MASACRE  DEL  REMOLCADOR  13  DE  MARZO

 

13 de julio de 1994-13 de julio de 2014

XX aniversario  de una masacre premeditada

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó:

 

Las pruebas demuestran claramente que el hundimiento del barco remolcador ‘13 de Marzo’ no fue un accidente sino un hecho premeditado e intencional”.

 

Xicdy Rodríguez Fernández  (2 años)

Una de las niñas asesinadas el 13 de julio de 1994

 

37 cubanos inocentes fueron asesinados

por el régimen de los hermanos Castro,

el 13 de julio de 1994

Gracias a un buque de bandera griega,

33 cubanos

pudieron sobrevivir a la masacre castrista

Denuncia de dos madres

sobrevivientes de la masacre

La sobreviviente María Victoria García Suárez perdió a su esposo, su hijo de 10 años, su hermano, tres tíos y dos primos. Es de destacar el testimonio que brindó desde La Habana: “…en eso vemos que vienen dos remolcadores de bombero atrás de nosotros. Se pegan a los lados y entonces empiezan a tirarnos agua -agua a presión-. Entonces seguimos y les decíamos que no nos hicieran daño, que llevábamos niños allí y les enseñamos los niños y ellos seguían tirando agua…”. 


Otra sobreviviente, Jeanette Hernández Gutiérrezdenuncia: “…Ellos nos dejaron salir, pero después empiezan los chorros de las mangueras de agua, eran constantes, los chorros no nos los quitaban sabiendo que iban niños (...) se nos pone un remolcador por detrás, el más grande (...) se nos sube en popa y nos parte la mitad del barco...”.

 

http://www.youtube.com/watch?v=0GiNVkwywrU&feature=related

Edad de 37 cubanos asesinados por el castrismo

en la masacre del remolcador 13 de Marzo

 

Niños asesinados:

1- Hellen Martínez Enríquez . . . . . . . . . . . 5 meses

2- Xicdy Rodríguez Fernández . . .. . . . . . . 2 años

3- Angel René Abreu Ruiz . . . . . . . . . . . . 3 años

4- José Carlos Nicle Anaya . . . . . . . . . . . . 3 años

5- Giselle Borges Alvarez . . . . . . . . . . . . . 4 años

6- Caridad Leyva Tacoronte . . . . . . . . . . . 5 años

7- Juan Mario Gutiérrez García. . . . . . . . .10 años

8- Yasser Perodín Almanza . . . . . . . . . . . 11 años

9- Yousell Eugenio Pérez Tacoronte . . . . . 11 años

10- Eliecer Suárez Plasencia . . . . .            12 años

 

Jóvenes asesinados:

11- Mayulis Méndez Tacoronte . . . . . . . . .17 años

12- Miladys Sanabria Cabrera . . . . . . . . . .19 años

13- Joel García Suárez . . . . . . . . . . . . . . 20 años

14- Odalys Muñoz . . . . . . . . . . . . . . . . . .21 años

15- Yaltamira Anaya Carrrasco . . . . . . . . . 22 años

16- Yuliana Enríquez Carrazana . . . . . . . . .22 años

17- Lissett María Alvarez Guerra . . . . . . . . 24 años

18- Jorge Gregorio Balmaseda Castillo . . . . 24 años

19- Ernesto Alfonso Loureiro. . . . . . . . . . . 25 años

20- María Miralis Fernández Rodríguez . . . . 27 años

21- Jorge Arquímedes Levrígido Flores . . . . 28 años

22- Leonardo Notario Góngora . . . . . . . . . .28 años

23- Pilar Almanza Romero . . . . . . . . . . . . .31 años

24- Rigoberto Feu González . . . . . . . . . . . .31 años

25- Omar Rodríguez Suárez. . . . . . . . . . . . .33 años

26- Lázaro Enrique Borges Briel . . . . . . . . . 34 años

27- Martha Caridad Tacoronte Vega . . . . . . .35 años

28- Julia Caridad Ruiz Blanco . . . . . . . . . . . 35 años

 

Adultos asesinados:

