EL  PAPEL  DE  LA  JERARQUÍA  CATÓLICA

EN  LA  SOCIEDAD  CUBANA

La tiranía castrista

(Parte II)

 

 

Entrevista a Guillermo Fariñas, Premio Sajarov 2010

Berta Soler:

(Líder de las Damas de Blanco)

la Iglesia en Cuba como institución está parcializada. Lo demostraron una vez más en el más reciente artículo publicado en el suplemento digital Espacio Laical donde omitieron muchos de los problemas sociales del país como son las condiciones de vida infrahumanas a las que están sometidos los presos; no incluyeron que hay mujeres que cuando hacen el intento los domingos de ejercer su libertad religiosa son golpeadas, expulsadas a sitios aislados. Tampoco mencionaron que a muchas las vejan, intentan amedrentarlas con simulacro de disparos y a otras las trasladan a calabozos donde las desnudan y obligan a realizar cuclillas en presencia de hombres para que se sientan denigradas”.

Cardenal Jaime Ortega Alamino: Disidentes

que ocuparon un templo son delincuentes

Nelson Mandela le solicitó a EEUU arreciar el bloqueo económico contra Sudáfrica; ¿la revista que dirige el cardenal Ortega lo habría demonizado?

 

¿Por qué la revista que dirige el cardenal Ortega demoniza al cubano que piensa diferente?

Funcionaria del arzobispado de Santiago de Cuba y el padre Leandro, censores al servicio del castrismo

¿Por qué la jerarquía católica avaló internacionalmente al régimen militar cubano?

 

¿Se enfrían las relaciones

entre la Iglesia Católica y el gobierno cubano?

Fernando Ravsberg

BBC Mundo, La Habana

17 de septiembre de 2013

 

La cúpula de la Iglesia Católica Cubana parece querer dejar claro los límites de su alianza con el gobierno de Raúl Castro, al demandar este domingo que se realicen cambios políticos acompañando las reformas económicas que se llevan adelante desde el 2008.

 

Hace 20 años otra carta pastoral, “El amor todo lo puede”, provocó una enorme crisis en las relaciones entre Fidel Castro y el clero católico. La negociación para la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en 1998 permitió acercar las posiciones.

 

Pero fue con la llegada de Raúl Castro a la presidencia, en 2008, que lograron superar la desconfianza, al grado de que la iglesia católica se convirtió en el interlocutor con el que se negoció la excarcelación de todos los presos políticos y 3.000 comunes.

 

A pesar de que esta alianza les ha permitido ganar a ambos un enorme espacio político, no es nada desdeñable la oposición que enfrenta tanto el presidente Raúl Castro dentro del liderazgo comunista como el Cardenal Jaime Ortega entre los obispos.

 

Demandas matizadas

 

En la carta pastoral se expresó que “las esperanzas de un futuro mejor incluyen también un nuevo orden político”, agregando que “creemos imprescindible en nuestra realidad cubana una actualización o puesta al día de la legislación nacional en el orden político”.

 

La solicitud de apertura fue matizada este lunes por el portavoz de la Conferencia Episcopal, quien expresó que “sería un poco utópico imaginar elecciones en un corto plazo, pero al menos que se escuchen voces que no sean las que estén afiliadas en una línea o en una orientación oficial estricta”.

 

En pocas palabras, tras reclamar apertura política precisaron que no estaban solicitando que se incluyeran elecciones pluripartidistas sino una ampliación del dialogo a “grupos y personas que tienen un pensamiento diferente al oficial y que deben ser tenidos en cuenta”.

 

Las relaciones bilaterales se podrían estar enfriando también de parte del gobierno cubano, la atención a otras religiones se ha hecho patente con la presencia del vicepresidente, Miguel Díaz Canel, en una actividad de la Santería, religión afrocubana mayoritaria en la isla.

 

La tregua

 

Desde 1959 las relaciones Iglesia-Estado fueron tensas, el clero apoyó abiertamente a los enemigos de Castro al punto de colaborar en el envío a EEUU de 14 mil niños sin sus padres. Por su parte el gobierno expulsó a cientos de curas extranjeros y marginó las religiones.

 

El cardenal Ortega y el presidente Castro parecen haber encontrado un camino que beneficio a las instituciones que representan. La Iglesia Católica avaló internacionalmente al gobierno cubano y este cedió en muchos de los reclamos de los religiosos.

 

La primera personalidad que recibió Raúl Castro después de ser investido como presidente fue un enviado personal del Papa Juan Pablo II. Monseñor Tarcisio Bertone se convirtió en la primera personalidad que visitaba Cuba sin reunirse con la disidencia.

 

Ortega, cabeza de la Iglesia Cubana, se alejó también de los disidentes de origen católico, como el líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá, quien acusó al prelado de pretender crear un partido al margen de la disidencia tradicional.

 

Sin embargo, el cardenal nunca logró que sus obispos lo obedecieran a plenitud, incluso durante el juicio para esclarecer la muerte de Payá, la familia del disidente fue trasladada a las conferencias con la prensa extranjera en vehículos facilitados por miembros del clero.

 

¿Se retira Ortega?

 

En círculos católicos se especula con que el cardenal Ortega deberá dejar su cargo pronto por razones de edad y que los sectores más duros podrían llegar a controlar la posición de la Iglesia Cubana, previendo una nueva era de choques con el gobierno.

 

No es menos cierto que Raúl Castro ya tiene poco que ofrecerles, facilitó el acceso de los religiosos a las cárceles y hospitales, y permitió el ingreso de monjas y curas extranjeros al país, una medida clave para una iglesia que siempre fue incapaz de nutrirse de cubanos.

 

Ahora el clero reclama nuevos pasos como el acceso a la educación y a los medios de prensa, pero es muy improbable que, a corto plazo, le permitan fundar colegios privados católicos o crear radios, canales de TV y periódicos controlados por la iglesia.

 

De todas formas, estos asuntos no se dirimen solo en Cuba, mucho tiene que decir también Roma. El escaso número de fieles hace que la iglesia cubana sea más dependiente del Vaticano y la disciplina dentro del clero es comparable a la que existe en el Partido Comunista.

 


¿Es verdad que la esperanza no defrauda?

Marta Menor

16 de septiembre de 2013

 

 Más de cinco décadas después del inicio del régimen castrista, durante las cuales el pueblo cubano ha clamado por el respeto de sus derechos humanos y su libertad,  la Iglesia católica cubana en su reciente Pastoral “La Esperanza no Defrauda - Romanos 5.5 ,  dice  “que dentro de las opciones que se presentan en la búsqueda del bien común la Iglesia opta por aquella que defiende y promueve la libertad responsable del hombre” y que la libertad ha sido creada “para ser fecundos y multiplicarse, dominar los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven en la tierra”.

 

Los derechos del hombre dados a todo individuo por nuestro Creador, no importa color ni sexo, derechos inalienables, derechos que no se pueden enajenar, es decir no se pueden transmitir, ni ceder, ni vender, no tienen opciones a elegir por el caudillo de turno. La búsqueda del  bien común no es una opción, es un deber de todo gobierno a su pueblo.

