EL HOMBRE NEGRO QUE MÁS AÑOS

HA ESTADO EN EL PRESIDIO POLÍTICO

EN TODO EL MUNDO

EUSEBIO  PEÑALVER  MAZORRA

Nací el 1 de julio de 1936, en Ciego de Avila, provincia de Camaguey, siendo el hijo meyor de seis hermanos, de los cuales cuatro son hembras y dos varones. Mi primera enseñanza fue en la escuela José de la Luz y Caballero, en Ciego de Avila; después llegué hasta el Instituto de Segunda Enseñanza el cual tuve que dejar cuando estaba en cuarto año.

 

La situación política de mi país rompe muchos planes e ideas maravillosas que normalmente la juventud siempre tiene. Y yo fui uno de tantos que sus maravillosas ideas fueron mas tarde destruidas y que nunca llegaron a culminar. Tuve que abandonar los estudios y comencé a trabajar, pero matriculé por la noche contabilidad en la Escuela Superior de Comercio de Camaguey.

 

En Cuba en el año 1956, después de fracasar varios intentos de democratizar el gobierno en la Isla, se conspiraba donde quiera, honestamente yo también formé partido en aquella contienda del lado que me dictó la razón por lo menos así lo creí.


Y llegó el año 1959, joven y oficial del naciente ejército rebelde, creí tener las puertas abiertas, para por medio de los libros encontrar un destino mejor. Yo creo que sí, que ese mejor destino lo hubiera podido encontrar. Quiero que se me entienda esto, yo procedo de una familia pobre, asistía a esas escuelas, y en contadas veces sólo había tomado por la mañana un poco de agua con azúcar caliente y un mendrugo de pan. Pero para encontrar ese destino mejor, tenía que vender mi alma al mismo diablo que aquí en la tierra son Castro y el comunismo.

 

Tan pronto me percaté de aquel engaño comencé la lucha y al final del año 1959, yo era un conspirador y al principio de 1960, estaba alzado en armas en las montañas del Escambray, formando fila en el Primer Frente Nacional del Escambray comandado por Sinesio Walsh Rios, quien fue fusilado, siendo yo su segundo al mando.

El día 5 de octubre de 1960 fui capturado y finalmente condenado a 30 años de privación de libertad y trabajos forzados a realizar en el presidio de Isla de Pinos. Estuve en prisión durante 28 años. En Cuba, todo el mundo tiene que cumplir 12 meses por cada año de condena, mientras que hay lugares donde solo se cumple un average de 9 meses por cada año de condena.

 

La vivencia es increíble en las prisiones comunistas, estos individuos trabajan no con antifaz, sino con sus propios rostros, rostros mas fríos que la propia muerte, porque cuando Ud. entra, se acabó su tranquilidad y la de sus familiares, ya que el acoso es durante las 24 horas del día, los 7 dias de la semana.

 

El caso era que quería vivir porque eran los años de la juventud, los años de las ilusiones, los años de la esperanza. Para los habitantes de el país que tengan la desgracia como yo de tener el sistema comunista como gobernante, yo creo que después de las experiencias vividas, es preferible que las lavas hirvientes de varios volcanes calcinen a sus habitantes antes de tener que soportar la dirección de ese sistema tan cruel y maligno.

 

En octubre de 1988 llegué al exilio, salí directamente de las prisiones del Combinado del Este para el aeropuerto, donde me entregaron a una funcionaria de la sección de Intereses de los EE. UU. En el corto tramo que separaba Cuba de la Florida mi mente pasó la vista rápida por los 28 años de prisión, cuántas prisiones pasamos, “el Nicho, el Batey de la Guardia, Topes de Collante (un hospital que convirtieron en prisión cerca de Santa Clara). Recuerdo cuando pasamos un par de días esperando para que se nos juzgara en la sala de teatro del Regimiento Leoncio Vidal de Santa Clara. De allí salimos para el Castillo del Príncipe, Isla de Pinos, el Cinco y Medio, la cárcel de Camaguey, Boniato, Guanajay y la Cabaña. Después de 15 años de prisión, pasé 105 días en el tenebroso Cuartel General de la Seguridad del Estado. De allí seguimos para La Cabaña nuevamente, el Combinado del Este y más tarde para Boniato. En esta ocasión fue cuando se instituyó el nombre del “Boniatico”, donde estuvimos 8 años un grupo de presos (castigados) sin ver la luz del sol y al final, el Combinado del Este.