29- Eduardo Suárez Esquivel . . . . . . . . . . . . 38 años

30- Martha M. Carrasco Sanabria . . . . . . . .   45 años

31- Augusto Guillermo Guerra Martínez . . .    45 años

32- Rosa María Alcalde Puig . . . . . .. . . . . . . 47 años

33- Estrella Suárez Esquivel . . . . . . . . . . .   48 años

34- Reynaldo Joaquín Marrero Alamo . . . .      48 años

35- Amado González Raíces . . . . . . . . . . . . 50 años

36- Fidencio Ramel Prieto Hernández . . . .     51 años

37- Manuel Cayol ...................................  50 años

Denuncia del sobreviviente Jorge García Más

Jorge García Más, quien perdió catorce familiares en el hundimiento del remolcador 13 de Marzo a siete millas de la bahía de La Habana, describe los hechos ocurridos el 13 de julio de 1994.

 

http://www.youtube.com/watch?v=h_pXjIuPCxk

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictaminó

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dictaminó: “Las pruebas demuestran claramente que el hundimiento del barco remolcador ‘13 de Marzo’ no fue un accidente sino un hecho premeditado e intencional

 

El tirano Fidel Castro declaró el 5 de agosto de 1994: “Tan pronto llegaron las noticias del accidente del remolcador, se realizó de inmediato una investigación profunda y exhaustiva,…”.

 

Como dictaminó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “la investigación realizada por el Estado cubano no habría sido suficientemente exhaustiva si tenemos en cuenta que no se rescató la embarcación hundida -la cual contenía en su cuarto de máquinas muchos de los cadáveres que perecieron en el naufragio- ni los cuerpos que yacían en el fondo del mar”.

 

Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, “…el Estado cubano no emprendió con seriedad y como un deber jurídico propio las investigaciones en el presente caso. El resultado de ello es la impunidad en que se mantiene el mismo. Por consiguiente, la Comisión considera que el Estado cubano por omisión violó el derecho a la justicia…”.

 

El dictamen hecho por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos  sobre la masacre del remolcador 13 de Marzo se encuentra en este enlace:

 

http://www.cidh.oas.org/annualrep/96span/Cuba11436.htm

 

The report in English on the July 13 tugboat massacre is available at

 

http://www.cidh.oas.org/annualrep/96eng/Cuba11436.htm

 

Otro crimen de lesa comunidad que permanece impune

Al igual que la masacre del río Canímar –ocurrida el 6 de julio de 1980, donde solamente sobrevivieron once de los cincuenta pasajeros de la embarcación turística XX Aniversario-, la masacre del remolcador 13 de Marzo es otro crimen de lesa comunidad del castrismo que permanece impune, gracias al silencio cómplice de la comunidad internacional.

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte I)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte II)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte III)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte IV)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte V)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte VI)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte VII)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte VIII)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte IX)

Decimoquinto aniversario

de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

(Parte X)

A 19 años de la masacre del Remolcador 13 de Marzo

Julio César Álvarez

12 de julio de 2013

 

El hundimiento del remolcador 13 de Marzo, en la madrugada del 13 de julio de 1994, con más de 70 personas a bordo, ordenado por la dictadura que nos gobierna, no aparece en las efemérides oficiales de la nación.

 

Es un tema tabú. Ha sido borrado de la historia oficial para que no se recuerde la infamia, pero es importante recordar que se cumplen 19 años de una horrenda masacre que aún permanece impune y que quienes ordenaron que se perpetrara aun permanecen en el poder, y hoy tratan de pasar el cetro a sus elegidos para “jubilarse o morir tranquilamente”.

 

Muchas veces se ha escrito sobre aquel asesinato, y otras tantas se ha leído con horror. Cuentan los sobrevivientes que ellos lograron cruzar el Morro y evadir la persecución siete millas mar afuera. Allí, sus captores rodearon el remolcador en el que huían, y los ultimaron con sus proas y sus chorros de agua.

 

Algún día, sin la represión del gobierno como barrera, el pueblo cubano llegará hasta el malecón habanero y recordará con flores a aquellos 41 niños, mujeres, y hombres asesinados en el mar en el horrendo verano de 1994.

