LA GEOGRAFÍA DE CUBA

Siguiendo al historiador catalán Joseph Fontana -para quien la finalidad principal de la investigación histórica es ayudar a los hombres a que mediante el desciframiento del pasado, puedan comprender las razones que explican su actual comportamiento y las perspectivas de las que deben partir en la elaboración de su futuro-, nos proponemos utilizar la herramienta del análisis histórico, para la transformación del presente, no como el acostumbrado quehacer cotidiano adornado con invocaciones revolucionarias que no se realizan.

 

Engels expresó: “Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo”.

 

Transformar el mundo, dijo Marx; cambiar la vida, dijo Rimbaud: estas dos consignas para nosotros son una sola”, expresó André Breton.

 

Para poder cambiar algo, tenemos que estar vivo. Y para estar vivo, necesitamos satisfacer nuestras necesidades más elementales: comer, vestirnos, resguardarnos de las inclemencias del tiempo. Esto le ocurre a todo el mundo,  ¿o no?

 

En el Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, Karl Marx expresa: “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”.

 

Manuel Moreno Fraginals -historiador marxista cubano, ya fallecido- expresó: “Creo que, metodológicamente, hay dos aspectos básicos del Caribe sin los cuales no hay posible acercamiento a su comprensión: la geografía y la demografía caribeña”. Vamos a comenzar a analizar la sociedad cubana, describiendo las características geográficas de nuestra patria.

 

El geógrafo alemán Friedrich Wilheim Heinrich Alexander, Barón de Humboldt (1769-1859), llamó “Mediterráneo de muchas bocas” al Mar Caribe. Dentro de ese espacio geográfico, destaca el archipiélago cubano por su privilegiada ubicación estratégica, a tal punto que desde los tiempos de Felipe II, se conoce a Cuba como ‘La Llave del Golfo’.

 

Cuba era paso obligado para el tránsito a Nueva España y el Perú, punto esencial para el control del tráfico comercial oceánico y zona inmejorable para la práctica del contrabando. La prohibición de comerciar con el extranjero produjo un gran incremento del contrabando, que sirvió de incentivo a los numerosos corsarios y piratas que asolaron los mares hasta muy entrado el siglo XVIII. Realizaron frecuentes incursiones en las costas cubanas, saqueando pueblos y ciudades sin exceptuar la capital, obteniendo espléndidos botines.

Con una dotación de 200 hombres y varias baterías de cañones, el Castillo de los Tres Reyes del Morro fue pieza clave en la defensa de La Habana contra los ataques de corsarios y piratas. Su construcción comenzó en 1589 y concluyó en 1630, en el lado Este del canal de acceso al puerto de La Habana. Esta fortaleza semeja un polígono irregular, ya que sus constructores tuvieron que adaptarse a las características topográficas del arrecife sobre el que fue erigido. Armada con artillería pesada, entre otras con una batería de 12 cañones con el nombre de los 12 apóstoles, fue considerada inexpugnable durante unos 150 años.

 

En 1762, durante la toma de La Habana por los ingleses, el Castillo del Morro -comandado por el Capitán de Navío Luis V. de Velasco-, resistió heroicamente desde el 6 de junio hasta el 12 de agosto, el asedio de tropas conjuntas del ejército y la marina británicos, comandadas respectivamente por el conde de Albemarle y el Almirante Sir George Pocock. Los ingleses sólo pudieron apoderarse de La Habana, después de hacer estallar una mina bajo los muros del Castillo del Morro. Pocos años después de su construcción, al Castillo se le anexó un faro, que en sus orígenes era de cal y canto, y utilizaba leña como combustible. En 1845, el viejo faro fue sustituido por otro de sillería, de 45 metros de altura sobre el nivel del mar, el mismo que existe actualmente, constituyendo una de las imágenes más conocidas de la capital cubana.