 

Llegué a Miami y despues me establecí definitivamente en los Angeles, California, donde comencé a militar en la Asociación LIPREPROC, una las asociaciones de que se compone la Federación de Ex Presos Políticos Cubanos. Estuve trabajando en esa asociación para tratar de recom-pensar en algo a aquellos hermanos, que como yo, veníamos a estas tierras con las manos vacías y para brindarles un poco de calor humano. El creador de esa asociación es el hermano Rene Cruz Cruz, un gran hombre.

 

Presidí LIPREPROC durante dos años, después fui delegado a la Federación Mundial de Presos Políticos Cubanos en California hasta que se me ordenó venir a vivir a Tampa, Florida, donde resido actualmente. El pasado enero de 1992, fui elegido Presidente de la Federación.

 

Contar todos los atropellos y violaciones a los derechos individuales que ví durante mis largos años de prisión, seria pedirle demasiado a mi mente. El primer hombre que vi dejar morir en prisión por su enfermedad, fue un ex- capitán de la policía del régimen anterior llamado Manteira “El Gallego”, como cariñosamente todo el mundo le llamaba. Su enfermedad no se cual fue, pues yo llevaba pocos días en la Isla de Pinos. Pero sí vi como este hombre salía de este mundo hasta que murió con un inmenso sufrir y las autoridades no le brindaron ningún tipo de asistencia médica. Ese fue el primer contacto que tuve en lo que después sería mi diario que hacer de muchos años con la brutalidad desnuda. Fueron muchos los años y se me borran muchos nombres, aunque no los hechos. La soldadesca en la Isla de Pinos, los primeros años creían resolver todos los problemas a tiro limpio. El 15 de abril, en represalia porque un avión de los invasores de Playa Girón averió un barco de guerra en Isla de Pinos, esa soldadesca abrió fuego contra las circulares, lugar donde malvivían más de 5,000 hombres. Los heridos fueron bastantes, y dentro de ellos un joven matancero de apellido Rodriguez Gutiérrez, recibió el impacto de una bala debajo del ojo derecho, lo increíble del caso es que no perdió la visión por completo, tampoco se le podía operar por el lugar donde se había alojado el proyectil. De vez en cuando este joven se quedaba ciego y perdía la movilidad del brazo derecho, porque hasta allí la bala había interesado. Dios quiera que este hermano haya podido resolver satisfactoriamente este problema.

 

El 25 de julio de 1961 ante la protesta de un gran número de prisioneros para que no se llevaran a cuatro compañeros presos para la celda de castigo, se originó una balacera contra las circulares, es decir, en los edificios donde nosotros vivíamos. En las circulares 1 y 2 se originó una balacera tal, que en muy pocos combates (de los que nosotros tuvimos) se han tirado tantos tiros como se dispararon aquella noche. La magnitud del tiroteo fue tan grande, que cuando pudieron apaciguar a aquellas bestias, el director del penal (en bata de casa) Julio Torrado, le dijo al mayor de la circular no. 1, que en aquellos momentos era el Comandante Félix Aspurúa Miñoso, que los muertos los dejara en el lugar donde habían caído y que se iba a proceder a curar los heridos. Hubo más de 100 heridos, Luis Rojas, fue uno de los heridos de más gravedad, así como el Dr. Pedraza, quien recibió tres impactos de balas bastante serios. Roja quedó cojo para siempre, menos mal que ha podido conservar la vida.

 

Se habla mucho de las torturas físicas, aunque todavía no se ha hablado lo suficiente, ni se podrá hablar jamás de tanta miseria humana, falta de hombría, falta de valor y la falta de sensibilidad en nuestros doctores. Quiero aunque sea una línea, hablar del caso de la dinamita y el TNT. Cuando comenzó la invasión de Girón, los comunistas llenaron el túnel de las circulares con dinamita, 4 o 5 meses después, sacaron esa dinamita y comenzaron a perforar los cimientos de aquellos enormes edificios circulares. A una distancia de 3 pies de uno a otro enterraban en los abiertos cimientos una barra que parecía un ladrillo de TNT con su detonador colocado. Sobre ese colchón de TNT listo para explotar, estuvimos más de 2 años.

