante una crisis sin precedentes, pide ayuda al mundo
Una epidemia de neuritis, -enfermedad que causa una pérdida progresiva de la visión- que afecta ya a 25.000 personas, según fuentes oficiales, y que está provocada por la falta de vitaminas, ha colocado a la sanidad cubana ante una crisis sin precedentes. La epidemia se produce en un momento en que el país está sometido a un fuerte racionamiento de alimentos, carece de medicamentos, los hospitales sólo operan urgencias y los pacientes deben llevar sus propias sábanas y cubiertos. Por primera vez, Cuba ha pedido ayuda al mundo para enfrentar un problema de salud.
A comienzos de 1992, las autoridades cubanas detectaron en la provincia de Pinar del Río un brote epidémico de neuritis óptica. La enfermedad, que causa la progresiva pérdida de visión y en algunos casos -no más del 10%- puede llegar a la ceguera, en un principio se presentó con una frecuencia de entre 15 y 30 casos mensuales, por lo que se pensó que era controlable. Hace tres meses la epidemia comenzó a crecer en proporción geométrica. El 31 de marzo, fuentes oficiales reconocían que el número de pacientes con neuritis óptica en la isla era de 7.000, el 60% de ellos, en Pinar del Río, y el 25% en La Habana. Esta cifra creó una gran polémica pues algunos funcionarios, al no existir una información oficial del Ministerio de Salud Pública, dijeron que se trataba de un “dato inflado” con el propósito de dañar el prestigio de la medicina revolucionaria.
Un mes después, el viceministro cubano de Salud Pública, Jorge Antelo, declaró que hasta el 31 de abril se habían presentado 25.959 casos de neuritis. Antelo solicitó al mundo “cualquier colaboración científica o de otro tipo” para ayudar a combatir la enfermedad.
Las cifras cayeron como un mazazo sobre los cubanos. ¿Sería esto sólo una exageración o un verdadero drama? ¿Era posible que en sólo un mes se hubiese pasado del 7.000 a 26.000 casos? Fuentes médicas aseguraron ayer a EL PAÍS que los datos “eran creíbles”, viendo la evolución de la epidemia.
En abril la enfermedad desbordó los esfuerzos de las autoridades sanitarias, hasta el extremo de decretar la “alerta epidérnica” en la mayoría de los hospitales del país. En el Calixto García, un hospital de 900 camas, se abrieron nuevas salas para atender los casos de neuritis. De dos, salas de oftalmología, se pasó a tener cuatro. Y están dispuestos a abrir más.
Ni una cama libre
“Desde el 1 de abril no hay tiempo para pensar; nada más quedar una cama libre, un nuevo paciente llega y la vuelve a ocupar” afirma uno de sus oftalmólogos, explicando que el tratamiento de 10 días se basa en la vitaminoterapia, que se combina con magnetoterapia, ozonoterapia y oxigenoterapia, dependiendo de cada hospital.
La neuritis está descrita en la literatura médica como una enfermedad carencial -fundamentalmente de vitamina B-, provocada por una deficiente alimentación, en la cual el uso del tabaco y el alcohol juega cierto papel en la disminución de la agudeza visual. Por ello, a cada enfermo ingresado en el Calixto García se le aplica un tratamiento de shock con fuertes dosis de vitaminas del complejo B, que se refuerza con una dieta de 2.300 calorías, de las cuales el 15% son proteínas.
Si se tiene en cuenta que, según fuentes sanitarias, el tratamiento hospitalario de un enfermo de neuritis cuesta diariamente cerca de 200 pesos (o dólares, según el cambio oficial), y que además el paciente debe tomar otros seis meses vitaminas B1, B2, B6, B12, A y ácido fólico, cuyo precio -subvencionado- es de 12 pesos mensuales, las razones de la alarma, no sólo sanitaria, sino también económica, son obvias. Pese a ello, las autoridades cubanas han puesto al servicio de estos pacientes todos los recursos a su alcance, hasta el punto de convertirlos en privilegiados.
