ESTALINISTAS QUE ANIDAN

EN LA IZQUIERDA MUNDIAL

Haroldo Dilla:

(Académico marxista)

A la muerte física de Zapata sucedió un segundo asesinato: una avalancha de difamaciones organizada por el gobierno cubano. Utilizando para ello a algunos intelectuales devaluados del patio y a la red de voceros estalinistas que medran en la izquierda mundial, han dicho que la víctima era un preso común (…)

Cuando en Cuba tenga plena vigencia la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuando el pueblo cubano pueda construir una sociedad “con todos y para el bien de todos”, serán días tristes para quienes practicaron diversas formas de complicidad con el régimen que tiraniza a Cuba desde hace cincuenta y un años.

 

Comprendo que pueda existir ignorancia, pero no que se ignore la verdad. Los estalinistas no le hacen caso a las palabras de Rosa Luxemburgo: “La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que éste sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente”.

La ‘izquierda’ adocenada en Panamá

Manuel Castro Rodríguez


La ‘izquierda’ adocenada, o sea, la izquierda autoritaria o neoestalinista, continúa considerando a La Habana como si fuese el Vaticano y Fidel Castro Su Santidad. La ‘izquierda’ adocenada es la negación del marxismo que dice profesar.

 

La ‘izquierda’ adocenada sigue aferrada a las falsas antinomias de la Guerra Fría y es incapaz de abandonar lastres estalinistas como el partido único, el culto a la personalidad, la violación sistemática de los derechos humanos reconocidos internacionalmente, el control gubernamental de los medios de comunicación, la descalificación, el asesinato de la reputación, la represión de toda disidencia, etc. Véase el caso de Panamá.

 

La ‘izquierda’ adocenada tiene un doble rasero: con razón repudia la dictadura de Pinochet -duró diecisiete años y produjo tres mil víctimas, entre muertos y desaparecidos-, pero apoya a la dictadura cubana que ya triplicó a la chilena. Al tiranizar a Cuba por 54 años y con más de diez mil seiscientas muertes documentadas, los hermanos Castro han superado con creces al criminal Pinochet. Además de violarle al pueblo cubano los derechos consagrados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el castrismo le niega los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales inalienables a todo ciudadano.

 

Por higiene mental, había decidido no volver a escribir sobre la ‘izquierda’ adocenada, pero no puedo permanecer callado mientras estos ‘revolucionarios’ -jamás se han acostado sin comer y disfrutan de todos los derechos consagrados por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por lo que muchos los conocen como izquierda caviar-, prosiguen mintiendo, emulando a los que niegan el Holocausto, pretendiendo engañar a la sociedad panameña, ocultando su verdadero objetivo de instaurar un régimen de corte estalinista en Panamá.

Demócratas y totalitaristas,

por sus firmas los conoceréis

Manuel Castro Rodríguez

12 de julio de 2010

 

El castrismo se ha visto obligado a aceptar liberar –gradualmente y bajo condiciones imprecisas-, a cincuenta y dos presos de conciencia integrantes de los setenta y cinco condenados durante la Primavera Negra de 2003, por los ‘delitos’ de intentar expresar sus ideas y poseer textos prohibidos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Escritores, poetas, periodistas y bibliotecarios independientes fueron condenados a penas de hasta veintiocho años de cárcel. Los ‘juicios’ fueron realizados en un día y a puertas cerradas.

 

Gracias a las valientes actuaciones del preso de conciencia Orlando Zapata -el régimen lo dejó morir el 23 de febrero de 2010, después de una huelga de hambre que duró 85 días-, las Damas de Blanco y el disidente Guillermo Fariñas –en huelga de hambre y sed desde el 24 de febrero de 2010, o sea, durante 135 días-, y el repudio internacional -incluso de izquierdistas tales como Pilar Bardem, Ana Belén y la hija de Salvador Allende-, el régimen ha concedido esta migaja, que le permitirá respirar a nivel internacional.

 

A la gerontocracia estalinista no le cuesta nada liberar a varias decenas de prisioneros de conciencia, porque puede encarcelar a otras decenas de disidentes en cualquier momento. El sacerdote católico José Conrado Rodríguez declaró que “la cuestión no es sacar a los que están, sino cerrar la fábrica de presos. Y la fábrica de presos existe a partir de unas leyes que castigan el disentimiento, que castigan la honestidad”.

