¿LEGALIDAD Y DERECHOS HUMANOS

EN LA CUBA DE LOS HERMANOS CASTRO?

Parte 5

Nota de Manuel Castro Rodríguez: ¿Te gustaría que a ti, a tu abuela, a tu mamá las golpearan por pedir la libertad de tu padre?, pregunta el preso político Ramón Alejandro Muñoz González en la carta que le escribió a la hija de Ramón Labañino Salazar, uno de los cuatro espías cubanos que continúan en prisiones de Estados Unidos -la justicia estadounidense le permitió regresar a Cuba a René González, quien se encontraba en libertad condicional después de haber cumplido 13 años de prisión.

 

El mayor Ramón Labañino Salazar -fue alumno mío en la Universidad de la Habana en la primera mitad de la década del ochenta- fue sentenciado a cadena perpetua sin derecho a salir, por espiar en dos bases militares en La Florida, Estados Unidos. Labañino también es una víctima del castrismo, al igual que los otros espías.

 

Los cinco agentes cubanos –Ramón Labañino, René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González- fueron encontrados culpables de actuar como agentes extranjeros no identificados, intentar penetrar en bases militares norteamericanas e infiltrarse en grupos del exilio cubano, entre otros cargos.

 

Gerardo Hernández, el cabecilla del grupo de espías, fue condenado además por su responsabilidad en el derribo en aguas internacionales del Estrecho de la Florida y por parte de aviones de combate del Ejército de Cuba, de dos avionetas civiles Cessna 337 desarmadas de la organización humanitaria Hermanos al Rescate, causándoles la muerte a cuatro exilados cubanos.

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos arribó a las siguientes CONCLUSIONES:

 

53. El Estado de Cuba es responsable de la violación del derecho a la vida --artículo I de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre-- en perjuicio de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre, quienes perecieron como consecuencia de acciones directas de sus agentes en la tarde del 24 de febrero de 1996, mientras surcaban el espacio aéreo internacional.

 

54. El Estado de Cuba es responsable de la violación del derecho a la justicia --artículo XVIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre-- en perjuicio de los familiares de Carlos Costa, Pablo Morales, Mario De La Peña y Armando Alejandre, por cuanto las autoridades cubanas no han realizado hasta la fecha una exhaustiva investigación a fin de procesar y sancionar penalmente a los responsables ni han indemnizado a dichos familiares por los daños y perjuicios que han sufrido como consecuencia de estos hechos ilícitos.

 

El régimen militar de La Habana mantiene una costosa campaña mundial sin precedentes a favor de estos cinco espías –los llama “cinco héroes”-, pero ha abandonado a su suerte a los otros espías castristas que han confesado y han sido condenados. Para mayor información sobre la gran red de espionaje en Estados Unidos que le han descubierto al régimen de los hermanos Castro, hágase clic aquí.

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Carta del esposo de Sonia Garro

a la hija de uno de los cinco espías

Ramón Alejandro Muñoz González / Prisionero político

28 de noviembre de 2013

 

COMBINADO DEL ESTE, 28 de Noviembre.- En Cuba, “territorio libre de América”, hay una población de casi 12 millones de habitantes. Toda esta población sufre desengaños terribles cuando sus familiares son llevados a prisión por causas inventadas y sin prueba alguna; pero resulta que en diversos periódicos y revistas han salido publicaciones de los llamados 5 héroes, y la familia de Ramón Labañino -uno de los cinco espías- han hecho declaraciones al respecto.

 

No sé jovencita, cuál es la historia que a ustedes le han contado, pero en las cárceles donde se encuentra tu padre hay cosas que se pueden hacer que en las cárceles de Cuba no.

 

Por ejemplo, en la revista cubana “Zunzún”, sale una publicación donde tú y tus hermanas, están en prisión con tu padre, y la revista comenta que no se les permitía entrar cámaras fotográficas; entonces, ¿Quién sacó esa foto?, no les permiten que él las toque y en una de las fotos él te tiene las manos agarradas.

 

¿Tú sabes cómo funciona el régimen penitenciario en las cárceles cubanas? seguro que no. Pues bien, yo te contaré y vamos a comparar los dos sistemas.

 

Para tu conocimiento, en las cárceles de Cuba hay también presos políticos; en las cárceles de Cuba se tortura y se asesina; hay miles de reclusos sufriendo constantes agresiones por parte de los guardias, y ningún verdugo ha pagado por sus crímenes.