 

Un año más tarde, a través del tratado de Fontainebleau -6 de julio de 1763- se acordó la devolución de La Habana a España, a cambio de la península de La Florida. Luego de la retirada de los británicos se comenzó con la reconstrucción de la ciudad y del Castillo de los Tres Reyes del Morro.

Las fortificaciones de La Habana mantuvieron a raya a los corsarios y piratas.

 

Cuba era la región de América donde más rápidamente repercutían los conflictos entre las potencias europeas, como lo demuestra la toma de La Habana por los ingleses y su posterior devolución a cambio de La Florida, que actualmente es uno de los territorios más ricos de Estados Unidos.

 

Los motivos expuestos ayudan a entender la importancia de Cuba, tanto por razones militares como económica: la excelencia de las maderas cubanas y la posibilidad de reafirmar a Cuba como floreciente productora de artículos de extraordinaria aceptación en el Viejo Mundo: azúcar, tabaco, cacao, etc.

 

Cuando Cristóbal Colón llegó a lo que después sería Cuba, expresó: “Ésta es la tierra más hermosa que ojos humanos vieron”. Posteriormente, los británicos se adueñaron de La Habana, durante un año.

 

Algunos consideran que la verdadera historia de Cuba empieza en 1763, después que España recuperó La Habana. La Universidad de la Habana existía desde principios del siglo XVIII, pero aún no habían podido cosecharse los frutos de su fundación.

 

El Arsenal, establecido en La Habana, adquirió gran importancia, porque la excelencia de las maderas cubanas aseguraba notoria superioridad a las naves construidas en Cuba. El traslado del Apostadero de la escuadra de Barlovento desde Veracruz al puerto habanero, aumentó considerablemente su importancia y seguridad.

 

Sucesivas disposiciones aliviaron primero y destruyeron después, el sistema de privilegios comerciales, mal llamados del ‘Pacto colonial’ y abrieron los puertos de Cuba al tráfico universal que había de proporcionarle en breve plazo, una prosperidad extraordinaria. Pero ninguno de estos poderosos elementos de progreso habría llegado a ser tan grande, sin el despertar y la fuerte sacudida que siguió a la recuperación de La Habana; algunos gobernantes de aquella época y los cubanos que se distinguieron brillantemente en todos los campos –menos en el de los derechos humanos-, transformaron en buena medida a Cuba, aunque pesaba sobre ella la afrenta de la esclavitud, que poco tiempo después denunciaría el Barón de Humboldt, cuya obra sería prohibida en Cuba.

 

La primera vez que el Barón de Humboldt fue a Cuba, lo hizo en un barco procedente de Venezuela; así describe su primer contacto con nuestra patria: “Entramos en el puerto de La Habana el 19 de diciembre, después de 25 días de travesía a través de un constante mal tiempo… La vista de La Habana, a la entrada del puerto, es una de las más alegres y pintorescas de que pueda gozarse en el litoral de la América equinoccial, al norte del ecuador…” Tiene especial mención a nuestras palmas, que describe como “…crecen derechas hacia el cielo…”. ¿Qué cubano que resida en el extranjero no añora ver el paisaje que describe el Barón de Humboldt?

 

La isla de Cuba es la mayor entre las Antillas Mayores, constituyendo su porción más occidental. Cuba está situada a la entrada del Golfo de México, en el Mar Caribe. Las tierras más próximas a Cuba son: al Este, Haití (77 kilómetros); al Oeste, la Península de Yucatán (210 kilómetros); al Norte, la Península de La Florida (180 kilómetros); y al Sur, Jamaica (140 kilómetros).

Cuba domina las dos entradas al Golfo de México al Oeste, el Estrecho de La Florida al Norte y el Canal de Yucatán al Sur.

 

El archipiélago cubano está formado por la Isla de Cuba, la Isla de Pinos –rebautizada como Isla de la Juventud por Fidel Castro– y unas 1.600 isletas y cayos agrupados en cuatro conjuntos que son los archipiélagos de Los Colorados, Jardines del Rey o Sabana-Camagüey, Jardines de la Reina y Canarreos.