Así, mientras la comida normal de cualquier enfermo del hospital Calixto García puede ser arroz blanco, sopa, un boniato y arroz con leche, menú bautizado socarronamente por los propios médicos como arroz a dos bandas, los ingresados por neuritis comieron ayer arroz, frijoles, ensalada de col y pollo, y un litro de leche.
Esta situación agiganta los problemas del sistema de salud creado por la revolución cubana, que se vio muy afectado por la desintegración de la Unión Soviética y la desaparición de la comunidad socialista.
Cuba dedicó a la salud en 1991 más de 1.038 millones de pesos, el doble que en 1981. Durante este corto espacio de tiempo, el Ejército de Trabajadores de la Salud pasó de 180.000 a 302.000, y las universidades de medicina graduaron 30.000 médicos. Hoy, en Cuba hay 45.000 médicos para una población de 11 millones de habitantes, quienes poseen 267 hospitales a su servicio.
Pero mantener el nivel de este sistema después del derrumbamiento del socialismo está costando a las autoridades de la isla sudor y lágrimas. Debido a la escasez de medicamentos, que antes provenían de la URSS, Checoslovaquia, Hungría o Bulgaria, las farmacias se ven obligadas a comunicar diariamente a los hospitales qué productos faltan, a fin de que los médicos no los receten.
Normalmente, escasean los antibióticos, antiinflamatorios, antiestamínicos, y por ello los médicos ingenian sustitutos y productos de amplio espectro, que, aunque no sean los más indicados, ayuden a sobrellevar la situación. A los enfermos crónicos, como los diabéticos y asmáticos, se les ha dado una “cartilla de medicamentos” que asegura el suministro.
Asimismo, la mayoría de los hospitales de La Habana han renunciado a realizar operaciones que no sean de estricta urgencia. La causa: falta de sutura, anestesia y material quirúrgico. EL PAÍS ha comprobado que en algunos hospitales los pacientes deben llevar sus propias sábanas, toallas y cubiertos. Pero hasta el momento, Cuba, famoso por su potencial médico, no ha querido cerrar ningún hospital.
El cese de un ministro
Dentro de Cuba existen dos líneas de pensamiento para explicar la epidemia de neuritis. La más extendida la asocia directamente a la mala alimentación que reciben en la actualidad los cubanos, sometidos a una libreta de racionamiento estricta, que no es precisamente rica en vitaminas. Otra línea considera que pueden existir factores virales y trabaja en varios centros científicos del país en busca de una confirmación, que hasta el momento no ha llegado.
En esta discusión puede estar el origen del cese del viceministro de Higiene y Epidemiología, Héctor Terry, quien oficialmente y en público reconoció el pasado mes de febrero que el déficit de vitaminasestaba provocando nuevas enfermedades en la isla. Fuentes médicas aseguraron en este sentido a EL PAÍS que se han detectado ya algunos casos de pelagra y beribiri.
Sea cual fuere el origen de la neuritis, la epidemia parece haber llenado de realismo a las autoridades cubanas. Por primera vez se muestran dispuestas a pedir y a aceptar una ayuda mucho más extensa de la que hayan podido recibir hasta ahora de la Cruz Roja y otras organizaciones no gubernamentales (ONGs), incluida la Iglesia. Éste era un tema tabú hasta hace poco en la isla, según reconoció recientemente el nuevo Ministerio de Asuntos Exteriores, Roberto Robaina.
Hospital Provincial Clínico Quirúrgico-Docente “Celia Sánchez Manduley”. Manzanillo-Granma
Año 1998
http://bvs.sld.cu/revistas/mul/vol2_3_98/mul02398.htm
Se realizó una revisión de los principales artículos bibliográficos existentes sobre los dos brotes de neuropatía epidémica que han ocurrido en Cuba: 1898-1900 y 1991-1997. La comparación realizada sobre la situación socio-económica imperante en cada época, los factores etiopatogénicos implicados en su origen y el comportamiento clínico epidemiológico de ambas epidemias nos llevan a concluir que en Cuba un siglo después, la neuropatía epidémica fue una enfermedad reemergente.