 

El represivo sistema legal cubano ha creado un clima de temor entre periodistas, disidentes y activistas, poniéndolos en riesgo de arrestos arbitrarios y hostigamiento”, expresa el informe de Amnistía Internacional publicado el 30 de junio de 2010.

 

Les agradezco a los demócratas panameños que rubricaron la carta abierta Por la libertad de los presos políticos cubanos , que hasta el 8 de julio de 2010 tiene más de cincuenta mil firmas.

 

Como de todo hay en la viña del Señor, unos sujetos nacidos en Panamá firmaron un documento apoyando a la tiranía cubana en su campaña difamatoria contra el mártir Orlando Zapata. Entre esos totalitaristas hay varios seguidores del narcodictador Noriega; puede comprobarlo si hace clic en 

http://www.porcuba.org/index.php

 

Espero que el lector sepa disculparme por utilizar la palabra ‘sujetos’; mi formación martiana me impide llamar ‘personas’ a quienes apoyan a un régimen asesino que arrastra por el piso a unas damas que marchan pacíficamente con gladiolos en las manos. Vea el vídeo

Red de voceros neoestalinistas en Panamá

 

   Coordinadora Solidaridad Panamá-cuba

   Felix Penaranda Ibáñez

   German R. Conte Scheel

   Ignacio Iiriberri

   Movimiento Estudiantil Revolucionario 16 De Septiembre

   Pedro Rivera Ramos

   Raúl González R

   Rosa De Camacho

   Servicio Paz Y Justicia

   Aparicio, Jorge A.

   Atencio, Maximo

   Ayala Montero, Carlos

   Barria, Anibal

   Barría, Rey

   Batista Guevara, Dania Betzy

   Bentham, Carlota

   Berrios Herrera, Julio Elías

   Britton, Federico

   Brugiati Carrera, Danae Astrea

   Caballero, Nelson

   Camargo, Gilma G.

   Candanedo, Miguel Angel

   Castillo, Gloria Esther

   Castro Herrera, Nils

   Cerrud, Erasmo

   Cogley, Orlando

   Cohen Degovia, Guillermo C.

   Correa García, Carlos Ernesto

   Cuevas, Conrado Enrique

   Cuevas Zelaya, Conrado E.

   De Morales, María Del Mar

   Díaz Fernández, Lessenia Tania

   Díaz Fernández, Tania Lessenia

   Fa, Hernando

   Faruk Al Sadik, Umar

   Fernández Conte, Eric

   Ferràs Planas, Walter Artemio

   Fozatti, Ruben

   Franco MuÑoz, Hernando

   Franco Rodríguez, Bolívar

   Fuentes, Hermelinda

   Fuentes Arroyo, Euclides

   Fuentes Arroyo, Euclides

   Gallardo, Celestino Mariano

   García, Jacqueline

   Garcia, Jacqueline

   GarcÍa De Castro, Adela

   Gonzáles Del Pino, Hadys

   Gonzalez Caballero, Enith

   Gonzalez Rodriguez, Raul

   Graell Lopez, Erick

   Herrera De Fuentes, Dilia

   Herrera Rodriguez, Dalvys Eudith

   Hidalgo, Maritza

   Inatoy, Enrique

   Jerome, Nicolas

   Jordan Anria, Victor Lorenzo

   Jovane, Juan

   Lara Rodriguez, Anibal Ofilio

   Lebrija Jimenez, Eduardo

   López Dorati, Eduardo Alberto

   Luis, Wong

   Manduley y Gutiérrez, Julio

   Marin, Fermina

   Martinez, Nancy

   Martínez, Teodolinda

   Martinez Hernadez, Judith

   Maúd De León, Elda

   Medina Ramos, Filemon

   Méndez, Saúl

   Molina Rodríguez, Yanelis Lisbeth

   Moodie, Ilka

   Morales G., Ascario

   Morales Mateluna, Carlos Alejandro

   Moreno Saavedra, Rafael Antonio

   Murillo, Jorge

   Navas Pájaro, Luis

   Neumann G., Valeria

   Núñez López, Carlos Jerónimo

   Ochoa, Moravia

   Palacio, Mixady

   Pardo Medina, Manuel

   Pinzón, Moisés

   Pombo, Aida

   Prado Franco, Samuel Antonio

   Quijano, Cesar

   Quintero, Omar

   Ramirez, Lexzayra

   Ramón, Benjamín

   Real, Sintia

   Revello, Maria Elena

   Rios, Sima

   Ríos, Yahaira

   Rios, Yanaira

   Ritter Domingo, Luis Eduardo

   Rivera, Pedro

   Rivera Ramos, Pedro

   Robinson, Eneristo

   Robles Q., Alexis E.

