FRAUDE MASIVO A NACIONES UNIDAS

REALIZADO POR EL RÉGIMEN DE LOS CASTRO

Fraude masivo del gobierno de Cuba a Naciones Unidas
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Organización que monitorea

el trabajo de Naciones Unidas

acusa a La Habana de “fraude masivo” en Ginebra

2 de mayo de 2013

 

UN Watch cuestiona la avalancha de informes favorables enviados para el Examen Periódico Universal de Cuba

 

La organización de derechos humanos UN Watch, que monitorea el trabajo de Naciones Unidas, acusó al gobierno de Cuba de incurrir en un “fraude masivo”, al utilizar una cifra sin precedentes de 454 “grupos de fachada” para registrar oficialmente 93 declaraciones laudatorias de sus políticas y prácticas de derechos humanos, durante su turno en el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos.

 

Hillel Neuer, director ejecutivo de UN Watch, con sede en Ginebra, denunció que La Habana “utilizó a cientos de grupos de fachada para secuestrar la compilación de evaluaciones presentadas por Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y convertirla en un panfleto propagandístico del régimen comunista”.

 

El directivo señaló que, aunque en el sumario aparecen críticas de ONG genuinas, éstas quedaron opacadas por una cantidad sin precedentes de evaluaciones “de ONG fraudulentas que, si existen, son meros títeres de Cuba y de sus aliados en el extranjero”. 

 

Además de las organizaciones cubanas dirigidas por el Partido Comunista de Cuba –por ejemplo: Central de Trabajadores de Cuba, Federación de Mujeres Cubanas, Federación Estudiantil Universitaria, Unión de Periodistas de Cuba y la Coalición de Espiritistas de La Habana-, centenares de ONG latinoamericanas, asiáticas y africanas señalaron al régimen cubano como un “ejemplo” del respeto a los derechos humanos.

 

A ello se unió el conjunto de “organizaciones de amistad con Cuba” –léase, los estalinistas que anidan en la izquierda mundial- y las “asociaciones de cubanos residentes en el exterior” –a mí ni a ningún cubano que denuncia los crímenes de la tiranía castrista nos permiten pertenecer a la asociación creada en Panamá-, que son patrocinados por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y las embajadas de La Habana, según el caso.

 

En un documento titulado Cómo Cuba secuestró su EPU, UN Watch destaca que en recientes exámenes de diferentes países se registraron 23 evaluaciones de ONG para Alemania; 32 para Rusia, y, la cifra más alta, 48, para Canadá.

 

En el caso de Cuba, sin embargo”, observó Neuer, “el número se eleva a unas increíbles 454. Esto es un fraude a escala masiva. Cuba está abusando del sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas”, dijo.

 

Como resultado de su andanada de evaluaciones presentadas por cientos de organizaciones bajo control estatal, muchas de estas declaraciones de alabanza contaminan el sumario oficial de la ONU”, advirtió.

 

El informe de UN Watch plantea además serias dudas sobre la credibilidad de la evaluación del Equipo por Países de Naciones Unidas sobre Cuba, que dice está llena de elogios a La Habana, y la evaluación de la UNESCO que, salvo un par de excepciones —relacionadas con la persecución al periodismo independiente—, también da su beneplácito al régimen en materia de derechos humanos.

 

Neuer señaló asimismo que el Gobierno cubano recurrió a tiranías y países no democráticos, que tomaron la palabra para ofrecer elogios que contrastan con el pésimo historial de La Habana. “La ONU no debe ser una sociedad de elogios mutuos entre los peores regímenes del mundo”, concluyó el director ejecutivo de UN Watch.

Cuba en el CDH:

castigo y penitencia para la democracia

Miriam Celaya

15 de noviembre de 2013       

 

La reciente elección de Cuba para formar parte del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas por un período de tres años ha despertado posiciones contrapuestas en diversos sectores de opinión, tanto dentro como fuera de la Isla. No es para menos, habida cuenta que, por una parte, el hecho supone un reconocimiento a un gobierno totalitario que durante décadas ha coartado todas las libertades individuales y colectivas de los cubanos, y hasta hoy les niega derechos tan esenciales como el de asociación, el de libertad de prensa, de expresión y de información, por solo mencionar algunos de los más inocultables.