 

La isla de Cuba se extiende a lo largo de unos 1.200 Km. desde el Cabo de San Antonio, al Oeste, hasta la Punta de Maisí, su extremo oriental, y tiene una anchura que varía entre los 32 y 210 kilómetros. Cuenta con unos 4 mil Km. de costas, y su forma alargada y estrecha ha sido comparada con la figura de un caimán.

 

La divisoria principal de las aguas da lugar en el Archipiélago a dos vertientes hidrográficas, la septentrional y la meridional. Sus cuencas son de forma estrecha y alargada, formadas por ríos de curso corto y caudal reducido. Los ríos fluyen en dirección norte o sur, con excepción del mayor de los ríos de Cuba, el Cauto que corre de este a oeste. El río más largo es el Cauto, de 250 Km. de longitud, seguido del Sagua la Grande y el río Zaza. El más caudaloso es el río Toa.

 

Los cayos y los arrecifes de coral se extienden a lo largo del litoral. Por su origen, el tipo de costas coralinas es el más extendido en el Archipiélago, existiendo también las costas de falla al sur de las provincias orientales. Son características en la Isla, las costas bajas y pantanosas y las acantiladas. Los mares que bañan las costas del archipiélago son: al Norte y al Este, el Océano Atlántico; al Sur, el Mar Caribe; y al Oeste, el Golfo de México.

 

La línea de costa de Cuba es extremadamente irregular y está formada por numerosos golfos y bahías, como los golfos de Batabanó y Guacanayabo, y la Bahía de Cochinos. La Isla cuenta con excelentes y abundantes puertos naturales que conforman bahías; las más notables son las de La Habana, Cárdenas, Matanzas y Nuevitas en la costa norte, y Guantánamo, Santiago de Cuba y Cienfuegos en la costa sur.

 

Dada la configuración estrecha de la principal isla que conforma el archipiélago cubano, nuestros ríos no son ni largos ni muy caudalosos, pero el déficit de aguas superficiales se compensa con la gran disponibilidad de aguas subterráneas, facilitada por el grueso macizo calizo que se prolonga a lo largo de Cuba desde Guanahacabibes hasta la cuenca del Cauto. Ese manto posee una gran capacidad de absorción de aguas en áreas muy extensas y, por ello, la infiltración es cuantiosa.

 

Es por eso que en Cuba hay tantos ríos que tienen sumideros, o sea que se internan en las profundidades para luego aparecer de nuevo, como el famoso Cuyaguateje o río ‘cuya agua teje’.

 

Los lagos de agua dulce son muy pequeños. Tradicionalmente, se consideraba a la Laguna de Ariguanabo, como la más extensa del país, pero ha ido disminuyendo su caudal y extensión a medida que se taló la zona y se extrajo agua para el abastecimiento de industrias y ciudades. Otra laguna importante es la Laguna del Tesoro, en la Ciénaga de Zapata; su forma es circular encontrándose su región más ancha de este a oeste (3.200 m) y su largo máximo de norte a sur (4.000 m). Su superficie es de 9 Km², con una profundidad que no pasa los 10 metros. La región lacustre más importante se encuentra al occidente de la Isla en el Istmo de Guanacabibes, donde de costa a costa, se suceden más de 100 lagunas, en su mayoría originadas en depresiones de fondo arcilloso. La mayor de éstas es la Laguna del Pesquero, de unos 4 Km2 de superficie.

 

Las precipitaciones medias anuales son de 1.320 milímetros. y están distribuidas geográficamente en una forma bastante equilibrada. Ese promedio sitúa a Cuba muy por encima de la media mundial. Con una humedad relativa del 75%, el promedio de días de lluvia está entre 80 y 100. En necesario señalar que hay factores regionales que pueden modificar los elementos del clima, entre ellos: la altura, naturaleza del suelo y presencia o ausencia de vegetación.

