¿LEGALIDAD Y DERECHOS HUMANOS

EN LA CUBA DE LOS HERMANOS CASTRO?

Parte 4

 

 

Cuba es el único país occidental donde es ilegal ser opositor: marxistas, liberales, socialistas, trotskistas, democristianos y anarquistas han sufrido difamación, ostracismo, destierro, cárcel, tortura y asesinato.

 

 

Imágenes peores que estas

se vieron en diferentes lugares de Cuba,

el día en que el mundo celebró el 65 aniversario de

la Declaración Universal de Derechos Humanos

Generalmente, los corresponsales extranjeros no reportan esos hechos, para evitar que les ocurra igual que a otros periodistas extranjeros que han sido reprimidos por la tiranía castrista; el último fue el periodista español Mauricio Vicent, corresponsal en Cuba durante veinte años del diario español El País, a quien hace dos años, septiembre de 2011, el régimen de La Habana le retiró la acreditación y le prohibió publicar más informaciones desde Cuba.

 

Hace seis años, en febrero de 2007, el régimen militar cubano le retiró la credencial a Stephen Gibbs (BBC, Reino Unido), César González-Calero (El Universal, México) y Gary Marx (Chicago Tribune, EEUU).

 

 

Represión en Cuba el 10 de diciembre de 2013,

Día Internacional de los Derechos Humanos

 

Mientras el dictador Raúl Castro hablaba de ‘libertad’ en Sudáfrica, en Cuba se producían decenas de detenciones en el Día Internacional de los Derechos Humanos, así como golpizas a los opositores pacíficos. La Dama de Blanco Arlenis Pérez Alarcón tuvo que ser intervenida quirúrgicamente producto de una pateadura que le propinaron grupos paramilitares.

 

Maibelis Orides Perdomo, una de las Damas de blanco detenidas, explicó que las 23 mujeres que estaban en la casa de una compañera para celebrar el 10 de diciembre fueron víctimas de una represión muy fuerte.

 

Nos dieron patadas, piñazos y nos llevaron detenidas para un lugar en las afueras de Santiago, donde nos tuvieron como seis horas para luego liberarnos”, precisó la joven, preocupada porque aún se siente muy mal debido “a los golpes que le dieron por la cabeza y el cuerpo”.

 

En La Habana las Damas de Blancofueron hostigadas cuando intentaron realizar una marcha pacífica.

 

El ‘think tank’ Estado de SATS, que dirige Antonio González Rodiles, soportó música atronadora en la puerta de su sede para que no pudieran debatir. Rodiles le explicó al diario ABC que muchos opositores permanecían ‘sitiados’ en sus casas para impedirles acudir a los actos programados. Rodiles fue golpeado y detenido.

 

El Movimiento Cristiano Liberación, creado por Oswaldo Payá, denunció detenciones, golpes a sus miembros y el asalto a la casa de Roger Curbelo.


Si hechos como estos ocurriesen en otro país latinoamericano, los obispos protestarían públicamente. ¿Por qué en Cuba los obispos guardan silencio cómplice?

 

 

Cuba, cuando el miedo cambia de casa

Carlos Cabrera Pérez

16 de diciembre de 2013

 

El régimen cubano siente miedo y su miedo evidente provoca que la actitud ante sus opositores sea desproporcionada, injusta, desigual y contradictoria.

 

Un día les habilitan el pasaporte a casi todos y cuando vuelven de viaje los hostigan en el aeropuerto. Otro día dice Raúl Castro al mundo que la mejor política es la del diálogo y la cooperación y al día siguiente se suceden detenciones temporales, golpizas y mítines de repudio.

 

¿Qué sentido tiene en pleno siglo XXI seguir con la cantinela de que todos los opositores son agentes pagados por el imperialismo norteamericano? El que lo sea, es su responsabilidad. Pero no se puede seguir descalificando a quien no piensa como el Buró Político con el sanbenito de la CIA.

 

Un efecto contraproducente

 

¿Quién ordenó apresar a las cuatro de la mañana a dos jóvenes argentinos en su hotel y montar todo un numerito absurdo para luego expulsarlos a Buenos Aires? El efecto fue contraproducente, porque los jóvenes han contado su experiencia, sin exagerar, desnudando a la dictadura cubana con el relato de una estúpida represora que les habría avisado de que “Cuba no es el mundo”.

 

¿Qué sentido tiene movilizar a niños de educación primaria para ir a corear consignas maoístas frente a casa de Antonio Rodiles que -a su vez- había organizado actos en el interior de su vivienda para celebrar el Día de los Derechos Humanos?

 

La Cuba de la fragmentación, de los odios y de las purgas, tiene que ser sustituida por una Cuba de diálogo, convivencia respetuosa, libertad plena y civismo.

 

¿Cuál es el balance de 54 años de represión de unos cubanos a otros y de hostilidad mutua? Ruina económica, familias monoparentales femeninas, alcoholismo y otros trastornos psicológicos; exilio, inxilo, simulación generalizada y miedo intercambiable.

 

Antes mucha gente temía a la Seguridad, y ahora la Seguridad y sus jefes temen a que la gente provoque una salida al estilo Libia, que culminó con el asesinato de Mammuar El Gadaffi.

 

¿Es que no hay nadie capaz, honrado y patriota en el Buró Político que diga, compañeros, sentémonos de una vez a conversar con respeto con nuestros opositores, incluido el exilio y veamos que Cuba podemos construir entre todos?

 

Buenas ideas hay en todo el espectro cubano y el 100 por ciento de la razón no la tienen los castristas furibundos ni los anticastristas furibundos. Quizá lo más fácil sea mirar para otro lado y decir, vamos tirando, los disidentes que viajen para luego intentar desprestigiarlos y nosotros a lo nuestro.

 

Diálogo imprescindible

 

Adversarios de ese imprescindible diálogo nacional abundan y abundarán. Sobre todo, aquellos que vean peligrar sus prebendas en el actual estatus quo. Y no me refiero solo a la guara de la dictadura con hábitos saudíes y carentes de dignidad, sino también a muchos del exilio y del inxilio cuya suerte empresarial y vital pasa porque Cuba no cambie.

 

Las imágenes represivas del Día de los Derechos Humanos en Cuba dejan en muy mal lugar al gobierno y realzan a las figuras y el movimiento opositor en el ámbito internacional. Nadie en su sano juicio acepta con normalidad que un ciudadano sea detenido y golpeado porque piense diferente a su agresor y lo que más espanto produce es ver a esos niños de nueve o diez años gritando con odio impostado y agitando banderas de Venezuela y fotos de Chávez.

 

Cuba ha dado mucho más a Venezuela que Caracas a La Habana; y si Chávez llegó a figura regional fue por el apoyo decidido del castrismo a cambio de petróleo carísimo. De seguir manteniendo al empresariado cubano maniatado y a los cubanos como rehenes de un régimen totalitario sin sentido, ¿a qué viene entonces ese chavismo epitelial y oportunista?

 

Pero el tiempo de una dictadura es finito. Hace muchos años que el mundo ve a Cuba como un anacronismo insensato y no como la revolución antiimperialista y de justicia social que alguna vez fue. Un represor cumple órdenes. Pero el problema no está en “Camilo el esbirro”, sino en sus jefes superiores, incluido Raúl Castro como máximo responsable de todo, que siguen creyendo en que las ideas se matan.

 

 

El argentino intranquilo

Alejandro Armengol

16 de diciembre de 2013

 

Pedro Robledo tiene la curiosa virtud de estar en el lugar inapropiado en el momento inapropiado. ¿O es todo lo contrario?

 

En marzo de este año Robledo, que es argentino y tiene 21 años, se encontraba en una fiesta en Buenos Aires cuando fue agredido por haber llevado a su novio.

 

El ataque provocó una ola de indignación y repulsa contra la homofobia en su país.

 

Fue entonces que, en su cuenta de Twitter, Robledo llamó “fuhrer” a la presidenta Cristina Fernández. Luego se arrepintió y le pidió disculpas, aunque siguió considerando autoritario al gobierno argentino.

 

De todo esto salió un encuentro entre Fernández de Kirchner y el joven, un artículo de la presidenta elogiándolo, y de condena a la agresión, y una fotografía.

 

La foto resultó una especie de “bendición” fortuita y futura, que acaba de salvar a Robledo de una estancia en un calabozo cubano, pero esto ya es historia actual y la segunda ocasión —al menos hasta el momento— de ese estar en donde no lo quieren.

 

Robledo y Valentina Aragona, miembros de la agrupación Propuesta Republicana (PRO), viajaron a Cuba como turistas, para conocer el país y participar en el encuentro sobre derechos humanos organizado por Estado de SATS, quien meses antes había hecho una convocatoria pública para la realización del evento. Así que no se puede hablar aquí de conspiración, reunión secreta o actividad subversiva para derrocar al gobierno de la isla.

 

Las autoridades cubanas no solo les impidió asistir al evento. Tras elaborar una serie de acusaciones disfrazadas de pretextos para retenerlos, los agentes terminaron presentando un cargo kafkiano: la intención de asistir. No solo se es culpable de lo que se ha hecho, sino también de pensar en hacerlo. La mente te incrimina antes de que muevas un dedo.

 

En Cuba los turistas solo pueden transitar por ciertas zonas, destinadas precisamente a ellos, afirma Robledo que le dijeron los agentes en la isla, que incluso le mencionaron una enigmática “Ley 131312” según declaró en un programa de televisión argentina.

 

“Pero si lo que hice se puede hacer en cualquier parte del mundo”, afirma él que le dijo a la policía política. “Cuba no es el mundo”, le respondieron.