 

La humanidad se habrá preguntado ¿cuantos hombres de los casi 6,000 que sufrimos la odisea todavía hoy, 30 años después continúan afectados de los nervios? La tortura es terriblemente mala, pero le dan al torturado un tiempo; pero esta tortura que fue de 24 horas diarias por más de dos años. Los tribunales comunistas echaban una cantidad de años a cumplir y la coletilla era sanción que debían cumplir con trabajos forzados en el presidio de Isla de Pinos.

 

En el año 1964, después de haber algún ensayo, los rojos prepararon las condiciones de seguridad y pusieron en marcha el trabajo forzado bajo el nombre tétrico de “Plan Especial Camilo Cienfuegos” (junio 1964 hasta marzo de 1967) casi 3 años, y la suerte fue que no llegó a los tres años. No hay palabra para describir tanta vileza, tanta canallada, tanto bochorno de una raza que dice llamarse humana. El Plan Camilo, según el pensar de los comunistas, sería la culminación de su obra en Cuba. Venciendo todo tipo de resistencia en aquellos famélico y atrevidos contrarrevolucionarios. Ellos estaban decididos a sangre y fuego terminaron con cualquier intento de resistencia, y con esa mentalidad comenzó el fatídico plan de trabajo forzado. Ernesto Díaz Madruga, fue el primer mártir del trabajo forzado. Julio Tan Texier, el chino Aquit Manrique, Luis Paulo y así la lista seria interminable. Estas bestias son los monstruos del siglo 20 a 90 millas de la nación más poderosa del mundo. Ellas hicieron a hombres comer hierba, los sumergieron en aguas albañales, la bayoneta nos golpeaba duro y se golpeó con postes de cercas hasta que los huesos crujían para gozo de la enajenadas soldadesca. Aquí no se puede mentar nombre ya que si se encuentran 10 expresos políticos o se reúnen, por lo menos 8 de ellos han sufrido golpizas. No es fácil llevar con orden tantas barbaridades, ya lo he dicho en otros momentos, tal parece que hasta la propia memoria hace un rechazo a tanta brutalidad.

 

El septiembre negro, en la cárcel de Guanajay, ha pasado al recuerdo de los presos que nos encontrábamos allí. Nos sacaban en pequeños grupos de 8 a 10 y nos ponían hasta 5 soldados para cada uno de nosotros y sobraban militares para quintuplicar esa cantidad. Desde que entrábamos al salón donde solían darnos la visita, aquello parecía un infierno. Waldo Muñoz fraga, Armando Young Martínez, Miguel Groero Morales, Heriberto Pérez Roque, ]osé Manuel del Pino Gonzilez, Miguel Cantón Gómez, ]osé Alfredo Mustelier Nuevo, Santamaría, Federico Rodríguez Avila, Gustavo Arece, Sergio Montes de Oca, René Cruz Cruz, Pedro Duarte Dadell, etc. la lista sería interminable de los que salieron con cabezas rotas, rostros chorreando sangre y muchos casos sin ceja nariz y boca rota, brazos descompuestos, clavícula, así como tobillos descompuestos, costillas rotas. Toda esta bestialidad fue motivada por negarnos a desnudarnos por completo a las tan a menudo requisas que la dirección del penal efectuaba.

 

La experiencia obtenida durante casi 20 años en las prisiones cubanas anti- comunistas, la quisieron poner a prueba con un grupo de 204 hombres en la prisión de Boniato, después de los indultos de 1979. Estábamos alejados de nuestros familiares, a más de mil kilómetros de distancia, sin ropa, sin visita, sin asistencia médica, tapiados, con una plancha de acero de 1/4 de pulgada que obstruía por completo las ventanas y otra plancha similar en la puerta con pequeña abertura para que pudiera entrar un pequeño plato de aluminio donde nos servían los alimentos. Para los que habíamos padecido con antelación al famoso Boniatico, todo era pálido ante esta cruel realidad que nos vino encima, cuando ya prácticamente a la inmensa mayoría de los presos políticos de nuestra época los habían puesto en libertad mediante el indulto del famoso diálogo con la comunidad cubana del exterior. No se porque a mí se me ocurre pensar que nuestro traslado hacía Boniatico fue una aventura loca y descabellada de los rojos comunista. Nunca como antes los presos tuvimos que estar más unidos y ser más comprensivos los unos con los otros. Boniato fue donde pusieron en práctica un plan donde teníamos que ponernos de pie cuando venía el conteo de los reclusos. La negativa a tal medida no se hizo esperar, pero la contramedída tampoco. A las seis de la mañana y a las seis de la tarde, una compañía de militares dividida en tres grupos avanzaba hacia los pabellones donde se encontraban los revoltosos según ellos. Las actividades del hospital del penal se detenían para cualquier otro caso, esperando los nuevos heridos por los golpes recibidos en el estómago que eran los mismos de la mañana o de la tarde anterior. etc., mientras dos o tres militares los sujetaban por los brazos y los otros los acribillaban a trompones, a palos, a cabillas hasta dejarles prácticamente durmiendo en el suelo.