 

En los últimos años, Cuba se ha visto azotada por una sequía tras otra, lo que guarda estrecha relación con la deforestación y los incendios forestales; el índice de deforestación era de 4,6% en 2006, siendo Ciudad de la Habana (32,6), Holguín (8,9), Guantánamo (8,5) y Villa Clara (8,0) las provincias más deforestadas. En 1997, se produjeron 252 fuegos forestales en Cuba, cifra que aumentó a 263 en 1998, dejando como saldo miles de hectáreas debosques chamuscadas. Pinar del Río, Matanzas y Camagüey son las provincias más afectadas por los incendios de regulares y grandes proporciones, con pérdidas de 29.676 hectáreas entre 2001 y 2006.

 

En 2005, el viceministro del sector, José Díaz Duque, declaró que la degradación de los suelos y la deforestación son los principales problemas ambientales de Cuba. Cerca de un 60% de la tierra cubana está sometido a algún tipo de factor de extenuación. Durante la conferencia inaugural de la V Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que se realizó en La Habana, el viceministro afirmó que esos problemas son el resultado de años de malas prácticas productivas y sobreexplotación de los terrenos.

 

El calentamiento de Cuba se debe a que está casi rodeada por la contra-corriente cubana, formada por una rama de la corriente ecuatorial del norte, que se separa de esta a nivel del Canal Viejo de Bahamas y va rodeando la costa norte de la Isla hacia el oeste, a la altura del Cabo de San Antonio gira bordeando la costa sur hacia el este. El efecto de esta corriente se refuerza por la corriente contraria de igual naturaleza, denominada corriente ecuatorial del sur y del norte. Al mezclarse estas dos corrientes originan la del Golfo, la que se interna posteriormente en el Atlántico. Este panorama provoca un reforzamiento térmico de la contracorriente cubana, principalmente en la región norte y occidental de Cuba.

 

Atendiendo a lo antes mencionado y a la ubicación geográfica de Cuba en la zona tórrida o intertropical, su clima se clasifica como húmedo de sabana, con dos estaciones bien definidas: la seca -invierno, de noviembre a abril-, y la lluviosa -verano, de mayo a octubre-. De ahí las expresiones populares: ‘El agua de abril cabe en un barril’ y ‘Octubre todo lo pudre’.

 

A diferencia de la mayor parte de las Antillas Mayores, Cuba es un país de llanuras. Aproximadamente, una cuarta parte de la superficie de Cuba es montañosa. Las colinas se encuentran en toda la Isla y alternan con las llanuras. Las cadenas montañosas son de poca elevación; las más notables son la Sierra del Rosario -en la región occidental-, la Sierra del Escambray -en la región central- y la Sierra Maestra -en la región oriental-. Esta última, ubicada en el sureste del país, es la de mayor altitud y extensión, y en ella se encuentra la mayor elevación de Cuba: el Pico Real del Turquino: 1.974 metros sobre el nivel del mar.

 

Cerca del 75% de la superficie cubana está compuesta por tierras llanas o suavemente o­nduladas, lo cual hace fácil su cultivo. Según datos del año 2006, el área agrícola es de 6.6 millones de hectáreas, de las cuales 3.1 millones está cultivada, mientras que 2.3 millones son pastos naturalesy 1.2 millones está ociosa.

 

El relieve y el clima de Cuba favorecen la fertilidad de los suelos. Además, esas tierras son profundas en capa vegetal, a diferencia de muchos países tropicales donde existe un precario equilibrio ecológico que no resiste la intervención humana, como en efecto sucede en grandes áreas del Amazonas. Según Levi Marrero –geógrafo cubano, ya fallecido-, los suelos de Cuba contienen “vastísimas áreas de latosoles, típicos suelos zonales, profundos y maduros resistentes al abuso del monocultivo secular y la erosión,….constituyen otra de las excepciones que dan a Cuba una posición única en el mundo inter-tropical...”. Esto está confirmado por infinidad de científicos que desde el Barón de Humboldt hasta el presente, se han percatado de dicha característica.