La aparición de una epidemia es el resultado en primera instancia del efecto de una o varias causas inmediatas. Parafraseando al salubrista Rose: “Las epidemias son fenómenos complejos y multicausales, cuyas causas necesarias pueden atribuirse casi siempre a factores sociales”. (1)
En Cuba se han reportado dos epidemias de neuropatía: entre 1898 y 1900 (2, 3) y entre 1991 y hasta 1997 (4); la segunda ha sido la mayor de ellas y una de las mayores de su tipo en el mundo, pero no resultaron hechos nuevos, ni desconocidos; los Síndromes Neuro-mielo-ópticos Tropicales han sido descritos hace muchos años y su presencia en otras zonas del Caribe y del mundo está bien documentada.
La perspectiva que adopta el abordaje general de una epidemia depende, en gran medida del concepto de salud que subyace al sistema sanitario. De acuerdo con los modelos no tradicionales el estado de salud de una población depende de: el modo y los estilos de vida, el ambiente, la biología y de la accesibilidad a los servicios de salud (7) y siguiendo el modelo de Lalonde el factor determinante es, sin dudas la estructura socioeconómica existente en ese momento. (8)
En la Cuba del siglo pasado esa epidemia fue conocida sólo por las inquietudes científicas y humanas de dos galenos de entonces (2, 3); en la Cuba actual, un país pobre como muchos y bloqueado como pocos, con un Sistema Nacional de Salud (MINSAP) accesible para todos, la reaparición de una epidemia de este tipo exigió, desde su inicio el estudio de cada una de las posibles determinantes y las relaciones entre ellas, para lo cual se organizó un Grupo Operativo Nacional (GON) presidido por la Defensa Civil, la Academia de Ciencias de Cuba y el MINSAP y se solicitó ayuda a la comunidad científica internacional, todo lo cual facilitó en primera instancia, un grupo de acciones destinadas al control de la epidemia; así a mediados de 1993 se crearon los centros diagnósticos provinciales, se elaboraron los criterios diagnósticos de definición de casos de la enfermedad (9) y a principios de 1995 se elaboró el programa nacional para el diagnóstico y seguimiento de los enfermos (10), todo lo cual ha organizado considerablemente el trabajo y junto a otras acciones emprendidas se ha logrado una reducción considerable del número de casos nuevos. (10)
A continuación se presentan una serie de consideraciones sobre los dos brotes epidémicos de neuropatía que se han reportado en Cuba con la intención de demostrar las similitudes existentes entre ambos cuadros.
Hace aproximadamente 100 años en la contienda bélica que enfrentó a Cuba, España y los EE.UU. el general español Valeriano Weyler concentró a los campesinos cubanos en aldeas de la isla. (Nota de Manuel Castro Rodríguez: Algo peor hizo el tirano Fidel Castro; véase http://profesorcastro.jimdo.com/pueblos-cautivos/).
Esta medida impidió abastecer de alimentos al ejercito independentista cubano y paralizó la agricultura del país. (11) Al mismo tiempo el bloqueo naval impuesto por la marina norteamericana a Cuba para evitar la entrada de barcos españoles a la isla agravaba aún más la miseria que atenazaba a la población cubana, ya diezmada por los efectos de una prolongada guerra. En estas condiciones se declaró la primera epidemia de neuropatía en Cuba.
Reconocida magistralmente entre 1898 y 1900 por dos geniales médicos cubanos. (2, 3)
La reaparición de una epidemia similar a finales de 1991 coincidió en el tiempo con la agudización súbita de enormes dificultades económicas que venía atravesando el país a partir de los cambios ocurridos en Europa del Este, la desintegración de la URSS y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano contra Cuba.
Estos hechos determinaron una reducción considerable en las importaciones y un decrecimiento considerable de la economía cubana, con enormes carencias de alimentos, medicamentos y otros productos básicos de primera necesidad que originaron un deterioro importante del cuadro higiénico-sanitario de la comunidad. (10)
Estos datos nos permiten plantear que, en épocas distintas situaciones socioeconómicas similares precipitaron la aparición de ambos brotes epidémicos.