 

Vi tantas cosas, hay tantas brutalidad que contar, que muchas veces nos da pena pensar esos monstruos estuvieron habitando calladamente bajo el mismo cielo, incluso bebiendo de nuestros mismos vasos. El cerebro se resiste a creer que fue verdad que a José Oscar Rodríguez Terreno, conocido por “Napoleoncito” le dieron un tiro porque un Cabo del bloque que se llamaba Edel le dió la gana de darle ese disparo, que a Juventino Almeida Avilez, le dieron plan de machete hasta que el pellejo le saltó como si fuera una fruta podrida, que Antonio Rodriguez Hurtado, más conocido por “Mil Pico”, parecía una momia por la cantidad de esparadrapo que le pusieron por los muchos cortes de bayoneta, que le dieron en su cuerpo, que a Justo Amaro Balado, cariñosamente conocido por el Bombín Capitalino, también le hayan baleado porque el jefe de la brigada. le dio la gana, así Elio Capote Corcho, también fue baleado por el cabo de su bloque llamado Charón. Este miserable estuvo en varias brigadas y tiene triste reputación; jamás se me podrá olvidar cuando una mañana le dio planazos a Maximo Peláez Zabala, un hombre mayor, de débil constitución física. Todavía me parece estar mirando aquel rostro con la mirada perdida y los puños cerrados cuando exclamó una maldición desde lo más hondo de su ser. Así malvivieron los presos políticos cubanos, practicamente hasta la recta final. Nos sacan de Boniatico, ya en aquellos momentos en Boniatico quedábamos 36 presos, y nos traen para el Combinado del Este, en La Habana, donde había casi 50 más o menos.

 

Un día Onofre Pérez, haciendo un huequito en el techo, porque tenía una gotera que caía sobre su cama, se encontró con un micrófono allí incrustado. Aquello cayó como una bomba entre los presos. Menos mal que Ernesto Díaz Rodríguez se puso rápidamente en contacto con un muchacho de este nuevo presidio político que pudo sacar con destino al entonces embajador Armando Valladares, dichos micrófonos, es decir, dos de los micrófonos que se encontraron porque fueron como 17. De no ser así la prueba no se hubiera podido mostrar. A los dos días nos anunciaron que nos iban a trasladar para un edificio número 3, cuarto piso, porque nosotros vivíamos en el edificio 1. Ya ellos habían fracasado en tres requisas en días atrás tratando de encontrar los dichosos micrófonos y ahora con el plano ideal, ideado por ellos, consideraban que iba a dar sus frutos, y efectivamente los dio. En aquellos momentos quedábamos 39, y comenzó el traslado de aquellos 39 presos políticos.

 