 

En las cárceles de Cuba, y en especial las de máxima seguridad Combinado del Este, la comida es poca y de mala calidad; incluso, en ocasiones viene hasta podrida.

 

En las cárceles de Cuba, a los familiares no les permiten traer a la visita, mayonesa, perros calientes, pizzas, dulces, aceite, jamón, arroz, y mucho menos carne ni jugos naturales hechos en casa. Las cartas para tus hijos, esposa y otros familiares no te las dejan sacar, te las leen y después las rompen.

 

Las condiciones humanas son pésimas; la higiene, peor todavía. La privacidad es violada, porque te requisan hasta los genitales antes y después de la visita. Todos somos humillados y tratados como animales. Exactamente igual que lo hacían los nazis en los campos de concentración.

 

Puede ser que tú mamá no te haya contado sobre los terroristas que colocaron las bombas en la Bodeguita del Medio y en el Hotel Copacabana, donde perdió la vida un ciudadano de origen italiano.

 

Pues pequeña, Chávez Abarca y Cruz León -autores de acto terrorista- se encuentran en el Combinado del Este, ubicada en La Habana, y ellos disfrutan de condiciones que nosotros que somos cubanos, hijos legítimos de esta tierra que nos vio nacer, no tenemos.

 

Tienen teléfono en sus habitaciones, ventiladores, neveras con agua fría, alimentos de buena calidad y son atendidos por una buena comisión médica, mientras que nosotros nos podemos morir que no aparece un médico.

 

En el programa Mesa Redonda, descaradamente, para denunciar la mala alimentación que sufren los “cinco héroes” explicaron que por más de una semana estaban comiendo pollo sin papas, que el bistec no tenía cebolla y que el helado estaba derretido.

 

A nosotros, los prisioneros cubanos -sobre todo a los políticos-, nos dan papa sin pollo, cebolla sin bistec, y el helado nunca lo hemos visto aquí;  pero bueno, la mayoría de los ciudadanos cubanos no pueden disfrutar de esos alimentos.

 

Seis libras de azúcar, media libra de aceite, 7 libras de arroz, 10 onzas de frijoles, y un pan de 90 gramos por persona, y por la libreta de racionamiento, es todo el capital alimentario que ha podido garantizar el “Estado benefactor” a su pueblo durante más de medio siglo.

 

El Gobierno Cubano se harta de decir que tenemos un bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos hace más de 54 años, pero realmente en Cuba hay tres bloqueos, el bloqueo que tiene el Gobierno Cubano contra su propio pueblo, el bloqueo en las prisiones, y el bloqueo racista.

 

¡Qué ironía!, en el año 2000 Fidel Castro proclamó que de todos los proyectos el que más le apasionaba era el de convertir las prisiones en escuelas, porque es el más humano, el más justo y socialista; pero, parece que Fidel Castro llevó a cabo su proyecto de atrás para alante, y son las escuelas las que han acabado convirtiéndose en prisiones.

 

Acaso, ¿usted sabe que la Seguridad del Estado no permite que nuestros compañeros de causa nos visiten en la prisión, y que las Damas de Blanco son brutalmente golpeadas por reclamar de forma pacífica la libertad de los presos políticos?

 

¿Te gustaría de que a ti, a tu hermana, a tu abuela, tu mamá o a otro de tus familiares los golpearan por pedir la libertad de tu padre? Estoy seguro que no.

 

¿Usted tiene conocimiento que mi esposa, Sonia Garro Alfonso -presa política y Dama de Blanco- fue herida en su pierna izquierda por el disparo de un arma de fuego por el sólo hecho de no estar de acuerdo con el régimen de Fidel Castro?

 

Ella se encuentra presa; la veo cada tres meses en un pabellón, o sea que en el año sólo la veo 4 veces. Les parece poco castigarnos de esa forma y la habitación que nos dan es la de los condenados a muerte y a cadena perpetua; tienen rejas de hierro y una puerta de aluminio con llave; además, tiene micrófonos y cámaras.

 

¿Le parece a usted, jovencita, que eso es justo? ¡Qué desesperación! Quien te escribe es Ramón Alejandro Muñoz González, ciudadano cubano, preso político y periodista independiente; casado, padre de 12 hijos.

 

Actualmente estoy recluido en la prisión Combinado del Este, condenado a 14 años de privación de libertad; y mi esposa, Sonia Garros, fue condenada injustamente a 10 años de cárcel. Tanto mi esposa como yo somos héroes; pero eso no te lo contaron tus padres.