 

Así solíamos recordar en la escuela primaria a un famoso guerrillero. Aunque no comprendíamos por qué, caminábamos tras los maestros hasta el tramo más cercano de costa para florear las aguas en honor a un comandante rebelde desaparecido en un punto incierto del litoral.

 

Los maestros nos contaban que a este rebelde lo buscaron por aire, mar y tierra durante muchos días, aun cuando no se conocía el lugar donde se había precipitado su avioneta.

 

A pesar de que las autoridades conocían desde un inicio el lugar exacto donde, a golpe de envestidas, el fanatismo y la intolerancia habían hundido el barco en el que huían de la tiranía 72 cubanos, los huesos de aquellos 41 hombres, mujeres y niños asesinados aún permanecen abandonados en el fondo del mar.

 

A los familiares de las víctimas se les negó enterrar a sus muertos. Flaca excusa aquella de que el gobierno no contaba con buzos especializados para rescatarlos. Quizás lo que temía el gobierno era un entierro espontáneo y multitudinario, en el que el llanto de un pueblo haría temblar la injusticia.

 

Fidel Castro justificó el asesinato en un discurso: “El comportamiento de los obreros fue ejemplar, no se puede decir que no, porque trataron que no les robaran su barco. ¿Qué le vamos a decir ahora, dejen que les roben los barcos, sus medios de trabajo? ¿Qué vamos a hacer con esos trabajadores que no querían que les robaran su barco, que hicieron un esfuerzo verdaderamente patriótico, pudiéramos decir, para que no les robaran el barco? ¿Qué les vamos a decir?”.

 

Esas palabras exculparon a los asesinos, y les negaron a los familiares de las víctimas el derecho a la justicia. Toda futura investigación quedaba prohibida. Ninguna acusación de los familiares encontraría oídos en los cómplices juzgados de la nación.

 

Pero como mismo dijera en su momento el propio Fidel Castro, “siempre habrá tiempo en la historia para exigirle las responsabilidades que les correspondan a cada cual”.

 

Mientras tanto, las almas de las víctimas emergen a diario y vagan por el litoral habanero, y ruegan porque un día puedan al fin descansar en tierra firme en un osario con flores y un epitafio.

 

 

 

19 años es mucho tiempo

Aleaga Pesant

12 de julio de 2013

 

Pasaron 19 años de la última de las grandes matanzas llevadas a cabo por la dictadura comunista en Cuba. El hundimiento del remolcador 13 de marzo, el miércoles 13 de julio de 1994, a unas siete millas de la boca de la Bahía de La Habana.

 

En el crimen murieron 41 personas, entre ellas 20 menores. El resto fue mujeres y hombres, sumergidos junto al remolcador en el Estrecho de la Florida. Cementerio de miles que huyeron definitivamente de la isla prisión.

 

Desde el primer momento, el gobierno tiró un manto de silencio sobre el crimen. Granma, al día siguiente, en una nota interior publicaba “Zozobró remolcador robado por elementos antisociales”, refería que la nave la “sustrajeron por la fuerza” de las Terminales Mambisas de Occidente (muelle) y había zozobrado a las 3 am., aproximadamente a 7 millas de la costa y se rescataron por las naves guardafronteras y remolcadores 31 personas, 20 hombres, 5 mujeres y 6 menores.

 

Roberto Robaina, entonces canciller, en entrevista el 17 de julio, evadía responder sobre el hecho, argumentando que se investigaba por las autoridades. El 26 de julio, en el acto central por el asalto al Cuartel Moncada, el General y Ministro del Ejercito, Raúl Castro, acusó al gobierno norteamericano del incidente, y atacó “la hipócrita y mendaz campaña anticubana” orquestada alrededor de este hecho. Además, acusó a Washington de inmiscuirse en los asuntos internos cubanos.

