Obama, Trump y la democratización de Cuba

Manuel Castro Rodríguez

 

10 de julio de 2017

 

Considero que es necesario analizar los trabajos del profesor Juan Antonio Blanco Gil sobre la problemática cubana, aunque se discrepe de lo expresado por él. En el artículo publicado el 5 de julio, hace menos de una semana, Blanco Gil dice:

 

En primer lugar, las sanciones del embargo quedan clara y definitivamente restringidas al sector estatal y, en especial dentro de él, a las empresas controladas por los militares. Del embargo "a la nación cubana" se ha pasado a un "embargo al Estado cubano". Las empresas privadas nacionales quedan excluidas de las sanciones.”

 

Esa es una verdad de Perogrullo, que nadie en su sano juicio podría negar. Como también es verdad que la administración Obama mintió reiteradamente sobre las relaciones con la Cuba tiranizada por los hermanos Castro.

 

El exprofesor de Filosofía supone implícitamente en su artículo, que la política hacia la dictadura castrista de los dos últimos mandatarios norteamericanos -la realizada por Obama y la anunciada por Trump- han tenido como objetivo la democratización de Cuba. Con todo el respeto que me merece la opinión de Blanco Gil, considero que eso es un grave error, como intentaré demostrar en este artículo de opinión.

 

Comenzaré por analizar la política hacia Cuba del entonces presidente Obama. En un artículo publicado hace más de 3 meses, expliqué lo que estimo es el pésimo legado cubano de Obama. Por ello, ahora me limitaré a dar mi opinión sobre hechos que no analicé en el artículo publicado el pasado 22 de marzo.

 

Hace un año, el 8 de julio de 2016, el dictador Raúl Castro reconoció que al pueblo cubano le venían tiempos más duros, a pesar de las concesiones incondicionales que ya le había hecho la administración Obama. Por lo tanto, no se puede pensar que Obama desconocía que la familia Castro necesitaba a toda costa obtener nuevas fuentes de ingreso para intentar salvar una economía al borde del colapso, más ahora que Venezuela se encuentra al borde del abismo, ni que sus concesiones a la familia que tiraniza a Cuba desde hace 58 años, no lograron tan siquiera que esta reconociera la existencia de opositores ni iniciara una verdadera apertura económica. Entonces, ¿por qué Obama siguió beneficiando económicamente a la familia Castro con nuevas concesiones unilaterales hasta los últimos días que estuvo en la Casa Blanca?

 

Por ejemplo, en la medianoche del 12 de enero de 2017, ocho días antes de concluir su último mandato, Obama terminó el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos (CMPPP, por sus siglas en inglés), debido a una orden ejecutiva firmada por Obama -fue uno de sus últimos regalos a la dictadura comunista, que llevaba años pidiendo su derogación por la afectación económica que el CMPPP le causa al régimen.

 

Con la orden ejecutiva que derogó el CMPPP, el entonces presidente Obama les cerró las puertas a decenas de miles de profesionales de la salud que quieren escapar de la opresión comunista y dejar de ser esclavos de bata blanca. ¿Obama no sabía que la familia Castro ha creado la mayor red de tráfico humano y explotación laboral del mundo? ¿El anterior mandatario norteamericano desconocía que con los trabajadores de la salud enviados a trabajar al exterior por el régimen castrista “La Habana gana casi $8 mil millones al año?

 

Además, ¿Obama ignoraba que la derogación del Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos perjudicará la atención de la salud de la población residente en la Florida? ¿Cómo es posible que una persona tan brillante como Obama desconociera cuestiones elementales sobre Cuba y el futuro mediato de la salud en la Florida, y sí supiera decir “asere, ¿qué bolá?” -una expresión de la neolengua cubana?