A las cuatro de la tarde comenzó el traslado, la distancia a recorrer era aproximadamente 300 metros, teníamos que dejar todas nuestras propiedades para ser requisadas, éramos 39 y trajeron 6 autobuses para conducir a 39 reclusos para llevarlos al otro edificio. Desde que se vio esa cantidad de autobuses supimos que iba haber problemas, pero no sabíamos cómo se iba a presentar la cosa. Los autobuses mantenían una prudencial distancia uno de otro y también iba una patrulla militar. El primer autobús se detuvo en una entrada del costado que tiene el hospital del Combinado y sacaron al primer preso, este era Enrique García Palomino, que trató de gritar algo pero los guardias se le echaron encima tapándole la boca y lo introdujeron en un auto que había allí y lo llevaron para el edificio numero 3. ¿Cual era la intriga?, pues bien los micrófonos, había que evitar que uno solo de ellos pudiera llegar hasta los EE.UU. En el hospital los comunistas habilitaron 3 departamentos (cubículos), en el número 1 te revisaban la garganta, los oídos (los micrófonos cabían bien dentro de la oreja), terminada esta inspección pasabas al segundo cubículo que era de ortopedia, con el lío ver las manos, los sobacos, las corvas. En estos dos cubículos habían muchos militares, amén de los que habían en el presidio, pero donde sí se congregaron más militares fue en el salón de los rayos X, donde se llegaba al final de la soga y para hacer subir al preso sobre la mesa, tenían que usar la fuerza y la usaron. Era increíble la cantidad de guardias para mantener al recluso esperando el disparo de la placa. Cuando revelaban estas placas, si el tenía el micrófono o cualquier otra cosa debajo del testículo, le arrancaban el calzoncillo y lo que tenias también te lo quitaban. Onofre Pérez, Luis Zúñiga, Angel Luis Arguelles y dos mas que no recuerdo ahora, se tragaron los micrófonos que vieron en la radiografía. Allí había dos galones de aceite de ricino que le echaron en un vaso, pero como ellos no abrían la boca, hicieron tomar un poco pinchándoles las encías con un tenedor y le introdujeron una buena dosis de aceite de ricino. Después los metieron en un cuarto con más de 5 militares (en este cuarto no había baño y había que hacer las necesidades en el piso) y cuando llegó el momento los militares extraían de los desperdicios los famosos micrófonos.

 

Desde que llegamos al Combinado del Este el 10 de enero de 1977, procedentes de La Cabaña, siempre nos hicimos la idea que en el Combinado había escuchas, pero no había nada firme. Ahora con la feliz premura de Ernesto Diaz Madruga, el embajador Valladares, pudo demostrarle al mundo entero que Cuba no ha cumplido jamás con ninguno de los artículos de la Declaración de los Derechos Humanos.

 

El gobierno comunista de La Habana ha estado y aún lo hace, burlándose de todos los países y organismos que componen la Comisión de Derechos Humanos, pero lo más triste del caso es que sabemos perfectamente bien que todos esos gobiernos y organismos conocen bien esa burla y no hacen nada para evitarlo, y el monstruo sigue asesinando a derecha e izquierda sin ningún tipo de consideración.

 

La Federación Mundial de Ex-Presos Políticos Cubanos a través de su secretario Guillermo Estévez, en múltiples ocasiones ha estado brindando informes con testigos presenciales de diversos crímenes de lexa humanidad cometidos por el gobierno contra ciudadanos cubanos.

 

También es bueno aclarar que son innumerables los casos en que nadie ha sobrevivido y que no ha quedado ni un solo testigo y las víctimas sólo aparecen con el nombre de “desaparecido”. Los documentos enviados al relator para Cuba de los Derechos Humanos contienen muchos casos de esos “desaparecidos”, aunque solo son aproximadamente el 15 por ciento de los crímenes cometidos.

Eusebio Peñalver, el cubano negro que más años estuvo en prisiones políticas

Jesús Hernández Cuéllar

 

Contacto Magazine, 25 de octubre de 2005. Peñalver murió de cáncer en 2006, a los 69 años de edad.

 

Nacido en la entonces camagüeyana ciudad de Ciego de Avila, el joven Eusebio Peñalver Mazorra debió posponer sus estudios en 1952, cuando el general Fulgencio Batista derrocó al gobierno del presidente Carlos Prío Socarrás. Poco después tomó las armas en la Sierra del Escambray, para respaldar el proceso revolucionario que finalmente obligaría a Batista a huir de Cuba. Fue uno de los guerrilleros del Che Guevara en los últimos días de la guerra. Pero muy pronto se percató de que Fidel Castrose había burlado del pueblo cubano”.

 

En 1960, volvió a tomar las armas, esta vez para combatir a Castro, también en el Escambray. En octubre de ese año fue hecho prisionero y condenado a 30 años de cárcel. Algunos creen que su condición de hombre de la raza negra evitó su fusilamiento, ya que el nuevo régimen decía reivindicar los derechos de los negros cubanos. Muchos de sus compañeros fueron ejecutados en paredones de fusilamiento.