 

Los veinte hombres rescatados de las negras aguas del golfo, fueron directamente para los calabozos del cuartel general de la policía política, en Villa Marista, donde fueron interrogados durante días. Las mujeres sobrevivientes fueron amenazadas de hacer comentarios. Un gran silencio se imponía en los medios comunistas. Pero la ciudadanía conocía la verdad. La comentaba en la calle, y aumentaba el desespero ante las terribles condiciones de la crisis económica de entonces. En medio de la tragedia nacional, no bajó el interés de seguir robando lanchas para huir del país. Días después fue robada tres veces la “Lancha de Regla”, para ser llevada a los Estados Unidos y antes del mes se desencadenó el 5 de agosto, la más grande protesta antigubernamental, El Maleconazo.

 

Fidel Castro Ruz, quien dio la orden de hundir el remolcador, mantenía un silencio sepulcral sobre el crimen, agobiado además por los incidentes que ocurrían a diario, sobre todo en la capital. Evitaba cualquier comentario sobre el tema ante las preguntas de la prensa internacional. Pero las primeras grabaciones de entrevistas hechas a mujeres víctimas y familiares del suceso, sacaron a la luz las sombras de la tragedia. Las órdenes fueron dadas por el más alto nivel del gobierno y la responsabilidad de los sicarios que maniobraban los remolcadores Polargo.

 

Las dolorosas imágenes narradas por víctimas se hicieron públicas primero por Radio y Televisión Martí, que comenzó a informar sobre el genocidio y se desmintió la treta gubernamental que descalificaba al barco para navegar. A ella le siguieron emisoras cubanas de Miami y luego el mundo comenzó a saber la verdad de la tragedia. El Presidente de los Estados Unidos, William Clinton, y el Papa Juan Pablo II, se pronunciaron sobre la tragedia. Juan Pablo envió una carta al entonces Arzobispo de la Habana, Jaime Ortega, que fue leída ante los feligreses.

 

Como siempre, América Latina, cómplice de la dictadura comunista, hizo silencio ante la masacre que acababa de acontecer. Pero en enero de 1995, cuatro de las víctimas del crimen pudieron presentarse en audiencia especial, ante el Subcomité del Hemisferio Oeste, del Congreso de los Estados Unidos. Allí, las declaraciones de Janet Hernández, su esposo Modesto Romero y Sergio Perodia, esclarecieron lo ocurrido, narrando las incidencias del hecho, exponiendo las intenciones previas del gobierno de hundir en el mar a los que intentaran huir, como forma de escarmiento.

 

Diecinueve años después del crimen, nadie ha sido juzgado como responsable. Demasiado tiempo.

 

aleagapesant@yahoo.es

Crimen e impunidad del régimen cubano

Elizabeth Burgos

19 de julio de 2011

 

El 13 de julio: aniversario del hundimiento del remolcador “13 de marzo”. Un crimen de Fidel Castro que hasta el día de hoy permanece impune

 

Uno de los crímenes más cobardes y crueles perpetrados por la dictadura de Fidel Castro fue el asesinato de 37 cubanos tras el hundimiento del remolcador llamado “13 de marzo”.

 

Los hechos sucedieron en horas de la madrugada del 13 de julio de 1994, cuando cuatro barcos pertenecientes al Estado cubano y equipados con mangueras de agua, embistieron un viejo barco remolcador, “13 de marzo”, perteneciente a la Empresa de Servicios Marítimos del Ministerio de Transportes, que habían reparado, dotado de un motor nuevo, y en el que intentaban escapar de Cuba rumbo a Estados Unidos 68 fugitivos que se encontraban a bordo.

 

Los hechos ocurrieron a siete millas de distancia de las costas cubanas, frente al puerto de la ciudad de La Habana. Según testigos que sobrevivieron al naufragio, apenas zarpó el remolcador del puerto cubano, comenzaron a ser perseguidos por embarcaciones del Estado cubano equipadas con tanques y cañones de agua. Las embarcaciones oficiales embistieron con sus respectivas proas el remolcador fugitivo con la intención de hundirlo, al mismo tiempo que les lanzaban agua a presión a todas las personas que se encontraban en la cubierta del barco, incluyendo mujeres y niños. La súplica de las mujeres y niños para que el ataque cesara fue en vano; la vieja embarcación en en la que intentaban huir, cedió ante la criminal embestida, hundiéndose y dejando un saldo de 37 muertos, de los cuales 10 eran menores de edad.