 

Considero que los otros hechos más dañinos para Cuba de la administración Obama son que retiró a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y legitimó el régimen de facto existente. En abril de 2015, ordenó la retirada de Cuba de esa lista, que es elaborada anualmente por el Departamento de Estado e implica una cantidad de sanciones, que incluye: la prohibición de las exportaciones y ventas de armas, controlar las exportaciones de artículos de doble uso, la prohibición de asistencia económica y la imposición de diversas restricciones financieras.

 

Cuba sigue siendo el principal santuario de los terroristas en el hemisferio occidental. La familia Castro continúa apoyando a terroristas que son responsables de haber causado muertes y mutilaciones en varios países, ya sea al darles refugio seguro y/o homenajeándolos de diversas maneras. Por ejemplo, Joanne Chesimard, la primera mujer en la lista de los “terroristas más buscados” del FBI, y el chileno Juan Gutiérrez Fischmann, “El Chele”, están refugiados en Cuba. Además, más de 70 fugitivos norteamericanos viven en Cuba.

 

Un documental hecho por el cine cubano en 2013 es una apología al terrorismo etarra, al ensalzar a tres miembros de la banda terrorista ETA, la cual comenzó a realizar a finales de la década del sesenta  acciones encaminadas a que cundiera el pánico en la población de las principales ciudades españolas, además de que ha entrenado a terroristas de otros países.

 

Además, Telesur informó que hace un mes el dictador cubano felicitó al terrorista puertorriqueño Oscar López Rivera y lo invitó a visitar Cuba: “Recibe fraternales felicitaciones en nombre del Partido, Gobierno y pueblo cubanos, quienes compartimos la alegría por tu liberación... te esperamos en Cuba, cuando te sea posible, con los honores y el afecto que mereces”.

 

Oscar López Rivera fue fundador y dirigente de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) -organización terrorista creada en 1974 “con la asistencia de la misión cubana ante las Naciones Unidas, a través de Julián Torres Rizo, oficial de la Dirección General de Inteligencia (DGI) y Primer Secretario de la misión cubana en Nueva York hasta 1978-, que hizo más de 130 ataques con explosivos causando víctimas mortales y mutilaciones.

 

Tres días antes de dejar la Casa Blanca, el entonces presidente Obama le conmutó la sentencia al terrorista López Rivera, el cual fue trasladado a Puerto Rico, donde estuvo en arresto domiciliario hasta el día anterior a que Telesur reportase la felicitación e invitación realizada por Raúl Castro.

 

En este artículo se analiza cómo Fidel Castro patrocinó el terrorismo en Estados Unidos. En este otro se explica la actividad terrorista realizada por Oscar López Rivera, el sujeto al que el experimentado asesino serial Raúl Castro felicitó e invitó a visitar Cuba. En este reporte se informa de uno de los actos terroristas realizados por la organización creada por López Rivera con la colaboración de la familia que tiraniza a Cuba.

 

Cualquiera que esté medianamente informado sobre lo ocurrido en Cuba durante los últimos sesenta años, sabe que la familia Castro llegó al poder por la vía del terrorismo, estableció el único Estado occidental patrocinador del terrorismo -incluso, una nieta del dictador Raúl Castro es hija de un terrorista chileno que se encuentra escondido en Cuba- y el terrorismo ha sido una de sus principales herramientas para mantenerse en el poder por casi seis décadas -los hechos demuestran que los hermanos Castro tienen una gran experiencia asesinando niños, mujeres y ancianos.

 

Como bien nos recuerda el académico Blanco Gil, fue formidable el discurso del entonces presidente Obama al pueblo cubano. Pero aunque el discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana ha sido uno de los mejores discursos de un presidente de Estados Unidos, el discurso del expresidente Jimmy Carter en la Universidad de la Habana el 14 de mayo de 2002 -fue trasmitido en directo en Cuba-, resultó más importante para lograr la solidaridad internacional con la democratización de la patria de José Martí.


Por ejemplo
:

 

La mayoría de los cubanos se enteró por Carter de que un grupo opositor había reunido más de 11.000 firmas y las había entregado al Parlamento para exigir reformas legales y un referéndum en Cuba”.