   Rocha Gonzalez, Antonio

   Rodríguez Reyes, Irma

   Rojas Gomez, Segundo Rosendo

   Sandoval, Etmeira

   Sandoya Barsallo, Isaura Maria

   Sanjur, Celia

   Santamaria Jimenez, Franklin

   Sousa Diez, Ruben Darío

   Thomas Corria, Juan Carlos

   Toro Cofre, Luisa

   Tuñon, Zoraya

   Vargas, Dalys

   Vargas, Emanuel

   Wagua, Orgun

   Williams, Francisco

   Williams, Franklin Alberto

   Yao, Julio

   Zambrano, Javier

   Zárate Pérez, Manuel Fernando

   Zavala Aponte, Humberto

Debate público con el profesor Jované (XIX)

Manuel Castro Rodríguez

28 de febrero de 2011

 

Escribo el 23 de febrero de 2011, cuando se cumple el primer aniversario del asesinato del activista de los derechos humanos Orlando Zapata Tamayo, después de 85 días en huelga de hambre, reivindicando su condición de preso de conciencia reconocido por Amnistía Internacional y que se le respetase su integridad física, ya que era torturado y golpeado por sus carceleros.

 

Al día siguiente de su asesinato, el castrismo comenzó una campaña para desprestigiarlo. Por ejemplo, un sujeto que dice ser español y llamarse J. M. Álvarez, escribió “Cuba: murió el mercenario, sus cómplices se lamentan” (http://www.kaosenlared.net/noticia/cuba-murio-mercenario-complices-lamentan). Le solicito al lector que lea ese artículo y los comentarios, ya que reflejan el odio que siente la ‘izquierda’ adocenada por todo aquel que disiente. También le pido que vea el vídeo

, donde Raúl Castro dice despectivamente: “uno que se murió de huelga de hambre”.

 

Como escribió el izquierdista Haroldo Dilla: “A la muerte física de Zapata sucedió un segundo asesinato: una avalancha de difamaciones organizada por el gobierno cubano. Utilizando para ello a algunos intelectuales devaluados del patio y a la red de voceros estalinistas que medran en la izquierda mundial, han dicho que la víctima era un preso común (…)“. ¡Jované, usted participó de esa campaña que ofende la memoria del mártir Zapata!

 

Jované, usted se prestó servilmente a firmar un documento calumniador, donde se expresa: “Que pretender justificar una intromisión en los asuntos políticos internos del pueblo cubano manipulando mediáticamente el caso de Orlando Zapata -delincuente común y de ninguna manera preso político-”. Jované, esa patraña que usted apoya ha sido refutada en numerosas ocasiones: por ejemplo, Amnistía Internacional declaró el 22/2/2011 que “ha instado a las autoridades cubanas a dejar de acosar a los familiares de un activista de derechos humanos que murió durante una huelga de hambre el año pasado“.

 

El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la Organización de las Naciones Unidas expresó el 16/2/2011: “La comunidad internacional (…) ha esperado ansiosamente que Cuba se democratice” (…) “Por décadas, la cuestión de los presos políticos, algunos de los cuales son afrodescendientes, ha sido un factor de tensión al interior de Cuba, y en sus relaciones exteriores”, dijo el Relator para Cuba de ese Comité, Pastor Murillo Martínez, citando el caso del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, “quien falleció con su protesta”.

 

Jované, usted y sus colaboradores Raúl González y Samuel Prado Franco firmaron el documento difamador. Lo mismo hicieron varios colaboradores de la dictadura militar que sufrió Panamá, entre ellos: Julio Berríos, Miguel Angel Candanedo, Nils Castro, Luis Navas Pájaro, Rubén Darío Sousa y Julio Yao. También firmaron Saúl Méndez y uno de los principales asesores de FRENADESO: el cubano Julio Manduley, bien relacionado con la cúpula castrista por ser sobrino de la difunta Celia Sánchez Manduley, la persona que más influencia ha ejercido sobre Fidel Castro.

