YOANI SÁNCHEZ, LA BLOGUERA CONTESTATARIA,

ES LA MEJOR CRONISTA

DE LA CUBA DE FIDEL CASTRO

Discurso pronunciado por el senador Eduardo Suplicy

21 de febrero de 2013

 

 

Yoani Sánchez con Eduardo Suplicy,

uno de los senadores más queridos en Brasil,

con reconocida militancia en la izquierda

Yoani Sánchez: “La vida está en otra Cuba

 

 

Somos un solo pueblo

dividido por dos hermanos sicópatas

 

¡Somos cubanos

de la patria de José Martí!

 


Jaime Bayly entrevista

a la bloguera Yoani Sánchez

 

 

Mujer frágil, pero invencible

Martín Guevara*

6 de abril de 2013

 

En Yoani hemos encontrado a una de esas personas grandes en serio, grandes de verdad, fuera de estereotipos, lugares comunes y dimes y diretes. De esa vieja tradición de mujeres aparentemente frágiles pero increíblemente invencibles.

 

Y esa es sólo la punta del iceberg, porque en aquello que percibí a la persona fuera de lo común es precisamente en su cotidianidad, en lo inconfundible de su paso por cada asunto sin la pretensión de separarse de la normalidad, del terreno circundante, lleva los pies lo más pegados posible al suelo dado lo alto que porta su cabeza.

 

Me subyuga la claridad de las ideas, no en el modo del necio que aparenta no tener dudas, sino más bien al contrario, manifestando un modo de ser propenso y sujeto a modificaciones permanentes, pero sin abdicar de lo fundamental de su timbre de voz, de su razón de ser.

 

Esa capacidad para que, aún mostrándose flexible, tolerante, conciliadora, sean los “otros” los que terminen sumándose a sus palabras, a sus propuestas, a sus irrebatibles razones de un modo natural, sin esfuerzo, sin resignar las ideas propias, muestra que su propuesta no está emparentada con el sometimiento, alineamiento, sino con la reflexión, el reparo justo ahí en la duda, en ese recodo del camino en que se abren encrucijadas y se nos plantea la necesidad de elegir; ahí es donde la percibo más tranquila, más segura, más conductora, a sabiendas de que el éxito de la elección del camino no responde a su finalidad, sino a cómo sea transitado, a cómo sea vivido.

 

Es más compañera que pedagoga, más el “sherpa” que un líder impostado, pero en el fondo, como con el “sherpa”, uno termina siguiendo sus pasos.

 

Hay algo muy íntimo en ella alejado de preconceptos, de prejuicios, cargado de aire muy fresco mezclado con los mismos viejos cantos humanos de libertad.

 

Trae en su estilo, que no en su propuesta, una invitación al cambio de estructuras, pero también de modificación del firme, y no parece asustarle toda la inmensa tarea que ello puede llegar a insumirle si realmente empieza a concretarse, a la vez que da la sensación de que no defraudará en lo inmediato a quienes decidan subirse, con recaudo y vigilantes, a su barco sin un final definido en la partida, pero con rumbo inmediato a cada puerto del bien, de la suma, lo que yo denomino el amor.

 

Lo único que me atrevería a sugerirle es que no abandone del todo esa magnífica pluma, su senda literaria, ya que es en lo descriptivo un prodigio del sello de la tradición cubana, desde Villaverde hasta Carpentier y Cabrera Infante.

 

Definitivamente me gusta esta chica y no tengo ni idea de sus proyectos en el corto plazo, pero me parece de la gente que ayuda a cambiar todo a mejor, me gustan las personas convencidas de la necesidad de hacer Paz, la Paz no está nunca lo suficientemente esculpida ni completamente conquistada, me gusta la gente que no quiere problemas, pero que no les teme si se cruzan en su camino, que procuran el entendimiento, los puentes, pero que no se agachan ante las dificultades.

 

Presenta una seria dificultad añadida frente a ciertos auditorios internacionales de afectados por las violaciones de los derechos humanos, a la hora de explicar la opresión, la represión, lo asfixiante de una sociedad de las mal llamadas socialistas, que precisamente hacen un uso pernicioso de la terminología asociada a la víctima, secuestrando el sentimiento de solidaridad con los más necesitados, con los desposeídos mediante la apropiación de un lenguaje mesiánico, pero completamente ajeno a la verdad.

 

Tuve la oportunidad de comentarle que yo había sido precisamente uno de esos extranjeros privilegiados a los que ella a menudo se refiere, con toda razón, que pueden hacer en su país lo que les está prohibido a los ciudadanos del mismo, y le dije que ni aún así yo habría tenido el valor y los pantalones tan bien puestos como para seguir adelante con mis convicciones de la manera que ella lo ha hecho. Me dió un afectuoso abrazo y me dijo:

 

“No muchacho, no digas eso, tú no sabes cómo me tiemblan las piernas cada día”, y entonces el abrazo se lo di yo con un profundo respeto, de una manera que no suelo hacer, excepto con mi abuela Elena a la que llevo en la proa de mi nave, a la tía Celia y a la Reina Juana la Loca, a quien hice una promesa de lealtad a sus pies en Tordesillas, donde fue condenada y traicionada por su familia y de quien estoy encantado de sentirme aunque sea un poco, como su leal escudero.

*El autor es argentino, pero se crió en Cuba. Hijo de Juan Martín, hermano menor de Ernesto ‘Che’ Guevara. Vive en España y tiene un blog; escribe un libro sobre la situación en Cuba y sobre su famoso tío.

Quién paga el viaje de Yoani Sánchez

 

Yoani Sánchez, la popular bloguera cubana, inició una gira en Brasil, que la llevará a diferentes países, entre los que figura Estados Unidos y España, los dos países donde radica la mayor cantidad de exilados cubanos.

 

Su arribo a Brasilia provocó protestas por parte de simpatizantes del gobierno comunista de isla caribeña en ese país, incluso la primera presentación de un documental al que había sido invitada tuvo que ser cancelada, hecho que motivó una posterior y no prevista invitación para hablar en el Congreso brasileno.

 

Fue ante los legisladores de ese país y prensa invitada que Sánchez explicó quién estaba financiando su viaje. He aquí sus declaraciones:

 

En torno al financiamiento es transparente, he venido en un vuelo económico [se refiere a su viaje a Brasilia procedente de La Habana] a través de la reunión de dinero de diferentes blogueros que trabajan en las redes sociales, es totalmente transparente […] Cuando salga de Brasil me voy con un boleto pagado por Amnistía Internacional a participar en una serie de eventos en Europa, voy a participar en un Festival de Cine en Amsterdam sobre derechos humanos, de allí me voy a Nueva York, invitada por varias universidades que van a costear mi estancia en Nueva York. De Nueva York me voy a España donde el Congreso de Redes Sociales, donde una vez gané un premio que nunca pude ir a buscar, va a pagar mi boleto. De regreso al lado aca del Atlántico voy a visitar a mi hermana en Florida, una hermana que hace un año y siete meses no veo porque el absurdo migratorio me ha separado de ella y mi hermana, técnica de farmacia, que se gana la vida con su trabajo va a costear mi boleto y mi estancia allí, o sea voy gracias a la solidaridad de muchas pequeñas personas”, explicó Yoani Sánchez.

Yoani Sánchez: 

No podemos permitir que nos sigan dividiendo

 

Cubanos y punto

Yoani Sánchez

 

Hace unos años, cuando salí por primera vez de Cuba, estaba yo en un tren que partía desde la ciudad de Berlín hacia el Norte. Un Berlín ya reunificado, pero que todavía conservaba fragmentos de esa fea cicatriz que fue aquel muro que dividió a una nación. En el compartimento de aquel tren y mientras recordaba a mi padre y mi abuelo ferroviarios, que hubieran dado cualquier cosa por viajar en esa maravilla de vagones y locomotora, entablé una conversación con un joven que iba sentado justo frente a mí. Después del primer intercambio de saludos, de maltratar el idioma alemán con un “Guten Tag” y aclarar que “Ich spreche ein bisschen Deutsch”, el hombre me preguntó inmediatamente de dónde yo venía. Así que le respondí con un “Ich komme aus Kuba”. Como siempre ocurre después de la frase de que uno viene de la mayor de las Antillas, el interlocutor trató de demostrar lo mucho que sabía sobre nuestro país. Normalmente, durante ese viaje me encontraba con gente que me decía “ah… Cuba, sí, Varadero, ron, música salsa”. También hallé hasta un par de casos que la única referencia que parecían tener sobre nuestra nación era el disco “Buena Vista Social Club”, que justamente por esos años estaba arrasando en popularidad en las listas de temas más escuchados. Pero aquel joven en un tren de Berlín me sorprendió. A diferencia de otros no me respondió con un estereotipo turístico o melódico, llegó más allá. Su pregunta fue: “¿Eres de Cuba? ¿De la Cuba de Fidel o de la Cuba de Miami?

 

Mi rostro se puso rojo, se me olvidó todo la poca lengua germana que sabía y le respondí en mi mejor español de Centro Habana: “Chico, yo soy cubana de José Martí”. Ahí terminó nuestra breve conversación. No obstante, el resto de viaje y el resto de mi vida, he tenido muy presente aquella charla. Me he preguntado muchas veces qué ha llevado a aquel berlinés y a tantas otras personas en el mundo a ver a los cubanos de dentro y de fuera de la Isla como dos mundos separados, dos mundos irreconciliables. La respuesta a esa pregunta recorre también parte del trabajo en mi blog Generación Y. ¿Cómo fue que dividieron nuestra nación? ¿Cómo fue que un gobierno, un partido, un hombre en el poder, se atribuyeron el derecho de decidir quién debía llevar nuestra nacionalidad y quién no? La respuesta a esas preguntas la saben ustedes mucho mejor que yo. Ustedes, que han vivido el dolor del exilio, que partieron la mayoría de las veces sólo con lo que llevaban puesto. Ustedes, que dijeron adiós a familiares, a muchos de los cuales nunca más volvieron a ver. Ustedes que han tratado de preservar a Cuba, la única, la indivisible, la completa, en vuestras mentes y vuestros corazones.

 

Pero yo sigo preguntándome ¿Qué pasó? ¿Cómo fue que el gentilicio de cubano pasó a ser algo que sólo se otorgaba por considerandos ideológicos? Créanme que cuando uno ha nacido y crecido con una sola versión de la historia, una versión mutilada y conveniente de la historia, no puede responderse esa pregunta. Por suerte, del adoctrinamiento siempre es posible despertar. Basta que cada día una pregunta, cómo ácido corrosivo, se nos adentre en la cabeza. Basta que no nos conformemos con lo que nos dijeron. El adoctrinamiento es incompatible con la duda, el lavado de cerebro termina justo cuando ese mismo cerebro empieza a cuestionarse las frases que le han dicho. El proceso de despertar es lento, comienza como un extrañamiento, como si de pronto le vieras las costuras a la realidad. Así fue como se inició todo en mi caso. Fui una pionerita adocenada, todos ustedes lo saben. Repetí cada día en los matutinos de la escuela primaria aquella consigna de “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Corrí infinidad de veces con la máscara antigás bajo el brazo hacia un refugio, mientras mis maestros me aseguraban que pronto seríamos atacados desde algún lugar. Lo creí. Un niño siempre cree lo que le dicen los mayores. Pero había algunas cosas que no encajaban. Todo proceso de búsqueda de la verdad tiene su detonante. Justo un momento en que una pieza no encaja, en que algo no tiene lógica. Y esa ausencia de lógica estaba fuera de la escuela, estaba en mi barrio y en mi casa. Yo no entendía bien el por qué si aquellos que se habían ido en el Mariel eran “enemigos de la Patria”, por qué mis amigas estaban tan felices cuando alguno de aquellos parientes exiliados les enviaba algo de comida o de ropa. ¿Por qué esos vecinos que habían sido despedidos con un acto de repudio en el solar de Cayo Hueso donde yo había nacido, eran los que mantenían a la madre anciana que había quedado atrás, quien regalaba parte de aquellos paquetes a los mismos que habían lanzado huevos e insultos a sus hijos? Yo no entendía. Y de esa incomprensión, dolorosa como todo parto, nació la persona que soy ahora.

 

Por eso, cuando aquel berlinés que nunca había estado en Cuba intentó dividir mi nación, salté como un gato y lo encaré. Por eso, estoy aquí ante ustedes hoy, tratando de ayudar a que nadie, nunca más, pueda dividirnos entre un tipo de cubano u otro. Los vamos a necesitar para la Cuba futura y los necesitamos en la Cuba presente. Sin ustedes nuestro país estaría incompleto, como alguien a quien se le ha amputado sus extremidades. No podemos permitir que nos sigan dividiendo. Como mismo estamos luchando para que habitar un país donde se permitan los derechos a la expresión, la asociación y tantos otros que nos han arrebatados; tenemos que hacer todo -lo posible y lo imposible- porque ustedes recuperen esos derechos que también les han sido quitados. Es que no hay un ustedes y un nosotros… solo hay un “nosotros”. No permitamos que nos sigan separando.

 

Aquí estoy porque no me creía la historia que me contaron. Como muchos otros tantos cubanos que crecieron bajo una sola “verdad” oficial, hemos despertado. Tenemos que reconstruir nuestra nación. Nosotros solos no podemos. Los aquí presentes -y bien que lo saben- han ayudado a muchas familias de la Isla a poner un plato de comida sobre la mesa de sus hijos. Se han abierto camino en sociedades donde tuvieron que empezar desde cero. Han llevado y cuidado a Cuba. Ayúdennos a unificarla, a derrumbar ese muro que. a diferencia del de Berlin, no es de concreto ni ladrillos, sino de mentiras, silencios, malas intenciones.

 

En esa Cuba con la que muchos soñamos no hará falta aclarar qué tipo de cubano uno es. Seremos cubanos a secas, cubanos y punto, cubanos.

 

[Texto leído en acto realizado en la Torre de la Libertad, Miami, Florida, el 1 de abril de 2013]

 

 

Yoani Sánchez conquista al exilio cubano

Daniel García Marco (dpa)

1 de abril de 2013

 

“¡Guau!”. Las palmas de las manos le dolían de tanto aplaudir a una de las asistentes a la primera presentación pública de la disidente Yoani Sánchez en Miami, la capital de un exilio cubano al que la bloguera conquistó hoy con su mensaje.

 

Varios centenares de personas la recibieron al grito de “libertad, libertad” en un acto que Eduadro Padrón, el presidente del Miami Dade College, promotor del acto, describió como un “acontecimiento histórico”.

 

La autora del blog Generación Y inició en febrero una gira internacional por todo el mundo tras años sin recibir autorización para salir de la isla, y su visita hoy en Miami es una de las más simbólicas.

 

“¡Una gran mentira!”, gritó la única voz discordante, a lo que le respondió crítico todo el auditorio. Una anécdota entre un público entregado al que Sánchez se ganó con su historias humanas y con la reclamación de que desaparezca la división entre los cubanos de Cuba y los de Miami.

 

Nos vamos a necesitar para la Cuba del futuro, los necesitamos para la Cuba presente”, dijo Sánchez, de 37 años, en la emblemática Torre de la Libertad, adonde llegaron los primeros exiliados tras la revolución de Fidel Castro.

 

Sin ustedes, el país está incompleto”, dijo Sánchez a los exiliados. “No podemos permitir que nos sigan dividiendo. No hay un ustedes y un nosotros. Sólo hay un nosotros, no permitamos que nos sigan separando”, reclamó Sánchez, ganándose los aplausos.

 

Antes, en la calle, hubo varias manifestaciones de pequeños grupos a favor y en contra de sus denuncias, apenas unas pocas decenas de personas que se dispersaron más tarde por la lluvia.

 

Por un lado, estaba el grupúsculo del exilio radical de extrema derecha Vigilia Mambisa, crítico con Sánchez, pero que puntualizó que no era un “acto de repudio”, término con que se conocen en la isla los actos populares generalmente organizados por las autoridades contra disidentes.

 

Por otro lado, el exilio moderado, muy próximo a la bloguera. Y por último, varios simpatizantes castristas que reclamaron el final del embargo económico de Estados Unidos a Cuba.

 

La disidente, que recibe más de 15 millones de visitas al mes en su blog, traducido a 20 idiomas, y que reúne a más de 500.000 seguidores en twitter, llegó a Miami, capital del anticastrismo, el jueves. Tras varios días de visita privada a familiares y amigos, hoy tuvo una cargada agenda pública.

 

Sánchez apareció vestida de blanco y con su característica melena colgando sobre su hombro izquierdo, y decidió leer de inicio un texto en el que narró una anécdota sucedida hace años en Berlín. “Un joven me preguntó: ‘¿Eres de la Cuba de Fidel o de la Cuba de Miami?’ Yo le respondí que soy cubana de José Martí”.

 

En su intervención más personal, dio las gracias al Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa porque su novela “La Guerra del Fin del Mundo” la unió al que ahora es su marido y padre de su hijo Teo, y contó cómo tras estar en Suiza decidió volver a su país, desde el que denuncia a través de Internet y twitter la falta de derechos civiles.

 

Para un futuro asegura que optará por el periodismo y no por la política, y sobre el embargo insistió en su defensa del levantamiento.

 

Está sobredimensionado por el gobierno cubano para desviar la atención de cuestiones más importantes. Hay opiniones diferentes entre los activistas, pero no es un elemento de desunión. Si se produce, será un cambio más simbólico que realista”, afirmó.

 

La disidente, que recibió como regalo la bandera de los Estados Unidos que ondeaba en el Capitolio durante su reciente visita a Washington, defendió que ningún gobierno ha financiado su gira.

 

Y sobre las posibles represalias tras su regreso, aseguró estar “preparada para todo” desde la primera vez que escribió su primer texto: “Si pasa lo peor, me voy en paz, he vivido la vida como quería”.

 

Sánchez recibió las llaves de la ciudad de Miami y la medalla presidencial del Miami Dade College, entregada a líderes internacionales como Bill Clinton, Lech Walesa y Mijail Gorbachov.

 

Tan cerca, pero tan lejos”, comparó Cuba con Miami, donde encontró “un exilio plural, democrático e inclusivo”. “Así me gustaría que fuera la Cuba de allá”, deseó.

 

 

Yoani Sánchez pide acabar con la división

entre “cubanos de Fidel y de Miami”

 

Miami, 1 abr (EFE).- La bloguera disidente Yoani Sánchez hizo hoy un llamamiento a la diáspora cubana para que ayude a forjar un sentimiento de unidad entre todos los ciudadanos de Cuba y dejen así de existir los “cubanos de Fidel y los cubanos de Miami”.

 

No hay un ustedes y un nosotros, sólo hay un nosotros. No permitamos que nos sigan separando”, dijo la disidente en la Torre de la Libertad de Miami, un lugar emblemático para los cubanos que dejaron la isla tras la llegada al poder de Fidel Castro.

 

Hoy, 54 años después, esa diáspora recibió a Sánchez, de 37 años, a gritos de “Libertad, libertad”, aunque también hubo alguna protesta por su oposición al embargo y su decisión de regresar a Cuba una vez que acabe su gira internacional.

 

Ante una sala repleta y en pie, la bloguera -que Time llegó a incluir entre las cien personas más influyentes del mundo- se esforzó por tender una mano, evitar la confrontación, buscar la complicidad y expresar cariño hacia los cubanos residentes en el extranjero.

 

A la intervención, en español, asistieron autoridades locales, que la recibieron como “una verdadera luchadora de la libertad”, en palabras de Eduardo Padrón, el rector del Miami Dade College (MDC), organizador de un acto en el que fue condecorada.

 

Me he preguntado muchas veces por qué nos ven a los cubanos de dentro y fuera de la isla como dos mundos irreconciliables”, dijo Sánchez, que se refirió a los asistentes como gente que “ha vivido el dolor del exilio, que partió en la mayoría de los casos sólo con lo que llevaban puesto y dijo adiós a familiares a muchos de los cuales no volvieron a ver”.

 

Entre aplausos y con la emoción en su rostro, la joven -que fue “una pionerita adocenada”- valoró que precisamente ellos, los asistentes, “hayan tratado de preservar Cuba, la única, la indivisible”.