 

Eso tan peligroso, que produjo que él y Aragona fueran escoltados por al menos cuatro agentes hasta la escalerilla del avión de Taca que los llevó de regreso a su país se concreta en acciones muy simples: conversar con los cubanos.

 

Lo que se “puede hacer en cualquier parte del mundo”, fue para el gobierno cubano  motivo más que suficiente para realizar una detención en horas de la madrugada, para engañar a la pareja argentina y decirles que el cónsul de su país en La Habana los estaba esperando para acompañarlos, para el encarcelamiento de ella por varias horas y  para largos interrogatorios a ambos. Demasiadas acciones relacionadas con un fin único: intimidar a cualquier visitante extranjero en Cuba, a fin de que se mantenga con su mojito al sol o a la sombra, pero lejos del fuego político.

 

Al final, fue cuando los cubanos descubrieron la foto de Robledo con la presidenta argentina que la suerte comenzó a cambiar para los detenidos. Antes él había preguntado por cuántas horas permanecería preso. “Horas, no. Semanas”, dice que le respondieron. Una agresión en su país disminuyó el impacto de otra en el extranjero, pero ambas fueron actos de discriminación e injusticia.

 

Ni Robledo ni Aragona son políticos de profesión. Tampoco él tiene apariencia de guerrero y ella es una mujer menuda. Difícil explicarse el peligro que físicamente pudieran haber representado para el gobierno cubano.

 

Robledo tiene una activa presencia en las redes sociales y desde el brutal incidente que lo hizo conocido en Argentina participó en varios programas de televisión. También es columnista invitado en la web Infobae y fue nombrado coordinador del área de Diversidad e Inclusión en la Fundación Pensar, un centro de estudio y análisis. Tanto Propuesta Republicana como la Fundación Pensar están estrechamente vinculadas con Mauricio Macri, gobernante de Buenos Aires y opositor político de Cristina Fernández.

 

En cierto sentido Robledo vendría a ser la versión argentina del español Ángel Carromero, aunque en circunstancias diferentes y con profesiones distintas. A los dos los une ser jóvenes extranjeros que muestran un interés por lo que ocurre en la isla.

 

Aquí el vínculo es aquello que despierta el temor y desencadena la represión por parte del régimen de La Habana: la modalidad de romper el aislamiento a la oposición, no desde una proyección en el exterior sino con la presencia de ciudadanos de otros países en la isla.

 

La mala publicidad que acarrea este tipo de represión no importa al régimen. Más importante para él es mantener el control estricto —en realidad y apariencia— por encima de todo. El resto son palabras huecas, como las de Raúl Castro durante el funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica. Declaraciones de momento. Esconder el garrote por un instante.

 

 

La innecesaria y contraproducente

represión contra disidentes

Pedro Campos

pedrocampos313@yahoo.es

15 de diciembre de 2013

 

En el 65 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

 

Son diversas las informaciones sobre la represión del gobierno cubano y sus órganos de seguridad contra la disidencia que pretendía celebrar pacíficamente el pasado 10 de diciembre, el 65 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Al parecer los represaliados estarían entre cien y doscientas personas en todo el país. Están disponibles en distintos sitios de internet, incluidas fotografías y testimonios en videos.

 

El gobierno no las niega, de manera que pueden darse por reales.

 

Fui funcionario del gobierno cubano y trabajé en la esfera de los Derechos Humanos como diplomático en Ginebra a fines de los 80’. Siento un gran dolor interno por estos hechos.

 

No defiendo el programa de los disidentes, pero sí su derecho a expresarse pacíficamente y desde luego no estoy de acuerdo con esa represión que considero violatoria de los derechos humanos de esos ciudadanos. Voy a presentar solamente algunas preguntas para que se las respondan, si quieren,  a sí mismos el Presidente Raúl Castro, los miembros del Buró Político, los Generales de las FAR y el MININT, los partícipes directos en estos actos represivos y los lectores y a compartirles algunas consideraciones generales sobre estos hechos.

 

¿Qué sentido tiene, qué gana el gobierno cubano, qué beneficios recibe, cómo queda su credibilidad internacional  con encarcelar, violar domicilios, secuestrar y hasta golpear a personas que pretendían celebrar pacíficamente esa fecha en Cuba?

 

Creo que hubiera podido ganar mucho más si hubiera permitido estas celebraciones pacíficas.

 

¿A qué teme? ¿Acaso a que unos pocos cientos de personas hablando, oyendo música y hasta gritando consignas desfavorables al gobierno, vayan a ser capaces de movilizar a miles y cientos de miles de personas que salgan a apoyarles y el gobierno sea derribado por una ola popular masiva? Si así fuera, sería el reconocimiento tácito de su derrota política.

 

¿No se da cuenta el gobierno cubano que sus acciones represivas fortalecen el prestigio nacional e internacional de esos disidentes en la era de Internet y los celulares inteligentes, donde ya no es posible impedir  la divulgación internacional y amplia de esos acontecimientos?

 

La consigna “La calle es de los revolucionarios” ¿se debe realizar ganándose el apoyo masivo del pueblo vía políticas populares o “limpiando la calle de disidentes acudiendo a la violencia”?

 

Creo sinceramente que la dirección del gobierno cubano, imbuida del espíritu de la guerra fría, el estalinismo y el autoritarismo militarista, cegada por su incompetencia para sacar el país adelante y por el deseo de mantenerse en el poder a toda costa, es incapaz de razonar adecuadamente y darse cuenta de la cantidad de disparates que está cometiendo en todos los órdenes, económico, político y social.

 

Después de 7 años de “nuevo” gobierno, sus medidas no llegan a la mesa del trabajador, hay crisis en la industria, la agricultura y el transporte, sigue la doble moneda, los precios continúan subiendo y los salarios reales siguen bajando; se evidencia  una estrategia de represión en lugar de la necesaria democratización de la participación popular en los asuntos que a todos competen; y las políticas de “ajustes” económicos, que más parecen terapias de choque neoliberales, ni siquiera contemplan compensaciones para los sectores más desfavorecidos: los jubilados, las madres solteras y los niños de hogares más pobres, al tiempo que los sistemas de educación y medicina se deterioran aceleradamente.

 

Ninguno de los graves problemas que aquejan a la sociedad se resuelve con actos represivos que, más bien, los  complican. Utilizar la fuerza bruta contra una parte de la población es cavarse su propia tumba. Otras veces he abordado el tema. No pretendo dar consejos a nadie. Cada cual es responsable de sus actos. Solo analizo hechos.

 

Esas acciones represivas son, por tanto, innecesarias y contraproducentes.

 

La Izquierda Socialista y Democrática ha presentado propuestas –ignoradas-  en todos los ámbitos de la sociedad, que podrían llegar a salvar lo mejor del proceso revolucionario y garantizar que el imperialismo y la ultraderecha tradicional cubana no puedan enseñorearse en el futuro cubano.

 

El gobierno cubano, con sus acciones de todo tipo, especialmente las represivas, está creando condiciones para un regreso a lo peor del pasado; para que nunca más ningún cubano, ningún latinoamericano quiera volver a hablar de “socialismo” y para una nueva forma de anexión real o virtual al vecino del Norte, que nos desprecia, pero apetece.

 

Por eso es tan importante estratégicamente para el movimiento progresista y socialista contemporáneo, seguir demostrando que ese “socialismo de estado”, ultracentralizado y antidemocrático solo fue un plagio, tanto por sus medios y métodos, como por sus contenidos concretos.

 

El socialismo verdadero, el post/estalinista, el democrático, participativo y de tipo autogestionario va lenta pero sólidamente creciendo entre los muchos trabajadores libres de todos los países, que van rompiendo sus lazos con el capital explotador sea privado o estatal y lo van obligando a tener que compartir el poder político y económico o perecer,  si no lo aceptan.

 

El capitalismo monopolista de estado cubano, disfrazado de socialismo está en crisis y en fase de descomposición. Que se pudra y dé lugar a la barbarie, a un capitalismo trasnochado, superexplotador con un régimen neo fascista, o abra el camino hacia la plena democratización de la sociedad y, en perspectiva, a una verdadera socialización de la economía, depende de todos los cubanos de buena voluntad, estén dentro o fuera del país, a favor o en desacuerdo con el gobierno.

 

Lo último que se pierde es la esperanza.

 

Socialismo por la vida.

 

 

La nueva equivocación

Fernando Dámaso Fernández

15 de diciembre de 2013

 

Los actos de violencia organizados por la Seguridad del Estado para reprimir a quienes piensan diferente en el Día de los Derechos Humanos, tanto en La Habana como en otras provincias, muestran una vez más la verdadera raíz represiva del régimen. Mientras en Sudáfrica el Presidente trataba de confundir hablando de tolerancia, respeto a las diferencias, diálogo y solución pacífica de los problemas, aquí sus testaferros hacían todo lo contrario.

 

La golpiza a las Damas de Blanco en L y 23, la negación de permitir un espacio para realizar el concierto Puños Arriba del Movimiento Cubano de Hip Hop (al final conseguido en una carpa de circo) y el vandalismo frente a la sede de Estado de SAT, reflejados rápidamente en la Red y recogidos por la prensa extranjera en primera plana, muestran a fuerzas del orden, esbirros, pueblo enardecido, pioneros y estudiantes con sus maestras y maestros al frente, participando activamente en estos actos de repudio.. ¿Qué dirá la UNICEF, si es que dice algo, sobre la utilización de niños, sin la autorización de sus padres, en estos bochornosos y degradantes actos? ¿Así es cómo el Estado cubano educa a nuestros niños?