 

Nota: Este escrito será enviado al Consejo de Estado, la Mesa Redonda; los periódicos Granma, Juventud Rebelde, Trabajadores y el magazine Calle del Medio; al sitio digital Cubadebate, la emisora Radio Martí y todos los sitios de internet que quieran solidarizarse con nuestra causa.

Los cantos de sirena

Fernando Dámaso Fernández

2 de diciembre de 2013

 

Las autoridades cubanas, en lugar de plantearse el desarrollo del país de forma diversificada, mediante la aplicación de la ciencia y la inteligencia al trabajo serio, sistemático y responsable, siempre lo han hecho a través de constantes improvisaciones, apostando a determinados factores coyunturales, que puedan resolverles todos los problemas de un tirón. O sea, acostumbran poner todos los huevos en una sola canasta. Así, en los primeros años, apostaron a la ayuda ilimitada de la Unión Soviética y, cuando surgieron algunas divergencias políticas con sus principales dirigentes, a la Zafra de los Diez Millones, la cual desorganizó todo el país, entronizó el caos económico como forma de gobierno y sentó las bases para la posterior liquidación de la industria azucarera. Fracasada ésta, reactivaron la apuesta y los especialistas soviéticos pasaron prácticamente a dirigir la economía, implantando en Cuba los Comités Estatales a imagen y semejanza de los existentes en su país, e incorporaron en la ayuda a los restantes países socialistas, agrupados dentro del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME). Fue la época del Mercado Centro, único para todo el país, de los mini mercados y de las tiendas con productos liberados a elevados precios, muy por encima de los salarios existentes.

 

Al desintegrarse el campo socialista, se dedicaron a la búsqueda acelerada de petróleo en el subsuelo nacional y en las aguas cercanas, hasta la milagrosa aparición del mecenas venezolano con sus grandes subvenciones, las cuales, sin embargo, nunca han alcanzado las cifras astronómicas anteriores, aportadas durante casi treinta años. Desaparecido físicamente éste, con una situación inestable que tiende a complicarse económica y políticamente en el país bolivariano, apresuradamente retomaron la búsqueda de petróleo, ahora en el fondo marino de las aguas del Golfo, con la participación de compañías extranjeras, las cuales, al no obtener rápidos resultados en las exploraciones, y ante la incertidumbre de sus inversiones, se han retirado.

 

Frente a la nueva incógnita, la apuesta ahora se concentra en la denominada Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), ubicada al oeste de La Habana, la que, según los principales dirigentes, a partir del año 2015, cuando entre en explotación la ampliación del Canal de Panamá, se convertirá en la solución de todos nuestros problemas económicos. Estos cantos de sirena ya los hemos escuchado repetidas veces y, al final, han sido sólo eso: cantos de sirena.

 

Lo interesante es que, en sintonía con estos flujos y reflujos dependientes del exterior, así se han comportado las pequeñas aperturas y cierres económicos interiores. Mientras se recibían las subvenciones socialistas, nunca se habló del trabajo privado ni se permitió, con la excepción del trabajo artesanal que, autorizado al principio en la Plaza de la Catedral, después fue perseguido y diezmado, transitando por la Calle G y la Calle Primera, ambas en El Vedado, hasta terminar ahora, amparado por el Historiador de la Ciudad, en los antiguos muelles San José, principalmente en interés del turismo extranjero. Terminadas estas subvenciones, se apeló al trabajo privado en pequeña escala (en unos pocos oficios rudimentarios) y se autorizó el Mercado Libre Campesino, los cuales duraron hasta la primera apuesta por el petróleo y la aparición del mecenas venezolano. Ante la insuficiencia de los recursos aportados por éste, se restableció el trabajo privado, ahora bautizado como trabajo por cuenta propia, se amplió la autorización de algunos oficios principalmente de corte medieval, se permitió la renta de habitaciones en viviendas particulares, se autorizó el trabajo agrícola en tierras en usufructo, se legalizó la compraventa de viviendas y de vehículos, se flexibilizaron los trámites migratorios y se aumentaron las capacidades en los denominados paladares, cafeterías, etcétera, dejando atrás las absurdas doce sillas. Desaparecido físicamente el mecenas, ante la incertidumbre de lo que podía suceder en Venezuela, se incorporaron algunos nuevos oficios, casi todos en el área de los servicios, y se produjeron flexibilizaciones de corte social. Ahora, con el sueño de la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), regresan las restricciones y las prohibiciones, comenzando por las salas de 3D y las tiendas particulares. Es la historia de nunca acabar: un paso adelante y cinco atrás, actualizando a Lenin. Si no estaban autorizadas estas actividades, como alegan las autoridades y sus personeros, ¿por qué se permitió, a la vista de todos, que algunos ciudadanos invirtieran sus escasos recursos en ellas? Más que un problema político (se ha llegado hasta al absurdo de plantear, que las salas de 3D constituyen un problema de seguridad nacional) o económico (las tiendas particulares compiten ventajosamente con las estatales), parece un simple acto de maldad gubernamental contra los ciudadanos que dicen proteger, en cuanto foro internacional hacen uso de la palabra. Tal vez como compensación, irónicamente en estos días se incluyó entre las actividades autorizadas, la sumamente importante de cuidador de baño público. Ver para creer.

