El legado cubano del presidente Barack Obama
Manuel Castro Rodríguez
29 de mayo de 2015
Hoy el Gobierno de Estados Unidos anunció formalmente que saca a la Cuba castrista de la lista de estados patrocinadores del terrorismo, lo cual es una evidente arbitrariedad, como he demostrado en varios correos que le he enviado al presidente Barack Obama. A partir de ahora nada legal le impedirá a la tiranía cubana el poder obtener financiamiento de los principales organismos internacionales, y hasta comprar armas fabricadas en Estados Unidos para reprimir a los activistas prodemocracia, que luchan pacíficamente por lograr la libertad de Cuba.
El Gobierno del republicano Dwight Eisenhower inició el 11 de enero de 1958 el embargo de armas destinadas al Ejército de Cuba -respondía al dictador Fulgencio Batista. Dos meses después, el 13 de marzo, Estados Unidos suspendió el envío de 1.950 rifles Garand a Cuba. El 17 de diciembre de 1958, el embajador norteamericano Earl T. Smith le pidió a Batista que abandonase el poder. Estas acciones de la administración Eisenhower contribuyeron significativamente a que los hermanos Castro llegaran al poder, dado que el Ejército del dictador Batista se rindió sin combatir, al percatarse de que el Gobierno de Estados Unidos no apoyaba a Batista.
El Gobierno del demócrata Barack Obama inició el 17 de diciembre de 2014 la legitimación de la peor dictadura que ha existido en Occidente. Cinco meses después de que Obama anunciara su intención de normalizar las relaciones diplomáticas con el régimen militar cubano y hacerle concesiones unilaterales al experimentado asesino serial Raúl Castro —lo cual echa por la borda la política exterior del presidente Carter, quien proclamó como objetivo principal la defensa de los derechos humanos—, se han registrado más de 3.000 detenciones arbitrarias por motivos políticos en Cuba.
Estas acciones de la administración Obama contribuirán significativamente a que corra más sangre cubana, en la lucha pacífica para evitar que los descendientes de los Castro se entronicen en el poder durante varias décadas. Ese será el legado cubano del presidente Barack Obama.