 

A pesar de las visitas a las casas para meter miedo, de las detenciones preventivas, de impedir el acceso y de las declaraciones prepotentes de que tenemos la fuerza para impedirlos, los actos se realizaron y, habiendo podido ser intrascendentes, esta violencia gubernamental elevó su importancia y los hizo noticia internacional. Un error más de un régimen caduco que, acostumbrado a desconocer a la oposición, no entiende que el único camino para resolver los problemas nacionales necesita del concurso de todos, sin exclusiones.

 

Suponer que elaborar fórmulas mesiánicas en oficinas refrigeradas por comisiones gubernamentales aportará soluciones viables, demuestra la torpeza de los principales dirigentes. Si no se escuchan todas las opiniones y si no se tienen en cuenta por discriminación política, sólo habrá más de lo mismo que, después de elaborado, se someterá a la aprobación de los ciudadanos, sin que ellos ni sus representantes legítimos hayan participado en su elaboración. El viejo refrán de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, puede aplicarse al gobierno cubano, aclarando que los tropiezos han sido y son múltiples.

 

 

 

Represión a Estado de SATS

10 de diciembre de 2013

 

 

Boris Larramendi: “No le haré el juego a este gobierno, menos ahora”

Camilo Ernesto Olivera Peidro

13 de diciembre de 2013

   

Boris Larramendi llegó a la casa de Antonio Rodiles en la madrugada del domingo 8 de este mes. En la noche del sábado 7,  había actuado con su guitarra en un restaurante metamorfoseado en club, el “Fabio”, en J y 17, Vedado. Allí, entre el público, estaban Antonio y Ailer, los coordinadores de Estado de SATS. Cuando terminó la actuación, Boris tomó su mochila y su guitarra y se fugó a la zona más caliente de esta Habana geriátrica y dictatorial.

 

Al amanecer del domingo, escuchó junto a nosotros las noticias, llegadas de varios lugares del país, sobre detenciones y golpizas que anunciaban de qué color seria el Día Internacional de los Derechos Humanos.

 

Hace 10 años, en enero de 2003, formó parte de aquel elenco de músicos que estremeció las paredes del bastión de la timba dura: El Salón Rosado de La Tropical. En aquel momento, Boris le tomó el pulso a La Habana, pero en marzo de ese año la Primavera Negra lo sorprendió en Madrid. Entonces compuso el tema: Asere, qué volá, todo un calidoscopio y a la vez un puente espiritual entre dos tierras y el mundo. Un canto a la alegría triste de un pueblo en fuga.

 

Hace un año, Ailer Rodríguez tomó este tema como portada de la Campaña “Por Otra Cuba”, que exige al gobierno cubano la ratificación de dos pactos firmados por éste en la ONU en 2008: Pacto de los Derechos Políticos y Civiles y Pacto de los Derechos Económicos Sociales y Culturales. A diferencia de sus antiguos colegas del grupo Habana Abierta, Boris ha mantenido una actitud frontal con los artilugios manipuladores del régimen cubano. Lo ha hecho con inteligencia, pero sin esconderse. Esta vez, el motivo principal de su viaje a la isla fue participar del Primer Encuentro Internacional sobre Derechos Humanos y Pactos de la ONU.

 

De esa manera, el artista tuvo una visión de primera mano sobre la situación real en que se encuentra su país en esta etapa de “cambio fraude”, bajo la égida del generalato empresarial verde olivo. Durante los días que duró el asedio de la Seguridad del Estado, así como el acto de repudio con disfraz de feria cultural frente a la casa de Rodiles, no le temblaron ni las piernas ni la voz. Su visión sobre lo que se está moviendo alrededor del intercambio cultural Miami-La Habana explica muchas cosas y muchos “dobles rostros” que exhiben ciertos artistas de la isla y el exilio.

 

El día 10 por la tarde, Arnaldo Rodríguez, cantante y director de El Talismán, grupo de música bailable, se subió a la “Tarima-Repudio de 1ra y 60″. Éste terminó su actuación dando vivas a Fidel y Raúl. A propósito de esto, Boris dijo:

 

“Artistas como él van a sitios en Miami, como el “Vedado Social Club”, o “The Place”. Lo triste es que muchos cubanos que se fueron de la isla, pero no conocieron la era de los fusilamientos y la mano de hierro sin guante de seda del castrismo, pagan para ir a verlos en tales espacios (…) Estos artistas llegan a Miami y hablan de reconciliación; dicen que traen un mensaje cultural y no político. Luego los ves participando de eventos como esa tarima infame (…) Que nadie se engañe, el gobierno cubano está financiando a los artistas que convienen o juegan a favor de sus intereses para que actúen en Miami (…)

 

“Les facilita el viaje y garantiza que no tengan pérdidas si no pueden llenar los lugares donde actúan (…) Porque allí hay que pagarse, desde el alquiler del teatro hasta el sonido, y muchas veces la cuenta no le da ni a ellos ni al productor que los invita (…) Pero pasa que estos músicos participan de un modo muy sutil de manipular los sentimientos de una comunidad que quiere tener una relación normal con su país de origen, pero ¿a qué precio? (…) Al precio de darle un segundo aire a la misma dictadura que la obligo a irse (…) En esto hay una cuestión de ética personal que también es una opción de vida (…) A mí no me interesa hacerle el juego a este gobierno y menos ahora que lo he visto en su veta más represiva (…) Estos días en SATS han sido para mí inolvidables. La experiencia más trascendente que he tenido en mi vida”.

 

En la noche de este viernes 13 de diciembre, Boris Larramendi debe volar de regreso  a Madrid. Lo hará con su conciencia en paz.

 

 

11 de diciembre en Miramar

Yania Suárez

13 de diciembre de 2013

 

Crónica de un ‘secuestro exprés’ a manos de la Seguridad del Estado

 

No imaginé que se iba a armar tanto lío por una foto. Hace poco más de un día, cuando salía de mi casa para el hospital, le saqué una instantánea al grupo de policías que mantenía cercada la casa de Antonio Rodiles, vecino del barrio. Ahí estaban, en la esquina.

 

Media cuadra más tarde una perseguidora interrumpió mi paso y aparecieron varios policías junto a dos agentes de la Seguridad del Estado que me quitaron la mochila, el celular, me ordenaron levantar las manos y ponerme de espaldas a un muro, donde me cachearon. Los de la Seguridad buscaban bronca. Aprovechando el estatus de poder que les ofrecía el momento, supongo, me gritaban en la cara “Así que tirando fotos”, “¿Por qué tiraste la foto?”, “Tú vas a ver lo que es sacar fotos”. (La represión es cursi, esencialmente de mal gusto, no es culpa mía que dijeran eso.)

 

Yo solo podía (y puedo) pensar en el familiar enfermo que está hospitalizado y en el parte médico al que trataba de llegar a tiempo. Eso les decía yo. Creo que traté de argumentar algo sobre la inocencia del acto, pero ese sí que no era momento para debatir ideas.

 

Lo que mejor recuerdo es un joven “seguroso” de alrededor de 20 años que fue el más activo de todos. Borró mi celular, llamó a sus jefes y me condujo a la primera perseguidora. También quería bronca, amenazaba, como si fuera un tipo de lo más audaz. Cuando me cambiaron a la segunda patrulla le pregunté si por fin podría irme para el hospital y me respondió, “Sí mami, sí”. Entonces me metieron en el carro de policías 311  e indicaron al chofer: “déjala en la rotonda de Guanabacoa”. Di un golpe en la ventanilla y miré al joven, que era feo. Él me tiró un beso y ahí supe.

 

En la patrulla, a mi lado, iba un hombre esposado gritando a voz en cuello cosas contra el gobierno. Era Pablo Enrique Camero, un enfermo de VIH-SIDA que, me dijo, es opositor y trabaja con los presos políticos. Lo habían detenido cuando quiso cruzar la calle para llegar a la casa de Rodiles. Durante el camino a Guanabacoa se la pasó protestando, arengando, y pidiendo a ratos a los policías que dejaran salir a la muchacha “que va para el Hospital y nada más ha tirado una foto, que no es de nosotros”.

 

Finalmente nos dejaron en un callejón perdido de Guanabacoa, para que regresáramos como pudiéramos. Enrique no tenía ni un peso en la billetera, que me enseñó. Me explicó que eso de que la oposición tiene mucho dinero es un mito, al menos en su caso, y que él está ahí por convicción. Tuve que pagarle los tres taxis-ruteros y la guagua que cogimos para volver.

 

Él hizo el camino de regreso enseñando a quien quisiera ver su piel dañada por las esposas y haciendo el cuento de los que nos pasó. Algunos reaccionaban asustados, otros con curiosidad, otros nos apoyaban con la mirada. No pude encender el celular, así que intercambiamos correos cuando nos despedimos. Enrique regresaría a mi barrio para intentar cruzar la calle cerrada otra vez. Yo iba al Hospital dos horas más tarde. No sé qué más pudo haberle pasado en Miramar.

 

Hasta ahora me sorprendían estos cuentos de la represión. Me parecían sacados de una mala serie de televisión sobre dictaduras. Ya lo viví. Ya sé que el beso que ese joven me tiró, protegido por muchos policías, es emblema del hampa, la cobardía y el odio que destruyen este país.

 

 

Día Mundial de los Derechos Humanos en Cuba

Lilianne Ruíz

13 de diciembre de 2013

 

Camilo Ernesto Olivera, integrante del equipo de trabajo de Estado de SATS, empezaron por detenerlo cuando salía de su casa el pasado 7 de diciembre. Lo más alarmante es cómo están ocurriendo esas cosas en Cuba: se pasa de un momento a otro a un estado de total indefensión ante las fuerzas represivas. Siempre me acuerdo de Orlando Luis Pardo cuando me decía que con los secuestradores no se habla porque si la orden superior fuera llevarte al bosque de la Habana y darte un tiro en la nuca, ninguna palabra iba a conseguir persuadirlos de lo contrario.