 

La libertad es un don precioso que el Creador regala al ser humano pero va más allá del dominio de peces, aves y animales y el multiplicarse.  La libertad es la facultad que se le da al ser humano a través de esos derechos inalienables  de poder obrar según su propia voluntad. Libertad que según Aristóteles está ligada a la capacidad de decidir por sí mismo, para San Agustín en realizar el bien para alcanzar la beatitud y, según Hegel, el concepto es libertad de idea.  Para el Martí luchador “la libertad, para ser viable, tiene que sincera y plena; si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere la república”.

 

La Pastoral habla de una nueva generación de cubanos con ambiciones diferentes a las que tuvieron sus antecesores.  Una generación con “el firme deseo de que no solo el presente sea mejor que el pasado, sino que el futuro sea mejor que el presente”. Acá debemos preguntarnos, ¿es que acaso nuestros padres no quisieron lo mejor para nosotros?  ¿No buscaban un futuro mejor para sus hijos y los hijos de sus hijos?

 

En este respecto, ¿cuál es la diferencia de la generación de ayer con la generación de hoy?  La diferencia no es más que la opresión de un régimen que impide esa realización personal tan necesaria que permite tener la esperanza que no defrauda.     

 

El régimen castrista defrauda la esperanza de los cubanos día a día con promesas que no se cumplen y glorias que no se logran. Los derechos humanos son concedidos al individuo por nuestro Creador,  pero son garantizados a través de una Constitución.  Y esa garantía solo la tendrá el pueblo cubano cuando exista un nuevo gobierno democrático elegido por el pueblo con una constitución que garantice a través de sus leyes, sus derechos inalienables.

 

El régimen comunista se prepara para un cambio fraude y como dijo Marti, el tigre “vuelve de noche al lugar de la presa.  No se le oye venir, sino que viene con zarpas de terciopelo.”  Cuan mejor hubiera sido que los Obispos cubanos  en vez de basar la Pastoral en los Romanos 5  que dice:  "nos gloriamos de nuestras tribulaciones, pues sabemos que sufriendo ganaremos aguante, aguantando nos aprueban, aprobados esperamos. Y la esperanza  no defradua"  les hablaran al pueblo cubano con las palabras de Isaias:61

 

   El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.

  Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, a consolar a todos los que están de duelo, y a confortar a los dolientes.

  Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento, seran llamados robles de justicia

  Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño; repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones. 

   En vez de su doble confusión y deshonra, mi pueblo recibirá doble porción; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra y su alegría será eterna.

 

 

Sobre la Pastoral ‘La esperanza no defrauda’

Manuel Castro Rodríguez

 

Les envié un correo a los obispos cubanos, donde les expreso:

 

En la Carta Pastoral de hoy continúa el silencio cómplice de los obispos nacidos en Cuba

 

El extranjero que leyera esta Carta Pastoral ni tan siquiera podría imaginarse la sistemática violencia física que sufre el pueblo cubano. En toda la Carta Pastoral no se hace la menor alusión a ello. ¿Por qué?

 

¿Por qué los obispos nacidos en Cuba pretenden desconocer la salvaje golpiza sufrida por Ana Luisa Rubio?

http://profesorcastro.jimdo.com/m%C3%ADtines-de-repudio-de-la-cuba-de-fidel-castro/

 

 

¿Por qué los obispos nacidos en Cuba no han dicho una palabra sobre los golpes propinados por paramilitares castristas a una mujer cubana en plena calle, hecho ocurrido hace un par de meses?

http://www.youtube.com/channel/UChtkEtKxuKQnQ4dB4w5DOXA

 

¿Por qué los obispos nacidos en Cuba nunca han dicho una palabra sobre la salvaje golpiza que sufrióAlberto Leroy Castro?

http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=j9T1p-ibtAo

 

¿Por qué los obispos nacidos en Cuba continúan guardando silencio cómplice sobre los crímenes de la tiranía castrista?

 

¿Por qué los obispos nacidos en Cuba hablan del diferendo con Estados Unidos, pero ignoran el diferendo de la tiranía castrista con el pueblo cubano?

 

Vean la Carta Pastoral que da vergüenza: 

 

http://www.zenit.org/es/articles/cuba-construir-un-futuro-mejor-que-el-presente

 

 

Espacio Laical o El Caimán Barbudo

Raúl León

27 de junio de 2013

 

El Caimán Barbudo de la Diócesis. Así titulé a la revista Espacio laical cuando sacaron un número en cuya portada principal aparecía la foto de Fidel Castro y otros barbudos entrando a La Habana en la “caravana de la libertad”. Así lo dije en voz alta en la portería del Arzobispado y algunos sacerdotes y empleados compartieron el escándalo al ver hasta qué punto había llegado la politización de una publicación que había sufrido cambios radicales con la expulsión de su director, Joaquín Bello, y el resto del Consejo de Redacción, “por meterse en política”.

 

Claro, Joaquín Bello y los otros siquitrillados hablaban de la política que molestaba al gobierno. Ahora Robertico Veiga and Co. hablan de la política que contenta al gobierno. Por lo tanto, hay política conveniente y política inconveniente.

 

Cuando lo hice ver esta parcialización a algún miembro del consejo de Espacio Laical, me mencionaron algún que otro texto o frase que señalaba otras tendencias. Por eso me tomé el trabajo de estudiar varias ediciones y pude comprobar que más del 85 % de los artículos enaltecían la figura de Raúl Castro y estaban dirigidos a lograr el apoyo de los lectores a los cambios emprendidos.

 

En el otro 15 % aparecían artículos que no apoyaban, pero tampoco molestaban a las autoridades.

 

Aunque no es órgano del Consejo de Laicos, la revista sigue nombrándose laical, por lo que se entiende que está bajo la sombrilla de la iglesia institucional, y se sigue editando e imprimiendo en las imprentas eclesiales. Sin embargo, está violando la imparcialidad política que le exigieron a Joaquín Bello and Co. y que define claramente el Consejo Pontificio para las Comunicaciones.

 

Oswaldo Payá no podía pararse en las puertas de las iglesias habaneras a repartir prensa pidiendo un cambio de gobierno, porque eso era “utilizar a la Iglesia para hacer campaña política”. Entonces, ¿por qué ahora Roberto Veiga and Co. pueden repartir prensa pidiendo apoyo al gobierno? Saque usted sus propias conclusiones.

Arquidiócesis de La Habana y castrismo sin Castro

Armando F. Valladares*

4 de junio de 2013

 

La arquidiócesis de La Habana, a través de su revista “Espacio Laical” (No. 230, mayo de 2013), asumió como pocas veces la defensa del régimen cubano y de su nefasto “modelo” comunista, en momentos en que el mundo oye horrorizado las denuncias que figuras, tanto cubanas como extranjeras, están haciendo en el exterior, consiguiendo romper el “bloqueo” de silencio sobre la trágica realidad cubana.

 

El reciente editorial de “Espacio Laical” coincide con el viaje al exterior de opositores cubanos que fueron perseguidos, amordazados y humillados durante décadas por el régimen comunista. La publicación de la arquidiócesis caricaturiza a los cubanos y extranjeros que están criticando a la dictadura alegando que ellos “insisten” en solicitar “a importantes centros de poder en el mundo” que “desestabilicen al gobierno cubano” y que tomen medidas que supuestamente, según “Espacio Laical”, podrían “dañar fundamentalmente al pueblo de la isla”.