 

Todas estas arbitrariedades y otras muchas que de seguro se cometerán, tienen un denominador común: la inexistencia de un Estado de derecho. Al no existir éste, las autoridades actúan sin ningún tipo de control ciudadano, a su libre albedrío y de acuerdo, muchas veces, a sus estados de ánimo personales. Hasta que esta situación no se resuelva y volvamos a ser una República basada en leyes democráticas, el cuartito seguirá igualito.

 

 

 

La CIDH exige al Gobierno cubano protección  a

ex prisionero politico

Yaremis Flores

 

26 de noviembre de 2013

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó el pasado 28 de octubre medidas cautelares a favor de Iván Hernández Carrillo, exprisionero del Grupo de los 75 y Secretario General de la Confederación de Trabajadores de Cuba.

 

La directiva de la CIDH solicita por este medio al Estado cubano que “adopte las medidas necesarias para preservar la vida e integridad personal de Hernández Carrillo”.

 

El otorgamiento de la medida  sucedió un día antes de la participación de disidentes cubanos en dos audiencias sobre la situación de los defensores de los derechos humanos en la isla, en la sede del organismo en Washington DC y la aprobación de medidas cautelares a favor de las Damas de Blanco, grupo femenino opositor.

 

La protección a Hernández Carrillo fue solicitada el 1 de agosto de 2013, por el señor Joel Brito, director del Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba. Como motivo, tras la solicitud, figuran denuncias de detenciones arbitrarias del sindicalista independiente, y que habría sido objeto de “una serie de presuntas agresiones físicas, amenazas, y supuestos actos intimidatorios perpetrados por agentes de la Seguridad del Estado de Cuba”.Iván, desde su liberación el 19 de febrero de 2011, no ha renunciado a asistir pacíficamente a las misas de la Iglesia de Colón, Matanzas, para unirse a las Damas de Blanco en sus oraciones. En varias ocasiones, luego de las detenciones, lo abandonan a kilómetros de su domicilio, en lugares apartados.

 

En este sentido, en el texto de la medida cautelar se pide al Estado cubano -que no reconoce la autoridad de la CIDH, ni responde oficialmente a sus requerimientos- que “informe a la Comisión sobre las acciones adoptadas a fin de investigar los hechos que dieron lugar a la adopción de la medida cautelar y así evitar su repetición”.

 

Aún y cuando la CIDH no recibe respuestas desde La Habana, Hernández Carrillo dijo: “La medida cautelar es un precio político demasiado alto que ellos (los del actual gobierno) no quisieran pagar, pero cuando tengan que actuar contra mí, lo harán”. El gobierno hace en verdad lo que le parece y a la hora que le parece; ellos tratan de evitar arrestarme pero cuando tienen que hacerlo lo hacen y punto , luego de la medida cautelar no me han arrestado pero ha sido, pienso, por falta de oportunidad”, continuó.

 

 

Hernández analizó que tras las medidas otorgadas a las Damas de Blanco, “ellas fueron atacadas, golpeadas y vilipendiadas por turbas organizadas por el régimen . Eso quiere decir que el mensaje que está enviando el gobierno es que a ellos no les importa las medidas cautelares. Más claro creo que el agua”.

 

 

Cuba: ¿Derechización de la dictadura?

Miriam Celaya

17 de octubre de 2013

 

En estos tiempos de informatización global y de acelerados avances científicos, catalogar como “de derechas” o “de izquierdas” los regímenes políticos parecería esquemático. El panorama político mundial se está redefiniendo ante realidades más complejas, las políticas tradicionales tienen ante sí el desafío de transformarse con la velocidad necesaria, o desaparecer.