 

El proceso de despertar es lento (...), pero la ausencia de lógica estaba ahí, en mi barrio”, dijo para relatar su sometimiento al “adoctrinamiento” hasta que empezó a ver cómo sus padres pasaban de “creer a dudar” y finalmente llegó “la gota que colmó” el vaso.

 

Fue un 13 de agosto, fecha del nacimiento de Fidel Castro, cuando al despertar “oí en la radio una voz engolada que decía: ‘hoy es el cumpleaños de la patria”, rememoró.

 

Antes, según relató hoy, se extrañaba de que “mis mejores amigas se pusieran tan contentas cuando ‘los enemigos de la patria’ les mandaban comida o ropa” o que “fueran esos vecinos que se fueron en el Mariel tras actos de repudio los que mantenían a la madre anciana”.

 

De aquella incomprensión, dolorosa como todo parto, nació la persona que soy ahora. No permitamos que sigan separándonos”, dijo Yoani Sánchez, quien pidió a todos los asistentes que no dejen que “nadie nunca más pueda dividirnos entre un tipo de cubano y otro”.

 

Además, pidió ayuda en la reconstrucción de la isla al afirmar que “nosotros solo no podemos. Los vamos a necesitar en la Cuba futura y en la presente”.

 

Ayúdennos a derrumbar ese muro, que a diferencia del de Berlín no es de concreto (cemento), sino de mentiras, silencios y malas intenciones”, afirmó.

 

En el exterior del recinto, algunas personas que no lograron entradas para ver a la bloguera y periodista disidente pero que querían mostrarle su apoyo coincidieron en apuntar que ha modificado el perfil del exilio cubano, “porque antes salían de Cuba y se quedaban fuera, o quizás volvían, pero amansados”.

 

Así opinaron el matrimonio de Encarnita y Tony García, cubanos de 62 y 68 años, respectivamente, que dijeron a Efe que “Yoani piensa volver a Cuba para mantener sus principios de lucha por la libertad en el país”, algo que supone “una esperanza para todos los cubanos”.

 

Lo que ocurre hoy con Yoani es un cambio generacional por la causa de la libertad: forma parte de una generación de jóvenes valientes que han salido de Cuba y que han hecho lo que nunca antes se ha hecho: volver”, resumió Tony García.

 

Entre quienes se acercaron a las inmediaciones de la Torre de la Libertad estaba una decena de representantes de la organización Vigilia Mambisa, que aclararon a Efe que estaban allí “no contra Yoani, sino contra el embargo”. EFE

 

 

Epilogo de la trilogía “Y”

Martín Guevara

(Sobrino de Ernesto Che Guevara)

1 de abril de 2013

 

El fenómeno Yoani me parece totalmente grato y fortuito.

 

Reinaldo es un periodista intelectual como la copa de un pino, si algo han obtenido, bien que lo han buscado y han sido ellos dos sin la ayuda de nadie excepto esos tejidos tan solidarios de la base en Cuba y en cualquier país, pero con mucha delación alrededor también, cuando todos se iban, incluida ella misma, regresó porque es su tierra y dijo así de claro, -de aquí no me saca nadie, y opino lo que pienso! Y lo hizo, y cuando lo hizo hacía falta mucho valor, ahora le es más fácil porque la conocen todos, pero cuando no la conocía nadie, era muy complejo, porque además de la represión sempiterna, en los sistemas socialistas, existía y existe una inducción a la auto represión, a la autocensura, una especie de sucedáneo de la flagelación, que funciona de una manera muy perversa y difícil de salvar.

 

Por otro lado es importante destacar que comenzó con un blog, con una pluma descriptiva sensacional, de la tradición cubana de Cirilo, Carpentier, Cabrera Infante o Padura, y esos relatos del pan duro al borde de la ventana y las metáforas con la vida ordinaria, corriente, cotidiana, domésticamente agobiante, fueron para mi los cimientos del fenómeno que yo con la humildad que me confiero, apoyo hoy, porque proviene del mundo de la escritura, de la reflexión, de la observación, de la tranquilidad, de la Paz y de la polémica.

 

Eso, en lo particular me da buena espina, sinceramente no apoyaría como referentes de futuro a un militar disidente o un excomandante, porque creo que lo que nos sobran son potenciales violentos, no apoyaría a un ex preso político de la primera era, dado el más que probable justificadísimo resentimiento (excepto en algunos casos que conozco como el de Alberto Müller que es un ser entrañable pero todos no son capaces de llegar a una condición humana tan elevada), ni a un familiar de preso, ni de un muerto, porque el dolor o el miedo no legitiman la opinión, del mismo modo que “una víctima de accidente de tráfico no debería dictar las leyes del tránsito”. Entonces pienso que quienes podrán conformar cierta disidencia sana, fresca, constructiva, de futuro, llamada al progreso económico pero también social, pasa más o menos por gente como Yoani, para mi ella da el perfil no de Presidente ni de político profesional, sino de institutriz en la formación de una plataforma de debate, de libertad para el disenso, de donde puedan salir los futuros activos de una sociedad que recoja lo no demasiado mal hecho e innove para una sociedad realmente nueva, con la participación de la imaginación, el sentido común y mucho trabajo, no una inmersión en el retroceso de modelos como el del capitalismo de estado actual que no deja nada a los trabajadores.

 

Más bien algo vinculado a la Libertad, y la Libertad es un concepto muy amplio.

 

Creo en que hay que tener la humildad y la capacidad de decir de alguien: ¡este consigue expresarse mejor que yo! o bien: este le echó al asunto los huevos que yo no le eché ni le echaría jamás.

 

Pero además me gusta por el equilibrio, y me solidarizo en esa tarea tan compleja de explicarles a los pseudo izquierdas, que no suelen poner en práctica la progresía como lo anuncian, el por qué de que aún con la medicina gratuita, la educación gratuita, y otros hitos más o menos sostenibles en una disertación al uso, esa Revolución se fue “a bolina” desde el mismo momento que se empezaron a encarcelar compañeros de lucha, gente por opinar diferente, cuando se le puso reglas parciales a la cultura, según escribió Armando Hart Dávalos: “Las reglas del Juego”, rejas al pensamiento, candados a la libertad.

 

Yoani logra como pocos advertir de ese engaño, de quienes secuestran para sus fines esa terminología socializante, mesiánica, cristiana, numantina, que consigue engañar a mucha gente y condicionar el criterio de no pocos comunicadores.

 

En esto la considero importante, y luego, si a alguien le gusta más o menos su cara, su tono de voz, lo que dice, como lo dice, eso es harina de otro costal, pero creo que hay pocas dudas de que cada pulgada de reconocimiento se las ha ganado a pulso.

 

 

New Breed of Cuban Dissident Finds Changed Miami

LIZETTE ALVAREZ

March 31, 2013

 

MIAMI — Yoani Sánchez, the Cuban dissident whose trenchant blog and Twitter posts have made her a cause célèbre for democracy on the island, lingered on the edge of the sea wall at La Ermita de la Caridad, Miami’s shrine for Cuban exiles, and looked toward home.

 

Me siento como en Cuba pero libre,” said Ms. Sánchez, summing up her first day in Miami last week. “I feel like I’m in Cuba but free.”

 

With that, Ms. Sánchez officially cemented her bond with the old guard, the city’s Cuban exiles.

 

On Monday, despite her anticipated return to Cuba and her opposition to the economic embargo, Ms. Sanchez will take the stage at the Freedom Tower downtown — a haven where hundreds of thousands of Cubans in the 1960s and 1970s were first processed as refugees and handed slabs of industrial cheese and Spam. Among those expected to greet her will be veterans of the failed 1961 Bay of Pigs invasion — standard-bearers of the dwindling hard-line generation — and the newest Cubans, those who see increased contact with the island as a path to progress.

 

It was not too long ago that Cuban-Americans here rolled out the red carpet only to defectors who disavowed their homeland and stayed in America. But Ms. Sanchez, a journalist who will return to Cuba to join her husband and son, has offered up an alternative narrative for both the disenchanted in Cuba and the hopeful in Miami, one forged over the Internet.

 

This is transcendent”, said Eduardo J. Padrón, the president of Miami Dade College, which is sponsoring the event, recalling his own arrival at the Freedom Tower as a 15-year-old. “There is incredible agreement here that she symbolizes the voice of a free Cuba. Her visit has proved that all of us can agree, regardless of the means, on the ultimate goal.”

 

Ms. Sanchez said in an interview Friday that the warmth of the welcome she has received here has exceeded her expectations. “I am finding Cuba outside of Cuba,” she said, in Spanish. “I was raised in Cuba and indoctrinated that the exiles were the enemy, that they had betrayed the country. And here I am, seeing Cubans preserving Cuba, preserving the culture, the history, the music.”

 

Working from her Havana apartment, Ms. Sanchez, 37, has spent years writing dispatches on the island’s stifling contradictions, the absurdities of everyday life under the Communist system and the lack of freedom and human rights. The Internet and the USB drives that Cubans use to share information have been her chief ally.

 

She named her blog Generación Y, a nod to Cubans her age who were given names beginning with Y at a time when the Soviet Union held greater sway over the island. The blog receives millions of hits a month, the vast majority from people outside the island because Cuba restricts Internet access. She also has 459,000 Twitter followers.

 

Ms. Sanchez has been arrested, detained, beaten and harassed for speaking out against prohibitions on freedom of expression and freedom of the press. She is fond of saying that the rights of citizens are not gifts from the government but, as the phrase makes clear, “rights” that are inherent.

 

For five years, Ms. Sanchez tried to obtain permission to travel outside of Cuba but was denied until now. President Raúl Castro recently eliminated travel restrictions for many Cubans and the government chose to grant her permission to travel, too. Her 80-day tour has brought her to three continents, where she has given speeches and received a string of awards and recognitions.

 

Rosa de la Cruz, one of Miami’s most prominent art collectors, said that two years ago she dedicated a room in the museum-like building that houses the de la Cruz Collection to videos of Ms. Sanchez. The collection also hands out copies of Ms. Sanchez’s book, “Havana Real”.

 

She is a positive person, not a negative one,” said Mrs. de la Cruz, who supports the economic embargo but also views the push for human rights in Cuba as paramount. “And it’s important to be positive. It has been very difficult for her to do this in Cuba. And she has said if she had to do it again, she would do it again.”

 

Natalia Martinez, the communications director for Roots of Hope, a network of 4,000 young professionals who work to help young people in Cuba, said Ms. Sanchez spoke often about the need for a diversity of opinion and emphasized the importance of empowering Cubans on the island.

 

Technology is one way to punch a hole, Ms. Sanchez says often. So she asks for a flood of cellphones and USB sticks and other devices.

 

She addresses the fact that there is a lot of hurt, a lot of pain, associated with the Cuba issue, and she doesn’t dismiss it,” Ms. Martinez said. But, she said: “Cuban-Americans have more opportunities to be involved in Cuba now than they had before, and Yoani has come to symbolize some kind of joint agency between them. That resonates here.”

 

Ms. Martinez added, “She is focused on building a narrative about the future”.

 

Over the weekend, though, Ms. Sanchez grappled with a far less ambitious agenda: She spent time in Miami with her sister, her brother-in-law and niece. It has been two years since her sister left Cuba for Miami.

 

For two years I haven’t been able to hug them”, she said.


 

Yoani y la libertad

Carlos Alberto Montaner

31 de marzo de 2013

 

Si la primera vez que Yoani Sánchez recibió una invitación y una visa para viajar al extranjero, la dictadura le hubiera permitido ejercer su derecho a entrar y salir libremente del país, no habría alcanzado la enorme celebridad y peso que hoy tiene.

 

Yoani Sánchez visita Miami. Es la escala más difícil de su largo periplo. En todas partes, como los toreros consagrados tras una buena faena, ha salido en hombros de la multitud. En Florida también triunfará, pero le costará un poco más de trabajo.

 

Me da la impresión de que la inmensa mayoría de los cubanos la quiere y respeta —estoy entre esos admiradores—, pero no faltan los que la adversan por distintas razones, con frecuencia totalmente irracionales.

 

Yoani ha dado docenas de charlas, concedido cientos de entrevistas, y se ha enfrentado muy exitosamente a las turbas de simpatizantes de la dictadura castrista enviadas por la embajada cubana en cada sitio donde ha sido invitada a hablar. En más de medio siglo de tiranía, nadie ha sido más eficaz en la tarea de desmontar los mitos del régimen y mostrar la miserable forma de vivir de los cubanos.

 

Paradojas de la vida: de alguna manera, la actitud grosera y vociferante contra Yoani de estos agresivos matones, aunque desagradable mientras se producen los incidentes, ha servido para mantener el interés de los medios de comunicación y para suscitar el respaldo de notables sectores políticos y sociales.

 

Estos energúmenos, acostumbrados al medio cubano, donde no hay vestigios de libertad, no acaban de entender que tratar de silenciar a Yoani, insultando y calumniando a una periodista independiente, una muchacha frágil que sólo cuenta con su palabra y su valentía, es un comportamiento contraproducente en cualquier país libre en que se produzca.

 

Las armas de Yoani han sido la sinceridad, una lógica aplastante, la innata capacidad para la comunicación y su propia y atrayente personalidad. Es decir, los mismos rasgos que, paulatinamente, fueron despertando, primero, la curiosidad de los grandes medios e instituciones —Time, El País, The Miami Herald, Foreign Policy, Columbia University—, y luego la admiración de millones de lectores en todo el mundo que encontraban en sus crónicas una equilibrada descripción del empobrecido manicomio cubano.

 

El régimen de los Castro, convencido (o al menos decidido a convencer a los demás) de que detrás de cada crítica está la mano de Estados Unidos, del capitalismo o de oscuros intereses económicos, se empeñó, sin el menor éxito, en tratar de demostrar que Yoani era una marioneta de la CIA, del Grupo Prisa o de cualquier fabricante artificial de prestigios.

 

No había nada de eso. Como suele ocurrir, el talento de Yoani, la impredecible suerte y el ataque de la dictadura, la colocaron en el punto de mira de los grandes centros de difusión de información, a lo que contribuyó que el mismísimo presidente Obama, cuando ya la periodista era extremadamente famosa, le respondiera un cuestionario destinado a su blog.

 

Pudo haberle sucedido a otros notables blogueros dentro de Cuba —Claudia Cadelo, Iván García, Luis Cino, entre los buenos escritores—, pero resultó Yoani la que concentró el interés de la opinión pública internacional, a lo que no fueron ajenos el acoso y los maltratos del régimen.

 

Es increíble que la dictadura no aprenda la lección: quienes más daño le han hecho a la imagen del Gobierno han sido las víctimas de sus abusos. A lo largo de esa infinita tiranía, Huber Matos, Armando Valladares, Eloy Gutiérrez Menoyo, Gustavo Arcos, Ricardo Bofill, María Elena Cruz Varela, Reinaldo Arenas, Laura Pollán, Raúl Rivero, Oswaldo Payá, ahora su hija Rosa María, entre tantos otros cubanos valiosos, han encontrado tribuna y eco para sus denuncias como consecuencia de los atropellos de que fueron objeto.

 

Si la primera vez que Yoani Sánchez recibió una invitación y una visa para viajar al extranjero, la dictadura le hubiera permitido ejercer su derecho a entrar y salir libremente del país, no habría alcanzado la enorme celebridad y peso que hoy tiene.

 

¿Por qué no lo hizo? Por una mezcla de arrogancia y estupidez. Por creer que pueden aplastar sin consecuencias a las personas. Afortunadamente, eso no es cierto. La suya es la voz potente de los débiles. “Un principio justo desde el fondo de una cueva puede más que un ejército”, decía Martí. ¡Bienvenida Yoani, a la libertad!

 

 

Miami, capital del exilio cubano,

abraza a Yoani Sánchez

Daniel García Marco (dpa)

31 de marzo de 2013

 

La disidente Yoani Sánchez se presentará mañana en Miami, capital del exilio cubano, en la parada quizás más simbólica de la larga gira internacional que inició en febrero después de años sin recibir autorización para salir de la isla.

 

En torno a 1,5 millones de cubanos residen en Miami, donde el exilio abarca desde posiciones moderadas hasta el anticastrismo más radical, desde veteranos que quisieron tumbar la revolución de Fidel Castro por las armas hasta jóvenes menos ideologizados que denuncian por twitter la falta de libertades en la isla.

 

La imagen de Sánchez ha sido retratada en un mural de la emblemática Calle Ocho junto a otros iconos de la cultura cubana, lo que habla del mayoritario apoyo con el que cuenta en la ciudad estadounidense.

 

“Me siento como en Cuba, pero libre”, dijo Sánchez nada más aterrizar el jueves en Miami, donde ha pasado varios días con su familia y amigos antes de aparecer mañana en público.

 

Y es que Miami habla el idioma de Cuba, tiene el clima de Cuba, la comida de Cuba, la música de Cuba y hasta un barrio llamado “Little Havana”. Casi todo es como en la isla ubicada a apenas 90 millas de Estados Unidos (unos 140 kilómetros).

 

Hemos luchado en una arena diferente a la de Yoani para establecer los principios democráticos en nuestra patria. Por ende, apoyamos toda manifestación como manera de expresión contra el régimen opresor y antidemocrático que gobierna a Cuba”, agregó la asociación de los veteranos que desembarcaron en las costas cubanas el 16 de abril de 1961 en un intento por derrocar al nuevo gobierno de Fidel Castro.

 

La disidente, que recibe más de 15 millones de visitas al mes en su blog, traducido a 20 idiomas, y que reúne a más de 500.000 seguidores en twitter, genera pasiones de aliados y enemigos.

 

La conferencia que dará mañana en la simbólica Torre de la Libertad, donde recibirá una distinción por su compromiso por los derechos humanos, ha levantado a tres movimientos distintos.

 

El grupúsculo radical Vigilia Mambisa, de extrema derecha y de la llamada “línea intransigente”, canceló la inicial manifestación de protesta, pero sí mostrará su desacuerdo frontal con Sánchez en algunas ideas como el levantamiento del embargo de Estados Unidos sobre Cuba que defiende la disidente.

 

Los pocos que la consideran un agente enmascarado del gobierno de Cuba coincidirán con los que opinan lo contrario, los simpatizantes castristas, que le reprochan estar al servicio de Estados Unidos y que la vinculan con los dólares del anticastrismo más duro de Miami.

 

Y por último, el grupo moderado del exilio Movimiento Democracia le mostrará su apoyo con una manifestación y una caravana.

 

Yoani Sánchez se ha convertido en un ícono de la libertad de expresión y de los derechos civiles de los cubanos”, dijo a la agencia dpa Ramón Saúl Sánchez, presidente de Movimiento Democracia, que recalca que la parada de la activista en Miami significa mucho.

 

La visita es muy simbólica, no sólo por la parte política, sino por la parte sentimental. Le gustará conocer de primera mano cómo se siente y cómo piensa esta parte del pueblo cubano que le ha tocado vivir en el exterior”, agregó Sánchez, que cree que el exilio “se siente muy identificado con ella”.

 

El presidente de Movimiento Democracia opina que Yoani Sánchez pertenece a un nuevo grupo de líderes jóvenes cubanos que “está llevando al mundo el mensaje de una forma pacífica, moderada, muy creíble”.

 

Me siento como en Cuba, pero libre”, dijo Sánchez nada más aterrizar el jueves en Miami, donde ha pasado varios días con su familia y amigos antes de aparecer mañana en público.

 

Hemos entrado en una nueva etapa de dimensión extranacional”, aseguró Sánchez, que da parte de ese mérito a la bloguera.

 

Al apoyo del “Movimiento Democracia” se suma el respaldo dado por la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (Brigada 2506), emblemático grupo radical del exilio histórico cubano que considera a Sánchez una “luchadora por la democracia y los derechos humanos”.

 

Pese a que admite discrepancias, vale más el argumento de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

 

Queremos demostrar que como hombres y mujeres libres podemos, respetuosamente, tener nuestras diferencias, pero que estamos unidos por algo sublime: nuestra patria, Cuba”, indicó la asociación.

 

Brigada 2506 forma parte del exilio histórico, tradicionalmente partidario del enfrentamiento armado y las medidas de coerción contra el gobierno castrista.