En la epidemia 1898-1900 sólo se reportaron cientos de casos en Matanzas y la Habana (allí residían los médicos que la detectaban) y la enfermedad predominó en adultos, sobre todo en mujeres concentradas en aldeas. (2, 3)
La epidemia 1991-1997 comenzó por la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental de la isla y ha tenido un gradiente de occidente hacia oriente; la mayor concentración de casos ha sido en Pinar del Río con tasa de 1 167 casos por 100 000 habitantes y la menor en Guantánamo con tasa de 49 casos por 100 000 habitantes. (12)
La enfermedad comenzó con casos esporádicos aislados a finales de 1991 y principios de 1992, tuvo una tendencia progresiva creciente a ritmo exponencial en 1993. El mayor reporte de casos tuvo lugar en mayo de 1993 con 30 000 enfermos y a partir del 29 de mayo de 1993, en relación a la distribución del suplemento vitamínico gratuito a la población y la puesta en vigor de los criterios de definición de casos para ambas formas de la epidemia, se produce una disminución contínua del reporte de casos. Al finalizar 1997 se habían notificado un total de 58 600 enfermos para una tasa de 146,2 por 100 000 habitantes en todo el país. (12)
La epidemia, en su forma inicial de neuritis óptica afectó a hombres, sobre todo fumadores y alcohólicos; pero luego al predominar la forma periférica fueron las mujeres las más afectadas y no existió una asociación clara con los hábitos tóxicos antes mencionados. La edad comprendida entre los 25 y 64 años con un 86,6% de los enfermos ha sido la más afectada, pues se trata de la población laboralmente activa, la que produce bienes y servicios y por tanto la de mayores requerimientos proteico-energéticos. Ha sido rara la notificación de niños y ancianos enfermos, el no consumir vitaminas es un factor de riesgo importante para la enfermedad. (12, 13)
Los mecanismos involucrados en la aparición de epidemias similares siempre han sugerido una causa multifactorial, pero en casi todas ellas prevalecen los factores nutricionales y tóxicos (tabaco, alcohol, cianuro, drogas y medicamentos). (14, 15)
La epidemia de 1898-1900 fue atribuida a “... escasez y mala calidad de los alimentos...” y a la producción de “tóxicos intestinales” (2, 3), aún no se conocían las vitaminas y su papel sobre el metabolismo del sistema nervioso. (16)
En la epidemia de 1991-1997 las investigaciones realizadas en la búsqueda de un tóxico aislado como causa de la enfermedad han fracasado. (17) A mediados de 1993 se planteó la hipótesis tóxico-metabólico con componente nutricional como un enfoque integralista que hilvanando los resultados de diferentes estudios parciales explica, como mecanismo fisiopatológico final, la etiopatogenia de la enfermedad y donde la causa básica necesaria es el súbito trauma nutricional (con poco tiempo de adaptación) sufrido por la población cubana a comienzos de la década del 90. (17, 18)
El aislamiento de un virus Coxsackie A9 modificado por un grupo de investigadores del Instituto “Pedro Kourí” de La Habana, a creado la hipótesis viral en el origen de la epidemia; la cual ha tenido momentos de mayor y menor aceptación, pero el comportamiento epidemiológico y clínico de la enfermedad no la sustentan y puede representar una infección oportunista en un huésped susceptible y quizás influya en el grado de afectación neurológica de los enfermos. (19)
Otros factores involucrados en la génesis de la epidemia lo son los tóxicos exógenos y endógenos como: tabaquismo, alcoholismo, glucósidos, cianógenos de los alimentos, radicales libres derivados del estrés oxidativo reinante como consecuencia de la ingestión excesiva de carbohidratos (20), la posible asociación con la Enfermedad de Leber (21) y con el gasto adicional de energía en forma de caminatas, uso de bicicletas o ambas. (22)
La magistral descripción realizada por Domingo Madam de la epidemia de 1898-1900 sobre los síntomas y signos ópticos y periféricos de la enfermedad (2), nos permiten hacer una aproximación con las manifestaciones clínicas de la epidemia 1991-1997, que junto a otros aspectos comunes de ambos cuadros se resumen en la tabla 1.