 

En lo que dice respecto a los opositores cubanos, en sus recientes viajes por países de las Américas y Europa ellos simplemente describen de una manera clara y didáctica, el panorama de injusticia, miseria y opresión que desde hace más de cincuenta años oprime a 11 millones de hermanos cubanos, ante un público que incluye a los habitantes los países visitados, entre los cuales, autoridades, líderes y medios de prensa que quieran oírlos. No obstante, esa acción pacífica de quitar escamas de los ojos, sensibilizando a naciones enteras con relación al drama cubano, según “Espacio Laical” contribuiría a “dañar” a los cubanos de la isla.

 

Es increíble hasta dónde puede llegar la parcialidad de una publicación arquidiocesana. Exactamente lo contrario es lo verdadero. En efecto, las denuncias de esos opositores cubanos son un medio valiosísimo para hacer sentir a los carceleros que ya no tienen más impunidad, que están siendo observados por el mundo entero y, en consecuencia, es una manera de proteger a los cubanos esclavizados, no de dañarlos. La tergiversación procastrista demostrada por “Espacio Laical” difícilmente podría ser mayor.

 

Como si fuera poco, “Espacio Laical” (foto de una de sus portadas) llama a “cincelar el presente modelo social” (o sea, el modelo comunista de sociedad) para evitar que “otros” logren “imponer un nuevo modelo” y lleguen a “secuestrar” a Cuba. ¡Como si los cubanos, y los católicos en particular, no estuviesen secuestrados y amordazados por el régimen comunista desde hace más de cinco décadas! Palabras censurables, si hubieran sido publicadas por el periódico comunista “Granma”. Palabras inimaginables si se considera que fueron publicadas en la propia revista de la arquidiócesis de La Habana.

 

Después de atacar de esa manera a los opositores y de defender el “modelo social” comunista, “Espacio Laical”, con su pro castrismo a ultranza, llega a justificar la represión estatal, calificándola eufemísticamente como meras “inflexibilidades” del régimen castrista. Y pasa a dar un consejo de amigo “al gobierno y al Partido Comunista”, para eviten una “hipertrofia” de “rigideces” que puedan “precipitar al país hacia el abismo”.

 

¿Cuál sería el “abismo” que “Espacio Laical” quiere evitar? La revista explica a continuación que la catástrofe que debe evitarse es lo “ocurrido en muchísimos países de Europa del Este”... O sea, el “abismo” temido por la revista arquidiocesana es ni más ni menos que la liberación de la isla del yugo comunista. Sería mucha ingenuidad pensar que el cardenal Jaime Ortega y Alamino, colaboracionista arzobispo de La Habana, no haya estado al par de ese nefasto editorial de “Espacio Laical” antes de ser publicado. Delante del creciente deterioro del régimen, desde la arquidiócesis de La Habana se le lanza un salvavidas. Y, en caso de naufragio, se tratará de salvar, en la medida de lo posible, los restos del nefasto “modelo social” cubano, promoviendo, directa o indirectamente, un castrismo sin Castro.

 

Según “Espacio Laical”, “todo indica” que “la generalidad de los cubanos” no desea “un cambio al estilo del ocurrido en muchísimos países de Europa del Este”. ¿En qué datos se basará “Espacio Laical” para hacer esa increíble afirmación de que los cubanos no anhelan el pronto y total naufragio del régimen comunista? Sería importante saberlo.

 

Es [d]oloroso constatar finalmente que el editorial de la revista arquidiocesana omite la más mínima alusión a Dios, a los principios de la religión católica y a la vida sobrenatural. En ese sentido, el referido editorial es un ejemplo trágico de la destrucción espiritual lograda por el comunismo en ambientes católicos cubanos, en más de medio siglo de opresión.

 

En 1995 se entregó en la secretaría de Estado de la Santa Sede una histórica petición a Juan Pablo II, firmada por destacadas figuras del destierro cubano, titulada “Los cubanos desterrados apelan a Juan Pablo II: ¡Santidad, protegednos de la actuación del Cardenal Ortega!” (Diario Las Américas, Miami, 24 de octubre de 1995). En esa filial carta, se mostraba preocupación ante el colaboracionismo procomunista del cardenal Ortega y del episcopado cubano; se imploraba la intercesión del Pontífice para que a ese juego colaboracionista no se prestase en lo sucesivo ninguna autoridad eclesiástica; y se manifestaba la esperanza de que, por el contrario, esas autoridades pasasen a denunciar ante el mundo el drama de nuestros hermanos esclavizados, mostrando a los fieles católicos la necesidad de una cruzada de oraciones, sacrificios y enérgicas denuncias para la pronta liberación del pueblo cubano de las garras de ese régimen ateo y neopagano. 18 años después, en el comienzo del pontificado de Francisco, esa histórica petición cobra enorme actualidad.

 

*Armando Valladares, escritor, pintor y poeta. Pasó 22 años en las cárceles políticas de Cuba. Es autor del best-seller “Contra toda esperanza”, donde narra el horror de las prisiones castristas. Fue embajador de Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU bajo las administraciones Reagan y Bush. Recibió la Medalla Presidencial del Ciudadano y el Superior Award del Departamento de Estado. Ha escrito numerosos artículos sobre la colaboración eclesiástica con el comunismo cubano y sobre la “ostpolitik” vaticana hacia Cuba.

Nota de Manuel Castro Rodríguez: Un lector tuvo la gentileza de enviarme el artículo Advierte Espacio Laical contra “conspiradores”, en que utilizando el más fino sarcasmo se exponen las malévolas intenciones del último editorial de la revista que dirige el cardenal Jaime Ortega Alamino. Aunque fue publicado hace varios días, el 7 de mayo, lo coloco en la parte superior de este subdominio para que todos los lectores puedan disfrutarlo.

 

Mis padres y maestros de primaria me enseñaron a no callarme las verdades incómodas, ya que como nos dice Ignacio Agramonte Loynaz:

 

La justicia, la verdad, la razón, solo pueden ser la suprema ley de la sociedad (…) Tres leyes del espíritu humano encontramos en la conciencia: la de pensar, la de hablar y la de obrar”.

 

Además, aprovecho para invitar al cardenal Jaime Ortega Alamino a que escriba su réplica a Cuba, ¿del estalinismo al nacionalcatolicismo?, la cual será publicada en este subdominio.

****************************************************

Advierte Espacio Laical contra “conspiradores”

Rolando Cartaya

7 de mayo de 2013

 

Estos alentarían “medidas que pueden dañar al pueblo cubano”. El editorial afirma que una mayoría de cubanos rechaza cambios estilo Europa del Este; reclama “estabilidad”.

 

Con un enigmático título borgiano, “Senderos que se bifurcan”, titula la revista católica Espacio Laical el editorial de su segundo número de 2013. Al leerlo, no he podido evitar la tentación de homenajear a otro famoso escritor, James Joyce, e intercalar en cursivas el flujo de mi conciencia. Si prefiere leerlo sin mi descarga incoherente, pulse aquí.