 

Hemos luchado en una arena diferente a la de Yoani para establecer los principios democráticos en nuestra patria. Por ende, apoyamos toda manifestación como manera de expresión contra el régimen opresor y antidemocrático que gobierna a Cuba”, agregó la asociación de los veteranos que desembarcaron en las costas cubanas el 16 de abril de 1961 en un intento por derrocar al nuevo gobierno de Fidel Castro.

 

 

Yoani Sánchez en Miami:

Visita iglesia, símbolo del exilio cubano

28 de marzo de 2013

 

La bloguera Yoani Sánchez llegó esta tarde a Miami y su primera visita en la ciudad fue a un sitio simbólico de la comunidad cubana exiliada: la Ermita de la Caridad de Coconut Grove.

 

“Tenía que venir, antes de quitarme el polvo del camino hay que llegar aquí por muchas razones”, declaró Sánchez en un breve encuentro con la prensa. “Por muchas razones, porque mucha gente en Cuba me lo había pedido y estado bajo el manto de la Virgen... Ha sido impresionante”.

 

Agregó que esta escala es, desde el punto de vista emocional, la parte más importante de la gira internacional que realiza desde el pasado 17 de febrero.

 

“Es entrar a una parte de Cuba muy distorsionada por la propaganda oficial”, consideró. “Es acabar de componer el rompecabezas de la nacionalidad cubana a los dos lados del Estrecho de la Florida”.

 

La llegada de Sánchez a Miami se produjo sorpresivamente en la tarde del jueves y fue anunciada por ella misma poco después de las 5 p.m. a través de su cuenta de Twitter.

 

“Esta tarde llegué a #Miami. Estaré un par de días sumergida de lleno en mi familia y después comenzaré un programa público”, dijo Sánchez en su primer mensaje tras llegar al sur de la Florida. “Desde que llegué al aeropuerto de #Miami me he encontrado cubanos por todos lados. Qué emoción!!!”

 

En Miami viven su hermana Yunia, farmaceútica de profesión, y su cuñado, el etnólogo e historiador José Antonio García Molina, junto a la hija de ambos. La familia emigró a Miami en el 2011.

 

Mi hermana y yo, dos años y 90 millas de separación. El drama de tantas familias cubanas”, agregó.

 

Después de dos años de separación, al fin he podido reencontrarme con mi hermana y darle un abrazo”, escribió Sánchez. “Mi sobrina preciosa, mi hermana atenta, mi cuñado solícito. Qué suerte de #familia pero que suerte...”

 

Después de los primeros mensajes, Sánchez transmitió fotos desde la Ermita de la Caridad, en el suroeste de Miami. En una de las fotos se le ve acompañada por el Arzobispo de Miami, Monseñor Thomas Wenski, y el Rector de la Ermita, el padre Juan Rumín Domíguez.

 

En la Ermita se tomó también fotos sobre el recién construido Malecón de Miami y junto a la estatua del párroco independentista Félix Varela.

 

Sánchez llega a Miami después de un periplo que la ha llevado por instituciones culturales, foros internacionales y universidades en Europa, América Latina y Estados Unidos. En Nueva York y Washington su visita incluyó el Capitolio y el Departamento de Estado, las universidades de Columbia, NYU y CUNY, e instituciones periodísticas y de internet.

 

A partir del lunes tiene previsto un cargado programa de presentaciones y visitas en Miami. En horas de la tarde el Miami Dade College le entregará la Medalla Presidencial de la institución, donde conversará con un grupo de estudiantes. Por la noche disertará en la Universidad Internacional de la Florida.

 

El pasado febrero se inauguró un mural dedicado a Sánchez en la fachada del club Cuba Ocho, una concurrida instalación cultural de La Pequeña Habana. El mural fue realizado a partir de una caricatura realizada en el 2008 por el reconocido artista plástico Arístides Pumariega y está ubicado en la esquina de la Calle Ocho y la Avenida 15.

La “ciudadana Yoani” toma la ONU

María C. Werlau

29 de marzo de 2013

 

Llegó a través de la entrada de visitantes luego de pasar los controles de seguridad. Cuando empujó la puerta giratoria y entró al vestíbulo, parada ahí a solas, la saludé con una fingida formalidad: “Bienvenida a las Naciones Unidas”. La recepción estaba repleta de estudiantes del proyecto Model UN. A unos pasos se encontraba el comité extraoficial de bienvenida: Tuyet Nguyen, corresponsal de una agencia alemana de noticias, quien había venido para escoltarnos a nombre de la Asociación de Corresponsales de las Naciones Unidas (UNCA), junto a tres invitados. Dos medios de prensa filmaron su entrada; nadie se dio por enterado.

 

Venía con atraso pues había ido a una entrevista de último minuto a CNN, así que yo estaba ansiosa por apresurar los próximos pasos. Recibimos los pases en la garita de información: ella usó su pasaporte cubano y fue fotografiada como cualquier otro visitante. Caminamos a paso rápido escaleras abajo y a través del estacionamiento del sótano hasta el edificio de la biblioteca donde están las oficinas de la UNCA mientras dura la renovación del edificio principal. Mientras nos apresurábamos y cruzábamos varios controles de seguridad, le dije que el gobierno cubano había bloqueado nuestro plan y que tendríamos que improvisar. Acordamos que no importaba; ella estaba en la ONU e iba hablar de un modo u otro. Sólo unos minutos antes, había leído en mi teléfono que la perreta había sido al más alto nivel: el embajador de Cuba ante la ONU había tramitado una protesta oficial que pedía al secretario general de la ONU que cancelara el “grave ataque”.

 

Cuba tiene una gran influencia en la ONU, con una de las más numerosas y activas delegaciones. China, Rusia, Irán y otros de esa calaña son sus más fuertes aliados, y además ejerce una gran influencia sobre otros gobiernos, muchos de los cuales acogen para su beneficio misiones médicas cubanas o comparten simpatías “revolucionarias”, mientras que otros prefieren evitarse problemas. Los diplomáticos cubanos conocen a la perfección la burocracia y las reglas de la ONU. El cambio de la sala donde iba a tener lugar la conferencia era la menor de mis preocupaciones. En cualquier momento, temía, nos podían detener en un control de seguridad para escoltarnos fuera del recinto, o nos podían atacar los matones-diplomáticos del gobierno cubano. Estas cosas han pasado en la ONU en Nueva York y Ginebra.

 

La conferencia de prensa había sido planificada semanas atrás para que tuviera lugar en el auditorio de la biblioteca Dag Hammarskjold, un local grande y elegante con los equipos de audio necesarios. Pero, el día antes, el contacto de UNCA mencionó “ciertos problemas”. El auditorio no estaría disponible y no tendríamos el equipo para la interpretación simultánea. Me imaginé que había una gran presión. Por suerte, ya con varias batallas en la ONU a mis espaldas, había pedido que mantuvieran este evento fuera del calendario oficial de Yoani hasta que la invitación hubiera sido enviada. Sería más difícil desmantelar un evento anunciado a los miembros de la UNCA, con 200 corresponsales en todo el mundo.

 

El gobierno cubano se había quejado de que la UNCA estaba siendo “manipulada por intereses espurios”, pero la verdad es mucho menos siniestra. Represento a un pequeño grupo de Derechos Humanos, con los más escasos recursos; la mayor parte de nuestro trabajo es voluntario. Como estaba familiarizada con la UNCA, sabía que acoge conferencias de prensa con fuentes de interés noticioso y que tiene la libertad de decidir a quién invitar. Así que cuando les pregunté si estarían interesados en acoger a Yoani Sánchez, respondieron inmediatamente que sí, supuse que porque ella es una bloguera y periodista de fama mundial. Una vez que se acordaron los detalles, contacté a la persona que estaba a cargo del calendario de Yoani (un amigo común que había ofrecido voluntariamente sus servicios). Una vez que habíamos acordado la hora, envié a la UNCA su biografía. Luego, contraté a una intérprete. Todo había sido simple y transparente.

 

La conferencia de prensa sería en la “Plaza de UNCA”, que está dentro del área provisional asignada a los periodistas durante la renovación. Para mi desaliento, al llegar comprobaríamos que se trataba de un espacio abierto en medio de un pasillo rodeado de oficinas. Al lado de una impresora enorme, habían puesto una mesita con tres sillas pequeñas apiñadas detrás. A un costado, otra mesita tenía algunos refrigerios. Al centro no había más de diez sillas. Casi todos los presentes tuvieron que permanecer de pie en el pasillo y en las oficinas adyacentes. Nos miramos desconcertadas, así que les indique a Yoani y la intérprete que tomaran asiento, dejando la tercera silla para el anfitrión de UNCA. Aunque yo había sido designada como moderadora, me hice a un lado: no había espacio ni necesidad de otra persona. Luego de haberla visto en días anteriores en Nueva York y Washington, sabía que todo lo que necesitábamos era dejar que Yoani hablara.

 

Varios camarógrafos y corresponsales de agencias noticiosas de diversos países estaban presentes. El periodista italiano Stefano Vaccara me explicó que no hacía falta ninguna nota biográfica pues todos sabían quién era ella, así que procedió a hacer una muy amable presentación de la invitada. Yoani compartió sus impresiones sin valerse de notas, como es habitual; con voz fuerte a pesar de la falta de micrófono (desafortunadamente, no ocurrió lo mismo con la intérprete). Orlando Luis Pardo Lazo, el bloguero/fotógrafo cubano que viaja con ella, Mary Jo Porter, la ingeniera radicada en Seattle que creó un servicio de traductores voluntarios para apoyar a los blogueros cubanos y yo nos sentamos en el piso. No había espacio en ninguna otra parte.

 

Yoani comenzó diciendo que estaba orgullosa de que su primera vez en la ONU fuera con “mis colegas periodistas”. Aunque aclaró que venía como una ciudadana y bromeó acerca de estar adaptada a trabajar en espacios reducidos, brilló por todo lo alto. Pidió a las Naciones Unidas que apoyaran los derechos humanos en Cuba y declaró que ya era hora de que la institución “saliera de su letargo y reconociera al gobierno cubano como una dictadura”. Aseveró: “Cuba no es un gobierno ni un partido político ni mucho menos el feudo de un hombre”. Además, pidió apoyo de la ONU para exigir una investigación internacional sobre la sospechosa muerte del disidente cubano Oswaldo Payá. (Véase el minuto 3:30 de este video).

 

Durante el conversatorio, el corresponsal de la agencia cubana Prensa Latina hizo dos preguntas. No fue una sorpresa que ambas estuvieran en la lista de “40 preguntas a Yoani” con la que los simpatizantes del régimen cubano la han perseguido a dondequiera que va. Sonaba bastante tonto y debe haberlo sabido pues le temblaban las manos. Ella las respondió rápido y con aplomo. Cuando terminó, grabó una breve entrevista con The New York Times, y salió apresuradamente rumbo al aeropuerto con destino a la fase siguiente de su viaje. Salimos del edificio aliviados de no encontrar manifestantes castristas en la calle.

 

Es notable que una pequeña y modesta bloguera de 37 años haya tomado la sede de las Naciones Unidas en defensa de los derechos fundamentales valiéndose sólo de su determinación y de la fuerza de su palabra. La equilibrada y elocuente “personita”, como se llama a sí misma, hizo que una poderosa dictadura militar de más de cinco décadas saliera corriendo asustada a prevenir que hablara. La noticia corrió por el mundo rápidamente, pero no sólo lo concerniente a su mensaje sino también a la maliciosa voluntad de detenerlo. Esta anécdota capta lo agotado de un régimen cuyas tácticas se han vuelto fútiles ante la fuerza de una rebelión pacífica que no podrá ser detenida.

 

Sólo cinco horas después de la conferencia de prensa, una búsqueda en Google revelaba cuatro páginas de enlaces a cables de prensa en todo el mundo (contando únicamente los medios de prensa en español). Todos los cables destacaban las tácticas de matonismo del gobierno cubano. El régimen, de hecho, había generado el gancho noticioso, poniéndose a sí mismo en ridículo ¡y permitiendo a Yoani brillar más!

 

Mientras resumía el evento con Carmen Rodríguez, miembro de UNCA, por Radio Martí, ella recordó las palabras de José Martí: “una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército”. En la ONU, Yoani le dio un giro singular: “Si tuviéramos este encuentro al fondo de un elevador, tendríamos más libertad que en Cuba”. De principio a fin, su incursión por la ONU no pudo haber sido más perfecta ni más poética.

 

María Werlau es Directora Ejecutiva de Archivo Cuba, una organización sin fines de lucro radicada en Nueva Jersey.

Traducción: Alexis Romay.

 

Véase la intervención completa de Yoani en la ONU:

 

http://www.youtube.com/watch?v=nc7ETC0AlBQ

 

http://www.youtube.com/watch?v=yMjTh-4fmsw

 

http://www.youtube.com/watch?v=qV3kVu9mAA0

La izquierda McDonald's

José Prats Sariol

25 de marzo de 2013

 

Hablan de América Latina para dolerse de las bochornosas desigualdades económicas y del analfabetismo funcional, de la violencia e inseguridad ciudadana… El problema es cuando pasan a buscar soluciones.

 

La actual gira de Yoani Sánchez precipita este comentario. La valentía e inteligencia de esta intelectual cubana, su sencillez expositiva y el detallito de que regresa a proseguir su labor, ha revuelto los hígados de los enemistados con la realidad.

 

La izquierda McDonald's coincide con la desaparecida izquierda caviar, pero tiene sus peculiaridades. Se localiza en los Estados Unidos, en sus universidades, fundaciones y algunos medios informativos. Su actitud hacia Yoani —a lo que ella representa y simboliza— confunde, tergiversa.

 

Se trata de ciertos intelectuales cuya primera preocupación es su buena conciencia. Lo que entienden —bajo un egoísmo que a veces ni perciben— como “compromiso”. Un compromiso, claro está, de un solo lado: el suyo de ilusiones sin desengaños.

 

Ni el caviar soviético ni la hamburguesa yanqui tienen hoy la culpa. Pero lo cierto es que en 2013 los residuos boxísticos mucho conservan de Guerra Fría, de comunismo y demás hierbas malas de la modernidad. No es casual que tales rémoras abunden más entre intelectuales de la tercera edad.

 

En ellos el marxismo —a veces matizado— sigue funcionando, fanatizando. Así puede observarse en preguntas a Yoani, como “¿quién paga su viaje?”, “¿quiere que retorne el capitalismo a su patria?”, “¿por qué no habla del bloqueo yanqui y sus enormes daños?”.

 

Sin embargo, la izquierda Mcdonald no solo está poblada por los capaces de las preguntas anteriores (también formuladas por los diplomáticos de la dictadura y sus agentes). Quizás ese segmento sea el menos dañino, por su evidente desfase histórico, por la obsolescencia de su discurso.

 

Los peores son otros. Entre ellos algunos emigrados de América Latina que tras una mordida a su hamburguesa —ya disfrutan de ciudadanía estadounidense— despotrican contra la vida en Estados Unidos sin ni siquiera pensar por un momento en regresar a Uruguay, Argentina, México, Puerto Rico…

 

Son el grupo Madame Bovary, del wishful thinking o pensamiento desiderativo sin apoyo real. Ahora conversan sobre el socialismo del siglo XXI, reciclan la teología de la liberación, creen en el chavismo, celebran a Correa y las reformas emprendidas por Raúl Castro. Preguntan a Yoani cómo tender puentes, dialogar con los mismos que dinamitaron los puentes y solo oyen el eco de sus discursos, sus propias órdenes de mando.

 

Apuntan a una transición cubana con el mismo gobierno e ideología, que encontrará El paraíso en la otra esquina; aunque quizás no hayan leído la caracterizadora novela de Mario Vargas Llosa, que precisamente desmonta la ilusión populista dirigida desde una élite sectaria, por lo general corrupta o en vías de corromperse con las prebendas del Estado.

 

Hablan de América Latina para dolerse —con razón— de las bochornosas desigualdades económicas y del analfabetismo funcional, de la violencia e inseguridad ciudadana… El problema es cuando pasan a buscar soluciones. Ahí la orquesta va por un lado y los bailadores por otro.

 

Pero se confunden y confunden. Ilusionan. Invitan al Bar Esperanza. Por eso duermen en paz. El análisis que arman se detiene en la puerta: ¿abrir qué?, ¿con quiénes?, ¿cómo y hacia dónde?

 

Apenas creen —aunque la disfrutan— en la democracia que, con todos sus defectos, es sideralmente más perfectible que la Cuba dirigida por los Castro y su partido leninista. Prefieren subliminalmente a los gobiernos autoritarios. Y evadir la realidad: no aceptar que la pobreza en Cuba es mayor que en 1958; que sus derivados son tan terribles que no se puede buscar en sus culpables las difíciles, complejas soluciones.

 

Porque no se trata del nuevo montaje escénico —la “Transición”— sino de que los actores han perdido toda credibilidad, aunque sean más astutos con los disidentes que en la primavera de 2003, eliminen trabas migratorias y al aflojar la soga económica retornen a 1968, mucho antes de que Yoani naciera…

 

Esas realidades —solo algunas enunciadas aquí— son muy difíciles de valorar desde prejuicios “progresistas”, ilusionados con los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución”, nuevo truco que pospone los cambios sustanciales.

 

Nada, Yoani, que haces muy bien en sonreír ante las esperanzas y preguntas de la izquierda McDonald's. Hay poco que hacer cuando el enfermo no pone de su parte.

Entrevista a Yoani Sánchez

23 de marzo de 2013

Interview With Cuban Blogger Yoani Sánchez

Natalie Kitroeff

22 de marzo de 2013

Yoani Sánchez señala que Cuba puede sufrir varias crisis tras la muerte de Hugo Chávez

22 de marzo de 2013

Conferencia de prensa de Yoani Sánchez

en Naciones Unidas

Naciones Unidas cede

ante la presión de la tiranía castrista

21 de marzo de 2013

 

Una vez más, Naciones Unidas cedió ante la presión del régimen de La Habana y cambió de sede una rueda de prensa de la corresponsal de El País en Cuba, Yoani Sánchez.

 

La presentación de la bloguera cubana Yoani Sánchez en la sede de Naciones Unidas en Nueva York dio lugar el jueves a un incidente diplomático, ante la exigencia del régimen militar de que no utilizara la sala de conferencias de prensa oficial de la organización.

 

La bloguera, que está de gira internacional desde febrero, debió presentarse en una improvisada sala del piso que ocupa la Asociación de Corresponsales en Naciones Unidas (UNCA, según sus siglas en inglés), organizadora del encuentro, y no en el gran auditorio habitual.

 

Durante la conferencia de prensa, Sánchez, de 37 años, denunció el accionar del “largo brazo del castrismo” para “evitar que las voces críticas no gubernamentales accedan a espacios en organismos internacionales”, y señaló que “es hora yade que la ONUsalga de su letargo y reconozca que el gobierno cubano es una dictadura”.

 

Estoy orgullosa de que mi primera vez en este edificio tan significativo de Naciones Unidas sea con mis colegas corresponsales. Lo valoro mucho”, agregó la bloguera, que la víspera fue recibida en la Casa Blanca y en el Congreso estadounidense en Washington.

 

La decisión de que Sánchez no pudiera utilizar el auditorio principal para conferencias de prensa respondió a un pedido expreso del embajador del régimen militar ante la ONU, Rodolfo Reyes, al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a través de una carta oficial de protesta enviada el lunes.

La tiranía castrista intenta

bloquear conferencia de prensa

de Yoani Sánchez en Naciones Unidas

21 de marzo de 2013

 

Diplomáticos castristas en Naciones Unidas demandaron “en muy fuertes términos” que el organismo internacional impida este jueves que se impida una conferencia de prensa de Yoani Sánchez ante reporteros acreditados en Naciones Unidas.

Hala Gorani entrevista a Yoani Sánchez

en el programa de Amanpour en CNN

Yoani, una espina clavada

en el costado de los hermanos Castro

A thorn in the Castro brothers' side:

Blogger Yoani Sanchez

 

Yoani Sanchez has become one of the world's most popular dissident bloggers, taking on the Cuban leadership armed with a laptop and a cell phone.

 

Sanchez is a constant thorn in the Castro brothers' side – blogging her criticisms of the Cuban government to the entire world. Though on the communist island, very few people actually have access to her work.