 

El hecho es que a Camilo, después de cachearlo tirándolo contra el carro policial, lo metieron en la perseguidora sin más explicación. Conducían dando vueltas por La Lisa, hasta que un sujeto en una moto Suzuki se les acercó. Sin quitarse el casco miró a Camilo y le dijo a los policías: A este lo llevan pá Melena del Sur. ¿Y qué podía hacer en su favor Camilo? Esas personas representan la ley, aunque sea ilegítima. Oponer resistencia, intentar huir, todo eso lo único que conseguiría es complicar más las cosas. Así que absolutamente pasivo ante su propio secuestro “legal” se vio a sí mismo siendo conducido en un viaje interprovincial sin saber cómo terminaría. Tampoco se le permitió llamar a su familia, por más que eso esté escrito en la ley cubana actual entre los derechos de los detenidos.

 

Lo dejaron todo el día en un calabozo; como a la 7 de la tarde lo sacaron de ahí para liberarlo. A esa hora Camilo, que originalmente iba a ver a Ailer Mena para ultimar los detalles del evento del 10 y 11 de diciembre en SATS, tuvo que buscar algún carro de alquiler hasta La Habana. Él mismo me dijo que menos mal que nunca le han “confiscado” el dinero, porque se sabe de gente a la que sí le han robado todo lo que tenía en los bolsillos.

 

Para asegurarse de estar presente el día 10, tuvo que refugiarse en la casa de Rodiles desde el día 8. Ya hemos visto los videos y las fotos del enorme acto de repudio disfrazado de “actividad cultural” que la policía política montó frente a Estado de SATS el 10 y el 11 de diciembre. Llevaron niños de primaria, secundaria y preuniversitario a hacer pintadas en la calle con los tradicionales insultos comunistas en contra de la Sociedad Civil como “gusanos”, “imperialistas” y cosas por el estilo.

 

Vimos a Ailer Mena colocarse en medio de la calle, sentada en posición de loto, oponiéndose con belleza a la detención arbitraria de su marido, Rodiles, que había salido a protegerla.

 

A Rodiles se lo llevaron también cargándolo en peso como hormigas llevando una hoja. A Walfrido le hicieron daño en la nuca porque lo agarraron por esa zona para transportarlo. A mí me inquieta mucho la impunidad con que actúa la policía política en Cuba.

 

No vamos a dejar de hacer lo que hacemos, porque es una cuestión de identidad. Todos los que conozco que se oponen con su trabajo, su opinión o su protesta, hacen lo mismo: ser.

 

Ser, y eso por si mismo se manifiesta contra cualquier forma de opresión, llámese política, religiosa, ideológica o del poder que sea. Pero yo pienso que ésta es de la peor clase porque supone controlar nuestra humanidad, y hacer que la gente escupa sobre ella colocándose solos el sofisticado grillete en el cuello, sí, en el cuello. Por eso, para proteger el mío, solo puedo ser lo que soy, ser quien soy.

 

Todo aparece en el video de Estado de SATS así que repetirlo es bobería porque una imagen vale más que 1000 palabras. Por eso se le tiraron a la cámara de Kizzie de Omni Zona Franca, como jauría de perros. Pero la cámara no se la pudieron llevar. Todo eso lo llevaron a cabo frente a los niños que habían reunido allí para montar el repudio con apariencia de feria por el día de los derechos humanos. Hay que aguantarse el odio cuando se piensa que el cantante conocido como Arnaldo y su Talismán se prestaron a ir allí a cantar y a gritar las consignas revolucionarias y fundamentalistas. Rodeado todo eso por la policía política. La feria más rara del mundo. Se dice que la próxima semana ese mismo cantante estará en Miami para cantar allá. Son unos puercos.

 

No solo allí; a las Damas de Blanco también se las llevaron. Mejor dicho, ni siquiera las dejaron llegar a 23 y L, donde habían anunciado que empezaría su marcha por el día mundial de los Derechos Humanos en reclamo por la libertad de los presos políticos cubanos. Para que se tenga una idea: María Cristina Labrada y su esposo Egberto Escobedo -que fue preso político 15 años-, fueron detenidos en la misma esquina de su casa y llevados a la estación Policial de Guanabo. El domingo anterior habían padecido un secuestro similar saliendo para la Iglesia de Santa Rita como todos los domingos, a reunirse con las Damas y caminar por 5ta Avenida. A Cristina la dejaron en un calabozo lleno de mosquitos y ella se acordaba de Martha Beatriz que hace ya casi un mes que está sitiada en su propia casa, unos días más recios que otros, y todo empezó por negarse en todo su derecho a la fumigación con petróleo, que nos imponen en nuestras casas mientras la ciudad se ha vuelto un vertedero. Pero los totalitarios siempre han codiciado nuestra privacidad. Cristina estuvo todo el día en aquella incomodidad y como a las 7 de la tarde también fue liberada con su marido. Pero según me contó, el carro patrullero en que los metieron salió de Guanabo hasta el municipio 10 de Octubre sin luces traseras ni delanteras y ya era de noche. Ella no sabe si para provocar un accidente o para intentar intimidarlos. A todas las Damas les ocurrió algo semejante, incluyendo por supuesto a su líder Berta Soler, que fue detenida con su esposo Ángel Moya, en similares circunstancias.

 

También en esa zona de 23 y L convocaron a los niños para una feria ese mismo día. Pero fíjense cómo operan como un mismo cuerpo que mantiene secuestrada la sociedad. Yo no sé si las madres que consintieron en que sus hijos fueran llevados ahí sabían de qué se trataba todo aquello. Yo creo que hablar de chantaje emocional, por el hecho de emplear a los niños como cortina para tapar sus actos de represión, se queda corto. Es un infierno. Cuba está viviendo la caída del Castrismo, y todo indica que éste no quiere morir sin arremeter con violencia calculada pero irracional (que se satisface en sí misma, ciega) en su soberbia. No lograron injertar en nuestra humanidad su raíz maldita.

 

La libertad y el cambio son más fuertes.

 

 

Pachanga y represión

Regina Coyula

13 de diciembre de 2013

 

Organizando mi versión de estos dos días de accidentado Encuentro Internacional por los Pactos de la ONU, eran recurrentes las imágenes finales de El Padrino II.  Allá en Sudáfrica, el mundo llora a uno de los mejores políticos que he conocido.  Nuestro General-Presidente, invitado a hablar en el acto luctuoso, exalta el perdón y la reconciliación que definen la grandeza de Nelson Mandela.  Mientras, en Cuba, un impresionante operativo policial y parapolicial concienzudamente se daba a la tarea de criminalizar las diferencias, de fracturar un poco más nuestra maltrecha sociedad.

 

Como he decidido comportarme como una persona libre, y mis visitas de la semana pasada pretendían impedirme la asistencia, adelanté mi llegada a la sede de Estado de SATS en doce horas.  Parecerá exagerado, pero sobre la medianoche se estableció un perímetro con controles de acceso y ya en la madrugada hubo personas que no pudieron llegar. Los pocos que lograron evadir los controles, daban noticias de la cantidad de detenidos; por sms también sabíamos de otras actividades y más detenidos.  La mañana del día 10, la calle frente a la casa de Antonio Rodiles, sede de Estado de SATS fue cerrada al tránsito en un tramo de cuatrocientos metros aproximadamente y comenzaron a llegar estudiantes de primaria, secundaria y preuniversitario para una actividad festiva por el día de los Derechos Humanos, una movida reactiva del gobierno desde hace apenas un lustro pues se habían dejado ganar la iniciativa de esa celebración por los opositores. Una celebración encartonada como todo lo que no es espontáneo; los muchachos, encantados de estar en una pachanga con música desde Silvio hasta Marc Anthony y no en la escuela. Cuando los ánimos se resecaban bajo el sol sin nubes de este diciembre que se niega al invierno, un reguetón o Laritza Bacallao volvían a poner en movimiento a los muchachos.  Me imagino que les habrán citado para una celebración, cuando más, un acto de reafirmación revolucionaria, me pregunto cuántos padres fueron consultados para utilizar a sus hijos menores de edad, a los que muchos supondrían en su aula dando clases.

 

Entre el bullicio de los altoparlantes y la preocupación por el reporte de más detenciones, pudo celebrarse el panel Periodismo y nuevas tecnologías.  Toda la teoría expuesta por el panel la vivimos en la práctica y experimentamos también las carencias: La comunicación vía sms con Twitter y con amigos y familiares, el contacto con medios de prensa, la documentación audiovisual de todo, puertas adentro y en la calle; la falta de conexión a internet –una vez más–, esa herramienta que no nos hará libres, pero nos permite expresar con libertad.

 

Al mediodía del 10, era evidente que no permitirían llegar a nadie más, siempre hubo creativos que se las ingeniaron, pero si me iba, me perdería a Boris Larramendi al día siguiente.

 

La noche fue muy tranquila gracias al cierre absoluto de la avenida frente a la casa.  Desde el amanecer del 11 era evidente que se repetiría el espectáculo en la calle.  Para el que crea en las energías, puedo asegurar que el ambiente en la casa era  admirable; heterogéneos desde cualquier punto de vista, desconocidos algunos el día anterior.  Escalar hombres, hermana montañas, ya lo dijo un cubano disidente.