Tabla 1. Principales características de las epidemias de neuropatía en Cuba: 1898-1900 / 1991-1997
Caracteristicas |
Epidemia 1898-1900 |
Epidemia 1991-1997 |
Situación histórica |
Guerra Cuba-España- EE.UU. Reconcentración.Bloqueo Naval Yanqui. |
Período Especial. Caída del campo socialista. Bloqueo económico Yanqui. |
No. De casos |
Cientos(¿) |
Miles (56 800) |
Grupos afectados |
Adultos ¿edad? F>M |
Adultos (25-64 años) Optica M>F Periférica F>M |
Síntomas y signos neurológicos: |
||
Inicio subagudo |
xxxx |
xxxx |
Ambliopía central |
xxxx |
xx |
Dism. Agudeza visual |
xxxx |
xxx |
Parestesias |
xxxx |
xxxx |
Dolor neuropático |
xxxx |
xxxx |
Síntomas autonómicos |
(¿) |
xxx |
Síntomas urinarios |
xxx |
xxx |
Hipopalestesias |
(¿) |
xxx |
Hiperreflexia OT |
xx |
xx |
Ataxia |
(¿) |
xx |
Otros síntomas comunes: |
||
Fatigabilidad |
xxxx |
xxxx |
Pérdida de peso |
xxxx |
xxxx |
Atribuido a: |
Escasez y mala calidad de los alimentos tóxicos intestinales. |
Cambios bruscos de la dieta: tóxico-metabólica. |
Lectura: xxxx > 75% xxx > 50% xx > 25%
Todos los médicos que hemos atendido enfermos de neuropatía epidemica sostenemos que se trata de un síndrome poliformo, con manifestaciones clínicas diversas, donde se destacan por su frecuencia y relevancia las manifestaciones neuro-ópticas y polineuropáticas. (17, 18, 20) Las manifestaciones oftalmológicas fueron tan notables al principio que algunos consideraron que estábamos ante un brote de neuritis óptica retrobulbar (23), pero luego aparecieron un sin número de manifestaciones periféricas y de otra índole que le imprimieron un gran polimorfismo al cuadro clínico. (22)
Las parestesias distales y simétricass acompañadas de dolor tipo neuropático, que en ocasiones alcanzan intensidad máxima, interfiriendo el sueño son las manifestaciones más comunes en el inicio de la enfermedad. La pérdida de peso y la fatigabilidad excesiva están presentes en casi todos los enfermos (22) y completan el cuadro una gran cantidad de manifestaciones autonómicas (sudoración, frialdad, taquicardia, hipotensión arterial), urinarias (poliuria con nicturia y urgencia miccional), digestiva (diarreas) y de la esfera psíquica superior (insomnios, alteraciones de memoria, ansiedad, irritabilidad, etc.) que no todas tienen una explicación lógica hasta el momento. (24)
Al examen físico existen: hipopalestesia distal, disestesias con zonas de hipo e hiperestesias y al inicio, hiperreflexia osteotendinosa aquileana y rotuliana que evolutivamente va desapareciendo hasta la abolición del reflejo aquileano y en estadío más avanzado del rotuliano. La ataxia, la toma de pares craneales (II y VIII sobre todo), la atrofia muscular y las fasciculaciones se han descrito en los enfermos de más tiempo de evolución. (21, 22, 24)
El predominio de las manifestaciones polineuropáticas, ópticas y medulares, la evolución subaguda de la enfermedad y su forma de presentación epidémica en Cuba, nos hacen proponer el término de Síndrome Neuro-Mielo-Optico Epidémico Subagudo Cubano como el más apropiado para la enfermedad (14) y ubicarse con taxonomía propia en la clasificación internacional existente para estos síndromes propuesta por un grupo de investigadores japoneses a raíz de la epidemia que entre 1958 y 1970 afectó a ese país asiático. (24)
Los estudios de velocidad de conducción sensitiva han demostrado una prolongación del potencial P40, indicativo de daño axonal primario de fibras sensitivas y el nervio más dañado ha sido el mediano, al parecer por las posibilidades de exploración que el mismo ofrece. (25)