 

“I'm shaking. Every day I'm very much afraid because of the things I do,” she told CNN’s Hala Gorani on Thursday during her first-ever trip to the United States. “But I think that we have arrived at a technological point, which has made it possible for me to transmit my voice and my message in ways which other Cuban artists aren’t able to do.”

 

She has gained her fame via the internet, but in Cuba she says that she lacks an internet connection – relying on the solidarity of others to get her message out.

 

“Even though it seems that I am very active on the Internet, I go online once a week or once every 10 days for a few minutes,” she said. “I write offline a lot. I put my text on flash drives and I go to a hotel to send them.”

 

Since gaining fame, Sanchez has not been allowed to travel outside Cuba. Her requests to leave the island nation were denied 20 times, until just recently.

 

Sanchez finally received her passport thanks to Raul Castro, whose immigration reform measures went into effect this year.

 

“I think that first of all the political cost of not letting me leave was too high,” Sanchez told Gorani.

 

Now she is hop scotching the globe – visiting Brazil, Prague, Mexico and is currently in the United States.

 

After her world tour, Sanchez intends to return to Cuba, but many have questioned if she’ll be allowed back in. Or why she would even want to go back.

Cuba: nuevos medios y crítica de la razón académica

Gerardo Muñoz

21 de marzo de 2013

 

Un evento universitario que juntó en Nueva York a Yoani Sánchez, Orlando Luis Pardo Lazo y varios estudiosos, despierta interrogantes acerca de cuánto tendría que cambiar el acercamiento académico hacia Cuba.

 

Si aceptamos la premisa de que Cuba es un “problema real” y que por lo tanto merece ser pensando, entonces podemos comenzar a discutir los múltiples efectos que pudiéramos derivar de la reciente conferencia “The Revolution Recodified“, organizada por Coco Fusco y Ted Henken en la New School of Social Research y la Universidad de New York.


A corto plazo es difícil asegurar el impacto de los lenguajes y discursos que fueron allí empleados, las muchas ideas que allí se lanzaron. Sin embargo, a largo plazo me parece que este tipo de discusión pudiera tener efectos positivos dentro y fuera de la academia norteamericana, tema que pasaré a comentar a partir de las intervenciones a las cuales asistí. Además de ofrecer un balance analítico de estas intervenciones, aprovecharé la coyuntura para elaborar una serie de hipótesis y preguntas que tal vez puedan elucidar una discusión más amplia sobre formas potenciales de pensar Cuba en relación con cierto discurso intelectual dentro de la academia norteamericana. Pero de esto me ocuparé en la última parte de esta reflexión.

 

Comenzaré apuntando los títulos de algunos de los paneles para dar la idea del alcance del programa: “The internet and social media in Cuba”, “Cuba in a global context: social media and political change”, “The development of autonomous cultural and public sphere in Cuba today”. Integrados por participantes tan disímiles, tanto en términos ideológicos como desde sus prácticas intelectuales, la audiencia de la conferencia que duró tres días tuvo la oportunidad de escuchar y debatir con los académicos Ariana Hernández Reguant y Ted Henken, la artista-académica Coco Fusco y el músico Pablo Menéndez, los críticos Ana María Dopico y John Kelly, los blogueros Orlando Luis Pardo Lazo y Yoani Sánchez.

 

Con tan solo citar los nombres de los académicos, creo que inmediatamente se hace visible la heterogeneidad que componía el conjunto de panelistas. Mientras que Yoani y Orlando Luis llevaban el compás de lo anecdótico y lo vivencial, Ted Henken, profesor en CUNY, Coco Fusco de New School, y Hernández Reguant de la Universidad de San Diego, intervenían desde las distintas zonas del discurso académico. Ted Henken ofreció una interesante cartografía de la blogósfera cubana y sus discursos políticos y Coco Fusco develó los lugares comunes de la “American Left” (sic) sobre Cuba, pero fue Hernández Reguant quien quizás, con mayor rigor, avanzó un pensamiento analítico sobre la relación entre sociedad civil y Estado, nuevos medios y capacidad de movilización social.

 

A contrapelo de las teorías contemporáneas de los nuevos medios, Hernández-Reguant dejó como línea de fuga para el debate con el público la pregunta sobre la naturaleza de lo “nuevo” en los nuevos medios en comparación con los “viejos medios” (lo analógico). Donde todos ven hoy ruptura, Hernández-Reguant propuso un modelo de continuidad entre los “nuevos medios” y cuestionó los modos en que pensamos los aparatos de visibilidad, legibilidad, y opacidad en sus usos políticos y sociales. En parte, mi pregunta durante este primer debate fue dirigida a Hernández-Reguant, ya que me parecía que en su intervención la discusión sobre el cruce entre temporalidad y explicitación de la representación se esquivaba esta importante transformación.

 

Aunque es cierto que los “nuevos medios”, al igual que los “viejos”, no garantizan cambios políticos concretos e inmediatos, estos si contribuyen a explicitar la presencia de lo ya sabido en el orden simbólico para quien sabe pero no quiere saber (ejemplo: contra un video de la represión de las turbas habaneras organizadas por el Estado y los Comité de Defensa de la Revolución, es ya imposible negar el hecho concreto que esas movilizaciones tienen muy poco de espontaneidad y mucho de subversión estatal). Como ha visto Antonio José Ponte en su libroVilla Marista en plata (Colibrí, Madrid, 2010) o Slavoj Zizek en relación con Wikileaks, lo importante de los nuevos medios no es su transformación en tiempo real, sino más bien la potencia de hacer visible un imaginario que hasta ese momento resistía el consenso concreto de todos los espectadores.

 

En otro panel, la figura del músico norteamericano Pablo Menéndez, residente en Cuba hasta hoy, fue más difícil de clasificar, salvo si se le piensa como una voz que, entre Yoani y Orlando, entre Fusco y Dopico, estaba allí para generar cierto “balance” en el estado de opinión sobre el pasado y el presente de Cuba.

 

Y tiene sentido que sea de este modo, ya que en la política académica cierta lógica compensatoria entendida como “balance de partes iguales” articula la normativa, e incluso una estética, del encuadre de todo diálogo. Esta lógica de supuesta inclusión de dos partes que encarnan un diferendo histórico —que se pudo ver tanto en la presentación de Henken sobre la cartografía de la blogósfera cubana, así como en la articulación entre medios y Estado de Hernández-Reguant, o incluso la afirmación de Pardo Lazo sobre la pluralidad de los “bloggers opositores”— es una precondición para todo debate académico. Cuba, en este sentido, no es una excepción, sino la norma.

 

¿Cuba a partes iguales?

 

Lo que fue excepcional en este intercambio puede leerse quizás en dos distintos niveles. Primero, en términos del desfasaje entre el higiénico relativismo dialógico de las partes iguales y el discurso intelectual (en un momento del cierre de la conferencia incluso, una moderadora pidió no aplaudir a Yoani para no polarizar o mostrar “demasiado” apoyo a la figura de Yoani). Es desde aquí donde uno podría generar una crítica a las contradicciones entre discurso académico y discurso sobre Cuba.

 

El discurso académico, entendido como discurso intelectual enunciado “desde” o “con” simpatías con la izquierda, es hoy crítico en términos generales de la razón dialógica, ya que esta se entiende dentro de una lógica habermasiana del consenso y abiertamente despolitizante de la esfera pública burguesa. Jamás las condiciones de diálogo en torno a la guerra de Irak, por ejemplo, se establecerían a partir de un “balance” racionalizado en partes iguales (aquellos que defendería la invasión y la otra parte que se opone). Como lo ha demostrado el pensador francés Jacques Ranciere en sus últimos libros —traducidos al inglés y muy bien recibidos dentro de la órbita liberal norteamericana, por cierto— la “inclusión” de la otra parte siempre supone la exclusión de la “no parte”. El discurso político en torno a Cuba, entonces, se presenta como una excepción a este paradigma que buscar suspender el habla de lo político. En cierto sentido, al decir esto, estamos abriendo, desde ya, la pregunta sobre qué o quién vendría a ser la no-parte de esta discusión en torno a Cuba.

 

La distribución de un intercambio en partes iguales termina, en última instancia, borrando el núcleo de lo político que habita en el centro del debate sobre el pasado de la Revolución Cubana de 1959, así como de los futuros de la isla caribeña. No vendría al caso señalar esta contradicción interna si el lugar de discusión no fuese la academia que, como hizo notar Ted Henken al definir ideológicamente su posición, nos remite al campo ideológico académico: “Yo me considero de izquierda, incluso más a la izquierda que muchos cubanos que tienen otra opinión sobre Obama…”.

 

El trueque ideológico aparece como momento de contradicción interna entre esa posición ideológica asumida de un sujeto en su totalidad concreta (la academia) y su posición “relativista” frente al conflicto sobre Cuba. En Cuba, la izquierda prefiere una universalidad elusiva (“el pueblo cubano”, “la diáspora”), en lugar de un compromiso por una de las partes como modo de interpelación política. ¿Habita Cuba fuera del discurso de la teoría crítica contemporánea? O preguntado de otra forma: ¿por qué esa incapacidad de teorizar el problema político cubano?

 

Esta matriz académica da lugar a un segundo plano que pudiéramos decir que se encuentra vinculado a la articulación de un discurso compensatorio signado por una racionalidad que termina relativizando y borrando diferencias entre dictadura y represión, víctimas y victimarios, historia y subjetividad. En pro de un humanismo en abstracto que asume una supuesta condición de distribución identitaria de representaciones sociales, esta operación termina por excluir la visibilidad concreta de los reprimidos y de las víctimas que desde el mismo año 1959 hasta el último encarcelado por crimen común o por disidencia política o difamación “contrarrevolucionario” se oponen abiertamente a la dominación del Estado.

 

Por eso quizás uno de los momentos memorables del primer panel aconteció cuando el poeta y escritor cubano Alexis Romay intervino desde la audiencia para recordar que no vendría nada mal tener claro que la discusión sobre Cuba no es una mera especulación en el plano hipotético de la historia o de la política en abstracto, sino que de lo que hablamos se trata concretamente de vidas humanas. Una discusión que tiene como núcleo de elaboración el tejido afectivo y real una subjetividad que continuamente es reprimida y silenciada. El discurso académico pareciera, en este sentido, lo opuesto de la observación de Romay: la búsqueda de una “distancia” en el conflicto borra la dimensión del “sujeto”, como ya veía el propio filósofo León Rozitchner en las discusiones ortodoxas del determinismo histórico del marxismo clásico.

 

No digo con esto que el habla del sujeto —el “aliento de su materialidad” diría León— estuviese ausente en las discusiones de esta conferencia, al contrario. Una de las efectos retóricos mas interesantes de las presentaciones de Orlando Luis Pardo Lazo, Yoani Sánchez, y Pablo Menéndez, fue la manera en que cada uno tejió su discurso con las filigranas de la experiencia vivida y sentida desde las políticas del cuidado del yo. Al respecto Pardo Lazo dijo algo notable: “we have selected to live a human life, and if that costs us our life, that's ok”. Una expresión no solo cargada de valentía como enunciación del “coraje de encarar la verdad”, sino una manifestación que lleva hasta las últimas consecuencias la relación entre voz y cuerpo frente a la dominación y la subordinación de un poder que se ejercita de manera sistemática contra cualquier pulsión crítica desde la sociedad civil cubana.

 

Sujeto común y 'solidaridad'

 

En otro momento, tanto Orlando como Yoani, subrayaron que ellos hablaban desde su posición de sujetos comunes y corrientes, apenas “ciudadanos” en una precaria “sociedad civil cubana”. No estaban allí para figurar como “representantes” de un “otro” ni de un “Pueblo” [1]. Una de las novedades de este discurso del sujeto político cubano, a diferencia de la oposición histórica dentro y fuera de la Isla (si se piensa en el Escambray o en los grupos paramilitares anticastristas movilizados en los Estados Unidos), radica, no en el pasaje de la vía armada a la vía pacifica, sino en la propuesta más interesante aún de carecer de una política de afiliación o de mera representación libidinal por un “pueblo cubano” que no es más que una categoría en abstracto sin verificación concreta. Como demuestran la escritura de Orlando Luis o Yoani, y como se comprobaron en las ponencias de “The Revolution Recodified”, esta oposición política tiene como centro de articulación el sujeto como núcleo de la experiencia compartida, personal y a su vez colectivo, entre sus voces (interesantemente título de la revista que dirige en La Habana Pardo Lazo) y la sociedad cubana en su totalidad.

 

Es por esto que no sorprende que desde la audiencia viejas voces saltaron, aún apegadas a operaciones intelectuales de “solidaridad” o “afiliación política” (que en realidad no son más que inversiones libidinales como parte de una fantasía construida a partir de una estructura del deseo [2], y en tono inflado e inquisitorio le rindieron cuenta a Pardo Lazo sobre una supuesta “subalternidad” cubana que él, desde la posición de letrado, no encarna. Letrado sí, no hay dudas, pero lo que pierde de vista esta crítica es justamente la dimensión de un sujeto que habla más allá de la representación, sin la necesidad de una filiación solidaria que, como se ha mostrado en estas últimas décadas en Cuba o América Latina, han resultado nociva en la mayoría de los procesos revolucionarios o populares latinoamericanos.

 

Las operaciones estériles de filiación, de hablar en nombre del otro lejano e indefenso, deben entenderse como el reverso de la fidelidad al evento revolucionario e incluso de la utopía. En la medida que esto es cierto, podríamos decir que el discurso de Pardo Lazo llega a ser radicalmente más revolucionario que todas las variaciones de una solidaridad articulada desde los púlpitos de una cátedra del Norte. Todo deseo de filiación post-política llega incluso a repetir la “ficción del Estado”, como la entiende el escritor argentino Ricardo Piglia, en lugar de sentir al menos simpatía con las escrituras débiles y marginales, escritas desde un ordenador para un blog o una revista autogestionada.

 

Y aquí encontramos otra vuelta de tuerca muy lúcida por parte de Pardo Lazo, ya que, como comentó el escritor en un momento de su ponencia, esta pulsión que repite la suntuosidad de la ficción del Estado, puede ocurrir tanto en la academia como en el discurso de aquellos que ciegamente buscan solidarizarse con cierto activismo maniqueo. Para ilustrar este argumento, Pardo Lazo comentó cómo un periodista de Miami, supuestamente “simpatizante con la causa cubana”, le formuló una pregunta de la misma manera que lo habrían hecho miembros de la Seguridad del Estado. En otras palabras, en la discusión política sobre Cuba, los deseos de filiación desde ambas partes, por momento se cruzan y se encuentran.

 

Cuba desde la academia norteamericana

 

Al llegar a este punto, tal vez deberíamos volver a la pregunta que inicialmente habíamos elaborado: ¿es posible formular otro tipo de relación crítica y política desde la academia norteamericana hacia el pasado y presente de Cuba? Si acaso es una empresa posible, ¿bajo qué condiciones pudiéramos articular una propuesta, y en qué consistiría su operación crítica? En el orden de lo pragmático: ¿De qué manera pudiéramos pensar la construcción de dicha crítica a la luz de las escrituras de Orlando Luis Pardo Lazo, Yoani Sánchez, o Claudia Cadelo que, como bien argumentó la profesora Ana María Dopico en su intervención, pudieran situarse en la larga tradición de la crónica latinoamericana?

 

En cierta medida estas son preguntas tramposas para hacer en este espacio. En parte, porque responderlas no solo llevaría mucho tiempo, sino también porque necesitaríamos la amplificación de voces y debates, propuestas y proyectos intelectuales, la transformación política y social de la Isla como tal. De igual modo, creo que una conferencia como esta se justifica con haber logrado, en cierta medida, potenciar la posibilidad de hacer las preguntas mismas.

 

Como académico que escribe y piensa desde un aparato institucional, pero que también interviene con cierta frecuencia en el espacio público, tengo para mí que la tarea más inmediata desde mi posición es llevar a cabo una crítica de la razón académica en cuanto a Cuba, elaborada en el interior de los marcos discursivos y epistemológicos de las distintas disciplinas académicas.

 

Esta operación tendría varias ramificaciones, pero primero tendríamos que formular una descripción preliminar de sus cualidades. En primer lugar, una crítica de la racionalidad académica en torno a Cuba comenzaría por preguntarse sobre la historia misma del campo del saber latinoamericano —entendido como suma de discursos sobre América Latina producidos en todo saber académico [3]— y desde allí estudiar los momentos de inflexión de los saberes operacionales a partir del devenir de la Revolución Cubana de 1959.

 

Segundo, se tendría que estudiar el porqué de la ausencia de una total autocrítica por parte de académicos y profesores escribiendo desde la academia norteamericana sobre Cuba. Podríamos adelantarnos a una crítica a esta pregunta [4]. En particular, aquella que vendría a enfatizar que Cuba carece de centralidad en la formación del espacio epistemológico del latinoamericanismo escrito desde Estados Unidos. Sin embargo, contra esta aserción, pudiéramos argumentar que la propia formación del saber académico sobre América Latina converge en su origen, como enseñan en muchos sentidos Jean Franco en Decline and Fall of the Lettered City (2002) o algunos ensayos de John Beverley, tras el triunfo de la Revolución Cubana, el auge cultural de Casa de las Américas, o la Campaña de Alfabetización. Desencantados con la transformación política de la Isla hacia el modelo soviético a partir del Congreso Nacional de Educación y Cultura de 1971 y la censura de Heberto Padilla en el mismo año, muchos académicos dieron vuelta a la página a la Revolución Cubana sin realmente asumir responsabilidad por aquel nuevo orden que ellos mismos habían celebrado e inscrito en el centro en sus respectivos proyectos intelectuales.

 

Pero no es mi propósito en este espacio escribir una historia del imaginario de la Revolución Cubana en las prácticas de la crítica latinoamericana. Solo quiero decir que articular una crítica a la razón académica tendría que volver sobre ese momento en que el desencanto aparece como suspensión y silenciamiento tras el fracaso de un proyecto político, y que luego aparece sublimado, en el sentido freudiano, en la transferencia hacia otros momentos de solidaridad tercermundista, ya sea la Revolución Sandinista o la lucha armada en Centroamérica, el chavismo en Venezuela o las nuevas gobernabilidades nucleadas en proyectos geopolíticas de Mercosur y ALBA.

 

La Revolución Cubana para esta instrumentación académica no solo es el punto de origen de un discurso de filiación política, sino también el punto ciego o espacio donde el discurso se evapora. Metodológicamente, el pasaje intelectual tendría que encarar una metacrítica de la actividad interna del saber académico de la misma forma que a lo largo de estos años se formularon, desde distintos métodos y aproximaciones, la crítica a los nacionalismos latinoamericanos, así como al orden operacional y hegemónico de las oligarquías regionales en los debates que atravesaron la discusión sobre el desarrollismo y la teoría de la dependencia en las últimas décadas del pasado siglo.

 

La elaboración de estas hipótesis a partir del boom de los blogs independientes dentro y fuera de Cuba no solo dan cuenta de una nueva potencialidad de una esfera pública cubana, sino que también pudiera funcionar como punto de partida para repensar y deconstruir la razón académica en cuanto al pasado y el futuro de Cuba. Los “nuevos medios” en realidad, podrían tener en sí mismos implicaciones conceptuales e intelectuales, además de prácticas concretas en la transformación real y política del interior de la isla.

 

Como espacios de reflexión, escritura, y discusión, los nuevos medios alcanzan un punto que, a diferencia de las expectativas del pasado siglo, ya no anhelan descubrir la utopía, sino más bien acceder al espacio de lo común más allá de los maniqueísmos y las políticas infamantes que se generan principalmente en los discursos oficiales del Estado cubano. Más importante aún, en conjunto con las voces heterogéneas y plurales que emanan de la blogósfera cubana, una nueva crítica académica en torno a Cuba —que ha venido perfilándose en la obra de importantes académicos como los ensayistas Duanel Díaz Infante y Rafael Rojas, críticos literarios como Rachel Price y Walfrido Dorta, los historiadores Lillian Guerra y Alejandro de la Fuente— pudiera ofrecer tan solo una puerta de entrada a una discusión sobre el lugar de la memoria, entendida como repetición y duelo, de las últimas cinco décadas de la dictadura cubana.