 

Cuba cuenta con una amplia variedad de vegetación tropical. La flora cubana se caracteriza por su extraordinaria riqueza, localizándose entre 7.500 y 8.000 especies, de las cuales 6.000 son plantas superiores y es muy notable que un 50 por ciento de las mismas sean endémicas. La especie de árbol predominante es la palma, de la que Cuba posee más de 30 especies endémicas, destacando la palma real. Otras especies de la flora autóctona son: pino, caoba, ébano, encina y mangle. Entre los árboles y plantas frutales, se destacan el banano y los cítricos.

 

La temperatura promedio ha aumentado ligeramente en los últimos años. La temperatura media anual en invierno es de 25 grados C y en verano es de 28 grados C. Lahumedad relativa es de 80%. Los extremos de calor y de humedad relativa, son provocados por los vientos dominantes del noroeste. Cuba se encuentra en una región de vientos alisios y frecuentemente es afectada por violentos huracanes, que se producen de junio a noviembre, siendo los meses de septiembre y octubre los más peligrosos tanto por su frecuencia de paso como por la intensidad.

 

En Cuba se registran las mayores oscilaciones de temperatura de las Antillas; esto se debe a factores que modifican el clima. Entre ellos, el hecho significativo de que la isla de Cuba está situada en unas latitudes “cuyo arco convexo parece alcanzar la línea del Trópico de Cáncer, del cual dista en su extremo septentrional la Punta del Francés unos 22 Km. A tan corta distancia del Norte de Cuba alcanzan su recorrido hacia el Norte los rayos solares verticales del solsticio de verano, antes de reiniciar casi frente a La Habana su viaje de retorno, de junio a diciembre…Esta posición marginal dentro del mundo tropical junto a un mar tibio que envuelve la Isla de configuración atenuada facilita la acción de los alisios todo el año sin que su influencia sea interferida por altas montañas….. {lo que} incluye a Cuba dentro de una categoría denominada clima de litoral de alisios”.

 

Ello explica científicamente, lo que decíamos los cubanos cuando comparábamos a nuestra patria con países tropicales o subtropicales: en Cuba, en el verano hay calor, pero corre la brisa; cualquiera se puede refrescar a la sombra. Desgraciadamente, esto ha cambiado, ya no es tan fácil refrescarse a la sombra.

 

La cercanía de Cuba a la gran masa continental facilita el descenso tonificante de las temperaturas. El invierno cubano -de diciembre a abril- es más seco y resulta delicioso con días brillantes y temperaturas muy agradables. Existen localidades donde desciende la temperatura a 12 grados C y a veces menos, lo cual resulta muy beneficioso para algunos cultivos de vegetales de invierno, que requieren algún descenso de temperatura, seguido de calor.

 

Cuba no es un país grande, pero es mayor que Escocia (78,8 Km²) y Gales (33.3 Km²) y un poco menor que Inglaterra (129,7 Km²). Dentro de las clasificaciones geográficas, Cuba clasifica dentro del tipo intermedio o mediano: de 100 mil a 250 mil Km².

 

No obstante, ese dato no es tan importante como parece, pues países con enormes extensiones de terreno no logran colonizarlas, como sucede en Brasil, Canadá y Rusia. Cuba es diferente, pues el 80% de su superficie tiene valor económico agrícola, lo cual hace que su área que representa el 0,081% de la tierras emergidas, constituye el 0,15% del área económica mundial.

 

Una comparación interesante: La superficie de México es de 1.972 M Km², mientras que la superficie de Cuba es de 111 M Km². Es decir, la superficie de México es 18 veces mayor que la superficie de Cuba, pero México sólo tiene un 12% de suelos de primera clase, mientras que Cuba contaba con un 60% de suelos de primera clase.