 

Algunos optimistas, con exagerado candor, consideran que la presencia de los representantes del gobierno cubano –que no “de Cuba”– en el CDH podría ser positiva como elemento de presión sobre el gobierno, ya que las autoridades estarían sujetas a un mayor escrutinio del organismo y a cumplir obligaciones propias de los sistemas democráticos, lo que conduciría a una eventual flexibilización o transformación de la situación de los derechos humanos en la Isla.

 

Los más realistas, sin embargo, opinan que hasta el momento la pertenencia a organizaciones y comisiones internacionales que, al menos de jure y con mayor o menor éxito propugnan la defensa de avances económicos, políticos y sociales para la Humanidad, no ha sido elemento importante ni suficiente para promover cambios democráticos en Cuba. De hecho, y tal como se jacta la prensa oficial, “Cuba fue miembro fundador del Consejo, órgano en el que permaneció hasta el 2012, (…), por lo que retorna al foro después de un año como Estado observador” (Granma, 13 de noviembre de 2013, pág. 5) sin que ello incidiera en una mejoría sensible de los derechos humanos en la Isla.

 

Además de esto, en más de una ocasión el gobierno cubano ha recibido reconocimientos en esferas tan sensibles como la salud, la educación y la alimentación, a despecho del deterioro que han sufrido los dos primeros rubros y la crónica insuficiencia del tercero. Tantos reconocimientos son interpretados por muchos cubanos como una burla hacia la crítica situación en que viven, y constituyen una afrenta a décadas de resistencia, sacrificios y esfuerzos por parte de la disidencia interna, esencialmente pacífica.

 

Por supuesto, la prensa oficial anda de jubileo. Un editorial del Granma (miércoles 13 de noviembre de 2013, primera plana), pregona la elección de Cuba al CDH como un “Derecho ganado” y “un rotundo reconocimiento a la labor desempeñada por nuestro país en esta materia”. Y para que no queden dudas de que el gobierno persistirá en aplicar los derechos humanos a su particular manera utilizando los mismos pretextos de siempre, el editorial de la página 5 de la citada edición reprodujo las palabras de Anayansi Rodríguez, embajadora del régimen ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, quien declaró que esta “es una victoria del pueblo cubano que ha sabido resistir más de cinco décadas el bloqueo estadounidense”, y más adelante advirtió que “no hay sistemas únicos de democracia, cada pueblo tiene el derecho de determinar de manera soberana cuál es el sistema más conveniente para la plena realización de los derechos humanos”. Una frase ambigua que los cubanos sabemos interpretar claramente como que la castrocracia procurará seguir utilizando el acceso a los organismos internacionales como un recurso más de legitimar la dictadura más antigua que conoce (y aúpa) el mundo civilizado.

 

Nada nuevo bajo el sol, que a veces parece mostrar más manchas que luces, como lo demuestran otros oscuros miembros elegidos también al CDH en esta ocasión: Rusia, China, Vietnam, Arabia Saudita, Argelia, Marruecos, Sudáfrica, Namibia y México, países en los que, con independencia de los matices y gradaciones, la violación de derechos humanos forma parte de la realidad cotidiana. Obviamente, para las Naciones Unidas y sus diferentes foros, el precario equilibrio mundial requiere de ciertas concesiones, aun aquellas que laceran los valores democráticos.

 

De esta manera, para bien o para mal, la dictadura cubana tendrá otros tres años de gracia para intentar dinamitar esta organización internacional. Es sabido que, más allá del insignificante aporte financiero, material o humano de Cuba a la ONU, la misión principal de la diplomacia castrista es entorpecer el funcionamiento de todos los foros creados para la promoción de la democracia, enrareciendo los debates, desvirtuando las agendas, creando antagonismos, polarizando los ánimos y utilizando los espacios como tribunas para arremeter contra los gobiernos de las naciones libres, en especial EEUU, aunque ese país –por su propia voluntad– no pertenezca al CDH.

 

Poco o nada ganarán los sueños de democracia de los cubanos, huérfanos de derechos, con este espaldarazo a los Castro. El consuelo (de tontos) es que tampoco ganarán el CDH y los países democráticos con tan dudosa membresía. En alguna medida y salvando las diferencias, ellos y nosotros sufriremos castigo y penitencia.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.