La opinión de Roberto Veiga y Lenier González, redactores de la revista, se inicia justamente con una incógnita, reprendiendo a “algunas personas” (¿será que pidieron el anonimato?) por pedirle (N. del E.: “pedirles”)  a “importantes centros de poder en el mundo” (pero ¿cuántas “X” hay que despejar en esta ecuación?) que desestabilicen (ojo: palabrita puesta de moda por el artículo 1 de la Ley Mordaza) al gobierno cubano y tomen medidas que pueden dañar fundamentalmente al pueblo de la Isla”.


Estas “algunas personas” también estarían pidiendo a los poderosos no identificados (¿y si me niegan la visa para ir a LASA?) “que contribuyan a imponer en Cuba un modelo socio-económico-político que ha demostrado tener luces, pero también grandes sombras (¡no juegues que Rembrandt también era economista!)


Veiga y González admiten que “Cuba tiene muchísimo que cambiar”, pero afirman que “todo indica que la generalidad de los cubanos (¿abrió Gallup oficinas en La Habana?) no desea un cambio al estilo del ocurrido en muchísimos países de Europa del Este” (no sé por qué V. y G. me hicieron recordar una película en la que un grupo de jóvenes cubanos, con tal de irse, se iban hasta para Madagascar).

Agregan que “la inmensa mayoría de los cubanos” (el dato tampoco aparece en la web de la Oficina Nacional de Estadísticas) “no pretende que el país se enrumbe hacia el destino de esa parte del mundo, ni que nuestros cambios sean por medio de una metodología similar a la aplicada allí” (“Tenemos que pensar y repensar cada cosa que hagamos”, dijo Raúl. “Y después, la requetepensamos”, pensó Raúl, pero no lo dijo).


González y Veiga dicen ser abiertos a las críticas desde el exterior, pero inmediatamente advierten a los críticos que “la mayoría de los patriotas cubanos (los demás, por eliminación, deben ser apátridas) que abundan en buena parte de nuestra actual diversidad política, anhelan que lo hagan actuando como amigos que nos acompañan y no como jueces que nos condenan, ni como conspiradores (¡uuuuhh!, ¡esta sí que es una implicación fula!: supuestamente por “conspirar” con EE.UU. a los 75 detenidos de la Primavera Negra del 2003 les repartieron nada más que 1485 años de cárcel) que estén dispuestos a llevarnos hacia destinos inciertos, que no emanen de la voluntad expresa del pueblo (Caballeros, debo tener el alemán de guardia ¿Me recuerdan cuándo fue el último plebiscito libre en Cuba?).

 

Veiga y González aseguran por otra parte que “está comprobado igualmente que han existido y existen personas e instituciones que -sin renunciar a sus preferencias ideológicas, políticas y económicas-- son transparentes” (los otros también tienen preferencias pero deben ser seres muy oscuros, y por eso a veces Espacio Laical  les cierra las puertas de sus “plurales” seminarios y conferencias) “y procuran que sus criterios e intereses participen por medio de un entendimiento y un acuerdo que ofrezca estabilidad a todos” (¡Señores, no hagan olas con eso de que aquí no hay quien viva: el país lo que necesita es eso: ES-TA-BI-LI-DAD!).


“Por otro lado, para que esto sea posible se hace imperiosa una evolución política que sea capaz de ampliar el proceso de apertura entre cubanos con pensamientos patrióticos disímiles” (pero armónicos, que este corito tiene que seguir sonando).


“Es necesario que juntos, y con una intensa participación del pueblo (en esos raticos en que no está haciendo cola), podamos cincelar el presente modelo social (paciencia, que el muro está reduro, pero en 200 años acabamos la obra), con el propósito de adecuarlo a las demandas vigentes de la nación, (de que) sea un producto real de la voluntad general (fe de erratas: la voluntad del General) y se evite así que otros (los malos de la película) -en algún momento, aprovechando determinadas circunstancias- logren imponer un nuevo modelo que responda a intereses parciales (de “grupúsculos”) y hasta puedan pretender secuestrar al país” (a punta de mensajes SMS y huelgas de hambre).

“Para ello resulta obligatorio que la política oficial continúe evitando rigideces. Realmente pueden existir fundamentos que justifiquen ciertas inflexibilidades (¿como los inflexibles trancazos a los miembros de la UNPACU?), pero a esta altura de la historia una hipertrofia (¿más?) de las rigideces puede precipitar al país hacia el abismo (¡Hey, alto ahí, eso es diversionismo: el General dijo bien claro “el precipicio”!).


“Se hace ineludible que el Estado, el gobierno y el Partido Comunista, se dejen interpelar por los criterios y proyectos, nuevos y patrióticos, que abundan dentro y fuera de sus filas, estén dispuestos a darles protagonismo (¡Naa, tú me esta’ engañando!), promuevan una síntesis de todas esas ideas, y faciliten el rediseño de nuestra República” (“Tengan paciencia, que yo me retiro en 2018. Allá ustedes con el que venga atrás”. Fdo. Raúl Castro Ruz).

Nota (imaginaria) de la redacción de E. L.: “Si ves que los senderos se bifurcan, no te comas el millo: ordena 'a retaguardia, mar'“ y toca base en el punto de partida”.

¿Habrá que regañar a Mandela?

Alfredo Fernández

15 de mayo de 2013

 

En la historia contemporánea es notable el hecho de que cuando el gobierno de Sudáfrica implantó el régimen del apartheid, Nelson Mandela, por entonces luchador de los derechos civiles y posterior presidente sudafricano, le solicitó personalmente a EEUU arreciar el bloqueo económico contra Sudáfrica, a modo de facilitar la desaparición de un gobierno donde el 12,2 % de la población –los blancos, también conocidos como Bóers- expoliaban impunemente los derechos más elementales del resto de los ciudadanos.

 

En días recientes ocurrió un intenso debate alrededor del pedido, de algunas personalidades de la oposición cubana al Gobierno de EEUU, de medidas efectivas que aparten definitivamente del poder a los hermanos Castros mediante el colapso económico del país.

 

Lo que para los admiradores de los Castro es bloqueo, para sus detractores ha resultado no más que un simple embargo, puesto que el Gobierno cubano puede comerciar con el resto de los países, así como adquirir más de cien productos en los mismísimos EEUU, esto, siempre que los pague en efectivo.

 

El llevado y traído tema de la eliminación o continuidad del bloqueo económico al gobierno de Cuba, ha sido quizás el punto más álgido dentro de la oposición cubana, donde dos figuras emblemáticas, la líder de las Damas de Blanco Berta Soler y la bloguera Yoani Sánchez, tienen visiones contrapuestas al respecto.

 

Para la primera la eliminación del bloqueo significaría una inmerecida victoria política de los Castro, que en nada frenaría los abusos contra la oposición interna.

 

Sánchez, en cambio, ve en la supresión de la medida la posibilidad de privar al Gobierno de los argumentos que habitualmente utiliza para justificar el estropicio y la ineficiencia que le son inherentes al sistema.

 

El dato que me conduce a teclear esta nota no es otro que la repercusión en los medios online sobre Cuba, de la petición de Berta Soler al Gobierno de Estados Unidos de “mano dura con los Castro”, donde su reclamo fue tomado con un amplio espectro de críticas y aceptaciones, aunque las adjetivaciones de anexionista, carente de visión política, desleal a su pueblo y agente de la CIA, cargaron con el mayor peso.