 

Así, un nuevo pensamiento sobre Cuba en Estados Unidos daría visibilidad a los diferentes actores sociales y populares marginados de las historiografías oficinales, cuestionando las estructuras y dispositivos del saber académico. Una metacrítica del campo del saber académico comenzaría por dar cuenta las diversas formas en que, desde este lado de la producción del discurso, se silenciaron las voces populares con el propósito de una fidelidad forzada al Estado cubano entendido bajo la abstracción de la Revolución. Esto tendría irremediablemente como corolario el pasaje del discurso crítico de la cultura hacia la articulación política, carente de toda filiación libidinal y con la finalidad de producir nuevos esquemas de hacer legible la verdad.

 

En el segundo día de la conferencia pude charlar extensamente con Vicente Echerri, ese lúcido escritor cubano que también estuvo entre el público. En algún momento Echerri me recordó una frase del escritor Jesús Díaz que quisiera recordar para terminar esta reflexión: “Hicimos una Revolución que no necesitábamos”. Frase que abre polémica y que se sitúa en esa rara posición cubana sobre el perdón y la memoria. Jesús Díaz, sin duda fue una excepción notable, pero por esta misma razón fue una figura, intelectual y académica, a la cual deberíamos no solo releer, sino también aprender de sus libros, de sus gestos públicos, para de esta forma generar otros “pensamientos críticos” y otros “encuentros” que den lugar a una amplia y fecunda discusión para comenzar a pensar esa Cuba que divisamos en el nuevo siglo.


[1] Para una crítica contemporánea de la categoría política del “Pueblo”, ver Medios sin fin: notas sobre política (Pre-textos, Valencia, 1996) de Giorgio Agamben.

[2] Aunque no es propiamente parte de su argumento, un buen punto de partida para discutir este derroche libidinal académico y su relación con la fantasía lo podemos encontrar en el excelente ensayo Fantasía roja (Debate, Barcelona, 2007) de Iván de la Nuez. Habría que pensar las sugerencias de ese libro sobre intelectuales y las intervenciones sobre Cuba desde la academia norteamericana.

[3] Ver la introducción del libro The exhaustion of difference: politics of Latin American Cultural Studies (Duke University Press, 2001) de Alberto Moreiras.

[4] En una excepción notable es el caso del ensayista puertorriqueño Arcadio Díaz Quiñones con su ensayo “Cuba 1994: salida...y voz?” publicado en El arte de bregar: ensayos (Ediciones Callejón, San Juan, 2003), donde el intelectual puertorriqueño hilvana una lúcida crítica de los noventa a partir de las teorías sociales y políticas de Albert O. Hirschmann. Del mismo año, podríamos también incluir el libro Cuba on My Mind: Journeys to a Severed Nation (Verso, 2003) del cubano Román de la Campa.

Entrevista a Yoani Sánchez en la VOA

La misión de Yoani

Vicente Echerri

20 de marzo de 2013

 

La gira internacional de la bloguera cubana Yoani Sánchez podría compararse a esos fenómenos meteorológicos que según se desplazan aumentan en fuerza e intensidad. Su llegada a Nueva York la semana pasada, donde participó en varios foros académicos, así como su visita este martes en el Congreso de Estados Unidos, lejos de debilitar su testimonio o fatigar su exposición, han servido para añadirle peso y pertinencia. Es de esperar que los sitios que aún le faltan por visitar antes de regresar a La Habana contribuyan a amplificar y a perfilar aún más su mensaje, a convertirlo en un instrumento más eficaz y contundente en la lucha por los derechos de todos los cubanos y por la restauración de la sociedad civil en nuestro país de origen. Aunque ella está consciente de su papel y de sus tareas, el movimiento que ha puesto en marcha y la resonancia que ha empezado a tener y que tendrá –potenciado ahora mismo por su presencia en tan diversos escenarios– es posible que exceda sus propias expectativas y, desde luego, las de muchos de nosotros.

 

Sánchez no se define como una figura política, ni es fundadora de ningún partido ni encabeza ningún movimiento revolucionario. Es esencialmente una comunicadora, alguien que agobiada, como tantos cubanos, por la falta de libertad de expresión, decidió que, a riesgo de buscarse la enemistad de los que mandan, valía la pena informarle al mundo lo que pasaba a diario en esa atmósfera de asfixia que es Cuba. El resultado fue el blog "Generación Y" que, en poco tiempo, se convirtió en una prestigiosa plataforma y en un referente para estudiosos y analistas de lo cubano. Esa labor periodística, que era el resultado de un llamado personal ante una urgente necesidad social, le ha ganado a Yoani varios reconocimientos internacionales y, al mismo tiempo, el furioso encono del régimen al que denuncia. El resultado ha sido un acendramiento y una radicalización de su mensaje.

 

Muchas cosas sorprenden en esta mujer menuda y afable. Una de ellas es la precisión casi clínica de su lenguaje, en el que se aprecian, con alivio, la ausencia de los verbosos circunloquios sobrados de frases pomposas y huecas que tanto han abundado en el discurso sobre Cuba y su nefasta revolución. Yoani se expresa con claridad, con sencillez y con parquedad; pero, al mismo tiempo, con profunda convicción y exactitud.

 

Escuchándola el pasado viernes en su coloquio introductorio en la Universidad de Nueva York –que dio inicio a tres jornadas sobre el tema de la comunicación en Cuba– sorprendían su serenidad y precisión. Ni una sola vez perdió la ecuanimidad ante las preguntas tendenciosas o francamente hostiles de algunos asistentes, pero ni una sola vez dejó de hacer trizas esos argumentos, verdaderos truísmos de una izquierda intelectualmente harapienta.

 

No es concebible, sin embargo, que Yoani Sánchez –no obstante su empeño de atenerse a su papel de informadora y comentarista de la realidad cubana– pueda evadir el destino político que se deriva de su propio quehacer y hacia el cual se le ve gravitar. Su anunciado proyecto de fundar, a su regreso a Cuba, una publicación que desafíe el monopolio estatal de la información es, de suyo, encomiable, pero de seguro que servirá para empujarla a asumir –casi sin advertirlo y pese a su manifiesta renuencia– el papel que ella querría evadir.

 

En una sociedad tan politizada, gracias a la aplicación de los métodos totalitarios por más de medio siglo, sería ingenuo pensar que sus críticos más notorios podrían dejar de ser personalidades políticas. En su función de intérprete de la realidad del pueblo de Cuba, de portavoz de sus elementales carencias, de reclamante de sus libertades fundamentales, Sánchez ha rebasado necesariamente el terreno del mero informador o denunciante para convertirse en gestora del tipo de sociedad que aspira para su país. Como ha probado sobradamente en esta gira y más allá de su talento periodístico, está llamada a cumplir una misión política a favor de su pueblo. ¡Ojalá siempre sepa y pueda estar a la altura de ese cometido!

Yoani Sánchez visita la Casa Blanca

Eva Saiz

20 de marzo de 2013

La bloguera dice a los políticos de EE UU que el verdadero cambio en la isla no procede del régimen sino del pueblo cubano

 

Yoani Sánchez aseguró que llegaba Estados Unidos no como una política o una periodista, sino como una ciudadana más. Pero en su estancia en Washington a la bloguera cubana se le ha dado trato de estrella. Tras entrevistare el martes con un grupo de congresistas, este miércoles ha sido recibida en la Casa Blanca por Ricardo Zúñiga, el asesor del presidente para asuntos de América Latina. Antes se ha reunido con los senadores de origen cubano, Marco Rubio y Bob Menéndez, y ha recogido en el Departamento de Estado el premio a las Mujeres con Coraje que no pudo recibir cuando se le otorgó en 2011

 

“EE UU espera el día en que los cubanos puedan poder expresarse libremente sin miedo y seguirá apoyando las políticas que favorezcan la libertad de información en y hacia la isla”, dice el comunicado de la Casa Blanca.

 

En su encuentro con los políticos estadounidenses, Sánchez ha defendido la importancia de las redes sociales y el acceso a la tecnología como principal herramienta para apuntalar la transición política en la isla y les ha alertado de que el verdadero cambio en Cuba no viene de las reformas emprendidas por el Gobierno de Raúl Castro, sino que procede del propio pueblo cubano.

 

“En Cuba, una persona que logra tener acceso a un ordenador gana una gran autonomía respecto del Gobierno cubano”, ha indicado Sánchez. Esta ha sido la primera vez que la bloguera y activista cubana visitaba el Capitolio y se reunía con políticos estadounidenses. Lejos de arredrase, Sánchez ha aprovechado la oportunidad para hacerles llegar su visión sobre la realidad de la isla y sobre el efecto que las redes sociales están teniendo para poder servir de altavoz en el mundo de las injusticias y la falta de libertades en el país caribeño. “El régimen ha tratado de imponer un muro de censura, pero cada tuit en el que los cubanos contamos lo que nos ocurre abre una brecha en esa barrera”, ha asegurado.

 

Sánchez ha restado importancia a las reformas emprendidas por el Gobierno de la isla y ha pedido a los congresistas que no se crean el discurso del régimen. “Cuando hablo de los cambios en Cuba no me refiero a las supuestas reformas económicas que vienen desde arriba, el verdadero cambio es el que se está dando en el pueblo, en los ciudadanos”, ha dicho la periodista. “Es importante que no caigan en la tentación que creer que las medidas del presidente Castro son un símbolo de que Cuba está cambiando, porque si se convencen de eso y la comunidad internacional mira para otro lado, las cosas pueden ponerse peor para nosotros”, ha advertido.

 

El hecho de que se congregaran miembros del Partido Republicano -Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart- y del Demócrata -su presidenta, Debbie Wasserman Schultz, Nelson, Joe García, Albio Sires, Kathy Castor y Jim McGovern- demuestra que el asunto de Cuba y el tipo de respuesta que deba dar EE UU a los cambios que se están produciendo allí no deja indiferentes a ninguna de las dos formaciones.

 

La reunión con los congresistas y el senador de EE UU no sólo ha constituido un momento histórico para la activista cubana. Los políticos, conscientes de la importancia de Sánchez dentro de la disidencia y de su influencia en el exterior, gracias a su blog y las redes sociales, han aprovechado la ocasión para formularle preguntas directas sobre la eficacia del embargo y el mejor modo para que el país pueda ayudar a la sociedad cubana a acelerar la transición política en la isla.

 

Con un discurso un tanto manido de tantas veces repetido -en las entradas de su blog y en las respuestas a las que ha ido contestando desde que emprendió su viaje internacional-, pero igualmente vehemente, Sánchez ha defendido la necesidad de acabar con el embargo pero sin profundizar demasiado en las razones que hacen conveniente que se levante. “El Gobierno de Castro ha justificado en el embargo desde la ausencia de comida en los platos hasta la falta de libertad en las calles, creo que su propaganda política funcionaría peor si éste no existiera”.

 

Sánchez ha insistido en que el mejor modo que tiene EE UU para ayudar al pueblo cubano -ese que, sostiene, es el que realmente está impulsando el cambio en la isla- es mediante el envío directo de tecnología a los ciudadanos. “Nadie debe decirnos lo que debemos hacer, los cubanos ya lo sabemos, pero para eso necesitamos poder tener acceso a la información”, ha asegurado. “Yo no he venido aquí a pedir, sino a contar una realidad para que luego ustedes decidan lo que les parezca más conveniente”, ha explicado la bloguera, que sí ha recalcado que lo que más necesitan ahora los cubanos es tener acceso a material tecnológico.

 

La activista es consciente de que sus palabras en el Congreso de EE UU le van a pasar factura cuando regrese a Cuba. Está convencida de que el Gobierno castrista incrementará su vigilancia y que fomentará las muestras de odio hacia ella por parte de sus compatriotas. Pero está segura, también, de que la visibilidad y la notoriedad que ha logrado en Washington actuarán, aunque sólo sea por un tiempo, como escudo protector.

 

La bloguera ha insistido de nuevo en la importancia de las nuevas tecnologías para acelerar la transición y los cambios en Cuba en un encuentro para hablar sobre el futuro de la libertad en isla que ha tenido lugar en el Instituto Cato, un centro de estudios e investigación ultraconservador. “No soy ilusa. Sé que un tuit no puede traer la democracia, pero en un régimen creado desde una política de trincheras, la información actúa como un ácido corrosivo”. ¿Qué es pues lo que se necesita para que Cuba viva en libertad? “Que la mayoría de los cubanos pierda el miedo”, ha reconocido Sánchez.

Yoani Sánchez fue recibida hoy en la Casa Blanca

20 de marzo de 2013

 

La bloguera cubana Yoani Sánchez fue recibida hoy en la Casa Blanca, además de recibir el Premio Internacional a Mujeres de Valor del Departamento de Estado, que le había sido otorgado en ausencia.

 

Sánchez, quien se ha reunido con miembros del Congreso, exiliados cubanos y académicos, fue recibida por el asesor presidencial y director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad, Ricardo Zúñiga.

 

“Estados Unidos aguarda el día cuando todos los cubanos tengan la oportunidad de expresarse en público sin miedo, y continuaremos apoyando las políticas que promueven el libre flujo de información hacia, desde y dentro de Cuba”, dijo la portavoz Caitlin Hayden.

 

Sánchez se reunió con los senadores Marco Rubio, republicano de Florida, y Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, ambos de origen cubano.

 

La conversación con los senadores “fue muy positiva, hemos hablado con una familiaridad, con una profundidad, con un humor típico de los cubanos”, puntualizó.

 

Como anécdota, Sánchez dijo haber invitado a los senadores a tomar algún día un café en el piso 14 de su edificio de modelo yugoslavo. “Espero que un día podamos estar por allá”, recalcó.

 

Sánchez regresará mañana a la ciudad de Nueva York para participar en un foro en el City College del Departamento de Lenguas Extranjeras y Literatura.

Yoani Sánchez

defendió ante los legisladores norteamericanos

la necesidad de reforzar los lazos pueblo a pueblo

La calidad humana de Yoani Sánchez

Fabiola Santiago

19 de marzo de 2013

 

NUEVA YORK -- Yo solo conocía a Yoani Sánchez a través de sus palabras escritas.

 

Durante seis años he seguido sus osados reportajes desde Cuba, maravillada desde la resguardada distancia de mi casa en Miami por sus innovadoras proezas en Internet.

 

He escrito sobre ella — en una ocasión aguantando la respiración mientras ella estaba en la cárcel con la esperanza de que mis propias palabras hicieran eco y ayudaran a liberarla — y ahora, aquí está ella, sentada frente a mí en una velada tarde en la noche en el apartamento de una amiga en Manhattan.

 

Servido en la mesa entre nosotras hay un buffet de sándwiches, antipasto y salsas.

 

La conversación acerca de familia y el país en compañía de un pequeño grupo de cubanoamericanos y de miembros de la facultad de la Universidad de Columbia fluye como el vino con el que brindamos por ella —el mío un albariño español, el de ella un tinto de reserva chileno.

 

Fue un momento surrealista, preciado, tan único como esta bloguera/activista/periodista independiente/disidente que se las ha arreglado para encauzar —podría decirse que imponer— la atención mundial hacia la falta de libertades básicas en Cuba. Si su popular blog Generación Y, sus frecuentes y fértiles tuits y sus columnas traducidas son poderosas, ella es igualmente impresionante en persona, respondiendo preguntas de periodistas, estudiantes y de la continua vertiente de personajes procastristas que aparecen nadie sabe de dónde para interrumpir y sabotear sus discursos.

 

“Lo cierto es que estoy aquí y voy a regresar [a Cuba]”, dijo el viernes en la Universidad de Nueva York (NYU). “¿Que si tengo miedo? Sí, tengo mucho miedo”. Ella dice que está consciente de que está arriesgando su vida y espera represalias cuando regrese a Cuba, pero agregó que espera que la comunidad internacional la proteja.

 

Sánchez está aquí para participar durante todo el fin de semana en la conferencia académica “La revolución recodificada: La cultura digital y la esfera pública en Cuba,” patrocinada por NYU y The New School, una universidad en Greenwich Village orientada hacia el arte.

 

El evento, según me dijo uno de los panelistas, comenzó como una conversación entre dos académicos e iba a ser una modesta mesa redonda hasta que el perfil de Sánchez —más visible durante sus giras por Brasil, Praga, España y México que precedieron la de Estados Unidos— elevó la demanda y necesidad de un alto grado de seguridad.

 

Su gira por tres ciudades en Estados Unidos la traerá a Miami, donde tiene una hermana y una sobrina, para hablar en la Torre de la Libertad y la Universidad de la Florida el 1ro. de abril.

 

“Estoy aquí para escuchar y aprender”, me dijo acerca de su visita a la capital de Cuba en el exilio.

 

En NYU, todos los presentes, incluyendo a periodistas, tuvieron que pasar por detectores de metales para entrar en el salón donde ella dio una conferencia de prensa, y adondequiera que Sánchez va lleva a su lado un constante escolta, incluyendo sus visitas a Bloomberg y a las oficinas principales de Google.

 

También en la Universidad de Columbia, que alberga una de las principales y más prestigiosas escuelas de periodismo del país y donde se presentó por primera vez en Estados Unidos, hubo una estricta seguridad.

 

No obstante, activistas procastristas se sentaron entre la multitud de estudiantes y profesores que colmaban el Lecture Hall y la interrumpieron con el despliegue de una pancarta en blanco y negro que decía: “Tú no eres una prensa libre, sino barata”.

 

Sánchez, que está viajando después de habérsele negado el permiso de salir de Cuba 20 veces en cinco años, reaccionó ante los enardecidos con un aplomo pacífico, optando por caminar cerca de sus detractores sin alejarse de ellos cuando fue conducida hacia la salida del salón para participar en entrevistas con reporteros.

 

Le dijo a los periodistas que no le dieran mucho crédito al gobierno cubano por las reformas que le permitieron viajar porque fueron el resultado de presiones procedentes del pueblo cubano y del mundo exterior y no de la convicción de que existía la necesidad de realizar cambios fundamentales y de “respetar” los derechos de los ciudadanos.

 

Dijo también que los exiliados cubanos podían ayudar a cubanos en la isla mediante “el regalo de la tecnología”. Llenen a Cuba de teléfonos celulares, discos duros, varillas de memoria, cualquier cosa que ayude a la gente a conectar con Internet y el mundo exterior, dijo.

 

“La tecnología nos protege”, añadió.

 

Fue fácil ver que tenía más amigos que enemigos en esta ciudad llamada la capital del mundo. Al presentarla, Josh Friedman, director de los Premios Maria Moors Cabot con base en Columbia, la describió como “una persona muy auténtica, muy sencilla y humana”.

 

A Sánchez se le otorgó una mención de honor del Premio Cabot en 2009 por sus crónicas de blog, pero el gobierno cubano le negó el permiso para venir aquí a recibirlo. Ha pospuesto el acto de aceptarlo hasta octubre, cuando la universidad quiere que regrese a recoger su premio en la gala del 75to aniversario del Premio Cabot.

 

“Desde el podio aquí en la Universidad de Columbia quiero decir que Yoani Sánchez es una periodista”, dijo Friedman. “Sí, también es conflictiva, pero se supone que uno sea conflictivo”.

 

A pesar de lo que dicen sus críticos, su tarea —que Friedman llamó “palabras bajo presión”— está “desprovista de ideología”. El secreto de sus reportajes, agregó, es que “es una magnífica observadora”.

 

Después de viajar aquí desde México, hablar en Columbia y dar varias entrevistas Sánchez estaba exhausta pero aceptó la invitación a cenar tarde en la noche en casa de la profesora de periodismo en Columbia Mirta Ojito, ex periodista del New York Times y del Miami Herald, una cubana-americana que, al igual que yo, ha seguido de cerca las actividades de Sánchez.

 

Sánchez sólo mostró cansancio cuando, sin perder el ritmo de la conversación en la mesa, tomó su famoso cabello largo, lo enroscó en perfectas trenzas y, en un instante, sin utilizar un solo accesorio, lo convirtió en un artístico peinado.