 

31 personas sobrevivieron a los sucesos del 13 de julio de 1994. Los sobrevivientes manifestaron que, cuando el remolcador “13 de marzo” se encontraba ya a 7 millas de distancia de las costas cubanas, una de las embarcaciones que lo perseguían, la Polargo 2, bloqueó por delante al viejo remolcador, mientras que la otra embarcación denominada Polargo 3 embistió por detrás , partiéndole la popa.

 

Luego, la Polargo 3 y la Polargo 5, se situaron a los costados del remolcador y comenzaron a lanzarle agua a presión al barco y a las personas que se encontraban en la cubierta del remolcador. Los gritos y el clamor de las mujeres y niños que se encontraban en la cubierta del remolcador, no impidieron que se detuviera la embestida criminal. La presión de los chorros era igual a 1.500 kg por pulgada.

 

El barco se hundió llevándose al fondo los cuerpos de 19 niños: entre los niños muertos se encontraban uno de 5 meses, uno de 2 años, dos de 3 años, uno de 5, uno de 10, dos de 11, uno de 12; 18 adultos entre 17 y 35 años, y nueve entre 38 y 50 años. Los que se refugiaron en el cuarto de máquinas para librarse de la ferocidad de los chorros de agua, también perecieron allí atrapados. Todas eran personas que buscaban escapar de la fatalidad que les había sido impuesta, pues estaban en edad de buscarse un futuro.

 

Los testigos de los hechos afirman que lanchas guardafronteras observaban los hechos desde lejos, sin voluntad de intervenir para no darle al ataque una connotación militar, esperando, sin embargo, la desaparición de todos los náufragos para que no quedaran testigos.

 

Si hay sobrevivientes de la tragedia es porque sucedió lo inesperado: cuando ya todo parecía terminado y estaban a punto de morir, aparece un barco griego en las inmediaciones y al percatarse las lanchas guardafronteras que los griegos estaban observando los hechos, decidieron intervenir y prestarle socorro a los “náufragos”.

 

Gracias a los griegos existen 31 sobrevivientes de esa tragedia.

 

Los familiares de las víctimas que perecieron ahogadas se dirigieron a las autoridades cubanas a fin de rescatar los cuerpos que se encontraban en el fondo del mar. La respuesta del Gobierno fue negativa, con el pretexto de que no poseían la dotación técnica adecuada para extraer el remolcador y los muertos. Sin embargo, tampoco han entregado los cuerpos de los que se ahogaron en la superficie.

 

La organización “Hermanos al rescate”, con sede en Miami —que consiste en una pequeña flotilla de aviones dedicados a rescatar a los balseros cubanos que intentan escapar de Cuba—, solicitó autorización al Gobierno cubano para sobrevolar el lugar del naufragio e intentar el rescate de algunos cuerpos, pero la solicitud fue rechazada sin explicaciones. (Por cierto, los “Hermanos al rescate” han sido también víctimas de la agresión criminal de la dictadura castrista. Dos de sus aviones fueron derribados y los pilotos asesinados por la aviación castrista cuando se encontraban en misión y al estar sobrevolando aguas internacionales).

 

Hasta hoy, ninguno de los cuerpos ha sido rescatado. De haber sucedido estos hechos bajo alguna de las dictaduras militares que azotaron el continente durante los años setenta-ochenta, este crimen contra la humanidad hubiese tenido un profundo impacto. La impunidad internacional de la que goza la dictadura castrista y la complacencia que se otorga a sus crímenes son inexplicables.

 

Solo los exiliados cubanos en Miami conmemoran esa fecha cada 13 de julio y realizan una conmovedora ceremonia en honor a las víctimas. Los adultos lanzan flores al mar, grupos de niños traen mariposas cautivas que representan el alma de los niños asesinados, que echan a volar a orillas del mar.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.