 

El sobresalto sobre las once de la mañana se produjo con la salida de la casa de Ailer María, directora artística de SATS, quien anduvo entre los niños pequeños que habían sido alentados a pintar en el asfalto de la calle frente a la casa. Cámara en mano, Ailer caminó entre ellos sin distraerlos ni molestarlos. Inmediatamente, dos paparazzis de la policía política la asediaron y Antonio Rodiles y Gladys su mamá se acercaron de un lado, y un grupo de policías de civil y una de uniforme, del otro.  Intercambiaron palabras en medio de la música y parecía que todo se quedaría así, pero delante del portón de la casa  en la acera, a Kizzy Macías, del proyecto artístico Omni-Zona Franca, una mujer vestida de civil en un rápido movimiento desde la espalda, le arrebató la cámara con que filmaba y a continuación la levantan en peso (literalmente).  Como en las películas, ahí todo parece ralentizarse. Los audiovisuales hablarán mejor y espero que ya estén distribuidos por la red gracias a la solidaridad de cinco sorprendidos estudiantes del crucero Semestre en el mar que fueron pensando ver un proyecto de arte y pensamiento y vieron la cara del lobo disfrazado de Caperucita.

 

2

 

Ailer se había sentado en la calle en señal de protesta y el teléfono de Antonio sonaba sobre la mesa. Atendí las llamadas desde cualquier parte porque la detención de Rodiles, Kizzy, el periodista Calixto Ramón Martínez y el informático Walfrido López se reproducía viralmente por las redes sociales, luego me metí en la cocina a ayudar a preparar almuerzo para una cantidad de gente que en mi vida he cocinado, yo, que soy una pésima ama de casa.  Estar ocupada me mantuvo serena.

 

La exposición de carteles y el concierto se iniciaron dentro de la mayor incertidumbre.  Arnaldo y su Talismán y Elito Revé con su orquesta amenazaban con una noche atronadora a juzgar por los enormes amplificadores en la calle.  Qué decirles.  Debo haber estado ridiculísima coreando a Boris en todas las canciones y rapeando con David D´Omni. A mi edad no suelo sentirme joven con frecuencia, pero anoche canté por mi hijo y por todos los que no pudieron estar.  Si la oración tiene algún valor, lo tuvo anoche, pues el rezo de muchos fue que se diera sin incidentes el concierto, y un aguacero total, eso que llamamos un palo de agua, canceló la actividad que se planeara para la calle.  Como colofón, la llegada de los amigos detenidos sobre las ocho de la noche, ya ni sé qué hora era cuando nos hicimos la foto con la que cerró informalmente este accidentado encuentro.

 

3

 

Sentí miedo.  Miedo por Ailer avanzando contra la turba en una imagen que se me quedará cuando haya olvidado muchas cosas, miedo por mis amigos detenidos a los que había visto tratar con la violencia nacida del odio, miedo por Gladys la dueña de la casa, una mujer de temple a la que la salud no la acompaña, miedo porque aquello fuera preámbulo de mayores, y miedo por mí, que ni teléfono tenía en ese momento para comunicarme con mi familia, que nada sabía de la situación.  Miedo porque una cosa es lo que te cuentan y otra lo que tú ves, y muy otra, la que experimentas en primera persona, que no fue mi caso. Tuve un atisbo de la cara sucia de la represión. Pero hasta ahí.  Este miedo me hará producir enormes descargas de adrenalina, lo cual seguramente es malísimo para la salud física, pero para la salud mental ha sido un antes y un después.

 


DDHH: ¿los de los Estados o los de los ciudadanos?

Alberto Méndez Castelló

10 de diciembre de 2013

 

La Declaración Universal de los Derechos Humanos sigue siendo considerada un documento subversivo en la Cuba castrista

 

En el verano de 1952, hace la friolera de 61 años, Walter Lippmann publicó un artículo en el New York Herald Tribune titulado: “¿De qué sirven las Naciones Unidas?”. Respondiendo esa interrogante, el veterano editorialista aseguró: “Las Naciones Unidas serán incapaces de suprimir la agresión con la acción colectiva”.

 

Lippmann trataba en su columna el tan llevado y traído tema de la seguridad colectiva en la Sociedad de Naciones; al respecto apuntaba:

 

“Poca cirugía habría en el mundo si el cirujano tuviera que amputarse un brazo cuando lo llamaran a amputarle una pierna a un paciente. Poco se haría en las ciudades para castigar a los trasgresores si a fin de aprehender a un ladrón, los policías tuvieran que emprender un combate donde fuera probable que se demolieran sus propias casas, los tribunales y las cárceles”.

 

Y de esto es de lo que se trata: el cirujano de Lippmann se está quedando sin brazos al llamado de amputar a un cojo; y por castigar a presuntos trasgresores de las leyes, los policías están demoliendo sus casas, los tribunales, las cárceles, las ciudades y lo más importante de todo: a los ciudadanos mismos.

 

Con todo, hoy el problema es más grave de como lo vio Walter Lippmann en su tiempo. No se trata ya de la incapacidad de Naciones Unidas para suprimir la agresión con la acción colectiva: se trata de la incapacidad de Naciones Unidas para con la acción colectiva, suprimir la agresión de regímenes totalitarios o menos democráticos contra sus propios pueblos.

 

Y vaya paradoja: son precisamente estos mismos regímenes los que más emplean la definición de agresión, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1974, la que en su Artículo 1 expresa: “La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de la ONU”.

 

Luego, para los emperadores del siglo XXI, ¿qué significan los ciudadanos? ¿Acaso el poder del Estado no reside en la soberanía del pueblo?

 

Este 10 de diciembre un instrumento jurídico fundamental de la ONU, la Declaración Universal de Derechos Humanos, cumple 65 años. Al momento de su aprobación en 1948, la Asamblea General de Naciones Unidad recomendó a todos los estados miembros que publicaran el texto y procuraran que fuese “divulgada, expuesta, leída y comentada, principalmente en las escuelas y demás establecimientos de enseñanza, sin distinción alguna, basada en la situación política de los países o de los territorios”.

 

Como esto no ocurre en mi país, donde la Declaración de Derechos Humanos es considerada un documento subversivo —de hecho a mí los policías me la han ocupado cual si fuera un petardo incendiario—, ahora que por las exequias de Nelson Mandela el general Raúl Castro estará en Sudáfrica, una de las regiones del mundo donde con más encono fueron pisoteados los derechos universales y donde sin odio, o al menos con tolerancia, están restituyéndose esos derechos, quiero hacerle un recordatorio al General, y por qué no, a todos los que les venga el sayo.

 

El Artículo 30 de la Declaración Universal de Derechos Humanos claramente expresa:

 

“Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.

 

Y el Artículo 19 de los Derechos Universales, de forma meridiana, dice:

 

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

 

Por ejercitar el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en Cuba cualquiera puede ir a prisión, condenado mediante un Código Penal que puede sancionar a unos cuantos años de cárcel o a la pena de muerte por fusilamiento.

 

Más allá de la Ley 88 o “Ley Mordaza”, al menos cinco artículos del Código Penal son empleados por el régimen para acallar a los cubanos.

 

“¿Por qué no dice lo que piensa?”, pregunté a un intelectual amigo de la infancia.

 

“Es que no tengo vocación de mártir”, dijo.

 

Actos contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado, Revelación de Secretos Concernientes a la Seguridad del Estado, Propaganda Enemiga, Difusión de Noticias Falsas, y Otros Actos contra la Seguridad del Estado, son figuras delictivas para que, un mero artículo como este, conduzcan a la cárcel a su autor si así lo determinan quienes, cual circo romano, en Cuba deciden sobre vidas y haciendas.

 

El Artículo 53 de la Constitución de la República de Cuba dice: “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”.

 

Este lunes, vísperas del 65 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pregunté a la dependienta de una cafetería por qué no se quejaba ante sus superiores por todas las irregularidades ocurridas en su trabajo. Por toda respuesta, la mujer dijo: “Para qué, si siempre vienen con las mismas mentiras”.

 

En la Asamblea Municipal del Poder Popular de Puerto Padre, efectuada el pasado noviembre, en un arranque de sinceridad, el delegado de la circunscripción de Merchant, dijo que ya bastaba de dar respuestas que no eran tales. Se trataba de un joven comunista, vecino de un pueblito rural perdido en la costa norte de Las Tunas, precisamente, el terruño del comandante Paco Cabrera Pupo, que fuera jefe de la escolta de Fidel Castro hasta que en 1959 perdiera la vida en un accidente en Venezuela. Y téngase en cuenta que en el pueblito Merchant, como en el día que partió para la Sierra Maestra, a Paco Cabrera se le recuerda como un ídolo. Pero los ídolos ni abren rejas ni arreglan caminos ni producen pan.

 

De nada sirven las Naciones Unidas mientras tal unión sea puente para la connivencia y no para hacer ejercitar derechos universales. Aunque en diferente contexto, la pregunta de Walter Lippmann tiene la misma vigencia que cuando el editorialista la formuló. Y es que es moralmente inaceptable que una organización de socios —y más cuando estos representan naciones— firme declaraciones en el edificio de la ONU para luego, llegados a sus países, echarlas en saco roto.

 

 

(Mi) Declaración de Derechos Humanos

Regina Coyula

9 de diciembre de 2013

 

En estos días en los medios de difusión se habla mucho de “los Derechos Humanos que defendemos”. El tema ha pasado de ser tabú, hacia una asunción parcial de los postulados relativos a salud, educación y seguridad social. Muy pocos cubanos conocen la Declaración Universal; a pesar de que por cualquier cosa se edita un tabloide de esos que cuestan un peso, nunca se han atrevido a publicarla, los estudiantes universitarios no saben de qué se trata, el cuerpo íntegro pareciera una enfermedad venérea que nadie se atreve a mencionar.