 

Ojito y yo nos miramos y nos reímos a gusto al reconocer la habilidad de los cubanos de resolver y de la calidad humana de esta extraordinaria mujer —esposa de un periodista que trabaja manteniendo el elevador en el edificio de apartamentos donde viven en La Habana, madre de un joven de 18 años con los normales temas de adolescencia (“tira puertas”, dijo ella), una escritora que se ha convertido en una espina clavada en el costado del gobierno cubano y de sus seguidores en todo el mundo.

 

Bienvenida a Estados Unidos, expresó nuestra mirada cómplice, hemos esperado ansiosamente este momento.

 

FSantiago@miamiherald.com

Yoani Sánchez en las calles de Nueva York

Yoani Sánchez visita Nueva York

María Elvira Salazar entrevista a Yoani Sánchez

Yoani recuerda impacto de la Primavera Negra

Juan Carlos Chávez

18 de marzo de 2013

 

La reconocida bloguera cubana Yoani Sánchez culminó el domingo su participación de tres días en un seminario sobre tecnología e información en Nueva York recordando el impacto de la Primavera Negra, una ola de detenciones masivas en Cuba ocurrida hace una década.

 

Quiero homenajear y recordar a esos periodistas independientes, activistas y opositores pacíficos. Ellos crearon un camino que nosotros continuamos ahora”, dijo Sánchez. “Hicieron una oposición de la que nos sentimos herederos a pesar de toda la censura y represión”.

 

Sánchez, de 37 años, subrayó que durante la Primavera Negra el clima político no sólo era altamente sensible sino también complejo. El movimiento disidente tenía escasas posibilidades de compartir información con el mundo.

 

Eran tiempos en que las redes sociales en internet no existían, no había memorias flash y era imposible contar con una computadora”, puntualizó Sánchez.

 

Los juicios sumarios y las condenas de prisión en el 2003 contra los opositores arrestados marcaron un nuevo capítulo sobre los reclamos de la comunidad internacional y la disidencia interna con relación al estado de los derechos humanos. El incidente alentó a madres y esposas de los presos políticos a organizar un frente común, conocidas como las Damas de Blanco. El colectivo exigió la libertad de los detenidos.

 

Sánchez dijo que las campañas y demandas de la población civil tienen ahora un ingrediente adicional en la tecnología, los teléfonos celulares y servicios como Twitter, entre otros.

 

Muchos periodistas independientes y activistas pacíficos que muy precariamente iniciaron su labor han asumido el blog, por ejemplo, como un formato de trabajo para dar a conocer programas o iniciativas para la recolección de firmas”, dijo Sánchez. Mencionó la llamada Demanda Ciudadana y los pedidos de la opinión pública internacional por la excarcelación de Calixto Martínez, un colaborador de la agencia de noticias no gubernamental Hablemos Press, radicada en La Habana.

 

La Demanda Ciudadana exige a Castro que ratifique los pactos de derechos políticos y civiles de la Organización de Naciones Unidas (ONU) firmados en el 2008. Los disidentes entregaron formalmente la Demanda a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). Entre otros puntos exige un marco legal y político para el pleno debate de ideas y soluciones a la crisis interna.

 

Me ha tocado vivir en Cuba y por ello tengo un compromiso con la realidad en la que vivo. Pero no es una defensa circunscrita a un solo lugar geográfico porque es una condición de responsabilidad ciudadana”, dijo Sánchez. “Es importante hacer iniciativas de transformación de la ley y exigir espacios públicos concretos en el propio país”.

 

En meses recientes la presión de la disidencia pacífica para denunciar los atropellos y la falta de garantías se ha mantenido firme pese a la política de cero tolerancia de las autoridades cubanas.

 

En la jornada de clausura Sánchez y panelistas como el escritor y bloguero Orlando Luis Pardo Lazo se refirieron a las estrategias del gobierno cubano para mantener una cultura del miedo en la sociedad civil.

 

La Seguridad del Estado cubano se ha especializado en la creación de intrigas y falsos enfrentamientos”, precisó Sánchez “Y lo peor es que cuando salimos de Cuba muchas veces nos llevamos ese miedo en la maleta. Me he encontrado con cubanos que me hablan susurrando”.

 

jcchavez@elnuevoherald.com

 

 

 

Yoani y los tontos útiles

Juan Antonio Blanco

18 de marzo de 2013

 

Todo indica que en vísperas de la llegada de Yoani Sánchez a Miami sus enemigos de La Habana intentan agazaparse en esta ciudad tras el intocable principio de pluralismo democrático.

 

¿Cree La Habana que podrá encontrar tontos útiles en Miami? Desde Lenin hasta nuestros días se ha llamado “tontos útiles” a aquellas personas cuyos sentimientos son manipulados por una izquierda inescrupulosa para que apoyen de manera ciega sus objetivos. A veces —cuando no se trata de oportunistas— a los tontos se les recluta entre personas, con motivaciones humanistas y democráticas, timadas por una propaganda que se disfraza con esos mismos valores para ocultar la naturaleza represiva y autocrática de sus promotores.

 

Intelectuales, estudiantes, sacerdotes, pacifistas, líderes sindicales y personas de vocación democrática se han dejado seducir una y otra vez por las edulcoradas versiones de sociedades con gulags. Destacadísimos académicos como Jean-Paul Sartre y Noam Chomsky empañaron su trayectoria intelectual minimizando los horrores de la Rusia de Stalin, la China de Mao, o incluso la Camboya de Pol Pot. Como ese ejercicio se ha repetido en infinidad de ocasiones, desde los bolcheviques hasta los castristas y las FARC de Colombia, se ha llegado a creer que a estas alturas ya es fácil identificar a los manipuladores. Lamentablemente, la cosa no es así de sencilla.

 

Los timadores suelen ser flexibles. A veces no les conviene —o el contexto impide— movilizar a la extrema izquierda y sus admiradores para estas tareas. En esos casos se les hace necesario manipular a los adversarios ideológicos e incentivarlos a materializar, inadvertidamente, el inconfesable propósito que persiguen. A fin de cuentas, el objetivo que buscan es manipular emociones y valores de cualquier grupo en función de inducirlos a actuar del modo por ellos planificado. La meta es lo importante; quien ayude a alcanzarla es intrascendente. El truco es sacudir el capote rojo frente al toro y enfurecerlo hasta que arremeta en la dirección deseada.

 

En vísperas de la visita de Yoani Sánchez a Miami —donde no es fácil para la inteligencia cubana encontrar una izquierda radical que le sirva de tropa de choque, como fue el caso con sus fanáticos en Brasil o México— la táctica parece ser la de provocar y privilegiar las declaraciones de ciertos grupos al estilo de Vigilia Mambisa por encima de los ditirambos radiales de los voceros locales del Gobierno cubano. La tropa de choque en Miami tiene que ser reclutada por La Habana —inadvertidamente— entre personas de derecha, o no habrá nadie relevante que organice un acto de repudio a Yoani.

 

Sea con un mensaje u otro, el propósito es valerse de toda triquiñuela posible para movilizar prejuicios y explotar heridas viejas —pero aún abiertas— a fin de asegurar el cumplimiento de dos objetivos: a) asesinar la reputación de Yoani Sánchez ante unos y otros, y b) desviar la atención del público hacia las calumnias vertidas contra su persona (para que no mediten sobre su mensaje y el impacto devastador que este ha tenido sobre la imagen internacional de la elite de poder en la Isla).

 

Para un régimen que a inicios del siglo XXI ha perdido casi todo capital financiero y se le evapora por vía migratoria el capital humano, Yoani representa un peligro de primer orden al poner en crisis el capital simbólico del que ha gozado por décadas en el exterior. Las crónicas de Yoani sobre la cotidianidad en la Isla echan por tierra la fantasiosa imagen de infinita felicidad que la propaganda oficial construyera sobre la sociedad cubana por cincuenta años.

 

Como dijera Eliécer Ávila (quien estuvo a cargo de una de las secciones de ciberguerra en Cuba) parafraseando las palabras de Juan Pablo II, el gobierno de La Habana se dedica a filtrar la realidad cubana que sale al exterior y depurar también la realidad externa que llega a los ciudadanos de a pie. Yoani ha iniciado un movimiento de blogueros independientes que, haciendo uso de las nuevas tecnologías, socava ese propósito. En la Cuba de 2013 eso es un desafío tan significativo para la elite de poder como lo era en 1959 la existencia de prensa y medios de comunicación fuera de su control en la Isla.

 

Hay una gigantesca diferencia entre aquel exiliado al que pueda irritarle la moderación expositiva de Yoani porque tuvo que marchar al destierro después de ver fusilados sus familiares y aquel otro que ha llamado desde algún blog a emplear la violencia (Vigilia Mambisa no ha llegado nunca a ese extremo) para sabotear sus presentaciones en instituciones públicas y privadas que gozan de la más alta estima de todas las comunidades que cohabitan Miami. Es difícil dejar de preguntarse si detrás de esas extremas exhortaciones y los seudónimos empleados para hacerlas circular se esconde la mano de la sección de medidas activas de la inteligencia cubana.

 

Vale la pena recordar que, según la documentación en manos del FBI, sembrar rumores y divisiones en el exilio era una de las misiones principales de la “Red Avispa”. El topo infiltrado en Hermanos al Rescate no presumía de posiciones no violentas, sino que azuzaba a sus colegas a lanzar armas, en vez de proclamas, sobre la Isla. ¿Cómo podrían justificar luego el asesinato de los pilotos cubanoamericanos si no lograban sembrar previamente evidencias de que se trataba de violentos terroristas? ¿Cómo seguir presentando al exilio cubano como una comunidad intolerante y sedienta de venganza si recibe de manera cordial e intercambia opiniones civilizadamente con personas que radican en la Isla y no siempre coinciden con sus perspectivas?

 

Todo indica que en vísperas de la llegada de Yoani a Miami sus enemigos de La Habana intentan agazaparse en esta ciudad, irónicamente, tras el intocable principio de pluralismo democrático. Quieren invocarlo como sombrilla que los autorice a ejercer la difamación para reclutar y movilizar tontos útiles. En nombre del pluralismo desean “reventar” las presentaciones de Yoani —contra quien el Gobierno cubano ha movilizado todos sus efectivos en esta gira, incluyendo su diaria programación radial en Miami—, con absoluto irrespeto a ella, a las instituciones anfitrionas y a la sociedad democrática estadounidense.

 

Quienes imaginaron que a fuerza de gritos histéricos y payasadas durante su gira podrían destruir la imagen de Yoani ante la opinión pública internacional —esa que ella les ha volteado gradualmente escribiendo su blog Generación Y desde un destartalado edificio en Cuba— deberían aprender la lección. El efecto ha sido el inverso. Sus actos de repudio contra esta mujer que no pierde la serenidad ni devuelve los insultos, solo han logrado mostrar al mundo el rostro verdadero de la dictadura cubana. Lejos de provocar que la opinión pública internacional cuestione a Yoani han confirmado sus denuncias y consolidado un estado de opinión en su contra.

 

En Miami, sea cual sea el criterio que algún exiliado pueda tener sobre alguna idea de Yoani o sobre la forma que ella escogió para exponerla, no les va a ser fácil reclutar tontos después de tantos años. A estas alturas, los toros se ríen del viejo truco de que alguien venga a agitar un capote rojo ante sus ojos.

 

 

 

La tecnología, un escudo contra el miedo en Cuba

Mirta Ojito

17 de marzo de 2013

 

Es pequeña y menuda, pero lo esperaba.

 

Fue directa y gentil, y eso también lo esperaba. Personas que la conocen bien me habían dicho que era cálida y bondadosa y, sobre todo, muy cubana. Cubanísima. Y sí, ahora también veo eso.

 

Lo que me sorprendió fue que admitiera que tenía mucho miedo. Todos los días. Usó un término cubano, más prosaico, para describir su miedo, y todos nos reímos. Pero solo un poco. La mayor parte del tiempo nos mantuvimos en silencio, asombrados ante esta mujer de 37 años, madre de un adolescente, que se pudo alzar frente a un gobierno y a sus detractores con un aplomo y una dignidad que contradicen sus temores y desafían todas nuestras nociones —todas las mías— de lo que es posible dentro de Cuba, dentro de una dictadura.

 

Yoani Sánchez nos habló de sus temores en privado, aunque sabiendo que estaba rodeada por periodistas en una reunión en mi casa poco después de nuestra conversación el jueves por la noche con estudiantes de la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de Columbia. Josh Friedman, un colega y reportero ganador del premio Pulitzer, la presentó esa noche. Y desde el podio proclamó que Yoani era, sin duda, una periodista. No la llamó una bloguera o una disidente o una activista, sino una de nosotros.

 

Nunca me he sentido más orgullosa de ser una periodista, sobre todo de ser una periodista en el siglo XXI. Ser parte de una profesión donde hay espacio para personas como Yoani Sánchez, que usa la misma tecnología que está desafiando al periodismo tradicional para mostrarnos que, en efecto, la profesión conserva su poder y su capacidad de cambiar el mundo. Cuando en Brasil la atacó una turba procastrista, su cuenta de Twitter aumentó en 35.000 seguidores, relató.

 

¿Cómo puede el gobierno cubano detener esto? En ningún otro momento de la historia los dictadores han enfrentado un instrumento tan peligroso para su supervivencia como la Internet. Pueden restringir el acceso –como lo hacen en Cuba– pero eso no impide que el mensaje se difunda, y que regrese a la isla a través del efecto bumerán de los medios sociales.

 

Hace años, cuando empecé a escribir sobre presos políticos en Cuba, pasaban meses antes de que las noticias sobre sus huelgas de hambre o las golpizas que recibían llegaran a Miami o a Washington. Frank Calzón, un veterano activista de los derechos humanos en Washington, D.C., y admirador de Yoani, recuerda que los mensajes a veces estaban escritos en una letra diminuta, en pedazos de papel arrancados de Granma, el único periódico que los presos podían leer. La ironía era deliciosa, pero demasiado lenta para hacer un cambio. Cuando Calzón y otros se enteraban, ya era noticia vieja, aunque aun así hallaba un eco entre las personas en los medios que se preocupaban y prestaban atención a la isla.

 

Ahora, por supuesto, si Yoani estornuda en La Habana, el mundo se entera en segundos. Ese es su escudo. Esa es nuestra responsabilidad como colegas. Y esa es la belleza de este mundo valiente del periodismo donde 140 caracteres no reemplazan un artículo completo y matizado, pero nos pueden alertar sobre una historia, y quizá hasta salvar una vida.

 

No importa cómo se expresa el mensaje –140 caracteres o 25 pulgadas de texto–, lo importante sigue siendo el mensaje. Y Yoani expresa su verdad mejor que la mayoría.

 

Le pregunté cómo aprendió a escribir tan bien. Dijo que, al principio, su esposo, el periodista Reinaldo Escobar, la ayudó a pensar como un reportero. Pero que su verdadera escuela fueron los 14 años que se ganó la vida como guía y traductora para extranjeros que visitaban Cuba. A través de las preguntas que le hacían, empezó a ver la isla como la podrían ver los extranjeros. Cuando escribe, dijo, ve su texto desde dos ángulos: el del nacional y el del extranjero, o como escritora y como lectora.

 

Ha dicho que se hizo “periodista a la carrera, no de carrera”. Lo que quiere decir es que el periodismo es la única vía que le permite hacer lo que puede por su país. Y que no quede duda: su pasión por la democracia es profunda, pero lo que impulsa todo es su amor por Cuba.

 

Durante la charla con los estudiantes, estuvo brillante y serena, como de costumbre, y fue evidente que disfruta hablar con personas jóvenes y atentas que hacen preguntas inteligentes y minuciosas. ¿Qué podemos hacer, preguntó uno, por los periodistas de Cuba? Envíen teléfonos celulares, computadoras, memorias flash, respondió Yoani. Cualquier cosa que promueva la comunicación, la apertura, la libertad.

 

Y esa es la esencia del buen periodismo: transparencia y responsabilidad. Yoani exige las dos cosas del gobierno de Cuba, porque conformarse con cualquier otra cosa sería una traición no solo a sus principios sino también a lo que ella sabe que el pueblo de Cuba merece.

 

mao35@columbia.edu

Faithful to Fidel

Carlos Puig

March 15, 2013

 

MEXICO CITY — In a country with barely any Internet access, the activist Yoani Sánchez has managed, with a blog and a Twitter account as her only tools, to tell the outside world about repression in Cuba. This has brought her a couple of arrests and a dozen international awards, including a special mention from the Maria Moors Cabot Prize committee and the Ortega y Gasset prize for online journalism.

 

But in Mexico, Cuba’s most famous dissident was given a decidedly cool welcome.

 

A couple of weeks ago, Sánchez finally got an exit visa to leave Cuba and started a three-month tour that will take her across Latin America, the United States and Europe. Her first stop in Mexico was in Puebla, two hours from Mexico City, at the annual meeting of the Inter American Press Association. When some of her Mexican friends asked politicians and nongovernmental organizations to host an event in her honor, they found no takers. At the conference itself she was harassed and insulted. Organizations no one had ever heard of published manifestos in local newspapers repudiating her visit.

 

Earlier this week, Senator Roberto Gil Zuarth invited Sánchez to the Senate in Mexico City to give a lecture on freedom of expression and social media. When, well past the announced starting time, Gil finally opened the talk, the room had filled up with journalists and civilians but only four of the 20 front-row seats reserved for senators were occupied.

 

Sánchez is tall and thin. She writes well and speaks even better. Her Cuban accent sweetened her acid take on the Castros’ regime. She said she would never permanently leave Cuba. She said she would not stop writing on her blog or tweeting. She said she wanted to see an end to the U.S. embargo. She got a round of applause.

 

When the time came for the Q. and A., a man asked, “How many of your 450,000 Twitter followers are real?” The tone of challenge was unmistakable.

 

The second question was also provocative: “If you really want to change Cuba, why don’t you do it from the inside, working from inside the Cuban Communist Party? You would not be as famous, or make so much money, but it may work better.”

 

The third question was about Sánchez’s supposedly close relationship with the U.S. Interest Section in Havana.

 

Sánchez smiled. As she began to answer the questions, a woman in the audience stood up, an American flag in one hand and a bunch of fake $100 bills in the other. The woman yelled: “Sánchez no es Cubana. Es una gusana.” (“Sánchez is not Cuban. She is a worm.”) A second woman stood up and said the same.

 

Did the Cuban government orchestrate the incident? Possibly. The Brazilian magazine Veja reported that the Cuban ambassador in Brazil organized a smear campaign for Sánchez’s visit to that country the third week of February.

 

More likely, though, the explanation is the curious ideological sympathy that lingers between Cuba and Mexico. The Mexican daily La Razón identified some signatories of the Puebla repudiation and the hecklers at the Senate event as supporters of Andrés Manuel López Obrador, the former presidential candidate from the leftist coalition.

 

The bond goes well beyond strict party lines. After Fidel Castro was expelled from Cuba in 1955, he came to Mexico. It was here that he met Che Guevara and planned his revolution, and it was here that he bought the Granma, the famous yacht that later brought him back to Cuba’s shores. After that, Castro always had a soft spot for Mexico: It is one of the few Latin American countries where he hasn’t financed, trained or encouraged an armed resistance movement.

 

Mexico has been gracious in return. It consistently votes with Cuba, despite its problematic human rights record, in almost every international organization. The Mexican government has rarely criticized the Castros in their nearly 55 years in power. Vicente Fox, the one Mexican president who dared — meeting with dissidents in Cuba in 2002 and calling for democracy there — got hammered in the press and at the opinion polls for it. His successor, President Felipe Calderón, promptly returned to the old ways.

 

As the Senate event on Tuesday was ending, a former senator from the left of center who was not present at the event put out a well-timed Tweet calling Sánchez a fraud and a cynic.

 

By then, Gil, the talk’s host, had grown quite nervous. Sánchez was trying to calm him down. She grabbed the protesters’ fake $100 bills — they bore her image in the place of Benjamin Franklin’s — and tossed them away.

 

Defeated by Sánchez’s poise and her willingness to take on their provocations, the demonstrators left. “I would love to live in a country where I could protest like this,” she said by way of goodbye.