 

Jované, ustedes firmaron el documento que ofende la memoria del mártir Zapata, sin saber tan siquiera quién fue. Ustedes han demostrado ser unos fieles vasallos de los hermanos Castro, que continúan violando los derechos humanos; ya nada me sorprende de la ‘izquierda’ adocenada. Como nos recuerda el izquierdista Frank Mintz: “En los campos de concentración soviéticos ya en 1923 (en vida de Lenin) las huelgas del hambre de los tolstoyanos eran un motivo de carcajada para los guardias ‘rojos’ que los dejaban morirse sin atenderles”.

 

Además de haber encarcelado injustamente a Zapata, golpearlo, negarle el agua, asesinarlo y difamarlo, la tiranía castrista continúa reprimiendo a su madre. Como señala Javier Zúñiga, asesor especial de Amnistía Internacional: “El hecho de que, hasta el momento, las autoridades cubanas no hayan emprendido una investigación sobre la muerte de Orlando resulta indignante, y el que impidan a su familia honrar adecuadamente su memoria es un escándalo”.

 

En palabras del preso de conciencia Pedro Argüelles Morán: “Zapata vive y vivirá por siempre en cada hombre y mujer que pacíficamente lucha por el respeto a la Declaración Universal de Derechos Humanos y por alcanzar la tan ansiada transición democrática hacia una nueva Cuba, donde impere el ideario martiano y el cristiano de la verdad, la libertad, la justicia y el amor. Amén”. Continuará.

Los tres asesinatos de Orlando Zapata Tamayo

Haroldo Dilla Alfonso

26 de febrero de 2010

 

Tras 85 días de huelga de hambre, murió el preso político cubano Orlando Zapata Tamayo. Murió asesinado tres veces en pocas horas

 

Nunca conocí en vida a Orlando Zapata Tamayo. Sólo he visto de él una foto colocada de mil maneras en internet. Posiblemente nunca hubiera conocido que existía si no fuera porque decidió hacer una huelga de hambre por razones que aún no conozco bien y murió en su empeño. Es decir, decidió hacer uso del único recurso que le queda a un recluso —la vida— y exponerla para dar una batalla moral ante el estado cubano. Este tipo de hecho no es nuevo. Recuerdo, por ejemplo, que en 1981 un grupo de jóvenes del IRA apelaron al mismo recurso contra la conservadora Margaret Thatcher, y diez murieron. Entonces el Granma contaba cada día los pormenores de las huelgas de hambre y cuando moría algún joven lo reseñaba en primera plana, para consternación e indignación de sus lectores, entre ellos yo. Esta vez, el Granma no ha dicho nada, porque esta vez el Granma es parte de la maquinaria que asesinó tres veces a Orlando Zapata Tamayo.

 

En resumen, no sé exactamente quién era Orlando Zapata Tamayo. Los partes de la disidencia indican que se trataba de un obrero negro de 43 años que fue encarcelado por participar en varias acciones pacíficas no permitidas por el gobierno cubano —entre ellas, el Proyecto Varela que buscaba recoger firmas para promover una reforma constitucional en el parlamento cubano— y que mantuvo una posición vertical en la prisión, lo que le valió maltratos y el alargamiento de su condena de tres años iniciales a una cifra que he leído iba de 25 a 36 años. Según el gobierno cubano y sus relacionistas públicos, cubanos y extranjeros, se trataba de un delincuente común con una hoja de delitos baratos fomentada desde que tenía 22 años, y que posteriormente decidió enrolarse en la disidencia para continuar su carrera delictiva. Es decir, que la víctima pasó de robar carteras a promover un cambio constitucional y exponerse a altas penas de prisión.