 

El argumento más sobresaliente de los utilizados en contra de Soler fue que “el pueblo cubano en general rechaza el bloqueo”, y aunque este no deja de ser un testimonio a despreciar, no se debe olvidar a favor de Soler, que el pueblo cubano, sin pensarlos dos veces, también apoyó la invasión a Checoslovaquia en el 68, protagonizó los actos de repudio en el 80, aceptó sin protestar la implantación de la doble moneda en 93 –lo que resulto nuestro apartheid- y fue cómplice junto a los miembros de la UNEAC del fusilamiento de 3 jóvenes, luego de juicios sumarios, que intentaron secuestrar sin éxito un remolcador, así como del encarcelamiento de 75 opositores al Gobierno.

 

Lo anterior si no lo descalifica de manera absoluta a la hora de opinar sobre su destino, al menos lo vuelve un actor al que hay que escuchar con mucha prudencia, sobre todo cuando históricamente la lucidez no ha sido una facultad digna de admirar en los pueblos.

 

Una mirada a vuelo de pájaro arrojaría un enorme desperdicio de oportunidades del Gobierno cubano, que ayudarían a solventar muchas de las carencias de la población hoy en día.

 

Hoy mismo, y sin importar la existencia del bloqueo, se pudiera dejar invertir a los cubanos residentes en el extranjero, ayudando así a la economía nacional, como por consiguiente empleando a miles de obreros en empresas que, a no dudar, brindarían mejores salarios que los del Gobierno.

 

Se podría dejar regresar al país a los cubanos que residentes en el exterior y que por haber expresado públicamente su desacuerdo con el statu quo imperante no puedan hacerlo.

 

Se podría liberar a todos los presos por motivos políticos, ya que no representan ningún peligro para la seguridad nacional.

 

Se podrían dar tierras en propiedad a los campesinos exitosos, así como aumentar la tierra dada en usufructo, la cual no ha resuelto en lo más mínimo el problema alimentario; también se podría dar libre e irrestricto acceso a internet a la población.

 

Así como un largo etcétera de medidas que en nada el llevado y traído bloqueo de EEUU impide ejecutar, a no ser el miedo a perder el poder por los Castro. Cuestión que una situación posbloqueo, con las puertas de la primera economía mundial abiertas de par en par, se tornaran, a mi modo de ver, imposibles de acometer.

 

El pedido del incremento del bloqueo al Gobierno de Sudáfrica por Mandela fue visto por sus compatriotas – excepto los Bóers, claro está-, como un acto de consumación de la visión política de Mandela.

 

Hoy Berta Soler, por pedir exactamente lo mismo, para un Gobierno que en la práctica ofrece un destino no muy diferente a los que no pertenecen a su “raza” política – el partido único, PCC-, tiene que enfrentar acusaciones de todas partes que llegan a poner en entredicho la legitimidad de su lucha, incluso que, al parecer, ignoran el calvario atravesado por las Damas de Blanco desde el 2003.

 

Luego de ver a estos dos luchadores por los Derechos Humanos pedir lo mismo con la intención de mejorar el destino de su país, obteniendo aceptaciones tan opuestas, no he dejado de preguntarme, si también no habrá que regañar a Mandela por pedir tales medidas para su pueblo.

Eliécer Ávila, de estudiante castrista a disidente.

Desmiente las especulaciones de la

revista dirigida por el cardenal Jaime Ortega

13 de mayo de 2013

¿Quién responde por

la situación de los presos políticos cubanos

deportados a España?

Alberto Santiago Dubouchet,

preso político cubano deportado a España,

se suicidó en abril de 2012

Entrevista al periodista Normando Hernández,

preso político cubano deportado a España

Entrevista al médico José Luís García Paneque,

preso político cubano deportado a España

Nota de Manuel Castro Rodríguez: El presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez Santacruz -exprofesor universitario y expreso político-, ha lamentado las “situaciones conflictivas” que atraviesan algunos de los presos políticos cubanos que fueron desterrados a España, y ha culpado de estos problemas a la “especie de chapuza” que coordinaron en 2011 los Gobiernos de Cuba y España y la jerarquía católica cubana.

 

Según Sánchez Santacruz: “Los responsables de estos conflictos son quienes diseñaron fórmulas desacertadas para traer a los cubanos hacia el destierro en España sin valorar debidamente la composición de los núcleos familiares o incluso, a veces, la identidad de las personas”.

 

Para Sánchez Santacruz, “aquellos polvos han traído estos lodos”.

***********************************************************

Presos de las buenas intenciones

Jerónimo Andreu / Ezequiel Moltó

12 de mayo de 2013

 

España acogió 700 cubanos en 2011 como refugiados políticos

Ahora muchos viven en la pobreza y penan por conseguir un empleo

“Nos prometieron una casa y ayudas, y no tenemos nada”, dice un disidente

Muchos han emigrado a EE UU al no encontrar trabajo ni apoyos

 

Tras 23 años, 7 meses y 11 días de cárcel, Arturo Suárez era considerado el preso de conciencia más antiguo de Cuba. Su primera condena le llegó en los años ochenta por unas pintadas contra la dictadura; la última, por el secuestro de un avión para escapar de la Isla, fue de 30 años. Desde su celda, Suárez, hijo de una Dama de Blanco y defensor del pacifismo de Martin Luther King, se convirtió en un reputado defensor de los derechos humanos, relatando en sus cartas a los observadores internacionales los abusos en las cárceles del régimen.

 

En nombre de casos como el de Suárez, para quien Juan Pablo II pidió la libertad en 1998, el último Gobierno del PSOE negoció a través de la Iglesia cubana una excarcelación colectiva. Se desarrolló entre 2010 y 2011, cuando 115 presos llegaron a España junto a 650 familiares. Las gestiones del entonces ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y del cardenal de La Habana, Jaime Ortega, fueron alabadas como ejemplo de diplomacia y gestión humanitaria. Ramón Jáuregui atribuyó al Gobierno socialista “el orgullo de decir al mundo que ha sacado a los presos de conciencia de las cárceles cubanas”: mientras, por parte del PP, Esperanza Aguirre y José María Aznar acogieron a los presos como héroes de la democracia.

 

Fueron días de flashes y rosas. Tres años después, el balance de la operación es una metáfora de los males de la acción humanitaria: grandes intenciones, deficiente planificación, demasiados imprevistos y muy pocos recursos. Este martes el desahucio en Alicante del cubano Gilberto Martínez ha devuelto a los disidentes a los focos. Martínez, que asegura que fue detenido y condenado a tres años de cárcel por haberse hecho “amistades opositoras”, no tenía dinero ni para el alquiler desde que en julio le retiraron las ayudas: 400 euros de Cruz Roja y 595 del Gobierno. “Nos trajeron engañados a España: nos prometieron trabajo, una casa y ayudas, y no tenemos nada”, protesta. Sus hijos de 8, 15 y 22 años se alojan con otra familia cubana que el día 26 se enfrenta a un lanzamiento. “Si me dicen en Cuba la crisis que había en este país, me hubiera quedado allí”, se lamenta.