Los estudios hísticos, inmunohistoquímicos y de microscopía electrónica realizados a las biopsias practicadas sobre el nervio sural han evidenciado degeneración mixoide endoneural, fibrosis endo y perineural o ambas, pérdida de axones con bandas de Bungner, agregados de mitocondrias degeneradas, dilatación del retículo endoplásmico con formación de microquistes, cuerpos densos, pérdida de micro-túbulos, de mielina y secuestración axonal. En algunos enfermos hay signos de regeneración axonal y remielinización. (26)
Las lesiones se localizan en los axones sensitivos de los nervios periféricos, en el haz papilomacular del nervio óptico, en los axones que conducen tonos agudos del nervio auditivo y menos frecuentemente en los cordones posterolaterales de la médula espinal. Las manifestaciones de la esfera psíquica superior son consideradas de efecto reactivo, psicológicamente condicionadas, sin descartar que puedan existir lesiones orgánicas del encéfalo como se han descrito en la pelagra, el beri-beri y en la encefalopatía de Wernicke-Korsakov. (26, 27)
La evolución de los enfermos de la epidemia 1898-1900 se desconoce. En los enfermos de la epidemia más reciente donde el diagnóstico ha sido precoz, el tratamiento adecuado y el seguimiento correcto a esta enfermedad evoluciona favorablemente y se produce recuperación completa en períodos de seis meses a un año, sin embargo, en un número considerado de casos donde los factores de riesgo no se han podido eliminar se han reportado importantes secuelas visuales, auditivas, de axones sensitivos y neurovegetativos; permanentes de la enfermedad y se necesita un seguimiento, por un período de tiempo más prolongado para conocer la evolución definitiva de la enfermedad y vigilar la aparición de secuelas permanentes de axones motores como ha sucedido en otros cuadros similares. (28)
El valor profiláctico del suplemento vitamínico cubano está probado y de todos los esquemas terapéuticos ensayados en la enfermedad la vitaminoterapia a megadosis ha sido el más efectivo, sobre todo cuando se usa por períodos de tiempo comprendidos entre 4 y seis meses; es importante además eliminar los hábitos tóxicos (tabaquismo y alcoholismo) y mejorar la calidad de la dieta del enfermo. (29)
La magnetoterapia no ha dado los resultados esperados, aún cuando sus promotores sostienen que mejora la permeabilidad de las membranas neuronales dañadas, los esteroides son más perjudiciales que útiles y la cámara de oxigenación hiperbárica y la ozonoterapia están contraindicadas pues empeoran el estrés oxidativo ya existente. El interferón no mostró resultado favorable alguno y el uso de metionina e hidroxicobalamina pudieran tener utilidad por su reconocido poder antioxidante. (29)
El análisis realizado sobre la situación socio-económica imperante en cada época, los factores etiopatogénicos implicados y el comportamiento clínico-epidemiológico de ambas epidemias nos permiten afirmar que en Cuba, un siglo después, la neuropatía epidémica fue una enfermedad reemergente.
En los albores del siglo XXI cuando se cuestiona el desarrollo nuclear, se reafirma la no utilización de armas químicas y bacteriológicas, la reaparición de un fenómeno epidémico como este en un país económicamente bloqueado debe invitar al mundo a la reflexión y a la solidaridad.
1. Rose G. Sick individuals and sick population. Int J Epidemiol 1985; 14: 32-38.
2. Madam D. Nota sobre una forma sensitiva de neuritis periférica, ambliopía por neuritis óptica retrobulbar. Crónica Med Quirurg La Habana 1898; 24: 81-86.