 

El 30 de octubre de 1988 fue puesto en libertad y trasladado desde la prisión hasta un aeropuerto, para viajar directamente a Miami, Estados Unidos. Las experiencias que vivió durante sus 28 años de cautiverio parecen sacadas de un libro de horror. Es el hombre negro que ha estado más años en prisión por razones políticas en todo el mundo.

 

Durante sus años de cárcel fue un “preso plantado”, que no aceptaba planes de rehabilitación política ni admitía que se le vistiera con el uniforme de prisionero común. Fue parte del llamado “presidio político histórico”, por el cual pasaron decenas de miles de cubanos. Se calcula que a mediados de la década de los 60 había en Cuba no menos de 60 mil prisioneros políticos, de los cuales unos 20 mil, según Amnistía Internacional, fueron liberados en los 70. Años después de su liberación, Peñalver concedió a Contacto Magazine la siguiente entrevista.

 

Usted fue condenado a prisión por el régimen de Castro, a pesar de haber luchado contra Fulgencio Batista. ¿Por qué?

 

-Fui condenado a 30 años de prisión política tras haber sido capturado en las montañas del Escambray combatiendo la tiranía comunista implantada en mi patria. Haber estado en la lucha contra el régimen pasado y el presente obedeció a un compromiso con mi generación. La historia me ha dado la razón: la ideología que preconizaba Castro para su instauración en el poder se fue al piso, los principios que decía sustentar no existieron nunca, todas las promesas hechas a nuestro pueblo han sido pura charlatanería, y la prueba es que aquellos males que dijeron erradicar son mayores que antes. La prostitución, el robo, la corrupción administrativa, la división familiar, el hambre y la miseria han llegado a límites inconcebibles. El país está sumido en el caos.

 

¿Cuáles fueron los momentos más difíciles en sus años de prisión?

 

-Yo creo que fueron todos. En su momento pensé que era la prisión de Isla de Pinos; pero después vinieron La Cabaña y Boniato, las que podían competir fácilmente con la anterior, en la que dejamos a tantos compañeros asesinados a tiros, bayonetazos o en huelga de hambre. El plan de trabajos forzados de Isla de Pinos fue brutal, sádico y asesino: seres humanos comiendo hierbas, sumergidos en “mojoneras”, masacrados a mansalva. Después vino “Boniatico”, es decir, una prisión dentro de otra prisión, construida para un grupo de más o menos 110 hombres, donde estuvimos 10 años “tapiados”, desnudos, prácticamente olvidados por el mundo, aunque no por aquellas bestias carcelarias que hacían todo lo posible para que nuestro diario vivir fuera un infierno, como en efecto lo fue.

 

¿Es cierto que se torturaba y se tortura en las cárceles cubanas? ¿Qué tipo de torturas se aplican?

 

-Sí, en las cárceles de Cuba se torturó y se sigue torturando, no sólo a los presos políticos, sino también a los presos comunes. La inmersión de grupos de presos políticos, a golpes, en la zanja donde desembocaban todos excrementos del presidio de Isla de Pinos; el confinamiento en celdas donde sólo se podía permanecer de pie por la gran cantidad de presos que metían en ellas, las requisas desnudando a nuestros familiares, los guardias lanzando orines y excrementos sobre los confinados en celdas de castigo. ¡Cuántas salvajadas no habré visto! ¡Cuántas golpizas ha sufrido mi cuerpo! Siempre he vivido orgulloso de ser cubano, pero jamás pensé que pudieran existir cubanos tan malos, de tan bajos sentimientos... porque la mente se me resiste a creer que por el mero hecho de tener ideas contrarias al gobierno, se pueda traspasar a un ser humano con una bayoneta, o cortar un brazo, un muslo con un machete, a sangre fría. No es fácil, sin faltar a la verdad, describir cómo esos esbirros, machete en mano, protegidos por los fusiles de la guarnición, golpeaban hasta el cansancio a uno o varios presos hasta dejarlos sin conocimiento en el suelo. Algunos no se levantaron jamás, otros como yo, llevamos en nuestros cuerpos las cicatrices de tan bárbaros castigos.

 

¿Ha cambiado en algún punto el presidio político cubano en los últimos años?

 

-En las prisiones el trato sigue siendo inhumano y en algunos casos creo que peor que en nuestra época, porque la convivencia de los presos políticos con los comunes es algo que el régimen ha oficializado. El hacinamiento sigue siendo norma de conducta en todas las prisiones de Cuba, la asistencia médica no existe, y los familiares siguen siendo igualmente vejados con infames registros.