 

Por primera vez soy consciente de que honrar la fecha en que se promulgó la Declaración Universal de Derechos Humanos puede ser riesgoso. La visita de “los compañeros” y “los factores” la semana pasada abre un paréntesis de amenazas que puede ir desde infundir temor hasta la acción física. No sé qué pasará mañana y desearía que no pase nada, pero cualquier medida contra personas pacíficas que desean un país próspero y diverso, confirmaría la necesidad de desenmascarar una vez más a un gobierno que se dice campeón de los Derechos Humanos “que defiende” mientras ignora los que irrespeta.

 

Cuba sigue en el imaginario de muchos en el mundo, como una alternativa donde altruistas ciudadanos construyen el proyecto social del futuro. Los cubanos por reacción a construir durante tantos años un proyecto piranesiano, somos recelosos, y se ha sacado lo peor de nosotros atizando a ricos vs pobres, homosexuales vs heterosexuales, religiosos vs ateos, exilio vs nación.

 

Parecieran diferencias superadas, pero desde el gobierno se sigue instigando al “buen ciudadano” contra el disidente, y mientras la disidencia y los diferentes conceptos de libertad sean criminalizados, quedará tarea pendiente.

 

El gobierno puede, porque tiene los medios, prohibir reuniones y hasta encarcelar activistas. Pero seguirán apareciendo caras nuevas, porque existen condiciones objetivas, porque existe en la sociedad adormilada una voluntad secreta de cambio. Un repaso rápido a los que se anotan en la lotería de visas, a los que han abandonado y siguen abandonando el territorio nacional en cualquier dirección —incluyendo a los que han dejado la vida en el intento—, a las mujeres que difieren la edad de parir y a las parejas que apenas conciben un hijo; a los que votan en blanco, anulan la boleta o no votan, a los que roban cotidianamente al Estado por acción u omisión. Personas sin confianza en las sucesivas promesas de que ahora sí. Es una enorme cifra subjetiva. Subjetiva, pero pesada como un plebiscito.

 

La Seguridad del Estado posee toda la información acerca de la situación interna, cómo se analice y cuáles pautas sigan, está por ver. Mañana tendremos un adelanto.

 

 

 

No puede volver a Cuba, está en la lista negra

Lilianne Ruiz

9 de diciembre de 2013

 

Guadalupe Bustos salió de Houston, Texas, el pasado 27 de noviembre, con toda la ilusión de su inminente viaje a Cuba. Lo que ella no sabía era que formaba parte de la “lista negra”, entregada a las autoridades del aeropuerto de Miami por la oficina de Inmigración de Cuba, con los nombres de los cubanos a quienes está vedado, por razones políticas, regresar a su país.

 

De Houston a Miami, Lupe, como la conocen sus amigos y familiares, viajó por carretera. Cargada de regalos para la familia y los muchos amigos que tiene en Cuba.. Algunos son activistas de derechos humanos y opositores políticos. Pero también tiene hermanos y sobrinos que la esperan. Uno de sus hermanos está convaleciente de una complicada operación y, por su avanzada edad, para Lupe era de primer orden hacerle la visita.

 

Llegó a Miami el día 28. Casi no pudo dormir esa noche, proyectando todo lo que supuestamente viviría en las próximas horas. Temprano, al día siguiente, salió para el aeropuerto. Al llegar, presentó todos sus documentos en regla: el pasaporte norteamericano, el pasaporte cubano y los boletos de ida y vuelta. En el aeropuerto le extendieron la famosa “tarjeta de entrada a Cuba” que pretendía rellenar más tarde, en el avión.

 

Todavía tenía sus papeles en la mano cuando se acercó a toda prisa un funcionario del aeropuerto que le preguntó a la empleada de la ventanilla cuál era el nombre de Lupe. Al oírlo le dijo:

 

-No, detén su equipaje. Acaban de llamar de Cuba, de Inmigración; dicen que ella no tiene entrada por no cumplir con los "requisitos migratorios.”

 

Lupe ha expresado, en entrevista por correo electrónico:

 

-Yo inmediatamente me impacté. Hablé con ese señor y me dio el teléfono del jefe de los vuelos de Cuba, el que había recibido la llamada, y le dije que yo necesitaba que me explicaran cuales eran esos "requisitos" que yo no cumplía y que, si lo consideraban así, por qué entonces no habían avisado a la agencia de viajes y me habían dejado comprar el pasaje; cosa que la propia agencia dice que no se explica, porque cuando una persona no tiene permiso para entrar tienen que comunicarlo antes de que compre el pasaje.

 

Las autoridades cubanas de Inmigración no respondieron ninguno de los mensajes de correo electrónico enviados por Lupe:

 

-El gobierno cubano me ha impedido la entrada a mi país, a mi tierra, sin ningún basamento, sin poder esgrimir un solo argumento en mi contra, que estuviese establecido en la ley

 

Y apunta:

 

-Son una vergüenza para el mundo, actúan así por amparar su política de totalitarismo; contra todo deseo de cambio, de libertad, de mejoramiento para nuestro pueblo. Pero también pienso que no son los dueños de una tierra y de una historia de emancipación que data de muchos años. Ellos no son los dueños de los hijos de Cuba ni de sus sueños de libertad.

 

Lupe ha mantenido por años su solidaridad con el movimiento democrático cubano. Es la madre de Ernesto Hernández Bustos, editor del blog sobre asuntos cubanos Penúltimos Días.

 

La prohibición gubernamental para que no entre al país coincide con la proximidad del 10 de diciembre. Históricamente, ese día en Cuba se ha caracterizado por el incremento de las detenciones arbitrarias, que practica la policía política, con el objetivo de impedir la celebración del Día Mundial de los Derechos Humanos por y desde la emergente Sociedad Civil.

 


Editorial del Washington Post

Antonio Rodiles boldly confronts the Castro regime

 

By Editorial Board, Published: December 9

 

A HUMAN rights conference is scheduled to open Tuesday in Havana, the capital of a regime with one of the world’s worst human rights records. A driving force behind the conference is Antonio Rodiles, a democracy activist trained in physics and mathematics who has been working for years to create more space in Cuba for open debate. That space usually has been in his house, which he has turned into a kind of think tank and creative performance center for intellectuals, artists and human rights activists.

 

Mr. Rodiles, who left Cuba in 1998 and returned in 2007, has been a critic of the regime and has suffered for it. He was arrested, beaten and held without charge for 19 days in November 2012. Last summer, he and others started a movement, Citizen Demand for Another Cuba, urging the government to ratify and implement two U.N. covenants on human rights. Now Mr. Rodiles has organized a conference marking the 65th anniversary of the Universal Declaration of Human Rights. But the regime of Fidel and Raúl Castro does not lightly tolerate such challenges to its authority.

 

In a letter to Raúl Castro dated last Friday, Mr. Rodiles said his activism continues to be met with threats from Cuban state security. His car tires were punctured and a “chemical liquid with a fetid smell was poured on its seats.” After that, urine was poured on the car seats. On Monday, we are told, Mr. Rodiles was confronted anew by state security.

 

“The situation in which we live is untenable,” Mr. Rodiles wrote in his letter. Anyone who disagrees with the regime “is destined to be treated in a humiliating and degrading way.” Cuban citizens are kept in “a total state of defenselessness” by the abusive state. “It is impossible to remain indifferent to a power that systematically steps over the dignity of citizens and its own laws with total impunity,” he wrote, “a power that orders its representatives to act as common criminals.”

 

We are reminded of similar calls to action a decade ago by the courageous dissident Oswaldo Payá, who sought a referendum on democracy in Cuba and who died in a suspicious car wreck on the island in 2012, along with another activist, Harold Cepero. Their deaths still cry out for independent investigation. Mr. Payá was subject to harassment similar to what Mr. Rodiles endures today.

 

No doubt, the Castro brothers have calculated that the oppressive power of their state apparatus will be sufficient to intimidate or overpower a handful of people at a homespun human rights conference. They are wrong. From such living rooms grows immense change. Recall that Andrei Sakharov once began a lonely quest like Mr. Payá and Mr. Rodiles, speaking out against repression when it was dangerous and only a few would dare. Mr. Rodiles has done no less, and his voice must be heard.

 


Carta que Rodiles le envió al dictador Raúl Castro

 

La Habana, 6 de diciembre de 2013

 

Sr. Raúl Castro Ruz:

 

Mi nombre es Antonio Enrique González-Rodiles Fernández, ciudadano cubano, vecino de Ave. 1ra. Numero 4606 en el Municipio Playa, La Habana, estudié Física en la Universidad de La Habana y posteriormente obtuve los títulos de Candidato a Doctor en Física y Máster en Matemáticas graduado por la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Estatal de la Florida, respectivamente. Después de 12 años viviendo fuera de mi país decidí regresar con la idea de ser parte de un proceso de cambios que nos ayude a salir de la desastrosa situación en la que vivimos.

 

En el verano del 2010, producto de estas inquietudes, y acompañado de un grupo de amigos, artistas, intelectuales, activistas, surge Estado de SATS, un proyecto cívico y cultural que propone desde el arte y el pensamiento un espacio público para el libre debate de ideas y visiones sobre nuestra nación.

 

El proyecto se realiza desde hace tres años en mi propia casa ante la imposibilidad y negativa de las autoridades para hacerlo en un espacio o institución pública. Desde sus inicios los aparatosos operativos policiales, alrededor de mi vivienda, acompañados de golpes y detenciones arbitrarias contra los asistentes, han sido una constante.

 

Mi familia y yo hemos recibido múltiples amenazas y presiones incluida una  golpiza propinada contra mi persona por varios agentes de la seguridad del Estado y una detención durante 19 días por un supuesto delito de resistencia en Noviembre pasado. Los autores de tal violación continúan impunemente cometiendo los mismos atropellos.