 

Como corresponde a una operación de gran peso mediático, la acogida de los cubanos se resolvió de forma más rápida que la de la mayoría de refugiados, y automáticamente todos obtuvieron permisos de residencia y trabajo. Sin embargo, el dinero y el interés escampó a los 18 meses, plazo que contemplaban los convenios firmados entre España y los acogidos. Coincidiendo con la llegada al poder de Mariano Rajoy, las ONG Accem, CEAR y Cruz Roja, que gestionaban el programa, dejaron de recibir subvenciones por los excarcelados. El nuevo ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, solo se comprometió a acelerar las homologaciones de títulos y la inserción laboral, de la que no se tiene noticia. Los disidentes más vulnerables (enfermos, familias monoparentales...) han recibido ayudas durante tres años; el resto han sido tratados como “emigrantes normales”, explican desde el ministerio de Empleo, responsable del seguimiento de los cubanos que se han beneficiado de programas sociales. Fuentes del actual equipo de Exteriores aseguran que el PSOE pecó de optimismo trayendo una cantidad desorbitada de familiares y no exponiéndoles la situación con realismo.

 

Un sector de los expresidiarios reclama al PP que cumpla con las responsabilidades heredadas. Para recordárselas a Margallo, desde hace 397 días, 10 cubanos se turnan para dormir frente a la sede de Exteriores. Uno de ellos es Miguel Fernández, de 50 años, ebanista de brazos fuertes y tatuados que vivía en La Víbora (La Habana). Aterrizó en Madrid con su mujer, y desde allí los derivaron a Málaga a unas instalaciones de la Cruz Roja. “Nosotros vinimos en cueros, con lo puesto de la cárcel”, relata. Mientras come arroz en un tupper, explica que protestan porque el Gobierno no ha invertido en ellos dinero del Fondo Europeo para los Refugiados que aseguran que puso a disposición de España la UE, aunque desde Trabajo aclaren que ese fondo se reparte entre todos los refugiados del país y que no había ninguna partida específica para los cubanos. “Nuestra inserción estaba aparentemente organizada, pero luego chocamos con esto”, protesta Miguel: “Ahora querían que nos echáramos atrás, pero sabemos resistir”.

 

Otro de los acampados es el hijo de 21 años del expresidiario Alberto Santiago Dubouchet. El que fuera director de la agencia de noticias Habana Press se colgó en su casa de Las Palmas de Gran Canaria en abril de 2012 para poner fin a una profunda depresión. Los exiliados no han querido acusar al Gobierno de la muerte de Dubouchet, un hombre destrozado por la prisión, pero recuerdan que el periodista falleció literalmente sin un euro, mientras desesperaba por no conseguir una ayuda con que viajar de Canarias a Móstoles, donde le esperaban sus hijos.

 

Grupo disperso

 

Una de las peculiaridades más espinosas a la hora de tratar con el colectivo de expresidiarios es su heterogeneidad. No porque abarque de médicos a obreros; sino, sobre todo, porque incluye desde presos de conciencia del Grupo de los 75 a balseros y tipos duros sin excesivas convicciones políticas. En algunos casos el motivo del encarcelamiento es difuso. Por ejemplo, Miguel Fernández prefiere no explicar por qué pasó cinco años en prisión. “Los Castro son muy listos”, profundiza en la polémica otro de los cubanos más críticos sin dar su nombre: “Aprovecharon que el PSOE no puso filtros y, entre los presos les metieron lo mismo col que lechuga”.

 

Las grietas dentro del grupo impiden trazar el destino que han seguido muchos de sus miembros. El Gobierno tampoco ofrece muchos datos. Sí está claro que una cantidad considerable ha abandonado España, preferentemente por EE UU, donde ya tenían familiares que han servido de puente. Otros trataron de entrar al país a través de su frontera sur, México, con éxito dispar. “Nosotros lo intentamos el 3 de marzo, pero no nos dejaron y tuvimos que regresar a España”, cuenta Miguel Fernández.

 

Mientras que los acampados de Madrid piden al Gobierno que les ayude a cambiar de país si aquí no les puede ayudar, algunos de sus compañeros censuran esta línea reivindicativa. “Llevamos dos años y medio aquí: el que quiso integrarse ha tenido tiempo”, explica uno de ellos: “España pasa una crisis terrible y no puedes agarrarte a promesas”.

 

En todo el vuelo de Cuba a España, Arturo Suárez no quiso soltar a su bebé, al que había visto una sola vez. Ahora vive de las ayudas de la Comunidad de Madrid. “Tengo una renta mínima de 534 euros y me apoyan algunos familiares, pero estoy agradecido. Vengo de una tiranía. Hay que reubicarse y esperar. Lo mismo descargo cajas que trabajo de jardinero”, cuenta. Espera ilusionado el nacimiento de su segundo hijo, pero no oculta que lo que no consiguió la dictadura lo han logrado los años, las circunstancias y los compañeros de viaje: “Aquí, políticamente no hacemos nada. Fui un líder de los derechos humanos, pero mi prioridad ahora es mi familia”.

Espacio Laical: del lado equivocado en Cuba

Jaime Suchlicki

10 de mayo de 2013

 

La revista Espacio Laical, publicación en Cuba que refleja puntos de vista de la Iglesia Católica, criticó abiertamente en su más reciente edición a los opositores que abogan por mantener las sanciones económicas contra la isla.

 

Espacio Laical insiste que esta posición tiene como objetivo desestabilizar al gobierno cubano. ¡Qué gran contraste con la posición de la Iglesia Católica de Polonia durante la era comunista en Europa! Esa Iglesia fue un bastión de libertad y una fuente de protección y de oposición a las autoridades comunistas. Activistas recibieron protección y refugio en iglesias en Polonia. Como resultado, la Iglesia creció en fuerza e influencia y emergió de la era comunista como la más alta autoridad moral y como la institución más poderosa de la nación.

 

En ningún momento la Iglesia polaca criticó a los opositores. Reservó sus críticas para el gobierno comunista. En ninguna ocasión la Iglesia Católica pidió a otros países que ayudaran económicamente a la dictadura comunista en Polonia.

 

La Iglesia en Cuba parece olvidar que el embargo estadounidense no es la causa de la situación económica en la isla y se hace eco de la propaganda castrista. La causa de la pobreza en Cuba es un sistema que no funciona, ni produce. Al igual que ocurrió en Polonia, el desastre económico fue el resultado del sistema comunista.

 

La Iglesia cubana enfrenta un dilema tanto moral como práctico. Continuar en el presente curso de colaboración con el régimen corre el riesgo de antagonizar a los fieles en la isla. Así mismo, no logrará aumentar su popularidad con los negros, que son los que más sufren y representan la mayor etnia. La Iglesia puede volverse irrelevante en la lucha inevitable que se acerca entre el gobierno y la oposición.

 

Naturalmente desafiar el sistema también conlleva sus riesgos: la Iglesia puede perder sus privilegios limitados, invitar la furia del aparato de seguridad de Cuba, regresando a los días oscuros del comienzo de la revolución, cuando había pocos sacerdotes y poca influencia.