3. Fernández JS. Ambliopía por neuritis periférica debido a autointoxicación de origen intestinal por alimentación defectuosa. Crónica Med Quirurg La Habana 1900; 26: 330-334.
4. Ramírez A. Palabras de bienvenida a los participantes en el Taller Internacional de neuropatía epidémica en Cuba. En: Almiral P, Antelo J, eds. Neuropatía epidémica en Cuba 1992-1994. La Habana: Ciencias Médicas, 1995: 15-18.
5. Strachan H. On a form of multiples prevalent in the West Indies. Practitioner 1897; 59: 477-484.
6. Roman GC. Mielopatías y mieloneuropatías tropicales. Bol Of Sanit Panam 1986; 101: 452-462.
7. Campillo C, Ordúñez PO. La epidemia de neuropatía en Cuba: 1991-1994. Med Clin 1996; 13(106): 501-504.
8. Lalonde M. A new perspective of the health of Canadians. Otawa: Office of the Canadian Minister of National Health and Welfare, 1974.
9. Cuba: Ministerio de Salud Pública. Criterios de diagnóstico de la neuropatía epidémica en Cuba. Bol Epidemiol OPS 1993; 14: 1-4.
* Especialista de Primer Grado en Medicina Interna. Instructor.
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Además de mostrar una ortografía que deja mucho que desear, este médico cubano, el Dr. Esequiel Hernández Almeida, pretende justificar la epidemia de neuropatía que sufrió el pueblo cubano durante la década del noventa del siglo XX con “la desintegración de la URSS y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano contra Cuba”. Ante todo, le llama bloqueo a lo que es un embargo. Además, el Dr. Esequiel Hernández Almeida pretende desconocer que antes de ser tiranizada por los hermanos Castro, Cuba producía el 75% de los alimentos que consumía y era el principal abastecedor de vegetales a Estados Unidos. Actualmente, Cuba importa el 80% de los alimentos y Estados Unidos es su principal suministrador.
El Dr. Esequiel Hernández Almeida pretende ignorar que durante la década del noventa aumentaron significativamente las remesas familiares que el exilio envió a Cuba. De cien millones de dólares en 1990 subió a trescientos millones en 1993 y a seiscientos millones en 1995 –actualmente, superan los dos mil millones de dólares. Compárense las remesas familiares recibidas durante los años de mayor auge de la neuritis con los ingresos brutos de Cuba obtenidos por las exportaciones de azúcar (mil millones de dólares) y el turismo (mil cuatrocientos millones), y la inversión extranjera (doscientos millones).
Como se sabe, los vegetales son una fuente importante de vitaminas, por lo que si los hermanos Castro no hubiesen despojados de sus tierras a los campesinos cubanos, estos hubiesen continuado produciendo vegetales y frutas en grandes cantidades, como siempre lo habían hecho, y por ende, no se hubiese producido la aguda escasez alimenticia que provocaría la neuritis óptica y la neuropatía periférica en la Cuba de Fidel Castro.
El Dr. Esequiel Hernández Almeida se olvida que el 16 de febrero de 1959, en el acto de su toma de posesión como Primer Ministro, Fidel Castro declaró: “tengo la seguridad de que en el curso de breves años elevaremos el estándar de vida del cubano por encima del de Estados Unidos y del de Rusia, porque esos países invierten un porcentaje enorme del esfuerzo humano en hacer aviones, bombas, cohetes, barcos de guerra y armamento en general. Si nosotros, que no tenemos esos problemas, nos dedicamos a invertir nuestro esfuerzo en crear riquezas para la nación cubana, con la ventaja de ser una revolución respaldada por la mayoría del país, con la ventaja de contar con un país rico, donde se puede sembrar todo el tiempo en el año, un pueblo inteligente y un pueblo entusiasta, un pueblo ansioso de alcanzar un destino mejor, lograremos un estándar de vida mayor que ningún otro país en el mundo”.
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1959/esp/c160259e.html