Yoani Sánchez dice tener mucho miedo

de lo que va a pasar cuando regrese a Cuba

 

Nueva York, 15 mar (EFE).- La periodista cubana Yoani Sánchez aseguró hoy en Nueva York que tiene miedo a las represalias con las que se pueda encontrar a su regreso a Cuba después de la gira internacional que inició el mes pasado tras cinco años sin haber podido salir de la isla.

 

“¿Miedo al regreso? Sí, tengo mucho miedo a lo que va a pasar cuando regrese”, admitió la bloguera en una conferencia de prensa en la universidad de Nueva York (NYU), su segunda aparición en Estados Unidos tras haber asistido el jueves a un simposio en la universidad de Columbia.

 

La famosa autora del blog “Generación Y” dijo que el Gobierno cubano se comporta como un “padre despótico” con sus ciudadanos, a los que trata “como si fueran niños, de manera que cuando salen de casa y se portan mal afuera, después les toca un castigo”.

 

“¿Cuál será el castigo para esta niña inquieta llamada Yoani Sánchez? Quizás no me dejan volver a salir, quizás aumenta la campaña de difamación y el fusilamiento mediático en mi contra en los medios nacionales”, dijo la disidente, que inició el pasado 18 de febrero una gira internacional de 80 días.

 

Tras haber recibido una veintena de negativas del Gobierno de su país a sus peticiones para viajar al extranjero a lo largo de cinco años, la filóloga consiguió salir gracias a la reforma migratoria aprobada en enero pasado.

 

En su gira ha visitado ya países como Brasil, República Checa, España o México.

 

En todo caso, Sánchez aseguró que este viaje le va a proveer de “cierto escudo protector”, que “no es total ni completo ni permanente”, pero gracias al cual, “al menos en los primeros meses”, estará “más protegida contra el brazo represivo que es el golpe y el arresto”.

 

Preguntada sobre si se ha vuelto a plantear exiliarse de Cuba, Sánchez respondió con un categórico “no”.

 

“Ya conozco la experiencia de la emigración. He vivido dos años en Suiza, del año 2002 al 2004, y fue una experiencia importante en mi vida pero no pienso repetirla”, dijo Sánchez, quien añadió que, al contrario de la novela del checo Milan Kundera, “La vida está en otra parte”, para ella “la vida está en otra Cuba”.

 

Para ello seguirá trabajando en su galardonado blog, que es como su “diario”, pero también con la creación de un nuevo medio digital cuyo “gran reto” reconoce que será llegar a una población con un nivel de acceso a internet tan bajo, por lo que tendrá que utilizar herramientas de distribución como CDs o memorias.

 

La bloguera también abordó temas de actualidad como la elección del nuevo papa, el argentino Francisco, sobre quien destacó que sea latinoamericano, aunque se declara agnóstica, así como en relación a la reciente muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

 

“La muerte de Chávez era una noticia que yo pienso se veía venir desde principios de este año para los que sabemos leer entre líneas en el discurso oficial”, manifestó Sánchez, quien aseguró que sus compatriotas “tienen sentimientos encontrados al respecto”.

 

Si bien algunos cubanos temen que su muerte podría conllevar un “colapso económico” en Cuba, ella piensa que “esta desaparición física quizás puede catalizar un proceso de reforma y obligue a Raúl Castro a flexibilizar el ritmo de las reformas económicas”.

 

Sobre las llamadas “reformas raulistas”, Sánchez aseguró que van “en la dirección correcta”, pero que su “profundidad es limitada, su velocidad es profundamente desesperante y no son integrales, porque se reducen al plano económico”.

 

La periodista cubana participa hoy y mañana en el foro “La revolución recodificada: Cultura digital y espera pública en Cuba”, organizado por las universidades de Nueva York y The New School, y el lunes ofrecerá una conferencia en la escuela de derecho Benjamin Cardozo, para viajar después a Washington.

Cuban blogger Yoani Sánchez takes the US stage

Andrea Aguilar 

15 MAR 2013

 

The event had been announced discreetly on a whiteboard (“Yoani Sánchez, first words”), but excitement was running high Thursday evening at the entrance hall of Columbia University’s Journalism School, where people had to show ID before being allowed inside. Assistance was limited to Columbia students and faculty, just like another event happening on the third floor with the editor of the US edition of Glamour magazine. Except in this case, the star of the talk was one of Cuba’s most eagerly anticipated figures, someone whose voice leaves almost nobody indifferent.

 

Five years and nearly 20 official requests later – in what she herself describes as a “personal and professional crusade”- Sánchez, founder of the blog Generación Y, has finally been allowed to travel outside her native island. “Sánchez has managed to send out very realistic descriptions of life in Cuba on her blog, GeneraciónY, and her Twitter feed, which are followed by hundreds of thousands worldwide,” said Columbia in its description of the speaker.

 

Just a few hours after landing in the US for the first time, fresh off a flight from Mexico, Sánchez arrived at Columbia Journalism School and addressed the audience through her translator for the day, CUNY professor Ted Hanken. Waiting to greet Sánchez were some of the school’s officials, including Dean Nicholas Lemann and Joshua Friedman, director of the Maria Moors Cabot Prizes, who underscored how excited he was about the event. In 2009, Sánchez had received a Special Citation from the jury that awards these prizes, but was not allowed to travel to New York for the ceremony. It is only now, in 2013, that the popular blogger was finally able to personally accept the award for her work documenting the reality of life on the island.

 

The initial talk with journalist and J-School teacher Mirta Ojito began with a firm statement of purpose by Sánchez, who said that when she returns to Cuba she wants to help found an independent news outlet. “The legal conditions are not there yet, but I believe that the time has come to move on from a personal and individual exercise like the blog, and the 140-character catharsis of Twitter, to a collective medium. It would be a digital medium, but the day after change arrives, it would be ready to be delivered into the hands of Cubans.”

 

Yoani speaks in a mild tone, yet her voice is filled with resolve. One by one, she listed the peculiarities of news reporting in Cuba: she talked about the journalist Calixto Ramón Martínez, who broke the story about an outbreak of cholera on the island and has been in jail for the last six months, pending trial; she discussed censorship and prison, two fates that await all news professional in Cuba; she also explained how Cubans manage to stay informed in creative ways, “becoming internet specialists without the internet.”

 

Often enough, USB memory drives containing relevant webpages are passed from one person to another. “If someone wants to find you, they will,” she said, adding that it is impossible to put a figure on how many people make use of this grassroots technique. 

 

“The internet throws the government into a panic,” the blogger added. A system based on information control, she noted, could not survive the avalanche of information provided by the world wide web, and it was the new technologies that first opened a breach in that iron-fisted control. On other occasions, people’s private living rooms double as improvised movie sets where Cuban civil society creates television programs that “spread like the flu,” in Sánchez’s words.

 

Among all the soap operas and other forms of entertainment recorded on hard drives, which also get passed from one person to the next, there is the occasional unexpected “hit” like the documentaries Corea del Norte, acceso al terror (or, North Korea, gateway to terror) and Stalin la amenaza roja (or, Stalin the red peril), together with nearly 20 episodes from a series about the Cold War.

 

The Cuban government’s reaction to bloggers, she said, has gone through different phases: first, it ignored them completely - then it accused its authors of having been trained in labs run by the Pentagon. It was a similar reaction to Castro’s attitude towards the independent press of the 1980s, yet Yoani Sánchez sees reason for hope this time around: it could be the first step towards acceptance, since not only are bloggers like herself being widely read, but there are also scores of Twitter users who engage in online exchanges with people like her. The Arab Spring, she added, was closely followed by the Cuban government and by those who, like herself, are battling the government’s censorship.

 

Only Columbia students were allowed to ask questions, and these ranged from how people can help from exile to what kinds of mistakes the foreign media makes when it reports on Cuba, or what contradictions Sánchez has observed on her visit abroad. Yoani said that two ways in which people could help is through technology ­– anything from retweets to devices that connect to the internet ­– and by refilling the cellphone cards of Cuban Twitter users (they send their messages through SMS, whose price is over a dollar). Freedom of speech, she said, is what would enable reporters to denounce other human rights violations. As for the foreign media’s mistakes, she cited the folksy angle of certain articles about her country. Of her first flight out of the island, bound for Panama, she said that she had felt like a time traveler, heading towards the future that awaits Cuba.

 

Although Sánchez’s comments were met with widespread acceptance, there was the odd dissenter in the audience. Toward the end, a woman got up and started reading out 40 questions from some of Yoani Sánchez’s opponents (“In Brazil there were 50, so they’ve taken off 10,” Sánchez joked), but applause from the rest of the room silenced her. As Sánchez was being escorted out with a bouquet of flowers in her arms, another opponent held up a sign accusing Sánchez of being “cheap press, not free press.”

 

In the coming days, Sánchez is scheduled to give talks at other New York centers of higher education like NYU and CUNY, where she is likely to run into similar confrontations. As the blogger herself said, there can be no question that Cuba is a topic which arouses passions on either side.

Yoani recoge la mención

del premio Maria Moors Cabot

15 de marzo de 2013

 

En una discreta pizarra blanca se anunciaba el evento, “Yoani Sánchez primeras palabras”, pero el revuelo era patente el jueves por la tarde en el hall de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, donde se pedían tarjetas de identificación y paseaban un par de policías. Se trataba de un encuentro con estudiantes, como el que al otro lado del pasillo de la tercera planta se celebraba con la directora de la edición americana de la revista Glamour, solo que en este caso la protagonista era una de las figuras que más expectación ha despertado en Cuba y fuera de sus fronteras, una voz que a pocos ha dejado indiferente.

 

Cinco años y cerca de 20 solicitudes oficiales después  –en lo que ella misma describe como una “cruzada personal y profesional”– Sánchez, fundadora del blog Generación Y, ha logrado viajar fuera de la isla. Apenas unas horas después de aterrizar por primera vez en EE UU procedente de México, se subía a un escenario junto a Ted Hanken, profesor de CUNY y su guía en esta visita, que hizo las veces de traductor. Fue saludada por el decano de la escuela Nicholas Lemann y por Joshua Friedman, director de los Premios Maria Moors Cabot, que quiso resaltar la excitación que el evento había provocado y la larga espera de casi cuatro años que había costado. Unas horas después se celebraría la cena de entrega de los premios y Yoani al fin recibiría el que le fue otorgado en 2009.

 

Desde su creación en 1938, el premio Maria Moors Cabot ha reconocido a los más distinguidos trabajos periodísticos que han ayudado a fomentar un mayor entendimiento interamericano. Los premios Cabot fueron creados por el fallecido doctor Godfrey Lowell Cabot de Boston, en memoria de su esposa.

 

La charla con la periodista Mirta Ojito, profesora de la escuela, arrancó con una firme declaración de intenciones por parte de Sánchez que adelantó que a su regreso quiere ayudar a fundar un medio independiente en Cuba. “Las condiciones legales no están ahí, sin embargo creo que ha llegado el momento de pasar de un ejercicio personal e individual como el blog, y de la catarsis en 140 caracteres que es twitter a un medio colectivo”, afirmó. “Sería un medio digital, pero el día después del cambio estaría listo para circular por las manos de los cubanos”.

 

Con voz suave y pausada, pero decidida y contundente, Yoani fue desgranando las peculiaridades de la realidad informativa en Cuba. Habló del periodista Calixto Ramón Martínez, que destapó la epidemia de cólera en la isla y lleva en prisión seis meses, pendiente de un juicio; habló de la censura y la prisión en la que todos los profesionales del mundo de la información padecen en Cuba; y también de la particular difusión de noticias por medios tan creativos que permiten a muchos “ser especialistas en Internet sin Internet”. Los USB o lápices de memoria son la manera en que muchos cubanos logran almacenar páginas que luego circulan de mano en mano. “El que te quiere encontrar lo logra”, afirmó antes de reconocer que es imposible cuantificar el número de personas que recurren a estos mecanismos. “El gobierno le tiene pánico a Internet”. Un sistema basado en el control informativo, sostuvo Sánchez, no podría soportar la avalancha de información que contiene la Red, pero han sido las nuevas tecnologías lo que han permitido romper el férreo control.

 

Salones particulares ­­–no como el de Columbia donde casi una decena de cámaras grababan este coloquio que retransmitió en directo vía livestream– sirven de platós improvisados donde se filman programas de televisión creados por la sociedad civil cubana que “circulan como una gripe”, aseguró Sánchez. Y entre las telenovelas y otros entretenimientos grabados en discos duros, que pasan de mano en mano, se encuentran algunos inesperados “hits” como los documentales “Corea del Norte, acceso al terror” y “Stalin la amenaza roja” junto a cerca de 20 episodios de una serie sobre la Guerra Fría.

 

La reacción del gobierno cubano antes los blogueros, según explicó Yoani, ha pasado por distintas fases: de ignorarlos completamente, a acusarlos de haber sido formados en laboratorios del Pentágono. Una reacción similar a la que el gobierno castrista tuvo con la prensa escrita independiente en los 80, pero Sánchez vislumbra esto un síntoma para la esperanza: este podría ser el primer paso para la aceptación, puesto que no sólo les están leyendo sino que hay huestes de twiteros encargados de contestarla a ella y a otros. La primavera árabe, apuntó, ha sido seguida con extrema atención tanto por el gobierno, como por aquellos que como ella plantan batalla a la censura.

 

Sólo los estudiantes estaban autorizados a participar en el turno de preguntas en el que se plantearon cuestiones sobre cómo ayudar desde el exilio, en qué fallan los medios extranjeros a la hora de informar sobre Cuba, o qué problemas y contradicciones ha identificado esta implacable crítica en su visita al exterior. Yoani dijo que la tecnología ­–desde los retweets hasta la entrega de tarjetas para la conexión a Internet­– y las recargas a los móviles de los twiteros cubanos (mandan sus mensajes vía mensaje de texto, cuyo precio asciende a más de un dólar) son dos vías para ayudar; explicó que la libertad de expresión es lo que permitiría la denuncia de otras violaciones de derechos humanos; se mostró crítica con la visión algo folclórica que percibe en determinadas informaciones sobre su país, en las que casi nunca se marca una diferencia en los titulares entre el gobierno cubano y el país; y contó que al llegar en el primer vuelo a Panamá sintió que emprendía un viaje en el tiempo, hacia el futuro que le aguarda a Cuba.

 

En el exterior Sánchez ha encontrado un “griterío, un coro plural, a veces afónico”, no del todo perfecto, pero algo que sin duda prefiere al silencio o discurso sincopado oficial en Cuba. En este viaje cuando la han entrevistado ha tratado de plantear preguntas ella también y así conocer los peligros a los que están expuestos los periodistas en el norte México o las profundas diferencias sociales que establecen una acusada brecha en Brasil. En este último país la aguardaba una incómoda sorpresa, ya que un grupo la acosó e insultó, algo que resultó en una contrarreacción a favor de Sánchez y 35.000 nuevos seguidores en Twitter. “No me da miedo que manipules mis palabras, sino mi silencio”, aseguró. Su fuerza, dice que la saca de los amigos, de su esposo y su hijo adolescente y de las pequeñas cosas que un gobierno no puede arrebatarte.

 

Al final, ya agotado el turno de preguntas hubo una diatriba por parte de una mujer interceptada por el director de los Premios Cobot, Friedman que le advertía que el encuentro ya había terminado. Leía una serie de 40 preguntas que los opositores a la creadora de Generación Y han difundido ­–“en Brasil eran 50 así que han quitado 10”­, broméo Sánchez–. Los aplausos del público acabaron por silenciar esta última intervención y Yoani salió presurosa escoltada por personal de la escuela y con un ramo de flores entre las manos. En el patio de butacas una espontánea alzó una pancarta que la acusaba de no “ser prensa libre sino barata”. Como dijo la propia Sánchez, no cabe duda de que Cuba despierta pasiones. En los próximos días las conferencias en el New School, New York University y CUNY, entre otros lugares, prometen ser igualmente agitadas.

Yoani Sánchez se dirige a estudiantes en Nueva York

Ganadores del premio Maria Moors Cabot

 

2010

Joaquim Ibarz, España

Signal FM, Haití

2009

Anthony DePalma, Estados Unidos

Christopher Hawley, Estados Unidos

Merval Pereira, Brasil

Yoani Sánchez, Cuba

2008

Carmen Aristegui Flores, México

Sam Quiñones, Estados Unidos

Gustavo Sierra, Argentina

Michael Smith, Estados Unidos

2007

Alfredo Corchado, México

José Vales, México

Maria Teresa Ronderos, Colombia

Gary T. Marx, Estados Unidos

2006

Mario Vargas Llosa, Perú

Ginger Thompson, Estados Unidos

José Hamilton Ribeiro, Brasil

Matt Moffet, Estados Unidos

2005

Miriam Leitão, Brasil

Tim Padgett, Estados Unidos

Mabel Rehnfeldt, Paraguay

S. Lynne Walker, Estados Unidos

La Nación, Costa Rica

2004

Gerardo Reyes, Colombia/Estados Unidos

Daniel Santoro, Argentina

Elena Poniatowska, México

Joel Millman, Estados Unidos

Alberto Ibargüen, Puerto Rico/Estados Unidos

2003

João Antônio Barros, Brasil

Raúl Kraiselburd, Argentina

Mac Margolis, Estados Unidos

Michael Reid, Inglaterra

Sociedad de Periodistas Manuel Márquez Sterling, Cuba

2002

David C. Adams, Estados Unidos

Sergio Luis Carreras, Argentina

Michele Montas-Dominique, Haití

Robert J. Rivard, Estados Unidos

2001

Mónica González, Chile

Jorge Ramos Ávalos, Estados Unidos

Clovis Rossi, Brasil

Sebastian R. Rotella, Estados Unidos

2000

Eloy O. Aguilar, México

Paul Knox, Canadá

Francisco Santos Calderón, Colombia

Ricardo Uceda, Perú

Lloyd Williams, Jamaica

1999

James McClatchy, Estados Unidos

Raúl Rivero, Cuba

Linda Robinson, Estados Unidos

Juan Tamayo, Estados Unidos

Jorge Zepeda Patterson, México

1998

Jesús Blancornelas, México

Edmundo Cruz Vílchez, Perú

Andrés Oppenheimer, Estados Unidos

William Lawrence Rohter, Jr., Estados Unidos

1997

Gerardo Bedoya, Colombia

José de Córdoba, Estados Unidos

Jorge Fontevecchia, Argentina

Julia Preston, Estados Unidos

Enrique Santos Castillo, Colombia

Hernando Santos Castillo, Colombia

1996

Dudley Althaus, Estados Unidos

Ramón Alberto Garza García, México

Timothy Jay Johnson, Estados Unidos

Eduardo Ulibarri, Costa Rica

1995

Roberto Eisenmann, Panamá

Douglas Farah, Estados Unidos

Canute James, Inglaterra

Geri Smith, Estados Unidos

José Zamora Marroquín, Guatemala

1994

James Brooke, Estados Unidos

Carlos Mauricio Funes Cartagena, El Salvador[1]