 

A pesar de esto la lección de Polonia es clara. Una Iglesia que luchó al lado del pueblo surgió como una institución fuerte y respetada. El precio que pagará la Iglesia Católica cubana por su colaboración será alto. Los cubanos abandonados y reprimidos por la dictadura comunista por más de medio siglo, desean la ayuda de la Iglesia. El momento de estar del lado correcto de la historia es ahora.

 

Jaime Suchlicki  ocupa la Cátedra Emilio Bacardí Moreau, es editor del Cuban Affairs Journal, y dirige el Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Autor de Cuba: From Columbus to Castro (2002), y editor junto con Irving L. Horowitz de Cuban Communism (2001).

Cuba, ¿del estalinismo al nacionalcatolicismo?

Manuel Castro Rodríguez

(Parte I)

9 de mayo de 2013

 

Hace tres días, el lunes 6 de mayo, vio la luz un editorial de la revista católica Espacio Laical titulado Senderos que se bifurcan, en que se sataniza a los disidentes cubanos que apoyan el embargo y la Posición Común.

 

Antes de proceder a dar mi modesta opinión sobre Senderos que se bifurcan, quiero dejar bien claro que me siento identificado con la Iglesia católica comprometida con la defensa de los derechos humanos de los cubanos, esa Iglesia representada por sacerdotes como Miguel Ángel Loredo, José Conrado Rodríguez Alegre y Jorge A. Rodríguez -párroco del Santuario de la Caridad del Cobre-, y obispos como Pedro Meurice Estiú y José Siro González Bacallao. Véase

 

http://profesorcastro.jimdo.com/la-iglesia-cat%C3%B3lica/

 

Los demócratas cubanos que conozco y yo nos sentimos sumamente regocijados el 24 de enero de 1998, cuando monseñor Pedro Meurice Estiú dijo en la homilía que pronunció con motivo de la visita de Juan Pablo II a Santiago de Cuba: “Deseo presentar en esta Eucaristía a todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida (…) Le presento, además, a unos cubanos que han confundido la Patria con un partido, la Nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas décadas, y la cultura con una ideología”.

 

Un año después, monseñor Meurice declaró: “Mientras el pueblo sufra alguna injusticia o limitación, por pequeña que sea, la Iglesia debe hacer de esas necesidades y dolores de su pueblo un punto cardinal del contenido de sus relaciones con el Estado. De lo contrario, la Iglesia solo reclamaría lo que pudiera ser considerado como sus derechos institucionales o concernientes a su vida interna, pero, para los seguidores de Jesucristo, estas demandas nunca pueden estar separadas de los derechos de la gente”.

 

Hace doce años, el 6 de julio de 2001, Juan Pablo II les dijo a los obispos de Cuba en visita ‘ad limina’: “Me complace saber que desde entonces han mejorado algunas cosas de particular valor para Ustedes como son, por ejemplo, la recuperación de la fiesta de la Navidad, la posibilidad de realizar algunas procesiones -que forman parte de la rica piedad popular-, una mayor participación de los católicos en la vida del País (…) Hay, sin embargo, otros aspectos que aún no han obtenido un resultado satisfactorio (…) quiero recordar que el hombre ha sido creado libre y, al defender esa libertad, la Iglesia lo hace en nombre de Jesús, que vino a liberar la persona de toda clase de opresión (…) Cuando Ustedes, como Obispos católicos de Cuba, reclaman justicia, libertad o mayor solidaridad, no pretenden desafiar a nadie, sino que cumplen su misión (…)”.

 

Desgraciadamente, el comportamiento de la actual jerarquía católica cubana es la antítesis del llevado a cabo por obispos como Pedro Meurice Estiú y José Siro González Bacallao. Véase

 

http://profesorcastro.jimdo.com/la-jerarqu%C3%ADa-cat%C3%B3lica-y-la-dictadura-de-castro/

 

En otro artículo procederé a analizar cómo la actual jerarquía católica cubana no demuestra estar comprometida con la defensa de los derechos humanos del pueblo cubano.

 

Volviendo a la revista católica Espacio Laical -publicación de la Arquidiócesis de La Habana, encabezada por el cardenal Jaime Ortega Alamino- y su  editorial  Senderos que se bifurcan, en el mismo se observan rasgos totalitarios propios del nacionalcatolicismo -una de las señas de identidad ideológica del régimen dictatorial con el que Franco gobernó a España entre 1939 y 1975- y, sin llamarlos por su nombre, se difama a varios de los disidentes cubanos que se encuentran de recorrido por el extranjero, como se puede ver en el primer párrafo de Senderos que se bifurcan:

 

Algunas personas, tanto cubanas como extranjeras, insisten en pedirle a importantes centros de poder en el mundo que desestabilicen al gobierno cubano, tomen medidas que pueden dañar fundamentalmente al pueblo de la Isla, y contribuyan a imponer en el país un modelo socio-económico-político que ha demostrado tener luces, pero también grandes sombras, sin discernir y consensuar seriamente la manera de atenuar estas últimas”.

 

Los cubanos sabemos que ese ha sido el principal argumento esgrimido por el castrismo para reprimir a todas las voces independientes. Se acaba de cumplir el décimo aniversario de la Primavera Negra, cuando 75 opositores pacíficos fueron acusados en forma similar a como lo hace ahora el editorial Senderos que se bifurcan y condenados en juicios sumarios a penas de hasta veintiocho años de prisión, y sometidos a tratos crueles e inhumanos, como los sufridos por Ariel Sigler Amaya, que le provocaron parálisis. Ariel era un hombre fuerte; pesaba 205 libras y había sido campeón de boxeo de la provincia de Matanzas. Al ser excarcelado, Ariel pesaba 117 libras, ¡menos del sesenta por ciento del peso que tenía antes de ser detenido! En otra imagen se muestran sus piernas; tal parece que fue tomada en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, cuando fueron liberados los prisioneros.

El editorial Senderos que se bifurcan fue muy bien recibido por el régimen; al día siguiente salió publicado en el principal portal propagandístico internacional de la tiranía castrista el artículo «Disidentes» cubanos, ¿su otoño a la vista?, donde se utiliza el editorial de la publicación de la Arquidiócesis de La Habana para atacar a los disidentes cubanos:

 

Ciertas personas, dice la revista que dirige el cardenal Jaime Ortega Alamito, tanto cubanas como extranjeras, insisten en pedirle a importantes centros de poder en el mundo ‘que desestabilicen al gobierno cubano’.

 

La publicación estima que el país, como admiten sus propios dirigentes, necesita cambios, pero, subraya, ‘los protagonistas de esos cambios no pueden ser los centros de poder de ciertos países fuertes e influyentes’”.

 

Ese mismo día, 7 de mayo, en la página de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba apareció un enlace a Senderos que se bifurcan.

 

Con esa actitud, la jerarquía católica cubana está estimulando –¿consciente o inconscientemente?- a la tiranía castrista para que proceda penalmente contra los disidentes que han expresado su apoyo al embargo y la Posición Común, sobre todo los que se encuentran de recorrido por el extranjero, que acertadamente rechazan las críticas realizadas por Espacio Laical.