 

Fidel Castro usó las armas contra Fulgencio Batista, asaltó el Cuartel Moncada en 1953, fue capturado, se le permitió defenderse a sí mismo y apenas cumplió 22 meses de prisión. ¿A qué se deben tantos fusilamientos, tantos prisioneros políticos, condenas tan largas?

 

-No hay diferencia entre el dictador cubano y Stalin, Mao, Hitler, Mussolini, Idi Amin, Pol Pot, o cualquiera de los dictadores que han aterrorizado a los pueblos del mundo. Su filosofía es la de eliminar al oponente, no dar tregua al adversario, institucionalizar el terror, y que mejor forma que ésa: fusilando, enclaustrando a los opositores por largos años, y dentro de la prisión torturándolos para destruirlos física y mentalmente. De Gengis Kan a la fecha todos los dictadores han sido iguales, asesinos que quieren cubrir sus crímenes con visos de doctrina. Lo más triste es que hay quiénes dicen ser amantes de la democracia y no vacilan en apoyar a Fidel Castro y estrechar su mano manchada de sangre.

 

Todo el mundo conoce a Nelson Mandela, algunos creen que es el hombre negro que ha estado más años en prisión. Pocos conocen a Eusebio Peñalver, ¿por qué?

 

-Nelson Mandela es un héroe de su pueblo, un símbolo de la resistencia y un ejemplo de dignidad, aunque yo discrepe de su actitud hacia el dictador cubano, pues ningún agradecimiento puede amparar las violaciones constantes a los más elementales derechos humanos. El que Mandela sea considerado el preso político de más larga condena obedece sencillamente al uso de la propaganda por parte de quienes querían convertirlo en un símbolo de su doctrina, por una parte, y por otra, a que nuestro presidio fue largamente ignorado por todo el mundo, fue esa dolorosa etapa en que nadie escuchaba, donde tanto las izquierdas como las derechas coqueteaban con el tirano, se dejaban engañar por sus promesas y falsos logros, sin darse cuenta de cuánto daño hacían. ¿Cómo era posible que dijeran que Eusebio Peñalver, un negro cubano en el país donde se decía que los negros eran parte de una clase casi privilegiada, estaba encerrado en una oscura celda, sufriendo vejaciones y torturas? Soy de los que cree que la sociedad no es justa ni humana si no se respetan los derechos fundamentales de la persona. Cuando esto se niega surge el conflicto y el espíritu de rebelión se crece. El que ama verdaderamente la libertad, siempre está dispuesto a defenderla.

 

Han pasado 45 años desde que Castro tomó el poder. Han pasado más de 16 años desde que usted fue puesto en libertad. ¿Qué hace ahora Eusebio Peñalver?

 

-Sigo siendo el mismo. Quizás más maduro, quizás más y mejor pensador. Los años de prisión sirvieron para reflexionar sobre todo lo pasado, pero si tuviera que volver atrás, haría lo mismo que hice. ¿Qué hago ahora? Desde que llegué a Estados Unidos no he descansado ni un momento en las labores de la patria, tratando de sembrar un granito de arena en todos los frentes. A mi llegada entré a formar parte de LIPREPOC (Libertad para los Presos Políticos Cubanos), una organización que fundó un incansable luchador: René Cruz. De esa asociación fui delegado en la Federación Mundial de Ex Presos Políticos Cubanos, organización que agrupa a varios miles de ex prisioneros, y después fui su presidente. También fui nombrado vicepresidente de la Unidad Cubana, un organismo sombrilla de muchas otras organizaciones, y soy director de Plantados hasta la Libertad y la Democracia. Esto último es un equipo de trabajo integrado por personas interesadas en la libertad, la democracia y el respeto a los derechos humanos en Cuba. La etapa del presidio pasó, pero nos queda todavía el tirano. Nuestras madres, nuestras hijas y esposas ya han sufrido bastante y a ese sufrir hay que ponerle un punto final. Hay que acabar con el tirano. Mi corazón está limpio de odios, deseos de venganza y rencores. Debemos formar un fuerte haz de amor y esperanzas, en favor de una nación, como dijera José Martí, “con todos y para el bien de todos”.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.