 

Otra comparación interesante: En el 2006, con una superficie de 111 M Km² -el 75% de la superficie cubana son terrenos llanos o suavemente o­ndulados-, Cuba tenía una población residente de 11,2 millones de habitantes –o sea, 101 personas por Km²-, mientras que la superficie de Taiwán es de 36 M Km2 –el 66% de su superficie son montañas y colinas-, y tenía una población residente de 22,9 millones de habitantes –o sea, 636 personas por Km².

 

El clima de Taiwán es marino tropical; periodo lluvioso con el monzón del sudoeste entre junio y agosto. En Taiwán, los cielos cubiertos son habituales a lo largo del año, mientras que Cuba tiene un promedio de 330 días de sol al año.

 

La plataforma insular de Cuba incluye casi 75 M Km², o sea el 68% del territorio emergido. La sección más ancha al este de la Isla de la Juventud tiene 140 Km. de extensión. Con una profundidad de tres brazas en muchas partes, es un criadero natural para la pesca.

 

Cuba posee 3.500 kilómetros de costas; 1.700 Km. en la costa norte y 1.800 Km. en la sur. Contando los cayos adyacentes y las entradas y salidas, se elevarían a 11 M Km.

 

Cuba tiene más bahías de primera que otro país de condiciones semejantes. Los 15 países del mediterráneo americano -el Golfo y el Mar Caribe- poseen un área total de 4.751 M Km², de la que Cuba representa sólo el 2,4%, pero en el número de bahías naturales Cuba tiene el 27,7% del total.

 

Es de sobra conocido el caudal de playas de primera que se cuentan por cientos en el archipiélago cubano. En un mundo que valora cada vez más la oportunidad de disfrutar de playas en climas acogedores, el potencial cubano es enorme.

 

En las aguas cubanas hay más de 700 especies de peces y crustáceos. De ellos, los que más se destacan son: tiburón, pargo, bonito, carpa, langosta, ostra, cojinúa y camarón.

En la fauna terrestre de Cuba predominan los invertebrados, existen no menos de 7000 especies de insectos, 4000 de moluscos y 500 arácnidos. El endemismo es notable en los invertebrados, en los vertebrados y en los géneros de una sola especie muy localizados. La reiteración del enanismo es otra característica de la fauna cubana, donde vive la rana, el murciélago, el ave y el alacrán más pequeño del mundo.

 

Uno de los mamíferos terrestres endémicos es la jutía o almiquí. En Cuba se encuentran un gran número de murciélagos, como el murciélago mariposa, y cerca de 300 especies de aves, en especial rabijunco, cayama, catey o periquito de Cuba, flamenco, grulla, loro, zunzuncito y otros. Entre los escasos reptiles, se encuentran la tortuga, la iguana, el cocodrilo y el majá.

 

Cuba también cuenta con considerables reservas minerales; los depósitos de níquel, cromo, cobre y manganeso son los más importantes. Posee las mayores reservas mundiales de níquel. En cobalto ocupa el primer lugar en el hemisferio occidental.

 

La ubicación de Cuba es excepcional. Un edén en un extremo del mundo es difícil de aprovechar. Pero Cuba se encuentra precisamente en un punto estratégico, en una encrucijada definida por José Martí con su acostumbrada visión:

 

nudo de haz de islas donde se ha de cruzar el comercio de los continentes….crucero del mundo…un pueblo libre, en el trabajo abierto a todos enclavado a las puertas del universo rico e industrial”.

 

Esa era la geografía que tenía Cuba cuando Fidel Castro entró triunfante a La Habana el 8 de enero de 1959, siendo recibido como el Mesías por haber dirigido la Revolución originalmente democrática, luego devenida en comunista gracias a su traición.La geografía de Cuba se ha modificado significativamente, pero no para bien.

Seleccione idioma

José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.