 

Sin embargo, algunos países latinoamericanos –región pródiga en dictaduras– parecen estar viviendo un proceso de regresión política: en lugar de avanzar en la democracia retornan a las satrapías de herencia decimonónica. En “Nuestra América” las dictaduras son padecimiento congénito que de vez en vez vuelve a brotar bajo nuevos atavíos.

 

De hecho, Latinoamérica cuenta con un catálogo de dictaduras de izquierdas y de derechas, con todos los matices, que básicamente reflejan la misma cosa: la indigencia cívica de millones de latinoamericanos.

 

Es por esto que en el nuevo siglo continúan emergiendo caudillos regionales de diverso calibre que, amparados por el poder político alcanzado gracias al ejercicio de principios democráticos, se lanzan a desmontar las instituciones cívicas que constituyen el sostén de las democracias, para así perpetuarse en el poder y administrar las naciones como si de sus haciendas se tratase.

 

La censura de prensa, la prohibición de asociaciones, la represión abierta o velada, el monopolio o control de la información, la creación de enemigos externos como responsables de los problemas internos, entre otros rasgos esenciales de estos regímenes, son recursos utilizados una y otra vez, tal como ha quedado demostrado, por (mal) ejemplo, en Ecuador, Bolivia y, muy especialmente, en Venezuela, donde el presidente acaba de anunciar la militarización completa de su gabinete con la promulgación de una Ley que establece un Estado Mayor en cada ministerio.

 

Nace así en Venezuela, no mediante un golpe de estado sino por decreto presidencial, la primera dictadura militar latinoamericana del nuevo siglo, emergida desde principios “de izquierdas”.

 

Una dictadura saludable

 

Sin embargo, en materia de dictadura los cubanos nos llevamos las palmas. Tras casi 55 años, el castrismo mantiene intacta su capacidad de regenerarse, adecuarse a las nuevas situaciones y hasta sacar provecho de ellas. La novedad que aporta el caso cubano es la metamorfosis que se está produciendo en sentido inverso: la nomenklatura está reciclándose desde una declarada ideología “de izquierdas”  hacia una evidente posición “de derechas” no confesada.

 

Es decir, el gobierno abandona la simulación de humildad y el discurso redentor-mesiánico-populista para erigirse monopolio capitalista de Estado, sin abandonar los métodos dictatoriales.

 

A la vez, se incrementa la represión. Prácticamente no transcurre una jornada sin que se cometa algún atropello por parte de la policía política, la policía uniformada y grupos paramilitares contra grupos o individuos de la disidencia pacífica cubana, en lo que constituye ya un estado de violencia permanente.

 

Pero, si bien bajo el cetro de Castro I se procuraba disfrazar de legalidad la actividad represiva, con registros domiciliarios “documentados”, acusaciones con “causas legítimas”, juicios en tribunales, condenas, etc., la represión raulista ha estado imponiendo un cambio de estilo y métodos, como son las detenciones de corto plazo, secuestros y traslados de los activistas a puntos distantes para impedir su asistencia a determinados encuentros y reuniones, y más recientemente con la frecuente y sistemática aplicación de golpizas, mítines de repudio u otras formas de violencia, pero sin dejar huellas documentales y sin que ello signifique renunciar a los encarcelamientos y a las condenas.

 

Como norma, no se registra la permanencia de los detenidos en las unidades policiales ni se procede con las denuncias que se realizan por parte de éstos ante la fiscalía.

   

Solo en el mes de septiembre de 2013, se produjeron más de 700 casos de detenciones arbitrarias y otras formas de acoso contra los sectores disidentes en Cuba, según reporte de la Comisión Cubana de Derechos Humanos. Por su parte, la agencia Hablemos Press enumera más de 600 casos de represión contra periodistas y otros activistas en igual período.

 

Así, mientras los atavíos dictatoriales varían, los objetivos son los mismos: culminar el proceso de afianzamiento en el estilo “capitalista” manteniendo el control social a través del terror, cerrar el cerco contra el activismo cívico independiente –que en el último lustro viene registrando un discreto pero constante crecimiento–, evitar el contagio disidente a otros nichos de la sociedad, como pudieran ser los sectores económicamente autónomos de pequeños empresarios privados surgidos a raíz de las llamadas “reformas raulistas”, y mantener el sistema de “estancos sociales” para obstaculizar el nacimiento de un movimiento civil fuerte capaz de constituir eventualmente una opción política efectiva. Una amenaza que se está consumando pese a los esfuerzos de la disidencia, ante la indiferencia del mundo democrático.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.