 

En realidad, los argumentos del gobierno cubano me resultan muy dudosos. No entiendo cómo un ladrón vulgar de carteras puede pasar de improviso a promover un cambio constitucional exponiéndose de paso a largas condenas de cárcel. Tampoco, cómo un delincuente común y, además, oportunista, se deja morir de hambre, durante un largo proceso en que tuvo 85 días para arrepentirse. Y si estaba preso por los delitos que mencionan, me parece extraña la tremenda cantidad de años que establecía la condena. Tampoco puedo explicarme cómo es posible que alguien se suicide por conseguir, dice el gobierno, un teléfono y una cocina para su celda, aunque fuese una cocina similar a la que tenía Fidel Castro en el presidio de Isla de Pinos cuando fue encarcelado por la bárbara tiranía de Batista por asaltar un cuartel militar en 1953. Es evidente que tantos años sin una opinión pública crítica ha reblandecido el sentido común de los propagandistas del gobierno cubano.

 

Y, finalmente, dudo de lo que dice el gobierno cubano, porque si algo conozco bien es cómo la élite cubana es capaz de manipular la información, mentir e intoxicar a la opinión pública en un país donde no hay fuentes alternativas de comunicación, para conseguir cualquiera de sus objetivos. Es lo que convirtió súbitamente en 1989 a un héroe nacional en un corrupto, aburguesado y abusador, digno del fusilamiento; o a un brillante canciller que era capaz de interpretar como nadie el pensamiento del Comandante en Jefe (cualidad insuperable en una monarquía faraónica) en una soez sabandija envilecida por las mieles del poder.

 

De cualquier manera, para los fines de lo que quiero decir ahora, no me interesa saber quién era Orlando Zapata Tamayo, ni por qué estaba preso. No tengo dudas de que el gobierno cubano nuevamente ha sacrificado la vida de un cubano para dar una demostración de firmeza represiva ante la oposición. Que el gobierno cubano ha permitido la muerte de un recluso. Y que, por consiguiente, el gobierno cubano ha cometido una acción criminal. Cuando el gobierno cubano decidió utilizar al presidiario fallecido como caso prueba para sus forcejeos políticos, decretó su asesinato: el primer asesinato.

 

No es un hecho inédito en Cuba. La naturaleza autoritaria del sistema político cubano incluye entre sus arbitrariedades el uso de casos para producir respuestas ejemplarizantes de cara a espectadores hostiles o poco confiables. Fue lo que sucedió cuando fueron ejecutados los implicados en la Causa 1 de 1989, una pandilla de rateros desaforados pero que legalmente no merecían el fusilamiento. O en 2003, cuando fueron fusilados tres jóvenes, también negros, por intentar secuestrar una lancha para emigrar a Estados Unidos. Los fusilaron 72 horas después de sus apresamientos, en un juicio sumario propio de capitanes generales, sin siquiera permitir una despedida familiar. Y ahora esta muerte consentida que envía un mensaje muy claro a la oposición y al posible surgimiento de otros huelguistas.

 

A la muerte física de Zapata sucedió un segundo asesinato: una avalancha de difamaciones organizada por el gobierno cubano. Utilizando para ello a algunos intelectuales devaluados del patio y a la red de voceros estalinistas que medran en la izquierda mundial, han dicho que la víctima era un preso común (culpable de exhibicionismo, de portar armas blancas, de cometer hurtos, de producir escándalos públicos e incluso de vender drogas a turistas), que exigía privilegios desmedidos para un presidiario, que atacaba a los guardias carcelarios, y hasta que era esquizofrénico y bipolar. De igual manera, no han escatimado esfuerzos para desnaturalizar el hecho, envolverlo en el conflicto Cuba-Estados Unidos y compararlo con no sé cuántas muertes que desgraciadamente ocurren en otras latitudes como Irak y Afganistán. Es decir, para sacar el crimen del escrutinio público en nombre de la defensa de una revolución socialista que hace ya mucho tiempo no es revolución y nunca fue socialista. Es otra técnica: inhibir a los sectores democráticos y de izquierda del planeta agitando el espantajo de la agresión imperialista, como si las muertes que ocurren en otros lugares, como si el bloque/embargo, como si una sola de las conquistas sociales que han ocurrido gracias a la acción del pueblo en el último medio siglo, como si uno solo de esos hechos pudiera justificar el crimen cometido contra Orlando Zapata Tamayo.

 

Y luego, Zapata Tamayo ha sido asesinado cuando el presidente/general Raúl Castro, haciendo un alarde del más procaz cinismo, lamentó públicamente la muerte de un presidiario a quien su gobierno dejó morir. Ha sido su tercer asesinato en unas pocas horas.