 

La trascendencia que tuvo el discurso de Carter se manifestó rápidamente, ya que antes de que se hubiese cumplido el primer aniversario del mismo, la familia Castro ordenó la más violenta represión política del último cuarto de siglo: 75 opositores pacíficos fueron detenidos y condenados en juicios sumarios a penas de hasta 28 años de prisión, por el ‘delito’ de informar fuera del control del Estado, lo que provocó protestas en todo el hemisferio occidental. Más de la mitad de los encarcelados eran coordinadores del Proyecto Varela, mencionado por Carter en su discurso en la Universidad de la Habana.

 

Cuando el 17 de diciembre de 2014, el presidente Barack Obama anunció la normalización de relaciones con la Cuba sometida al régimen totalitario de los hermanos Castro, Obama sabía el daño que él le estaba haciendo al pueblo cubano.

 

Durante casi seis años le estuve enviando al presidente Obama mis reportes semanales sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura comunista que continúa oprimiendo a Cuba. En esos informes le realizaba un análisis detallado, respaldado con evidencia de testimonios y videos, del asesinato de mujeres y niños, la destrucción física y el daño antropológico causados por la peor dictadura que ha sufrido Occidente. Más de un millar de cubanos recibían copia de mis correos al presidente Obama.

 

Es innegable que la trayectoria del carismático Barack Obama es brillante. Profesor de Derecho Constitucional en la facultad de Derecho de la prestigiosa Universidad de Chicago (por cierto, el presidente Obama violó la Constitución), quinto afroamericano en tener un asiento en el Senado de EE.UU., el primero en ser nominado a la presidencia y el primero en ocupar la Oficina Oval. Con ese historial, ¿se puede suponer tan siquiera que Obama realmente pensó en contribuir a la democratización de Cuba, pero que no supo hacerlo? ¿Qué fue lo que lo llevó a actuar de la forma en que lo hizo, para desgracia del pueblo cubano?

 

Existía el temor de que el llamado “deshielo” -el proceso de acercamiento que el 17 de diciembre de 2014 iniciaron la administración Obama y el régimen castrista- resultara en la derogación de la Ley de Ajuste Cubano (Cuban Adjustment Act, CAA). Por ejemplo, todos los congresistas cubanoamericanos criticaron fuertemente las concesiones incondicionales de Obama, pero dos de ellos -el senador republicano Marco Rubio y el representante republicano Carlos Curbelo- han trabajado para eliminar la ayuda a inmigrantes cubanos -no por gusto la sabiduría popular advierte de que no existe peor cuña que la del mismo palo-, pero ¿quién en su sano juicio pudiera haberse imaginado que Obama eliminaría de un plumazo el CMPPP, beneficiando más al castrismo económicamente que si el Congreso le hubiese levantado el embargo?

 

Además, el 11 de abril de 2015, el presidente Obama legitimó el régimen de facto existente en Cuba desde hace casi seis décadas, para lo cual tiró por la borda la Carta Democrática Interamericana de 2001 y la Declaración de Québec, y mintió en varias ocasiones.

 

 

¿No está lo suficientemente claro que la administración Obama lejos de beneficiar, perjudicó a los que aspiramos a tener una Cuba libre y democrática? Ojalá me equivoque, pero considero que sus acciones contribuirán a que corra más sangre cubana en la lucha pacífica para evitar que la familia Castro se entronice en el poder durante un siglo, por lo que es imprescindible que se reincorpore a Cuba a la lista de los países que patrocinan el terrorismo y que sea revertida la orden ejecutiva que eliminó el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos.

 

Por cierto, ¿por qué el presidente Trump no lo ha hecho, si en sus primeros 100 días en la Casa Blanca firmó más órdenes ejecutivas que cualquier otro presidente en los últimos 72 años?

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.