 

La semana pasada dos gomas de mi auto fueron punzoneadas y vertido un líquido químico de gran fetidez en los asientos, como consta en la denuncia 66804 del 26 de noviembre efectuada en la 5ta. estación de la PNR del municipio Playa.

 

Hace apenas dos días han arrojado orina en los asientos delanteros, todo esto se suma a alertas que nos han hecho llegar de posibles actos de repudio para impedir un evento que realizaremos el 10 y 11 de diciembre, celebrando el aniversario 65 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y como parte de una campaña cívica que pide la ratificación e implementación de los Pactos de la ONU.

 

Este evento tendrá las mismas características de todos los que hemos desarrollado anteriormente, donde la pluralidad de opiniones y el pleno respeto por el otro han sido nuestras premisas.

 

La situación que vivimos es insostenible, después de 54 años de manejar el país a golpe de capricho, violaciones y abusos, el resultado grita ante nuestros ojos. Todo individuo que se atreva a expresar públicamente sus discrepancias está destinado a ser tratado en forma degradante y humillante sin ninguna posibilidad de apelar a autoridad alguna.

 

Los deplorables actos de repudios, manejados a través de grupos parapoliciales, todos los abusos de poder y violaciones legales que se cometen, mantienen al ciudadano cubano en una posición de total indefensión. La gran irresponsabilidad y ambición desmedida de quienes hoy gobiernan llevarán a nuestra nación a una debacle aún mayor.

 

Con esto no solo pretendo remarcar la compleja situación que vivimos sino dejar claro mi total compromiso en la construcción de una nación basada en el respeto a los derechos y libertades fundamentales de todos los cubanos. Es imposible permanecer impasible ante un poder que sistemáticamente pasa por encima de la dignidad de los ciudadanos y de su propia ley bajo una total impunidad. Poder que ordena a sus representantes actuar como vulgares delincuentes.

 

Quienes tienen en sus manos las riendas del poder también llevan la mayor responsabilidad en el rumbo que tomen los próximos acontecimientos. Imposible permanecer impasible ante las violaciones y el abuso.

***********************************************

Nota de Manuel Castro Rodríguez: Esta carta adquiere mayor relevancia, dado que el régimen de La Habana amenazó a  quienes celebren el Día Internacional de los Derechos Humanos. Algo inconcebible en pleno siglo XXI.

 

Por ejemplo:

 

1- El vocero oficialista Manuel Henríquez Lagarde escribió: “El pueblo de Cuba sabrá responder, con la fuerza moral que le infunde la verdad, a estos nuevos intentos de desestabilización, sean de la generación que sean, lo mismo en la web que en las calles”.

http://cambiosencuba.blogspot.com.es/2013/12/dia-internacional-de-los-derechos.html

 

Los cubanos sabemos que mensajes como ese son preludio de agresiones fascistas como las que pueden verse en este enlace:

http://profesorcastro.jimdo.com/m%C3%ADtines-de-repudio-de-la-cuba-de-fidel-castro/

 

2- La bloguera independiente Regina Coyula, exoficial del MININT, denunció:

 

Estaba convencida de que mis antiguos compañeros del G2 no se molestarían conmigo.  Un ratico manoseando este blog basta para convencerse de que soy un caso sin remedio.  Pero no fue el blog lo que hizo a los compañeros  que ‘me atienden’,  ‘profilactarme’  ayer por  la mañana.  Fue el consejo  –y la advertencia- de no participar en el Estado de SATS programado los días 10 y 11. Fueron enfáticos: No permitiremos la actividad”. La denuncia completa puede verse en este enlace:

http://lamalaletra.wordpress.com/2013/12/06/companeros-y-factores/

 

Toda persona que se considere demócrata tiene el deber moral de condenar tales hechos, que constituyen violaciones flagrantes de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

 

 

DDHH: ¿los de los Estados o los de los ciudadanos?

Alberto Méndez Castelló

10 de diciembre de 2013

 

La Declaración Universal de los Derechos Humanos sigue siendo considerada un documento subversivo en la Cuba castrista

 

En el verano de 1952, hace la friolera de 61 años, Walter Lippmann publicó un artículo en el New York Herald Tribune titulado: “¿De qué sirven las Naciones Unidas?”. Respondiendo esa interrogante, el veterano editorialista aseguró: “Las Naciones Unidas serán incapaces de suprimir la agresión con la acción colectiva”.

 

Lippmann trataba en su columna el tan llevado y traído tema de la seguridad colectiva en la Sociedad de Naciones; al respecto apuntaba:

 

“Poca cirugía habría en el mundo si el cirujano tuviera que amputarse un brazo cuando lo llamaran a amputarle una pierna a un paciente. Poco se haría en las ciudades para castigar a los trasgresores si a fin de aprehender a un ladrón, los policías tuvieran que emprender un combate donde fuera probable que se demolieran sus propias casas, los tribunales y las cárceles”.

 

Y de esto es de lo que se trata: el cirujano de Lippmann se está quedando sin brazos al llamado de amputar a un cojo; y por castigar a presuntos trasgresores de las leyes, los policías están demoliendo sus casas, los tribunales, las cárceles, las ciudades y lo más importante de todo: a los ciudadanos mismos.

 

Con todo, hoy el problema es más grave de como lo vio Walter Lippmann en su tiempo. No se trata ya de la incapacidad de Naciones Unidas para suprimir la agresión con la acción colectiva: se trata de la incapacidad de Naciones Unidas para con la acción colectiva, suprimir la agresión de regímenes totalitarios o menos democráticos contra sus propios pueblos.

 

Y vaya paradoja: son precisamente estos mismos regímenes los que más emplean la definición de agresión, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1974, la que en su Artículo 1 expresa: “La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de la ONU”.

 

Luego, para los emperadores del siglo XXI, ¿qué significan los ciudadanos? ¿Acaso el poder del Estado no reside en la soberanía del pueblo?

 

Este 10 de diciembre un instrumento jurídico fundamental de la ONU, la Declaración Universal de Derechos Humanos, cumple 65 años. Al momento de su aprobación en 1948, la Asamblea General de Naciones Unidad recomendó a todos los estados miembros que publicaran el texto y procuraran que fuese “divulgada, expuesta, leída y comentada, principalmente en las escuelas y demás establecimientos de enseñanza, sin distinción alguna, basada en la situación política de los países o de los territorios”.

 

Como esto no ocurre en mi país, donde la Declaración de Derechos Humanos es considerada un documento subversivo —de hecho a mí los policías me la han ocupado cual si fuera un petardo incendiario—, ahora que por las exequias de Nelson Mandela el general Raúl Castro estará en Sudáfrica, una de las regiones del mundo donde con más encono fueron pisoteados los derechos universales y donde sin odio, o al menos con tolerancia, están restituyéndose esos derechos, quiero hacerle un recordatorio al General, y por qué no, a todos los que les venga el sayo.

 

El Artículo 30 de la Declaración Universal de Derechos Humanos claramente expresa:

 

“Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.

 

Y el Artículo 19 de los Derechos Universales, de forma meridiana, dice:

 

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.

 

Por ejercitar el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en Cuba cualquiera puede ir a prisión, condenado mediante un Código Penal que puede sancionar a unos cuantos años de cárcel o a la pena de muerte por fusilamiento.

 

Más allá de la Ley 88 o “Ley Mordaza”, al menos cinco artículos del Código Penal son empleados por el régimen para acallar a los cubanos.

 

“¿Por qué no dice lo que piensa?”, pregunté a un intelectual amigo de la infancia.

 

“Es que no tengo vocación de mártir”, dijo.

 

Actos contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado, Revelación de Secretos Concernientes a la Seguridad del Estado, Propaganda Enemiga, Difusión de Noticias Falsas, y Otros Actos contra la Seguridad del Estado, son figuras delictivas para que, un mero artículo como este, conduzcan a la cárcel a su autor si así lo determinan quienes, cual circo romano, en Cuba deciden sobre vidas y haciendas.

 

El Artículo 53 de la Constitución de la República de Cuba dice: “Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista”.

 

Este lunes, vísperas del 65 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, pregunté a la dependienta de una cafetería por qué no se quejaba ante sus superiores por todas las irregularidades ocurridas en su trabajo. Por toda respuesta, la mujer dijo: “Para qué, si siempre vienen con las mismas mentiras”.

 

En la Asamblea Municipal del Poder Popular de Puerto Padre, efectuada el pasado noviembre, en un arranque de sinceridad, el delegado de la circunscripción de Merchant, dijo que ya bastaba de dar respuestas que no eran tales. Se trataba de un joven comunista, vecino de un pueblito rural perdido en la costa norte de Las Tunas, precisamente, el terruño del comandante Paco Cabrera Pupo, que fuera jefe de la escolta de Fidel Castro hasta que en 1959 perdiera la vida en un accidente en Venezuela. Y téngase en cuenta que en el pueblito Merchant, como en el día que partió para la Sierra Maestra, a Paco Cabrera se le recuerda como un ídolo. Pero los ídolos ni abren rejas ni arreglan caminos ni producen pan.

 

De nada sirven las Naciones Unidas mientras tal unión sea puente para la connivencia y no para hacer ejercitar derechos universales. Aunque en diferente contexto, la pregunta de Walter Lippmann tiene la misma vigencia que cuando el editorialista la formuló. Y es que es moralmente inaceptable que una organización de socios —y más cuando estos representan naciones— firme declaraciones en el edificio de la ONU para luego, llegados a sus países, echarlas en saco roto.

 

Basílica de la Caridad del Cobre

Nelson Santana:

(sacerdote católico)

que se acaben las hostilidades, que la gente que piense de una manera u otra puedan expresar sus ideas y manifestarse”.