 

Para la izquierda, el crimen contra Orlando Zapata Tamayo es un reto. Nada aquí puede ser justificado, y sólo puede ser explicado como la reacción criminal y represiva de una élite autoritaria y decadente que pisotea cada día al socialismo hablando en su nombre, mientras prepara su propia conversión en una nueva burguesía. En la misma declaración en que impúdicamente lamentó la muerte de su víctima, el general/presidente Raúl Castro afirmó que estaba dispuesto a discutirlo todo con Estados Unidos. Yo diría que también a negociarlo todo, a excepción claro está, de los propios poderes del Clan Castro y sus apoyos militares. Y para llegar a esa meta (tan prosaicamente contrarrevolucionaria) ¿qué importa Orlando Zapata Tamayo?

La ONU pide democracia en Cuba

José Luis Fraga (AFP)

16 de febrero de 2011

 

GINEBRA, Suiza — La ONU insiste en que Cuba se democratice y aguarda resultados en el próximo Congreso del Partido Comunista (PCC, en el poder), señaló el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la Organización de las Naciones Unidas este miércoles en Ginebra.

 

“La comunidad internacional (...) ha esperado ansiosamente que Cuba se democratice”, dijo el colombiano Pastor Murillo Martínez, uno de los 18 expertos de este Comité.

 

“El mundo entero espera con gran expectativa el Gran Congreso (del PCC) que ha anunciado el Gobierno cubano, para abril de 2011, en el que se prevé serán anunciadas y legitimadas profundas reformas en Cuba”, agregó Pastor Murillo Martínez.

 

“Los recientes acontecimientos que sacuden al mundo árabe, no obstante las diferencias históricas y culturales, también han sido un claro y contundente llamado a los Gobiernos de todo el mundo para que se allanen a transitar por los caminos de la democracia”, subrayó Murillo Martínez, Relator de este Comité para el caso de Cuba.

 

“Por décadas, la cuestión de los presos políticos, algunos de los cuales son afrodescendientes, ha sido un factor de tensión al interior de Cuba, y en sus relaciones exteriores”, indicó este experto, citando el caso del afrodescendiente Orlando Zapata Tamayo, “quien falleció con su protesta”.

 

También mencionó a Guillermo Fariñas Hernández, cuya huelga de hambre “a la postre desencadenó las liberaciones (en el exilio) que se han registrado recientemente”, animando al Estado cubano “a continuar dando pasos en la buena dirección”.

 

El experto francés Régis de Gouttes criticó ante este Comité el informe que presentó el gobierno cubano, que dice que respeta las libertades de expresión y de opinión en el país cuando “informaciones provenientes de Organizaciones No Gubernamentales indican detenciones de disidentes, periodistas y defensores de derechos humanos”.

 

El experto brasileño José Augusto Lindgren Alves evocó el caso de la bloguera cubana Yoani Sánchez, que fue invitada a visitar Brasil por el Partido de los Trabajadores (PT, gubernamental), pero a quien el gobierno de Cuba no dejó salir del país.

 

Lindgren Alves cuestionó así el informe del gobierno cubano que asegura que “la libertad de viajar en el caso cubano ha quedado sometida a las irregularidades y arbitrariedades que se han derivado de la manipulación política impuesta por sucesivas administraciones estadounidenses a las relaciones migratorias con la isla”.

 

“El Comité dispone de informaciones en las que se señala que un 80-90% de la población reclusa es afrodescendiente”, mientras que las estadísticas de Cuba indican que de los 11.177.743 habitantes con que cuenta el país, “el 65%” son blancos, el “10,1%” son negros y el “24,9%” son mestizos, consignó el relator Murillo Martínez.

 

Agregó que “los afrodescendientes son el grupo poblacional que, en menor medida, recibe las remesas que llegan del exterior”, mostrando su extrañeza por el hecho de que Cuba no ofrezca datos de “denuncias, enjuiciamientos y sentencias por actos de discriminación racial”.

 

El Comité pidió además a Cuba que adscriba a la Convención de la ONU de 1951 para los Refugiados y ratifique los dos pactos fundadores de Naciones Unidas, consagrados a los Derechos Civiles y Políticos y a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

 

La delegación cubana podrá responder a estas críticas este jueves. El próximo 11 de marzo, el Comité dará a conocer a Cuba sus observaciones y recomendaciones finales.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.