Juegos militares de Espacio Laical

Aleaga Pesant

26 de marzo de 2013

 

El prestigio de una publicación no es incólume; tiene, como todo, sus altibajos. Recuerdo el fiasco del prestigioso diario español El País, hace poco, al publicar fotos donde supuestamente aparecía el difunto Presidente de Venezuela en la cama de un hospital. Ese ejemplo, cercano y sencillo, indica la importancia de la responsabilidad ante lo que se publica.

 

La acreditada revista católica Espacio Laical (la única no oficial autorizada por la dictadura para circular dentro de la isla), ya tuvo su invierno. Hace un tiempo sufrió un pequeño percance ante los ojos de la sociedad civil alternativa. Sobredimensionó el rol del cardenal Jaime Ortega Alamino en la liberación de los presos políticos de la Primavera Negra, pero sobre todo minimizó la actuación de las Damas de Blanco y de miles de ciudadanos comprometidos con la construcción democrática.

 

Ahora, los editores, Roberto Veiga y Lenier González, entran nuevamente al ruedo de las especulaciones e hipérboles, y a “cantar jugada” por adelantado sobre temas que es preferible dejar madurar.

 

Según AFP, la revista católica afirma que las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, ejército, marina, aviación) serán el pivote de una apertura política en Cuba, debido a su implicación con la vida nacional y por ser la institución más fuerte cohesionada y profesional del actual sistema, además de (según los articulistas) no estar directamente comprometida con vejaciones y de gozar del respeto de muchos ciudadanos, y porque es nacionalista y se siente muy comprometida con el desarrollo armónico de la nación.

 

Falso. Las FAR son el cuerpo más corrupto, mediocre y cobarde de la sociedad cubana. Es una milicia personal subordinada a los hermanos Castro, que desconoce conceptos como Nación y Estado, geopolítica y disuasión. El generalato es geriátrico y marcado por la generación de los Castro.

 

La mayoría de los mandos medios solo esperan el tiempo de retiro, para encontrar empleo en alguna tienda recaudadora de divisas o en algún centro donde puedan obtener los bienes que sus veinticinco años de servicio no les proporcionó.

 

Mientras, los mandos jóvenes, de tan adoctrinados en las Escuelas de Cadetes o Camilitos (Escuelas Vocacional Militar Camilo Cienfuegos, EVMCC), controlados y comprometidos por las organizaciones del partido y la juventud comunistas, no han de estar aptos para comprender su misión y responsabilidad ante la nación.

 

Todos, absolutamente todos en los cuerpos armados, temen a la tenebrosa CIM (Contrainteligencia Militar, también llamada popularmente “contra invento y maraña”), la cual controla a los oficiales hasta en las comunidades rurales, donde se hacinan la mayoría de los oficiales menores con sus familias.

 

La sociedad cubana rechaza una institución que obliga a los jóvenes varones, entre 18 y 25 años, a pasar uno, dos o tres años en una unidad militar, perdiendo el tiempo y recibiendo adoctrinamiento embrutecedor. Sin vestuario adecuado, mal alimentados y con pésimas condiciones de vida, los jóvenes conscriptos son chantajeados por sus oficiales. Por esa razón, todos los años cientos de padres recurren a los más increíbles ardides, desde el soborno a la simulación, para que sus hijos evadan el servicio militar obligatorio.

 

El ejército es la institución cubana con menos contactos con sus homólogas del exterior, por el férreo control que los hermanos Castro y su generación ejercen sobre ella, para que no se vea invadida por las nuevas ideas. Luego de la implosión del socialismo real, los soldados desconocen el mundo y los grandes cambios que se han realizado. Están ajenos, en su inmensa mayoría, a las nuevas tecnologías.

 

Sobre su tolerancia es importante hablar. La pantomima de aquellos coroneles orando por la salud de Hugo Chávez, fue solo eso, pantomima. Los militares de fila no pueden entrar a las iglesias o entrar a sitios visitados por turistas o demócratas, so pena de ser expulsados del cuerpo por desobedecer los llamados “ordeno y mando del Comandante en Jefe”, verdadero decálogo de intolerancia e ignominia

 

La doctrina militar de las fuerzas armadas es insostenible en las condiciones de la guerra actual, y no creo que los más brillantes de los oficiales cubanos estén ajenos a esa conclusión. No obstante, ahí están, depredando el erario público. Esa doctrina está diseñada para reprimir al pueblo, no para enfrentar un enemigo externo. Por eso la milicia estuvo y está involucrada en la represión, de manera selectiva.

 

Durante el entierro del líder del Movimiento Cristiano Liberación, Oswaldo Payá, efectivos de la policía política y militares y trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas, en especial trabajadores del edificio principal del MINFAR, reprimieron a los demócratas y los detuvieron en los autobuses del ejército, donde fueron conducidos hasta la estación de policía Tarará, en Playas del Este. Pero además, para los faltos de memoria, fueron pilotos de la DAAFAR (fuerzas aéreas cubanas) los que derribaron las avionetas de Hermanos al Rescate, el 24 de febrero de 1996.

 

Los juegos de Espacio Laical a la supra política deben ser más cuidadosos. Muchos creemos en la buena voluntad de su visión. Pero como dice el viejo proverbio, pueden jugar con la cadena pero no con el mono.

 

aleagapesant@yahoo.es

¿Quiénes tienen que ser tolerantes

y demostrar amor fraternal?

Manuel Castro Rodríguez

21 de septiembre de 2012

 

Debemos buscar unas relaciones humanas en que la gente pueda vivir y expresar lo que siente, una convivencia en el amor fraternal”, declaró Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba. Añadió el arzobispo de Santiago de Cuba: “Tenemos que procurar vivir como hermanos, siendo tolerantes, en medio de la convivencia humana, fraterna”.

 

Este vídeo muestra el ‘amor fraternal’ que siente la tiranía castrista por el pueblo cubano:

¿Se le puede pedir a la niña del vídeo que sea tolerante, cuando ha visto cómo su madre y ella misma son atacadas por las fuerzas represivas del régimen que tiraniza a Cuba desde hace 53 años?

 

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba agregó: “Que Dios nos ayude a vivir en el amor y trabajar por esta Cuba hermosa para encontrar juntos la solución de los problemas”. ¿Cuándo la jerarquía de la Iglesia católica de Cuba va a ayudar al pueblo cubano, que es reprimido constantemente por pedir que se le respeten sus derechos como seres humanos? El pueblo cubano ya no tiene más mejilla que poner.

 

La jerarquía de la Iglesia católica de Cuba sabe que “para encontrar juntos la solución de los problemas”, es necesario que el gobierno cubano se siente a dialogar con la sociedad civil cubana. Los firmantes del ‘Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible’: “Demandamos un diálogo nacional, abierto, transparente, pluralista y sin condiciones para poder acometer constructivamente el desafío que nos presenta la actual crisis”. Por cierto, hace un mes y siete días les envié el ‘Llamamiento urgente por una Cuba mejor y posible’, ¿por qué no lo han publicado?

 

¿Hasta cuándo se seguirá derramando la sangre del pueblo cubano? Es responsabilidad de la jerarquía católica cubana solicitarle al régimen de los hermanos Castro que se inicie ese diálogo. ¿O no?

Seleccione idioma

José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.