Ángel Moya:

(expreso político)

Es muy lamentable que después de más de un mes y medio de represión, la jerarquía de la Iglesia católica siga sin pronunciarse”.

La tiranía de los hermanos Castro

reprime a las Damas de Blanco

el domingo 25 de agosto de 2013

 

Este domingo continuaron las detenciones de Damas de Blanco y opositores para impedirles su asistencia a misa.

 

En Matanzas el número de arrestos ascendió a 24.

 

En el Santuario del Cobre, más de 50 Damas de Blanco fueron asediadas por agentes de la policía política vestidos de civil y por “brigadas de respuesta rápida” -grupos paramilitares organizados por orden de Fidel y Raúl Castro.

 

Óigase a Leticia Ramos Herrería

http://realaudio.rferl.org/ocb/CU/2013/08/25/f69b9ec5-017d-43d1-8132-571d21dc90a8.mp3

 

Óigase a Ana Borrero Tamayo

http://realaudio.rferl.org/ocb/CU/2013/08/25/f0e33199-2965-447f-b04e-2b2467c16887.mp3

Reprimen el Té Literario

de las Damas de Blanco en Santiago de Cuba

18 de agosto de 2013

El régimen de La Habana viola flagrantemente el

convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) del cual Cuba es signataria.

Sindicato de médicos brasileños

denuncia trabajo esclavo de médicos cubanos

Médicos cubanos tendrán

condición análoga a esclavos en Brasil

22 de agosto de 2013

La represión castrista

del domingo 18 de agosto de 2013

Óigase a Miraida Martín

http://realaudio.rferl.org/ocb/CU/2013/08/18/b64879c7-1ab8-4e36-84f7-885d45808f88.mp3

 

Óigase a Berta Soler,

la líder de las Damas de Blanco

http://realaudio.rferl.org/ocb/CU/2013/08/18/6f54307b-b2dd-414f-8db6-e8297ef61575.mp3

La violencia no tiene silla

Raúl Rivero

18 de agosto de 2013

 

Hace ya algunos años, creo que demasiados, en Varsovia, conocí en una reunión de amigos a uno de los economistas que dirigió el equipo de sabios que le dio el borrón definitivo a las estructuras enfermas del socialismo en Polonia.

 

El hombre, ya jubilado, acababa de hacer un viaje a Cuba, acompañado por su esposa y con más curiosidad profesional que deseos de ver el malecón. “Por lo que observé allá”, dijo, “todo está listo para barrer las ruinas y levantar el país. ¿Qué pasa? ¿Por qué no empiezan el diálogo y la transición?”

 

Un periodista español, que trabajó como corresponsal en La Habana, se adelantó. Le respondió al intelectual polaco que los jefes comunistas caribeños no querían dejar el poder, no tenían interés por el progreso de su país y que, para aferrarse a sus privilegios, usaban la violencia todos los días en contra de la oposición.

 

La conversación se diluyó después en las disquisiciones sobre la imposibilidad de copiar o transferir experiencias de una nación a otra y en temas que se llevaron la desmemoria y el otoño varsoviano. Pero la reflexión del comunicador español sigue vigente.

 

Para ver esa realidad, el rigor creciente del régimen, hay que desechar a los cantamañanas y tracatanes de la dictadura.

 

No se puede creer en la honestidad de quienes, desde los laboratorios del gobierno, promueven la filosofía del abrazo en el exilio para que se disimulen las palizas a los opositores en el territorio nacional, como la que recibió esta semana la dama de blanco Sonia Garro en la cárcel de mujeres del Guatao donde está encerrada sin juicio desde marzo del año pasado.

 

Sólo las fuentes de verdad libres y solventes del periodismo independiente dan a conocer la realidad de esas acciones de violencia permanente que sufren los activistas de la oposición pacífica y las Damas de Blanco.

 

Las reseñas más recientes muestran a los grupos de apapipios estatales, dirigidos por militares, que trabajan con fuerza en La Habana, Matanzas, Placetas y Santiago de Cuba. Y revelan, cada semana, un aumento de las sesiones públicas de palizas o de maltratato físico en los calabozos de las comisarías.

 

La Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), fundada en el verano del 2011 por José Daniel Ferrer, la organización nacional que reúne a más de un 80 por ciento de los opositores, tiene en estos momentos a 33 activistas que cumplen condenas en las prisiones.

 

Se sabe que hay interés en ciertas zonas de la Unión Europea por usar unos lentes especiales que le permitan ver, y hacer ver a los ingenuos o a los crédulos devotos del comercio y los negocios, que se producen grandes cambios en Cuba y que podrán llegar aperturas y diálogos.

 

Hay que recordarles siempre que en una mesa civilizada para hallar la concordia no hay espacios para el taburete de los que vienen con palos y revólveres en las manos y llaves de celdas en los bolsillos.

A la profesora Cobas Cobiella ni le permitieron entregar las medicinas que su madre necesita

18 de diciembre de 2013

 

Ya ni a cubanos que guardan silencio cómplice ante los crímenes de la dictadura castrista lo dejan entrar a Cuba, por ejemplo: el domingo15 de diciembre de diciembre,  una académica cubana que viajó a La Habana para visitar a su madre, de 74 años y recién operada de cáncer de piel, le impidieron entrar a Cuba. “Le llevaba las medicinas que ella necesitaba, pero ni siquiera me permitieron entregar el paquete a mi familia, que me esperaba en el aeropuerto”, dijo la Dra. María Elena Cobas Cobiella, profesora de Derecho de la Universidad de Valencia, en España. La Dra. Cobas Cobiella expresó: “Me sacaron de la fila, me interrogaron tres oficiales y me montaron de nuevo en el avión, como si yo fuera una delincuente”.

 

Los militares no le dieron explicaciones. “Solo que el Gobierno no me dejaba entrar”, explicó este miércoles la Dra. Cobas Cobiella. Esto ocurrió aunque en septiembre pasado el Consulado General de Cuba en Barcelona le expidió un nuevo pasaporte “habilitado” –un sello estampado en el pasaporte que le autoriza a entrar a su patria.

 

Su caso no es el único. Impedirles la entrada a cubanos que estaban “autorizados” a visitar su patria, no son hechos aislados.

Tiranía castrista impide

que cubana vea a su padre por última vez

Blanca Reyes (primera por la derecha), con otras líderes de las Damas de Blanco, el pasado abril en Bruselas, cuando recogieron el premio Sájarov otorgado por el Parlamento Europeo en 2005.

La representante de las Damas de Blanco en Europa, Blanca Reyes Castañón, denunció el miércoles 15 de agosto de 2013 la “monstruosidad” de la dictadura cubana por haberle denegado el visado de entrada en Cuba para visitar a su padre, de 93 años y que está enfermo. La disidente cubana había solicitado formalmente un visado humanitario el pasado 22 de julio.

 

Aunque el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa: “Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”, Corea del Norte y Cuba les exigen permiso de entrada a sus nacionales.

 

Blanca Reyes Castañón es una de las fundadoras de las Damas de Blanco, movimiento fundado por mujeres familiares de los 75 opositores detenidos en la Primavera Negra de 2003, la mayoría excarcelados hace tres años.

 

Reyes es la esposa del laureado poeta cubano Raúl Rivero, que fue condenado en la Primavera Negra de 2003 por el régimen castrista a 20 años de prisión “por ejercer el periodismo independiente y expresar sus opiniones sobre la realidad cubana”, según afirmó el Gobierno español de Rodríguez Zapatero.

 

 

El consulado cubano le indicó a Blanca Reyes que tienen derecho a decidir a quien conceden el visado

 

Ayer (por el martes) me denegaron el visado”, declaró Reyes a Europa Press. “Un funcionario me informó de que las autoridades cubanas tienen derecho a decidir si conceden el permiso o no”, agregó.

 

Su interlocutor en el consulado cubano le indicó asimismo que tenía la opción de solicitar un permiso a la Cruz Roja Internacional, una opción que la disidente cubana ha rechazado por considerarla “una traición” a sus principios. “Es humillante y desastroso” que un ciudadano cubano no pueda regresar a su casa, subrayó.

 

El principal objetivo de Reyes, quien lleva en España desde el 31 de marzo de 2005, era visitar a su padre, que padece ceguera y por la noche sufre delirios debido a una demencia senil. Según Reyes, el Gobierno de Raúl Castro ha cometido “una monstruosidad” al impedirle regresar a su hogar y poder así despedirse de su padre. “Es humillante que se cuestione mi visita”, puntualizó la presidenta de la Asociación Damas de Blanco.

 

En relación con la última modificación de la ley migratoria cubana, la portavoz de las Damas de Blanco en Europa recalcó que todo es “mentira” y que el próximo septiembre denunciará en Bruselas la situación que sigue existiendo en La Habana. Finalmente, precisó que no tiene pensado pedir ayuda al Gobierno de España y que seguirá luchando contra la dictadura de los hermanos Castro, así como por los derechos y las libertades de los cubanos.

 

Denuncian que La Habana practica el “apartheid político”

 

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) condenó por su parte la “actitud segregacionista” del régimen castrista y exigió que “se eliminen de una vez por todas estas barreras ideológicas que dividen la nación cubana”.

 

El OCDH, dirigido por el exprisionero de conciencia Alejandro González-Raga, señaló en un comunicado que el caso de Blanca Reyes “se suma a la larga lista de cubanos a los cuales el Gobierno priva de este derecho”.

 

La OCDH consideró asimismo que estas acciones sitúan al régimen cubano “dentro del cada vez más limitado círculo de los regímenes practicantes de apartheid político”.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.