UNIVERSIDAD DE LA HABANA
Dentro de quince años se celebrará el trescientos aniversario de la fundación de la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana.
Desde 1903 radica en su actual sede.
Nace la primera universidad cubana: 5 de enero de 1728
En 1515 llegó a Cuba la primera misión de religiosos dominicos, quienes se convirtieron en los primeros maestros de la enseñanza primaria en Cuba. Levantaron su iglesia y convento de San Juan de Letrán en 1578, gracias a la real cédula que les concedió un lugar adecuado para la erección de su fábrica, sitio cercano a la Plaza de Armas y a la Real Fuerza, entonces jerarquizado dentro de la trama de la incipiente villa.
En 1721, contando con el apoyo de los poderosos condes de Casa Bayona, lograron los dominicos la aprobación pontificia a la solicitud de fundar universidad en su convento de San Juan de Letrán, mediante la bula emitida por Su Santidad el Papa Inocencio XIII. La aceptación por placet regio de Felipe V de Borbón, a través del Consejo de Indias el siguiente año, y la posterior confirmación por real cédula de 1728, permitieron que el 5 de enero de ese año naciera en el renovado convento la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, con los mismos privilegios, honores y gracias que gozaba la del convento de la orden en La Española, y contando con las cátedras de Cánones, Leyes, Medicina, Matemáticas, Gramática, Teología y Filosofía.
Fue una ardua tarea aquella que asumieron los Padres Predicadores para convencer a la Corona española de la necesidad y urgencia de crear en Cuba una universidad propia, una institución académica permanente para la cultura, una institución capaz de crear en el país un fermento cultural y científico que marcase su destino futuro.
El 5 de enero de 1728 fue finalmente establecida, con el pacto tácito de darle el nombre de San Gerónimo -para hallar conciliación con los intereses dispares de la mitra y la oposición presentada circunstancialmente por el obispo Gerónimo de Nosti y Valdés-, con el carácter de Real y Pontificia a partir de las bulas expedidas por el pontificado, por el papa reinante, para que esto fuese posible.
Por ley del gobierno metropolitano, en 1841 los religiosos dominicos fueron privados de la posesión de sus bienes y de continuar tutorando la enseñanza universitaria. Esto significó el cese de todas las acciones de la orden en Cuba. Los monjes serían trasladados al Vedado, pero no llegaron a ocupar el templo destinado a ellos, sino que posteriormente construirían en esa misma zona la nueva iglesia y convento de San Juan de Letrán. Su noble y veterana casa pasó a manos del Estado, y la Real y Pontificia Universidad se denominó Real y Literaria, cuando el gobierno español asumió la administración y dirección del centro de educación superior.
En la Universidad de la Habana estudiaron prominentes forjadores del pensamiento, la ciencia y la cultura cubanas, como Félix Varela, Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Vicente Aguilera, Ignacio Agramante, Francisco de Arango y Parreño, Tomás Romay, José Agustín Caballero, Antonio Bachiller y Morales, José María Heredia, Rafael María de Mendive, José Antonio Saco y Cirilo Villaverde.
En 1863 radicó también allí el Instituto de Segunda Enseñanza; a sus aulas acudió José Martí, el apóstol de la independencia de Cuba.
Estudios universitarios de Medicina
Dos años antes de que fuese creada oficialmente la Universidad de la Habana el 5 de enero de 1728, comenzaron en Cuba los estudios de Medicina de nivel superior.
El 12 de enero de 1726, comenzaron en Cuba los estudios de Medicina de nivel superior, cuando el Prior del Convento de San Juan de Letrán de La Habana, autorizó la apertura de cursos de Medicina,
que empezó a impartir ese mismo día el médico cubano Francisco González del Álamo y Martínez de Figueroa (1675-1728). Unos meses después, se le unirían como profesores los médicos cubanos
Martín Hernández Catategui y Ambrosio Medrano Herrera (1674-1753).
Himno de la Universidad de la Habana