Susan Meiselas, Estados Unidos

Óscar Serrat, Argentina

1993

Pamela Constable, Estados Unidos

Manuel de Dios, Estados Unidos

Edward Seaton, Estados Unidos

Patricia Verdugo, Chile

1992

Danilo Arbilla, Uruguay

Sam Dillon, Estados Unidos

John Dinges, Estados Unidos

Gustavo Gorriti, Perú

1991

Ricardo Arnt, Brasil

Gilberto Dimenstein, Brasil

Otavio Frias Filho, Brasil

Eduardo Gallardo, Chile

Alejandro Junco de la Vega, México

1990

Richard Boudreaux, Estados Unidos

Huascar Cajias Kauffman, Bolivia

Elsie Etheart, Haití

Alma Guillermoprieto, México

Carlos Lins da Silva, Brasil

Lucia Newman, Estados Unidos

1989

Felipe López Caballero, Colombia

Humberto Rubín Schvartzman, Paraguay

Juan M. Vazquez, Estados Unidos

Arturo Villar, Estados Unidos

1988

Nicholas Clark Asheshov, Perú

Roberto Civita, Brasil

Stephen Kinzer, Estados Unidos

Hermenegildo Sábat, Uruguay/Argentina

1987

Luis Camacho (póstumo), Colombia

Guillermo Cano Isaza (póstumo), Colombia

Raúl Echavarría Barrientos, Colombia

Guy Gugliotta, Estados Unidos

Luis Levy, Brasil

Roberto Muller, Brasil

Paulo Sotero, Brasil

1986

Darío Arizmendi, Colombia

Alfonso Chardy, Estados Unidos

Hugh O'Shaughnessy, Inglaterra

Julio Rajneri, Argentina

Guillermo Sánchez Borbón, Panamá

Gavin Scott, Estados Unidos

1985

Shirley Christian, Estados Unidos

Dery Dyer, Costa Rica

Richard Dyer, Costa Rica

William H. Heath, Estados Unidos

Rafael Herrera, República Dominicana

Andrew Morrison, Guyana

Aldo Zuccolillo, Paraguay

1984

William Buzenberg, Estados Unidos

Ken Gordon, Trinidad y Tobago

John Hoagland (póstumo), Estados Unidos

Harold Hoyte, Barbados

Alister Hughes, Granada

Cynthia Hughes, Granada

Frank Manitzas, Estados Unidos

1983

Jack Fendell, Estados Unidos

Emilio Filippi, Chile

Everett Martin, Estados Unidos

Marcel Neidergang, Francia

1982

Frances Grant, Estados Unidos

William R. Long, Estados Unidos

Daniel Samper, Colombia

1981

Karen DeYoung, Estados Unidos

Marlise Simons, Países Bajos

Stanley Swinton, Estados Unidos

Jacobo Timerman, Argentina

1980

Richard T. Baker, Estados Unidos

Guido Fernández, Costa Rica

Penny Lernoux, Estados Unidos

Alan Riding, Estados Unidos

Bill Stewart (póstumo), Estados Unidos

1979

Leslie Ashenheim, Jamaica

Jerry Hannifin, Estados Unidos

Andrew Heiskell, Estados Unidos

Jeremiah O'Leary, Estados Unidos

Juan Zuleta Ferrer, Colombia

1978

Joseph Benham, Estados Unidos

Carlos Castelo Branco, Brasil

Robert Cox, Argentina

Carl Migdail, Estados Unidos

1977

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Nicaragua

Jonathan Kandell, Estados Unidos

Joseph A. Taylor, Estados Unidos

Anita von Kahler Gumpert, Estados Unidos

1976

Robert U. Brown, Estados Unidos

Bernard Diederich, Estados Unidos

Germán Ornes, República Dominicana

Jorge Remonda-Ruibal, Argentina

1975

Walter Everett, Estados Unidos

Norman Ingrey, Argentina

David Kraiselburd (póstumo), Argentina

Sam Summerlin, Estados Unidos

Enrique Zileri Gibson, Perú

1974

Donald Bohning, Estados Unidos

William Montalbano, Estados Unidos

Fernando Pedreira, Brasil

1973

David Belnap, Estados Unidos

Donald Casey, Estados Unidos

Diana Julio de Massot, Argentina

1972

Pedro Beltrán Espantoso, Perú

Tom Steithorst, Estados Unidos

Arturo Uslar Pietri, Venezuela

1971

Juan Carlos Colombres, Argentina

Georgie Anne Geyer, Estados Unidos

Julio Scherer García, México

1970

Alberto Dines, Brasil

John Goshko, Estados Unidos

John Harbron, Canadá

1969

Alceu Amoroso Lima, Brasil

Edward W. Barrett, Estados Unidos

George Beebe, Estados Unidos

Luis Cano, Colombia

1968

Robert Bellerez, Estados Unidos

Alberto Gainza Paz, Argentina

Guillermo Gutiérrez, Estados Unidos

Argentina Hills, Puerto Rico

José Joaquín Salcedo, Colombia

1967

Peter Aldor, Colombia

James Copley, Estados Unidos

James Goodsell, Estados Unidos

M.F. Nascimento Brito, Brasil

Ramón J. Velásquez, Venezuela

1966

Alberto Cellario, Estados Unidos

Agustín Edwards Eastman, Chile

Paul Kidd, Canadá

1965

Gesford Fine, Estados Unidos

Roberto Marinho, Brasil

Victoria Ocampo, Argentina

Paul Sanders, Estados Unidos

1964

Hugo Fernández Artucio, Uruguay

Bertram Johansson, Estados Unidos

Enrique Nores, Argentina

Virgina Prewett, Estados Unidos

1963

Germán Arciniegas, Colombia

William Barlow, Estados Unidos

Jorge Fernández, Ecuador

Juan de Onis, Estados Unidos

Juan Valmaggia, Argentina

1962

Raúl Fontaina, Uruguay

John R. Herbert, Estados Unidos

Rodolfo Junco de la Vega, México

John Shively Knight, Estados Unidos

1961

Alejandro Carrión, Ecuador

Fernando Gómez Martínez, Colombia

Albert Nevins, Estados Unidos

Rómulo O'Farrill Jr., México

John O'Rourke, Estados Unidos

1960

James Canel, Estados Unidos

José Dutriz, Jr., El Salvador

Rodolfo Luque, Argentina

William M. Pepper, Jr., Estados Unidos

Eduardo Santos, Colombia

1959

Ricardo Castro Beeche, Costa Rica

Clement Hellyer, Estados Unidos

Juan Andrés Ramírez, Uruguay

Tad Szulc, Estados Unidos

Hernane Tavares de Sá, Brasil

1958

Emilio Azcárraga Vidaurreta, México

Eduardo Cardenas, Estados Unidos

Jesús Hernández Chapellín, Venezuela

Miguel Ángel Quevedo, Cuba

1957

Paulo Bittencourt, Brasil

Luis Franzini, Uruguay

Harry Frantz, Estados Unidos

John Shively Knight, Estados Unidos

Miguel Lanz Duret, México

Carlos Mantilla, Ecuador

Roberto Marinho, Brasil

Guillermo Martínez Márquez, Cuba

Herbert Moses, Brasil

John O'Rourke, Estados Unidos

René Silva Espejo, Chile

James Stahlman, Estados Unidos

Tom Wallace, Estados Unidos

1956

Carl Ackerman, Estados Unidos

Jesús Álvarez del Castillo, México

Roberto García Peña, Colombia

Herbert Matthews, Estados Unidos

David Torino, Argentina

1955

Pedro Beltrán Espantoso, Perú

Breno Caldas, Brasil

John Oliver LaGorce, Estados Unidos

Roberto Noble, Argentina

A. T. Steele, Estados Unidos

1954

Gabriel Cano, Colombia

Sidney Fletcher, Jamaica

Danton Jobim, Brasil

Carlos Ramírez MacGregor, Venezuela

Lloyd Statton, Estados Unidos

1953

Crede Clahoun, Estados Unidos

Carlos Lacerda, Brasil

Ismael Pérez Castro, Ecuador

Arturo Schaerer, Paraguay

1952

Antonio Arias Bernal, México

Austregésilo de Athayde, Brasil

Jorge Délano Frederick (Coke), Chile

Jules Dubois, Estados Unidos

Juan B. Fernández, Colombia

1951

Elmano Cardim, Brasil

Julio Garzón, Estados Unidos

Ramón León, Venezuela

Francisco María Núñez, Costa Rica

1950

John Brogan, Estados Unidos

María Constanza Huergo, Argentina

Jesús María Pellín, Venezuela

Joshua Powers, Estados Unidos

Ángel Ramos, Puerto Rico

1949

Milton Bracker, Estados Unidos

Eduardo Rodríguez Larreta, Uruguay

José Santiago Castillo, Ecuador

1948

Manuel Cineros Sánchez, Perú

Joseph L. Jones, Estados Unidos

Orlando Ribeiro Dantas, Brasil

Alfredo Silva-Carballo, Chile

1947

Carlos Víctor Aramayo, Bolivia

Alberto Lleras Camargo, Colombia

David Vela, Guatemala

1946

Grant Dexter, Canadá

Lee Hills, Estados Unidos

Miguel Lanz Duret, México

1945

Francisco Chateaubriand, Brasil

Luis Teófilo Nuñez, Venezuela

Tom Wallace, Estados Unidos

1944

Carlos Mantilla Ortega, Ecuador

Albert McGeachy, Panamá

Jorge Pinto, El Salvador

1943

Pedro Cue, Cuba

Rodrigo de Llano, México

Edward Tomlinson, Estados Unidos

1942

Lorenzo Batlle Pacheco, Uruguay

Luis Mitre, Argentina

1941

Paulo Bittencourt, Brasil

Sylvia Bittencourt, Brasil

Carlos Dávila Espinoza, Chile

José Ignacio Rivero, Cuba

1940

Agustín Edwards McClure , Chile

James Irving Miller, Estados Unidos

Enrique Santos Montejo, Colombia

Rafael Heliodoro Valle, Honduras

1939

Luis Miró Quesada de la Guerra, Perú

            José Santos Gollan, Argentina

Yoani Sánchez inicia su gira por EEUU

Juan Carlos Chávez

jcchavez@elnuevoherald.com

15 de marzo de 2013

 

Yoani Sánchez, una de las figuras más influyentes de la disidencia interna cubana, llegó la tarde del jueves al aeropuerto internacional JFK de Nueva York en el marco de una de las más importantes escalas de su gira internacional.

 

Sánchez, de 37 años, fue recibida con muestras de apoyo y solidaridad por amigos, intelectuales y académicos que la esperaron pacientemente a la salida de un vuelo procedente de México.

 

“Ella es una de las voces fuertes de la oposición y representa una esperanza para muchos cubanos que deseamos la libertad de nuestro pueblo”, comentó el exiliado cubano Rolando Pulido, residente en Nueva York hace tres décadas. “No teme decir la verdad”.

 

El arribo de Sánchez a Estados Unidos fue ordenado. De hecho varios turistas reconocieron a Yoani y se tomaron fotos con ella en un ambiente distendido y cordial. La situación contrastó diametralmente con lo ocurrido en Brasil y México donde simpatizantes del gobierno cubano organizaron varios actos de repudio.

 

“Es una gira intensa pero estoy muy feliz de estar aquí”, dijo Sánchez. “He tomado 20 vuelos en las últimas semanas”.

 

Fiel a su estilo, Sánchez dijo sentirse entusiasmada con la oportunidad de reunirse con diferentes sectores de la opinión pública estadounidense e intercambiar opiniones e ideas sobre la actualidad de la isla. En ese contexto agregó que no pierde las esperanzas de que en Cuba se inicie una verdadera reforma que abra las puertas a una transición democrática.

 

“Noto una ebullición en la sociedad civil, un aumento de la crítica, de los espacios de polémica ciudadanos”, precisó Sánchez.

 

Los llamados dentro y fuera de la isla sobre una reforma de verdadero alcance político se han hecho escuchar con más fuerza en los últimos meses.

 

La necesidad de un cambio viene aparejada con denuncias de periodistas independientes, observadores y activistas de derechos humanos sobre una ola de detenciones temporales masivas.

 

En la noche, Sánchez acudió a la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia para presentarse en una ronda de preguntas y respuestas. Entre otros temas Sánchez describió los problemas que tienen los cubanos para acceder a la internet y la vigilancia de las autoridades sobre los periodistas independientes. También habló de las reformas del gobernante cubano Raúl Castro y la necesidad de cuidar el capital humano con el propósito de asegurar un futuro sostenido y en democracia.

 

Sobre las redes sociales y el uso de la internet Sánchez subrayó el hecho de que la reacción del gobierno cubano “ha sido aún más agresiva” de lo que se esperaba.

 

Me encantaria hacerle 50 preguntas a Raúl Castro. Y puedo anticipar desde ahora que no tendrán respuesta”, dijo Sánchez.

 

Cuba es uno de 60 países que censuran la comunicación y limitan o acosan constantemente a sus usuarios. El promedio de acceso a la internet de los cubanos es el más bajo del hemisferio occidental.

 

La conexión individualizada de la red cubana está restringida a las entidades oficiales e instituciones educativas y culturales bajo estricta supervisión.

 

El acceso a extranjeros y ciudadanos cubanos debe ser autorizado oficialmente después de un exhaustivo escrutinio. Los pagos por el servicio deben abonarse en dólares o moneda convertible.

 

“Pero como periodista, no me asustan los problemas”, indicó Sánchez frente a una sala llena de estudiantes, académicos y exiliados, entre otros. “Lo mas importante es que el gobierno cubano y el Granma nos están leyendo. Por eso han creado una blogosfera alternativa para respondernos. Nos tienen en cuenta y es un primer paso para la aceptación”, argumentó Sánchez.

 

En otro momento afirmó que a pesar de que las autoridades han reforzado su política de mano dura para silenciar a las voces disidentes, el gobierno cubano está “perdiendo” espacios que, históricamente, estuvieron siempre bajo su control.

 

Somos un pueblo especializado en encontrar lo censurado”, comentó Sánchez. “En mi caso personal fue así con el tema de los viajes. Fue una cruzada periodística y ciudadana. Estuve reportando con documentos sobre lo sufrido”.

 

La bloguera y fundadora de Generación Y dijo que el desconocimiento de las autoridades de la isla sobre las necesidades que más apremian podrían marcar el inicio de un cambio democrático.

 

Por eso el gobierno le tiene pánico a la internet. Es un sistema que no podía soportar la avalancha de información interna y externa”, dijo Sánchez. “Las tecnologías han logrado romper algunas de las barreras y el monopolio del gobierno cubano”.

 

Sanchez se refirió también a las reformas impuestas para aliviar la crisis. En su opinión dijo que estas han sido resultado del creciente descontento de la población.

 

Pienso en todo caso que las llamadas reformas raulistas se han hecho por presión de los de afuera y dentro de Cuba”, dijo Sánchez. “Y sin lugar de dudas se han arrojado luces como el asunto migratorio a lo que estabamos condenados los cubanos”.

 

En otro momento de su intervención, celebrada con aplausos y muestras de apoyo, Sánchez recomendó al exilio seguir ayudando a los cubanos de la isla, entre otras cosas, con tecnología.

 

El exilio está ayudando mucho pero puede ayudar más”, dijo Sánchez. “Envíen memorias flash, teléfonos móviles, lo que puedan”.

 

Sobre el final de su participación, un par de personas en la audiencia se levantaron para increparla y una de ellas afirmó que Yoani Sánchez no representa al “periodismo libre”.

 

Poco antes de embarcarse a Estados Unidos, Sánchez recordó que hay países que están mirando hacia otro lado porque creen que “Cuba se está reformando”.

 

Esta es la primera visita de Sánchez a Estados Unidos y la quinta escala de un calendario de viajes que incluye un recorrido por varios países de América Latina y Europa.

 

La próxima semana Sánchez se trasladará hacia Washington D.C. para una comparecencia en el Capitolio, entre otras actividades. También se pudo confirmar que el próximo miércoles hará una presentación en la Universidad Georgetown.

 

Antes de llegar a Estados Unidos, Sánchez mostró a través de un mensaje enviado por Twitter su aprecio por México, la parada previa de su gira por Estados Unidos.

 

“#Mexico me ‘robó’ el corazón, confieso que tuve ganas de no tomar este avión y de quedarme más tiempo allí ;-)”, escribió en @yoanisanchez.

La bloguera y el Estado

Rafael Rojas

14 de marzo de 2013

 

Estuvo menos de una semana en México y su agenda fue diseñada con discreción—por decencia, más que por exceso de seguridad—, pero aún así, la bloguera cubana Yoani Sánchez no pudo librarse del viejo ritual del “acto de repudio”, al que somete el gobierno cubano a todo opositor, dentro o fuera de la isla.

 

Los antecedentes de ese ritual son conocidos en esta ciudad. Su diseño y formato, también: la embajada cubana reúne a los comités de “Solidaridad con Cuba” y distribuye entre sus activistas información adversa contra “el enemigo”, producida por publicaciones del Partido Comunista de la isla.

 

Con esa información, fanáticamente asimilada, los “solidarios con Cuba” irrumpieron en el lobby del hotel Presidente de Puebla y le gritaron a Yoani Sánchez “agente de la CIA”, “aliada del imperialismo”, “Cuba sí, yanquis no”. Con esa misma información, defensores del gobierno cubano en México se colocaron entre los ponentes y el público, en el Senado, y la acusaron de “fraude”.

 

La escena del Senado es recurrente en los “actos de repudio”. Los soldados de la “solidaridad con Cuba” no debaten, gritan. El lugar desde donde increpan es el espacio que separa a su víctima del público. Los ataques son un espectáculo dirigido al auditorio que intenta silenciar y desplazar al ponente. En el fondo, los que repudian quieren estar en el lugar del repudiado y controlar el micrófono.

 

Es difícil entender qué busca el gobierno cubano con espectáculos tan poco cívicos. Evidentemente, no busca disuadir o intimidar a Yoani Sánchez. Si la conocen —y deberían conocerla, después de siete años de monitoreo y persecución— comprenderán que, lejos de acallarla, reforzarán sus argumentos y su decisión de criticar serenamente la falta de libertades en Cuba.

 

Tampoco es el “acto de repudio” un mecanismo eficaz para ganar nuevos adeptos al socialismo cubano. La juventud mexicana y latinoamericana, que podría sentir curiosidad por un sistema político como el de la isla, no responde favorablemente al insulto: prefiere mensajes más persuasivos, como los que la propia Yoani Sánchez emite en un post o un tweet.

 

La única explicación racional para el “acto de repudio” es que se trata de un evento que busca marcar, con el signo de la polarización, el primer viaje que le autoriza el gobierno cubano a Yoani Sánchez en siete años. Tal vez en eso sea eficaz, aunque el motivo fundamental de la polarización no es la bloguera sino el Estado que se empeña en descalificarla.

 

Al final de este tormentoso viaje, el balance será favorable a la bloguera. Yoani Sánchez regresará a Cuba, continuará su pacífica labor en defensa de las libertades públicas y para la comunidad internacional será evidente que el mismo Estado que le prohibió salir de su país durante siete años, decidió castigarla por su independencia. Un Estado como el cubano tendría que saber que en peleas desiguales, el triunfo moral favorece siempre al más débil.

 

rafael.rojas@razon.com.mx

Yoani Sánchez: “Los cubanos están escapando a Yucatán

14 de marzo de 2013

 

La periodista cubana Yoani Sánchez ha visitado México dentro de la gira por América y Europa que empezó el pasado 17 de febrero tras concederle el Gobierno de La Habana el permiso que le había denegado veinte veces durante los últimos cinco años, según su recuento. El periplo de la autora del blog Generación Y, un cuaderno de bitácora crítico con la realidad cotidiana de su país por el que ha recibido premios internacionales, y colaboradora de EL PAÍS, ha estado marcado por la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez, cuya generosidad petrolera era esencial para la maltrecha economía de la isla.

 

La desaparición del líder bolivariano crea incertidumbre en Cuba. Yoani Sánchez, que vivió de joven la dramática crisis de recursos provocada en su país por la caída de la Unión Soviética, el llamado Periodo Especial, dice que para los cubanos el final de Chávez tiene dos lecturas: “La mayoría asocia su pérdida con el posible regreso de los cortes eléctricos, con la caída de la economía, pero por otro lado también piensa que sin él se pierde el subsidio y tal vez Raúl Castro se vea obligado a acelerar las reformas”.

 

En un eventual escenario de transición democrática en Cuba, un país que por tradición histórica y proximidad geográfica podría tener un papel significativo en el reordenamiento del panorama poscastrista es México. La periodista advierte de que este país ya es una referencia básica en la vida de la isla. “Hay muchos cubanos escapando a través del mar para llegar a México; no solamente escapan hacia Florida, también escapan hacia Yucatán [Estado situado en el sureste de México, a unos 200 kilómetros de la costa cubana]”. Una circunstancia que empieza a preocupar al Gobierno mexicano.

 

La bloguera llegó a México el jueves pasado y el fin de semana participó en un congreso de la Sociedad Interamericana de Prensa en la ciudad de Puebla. Este martes fue su primera jornada de actos en la capital mexicana. Sobre las nueve de la mañana se fue a desayunar con seis jueces del Tribunal Electoral del Poder Judicial de México. Con los magistrados estuvo casi dos horas hablando de una materia que le compete a su país. “Quise hablar con ellos porque Cuba está en cero en el tema electoral, y me interesa escuchar los errores y los aciertos que han tenido otras naciones en este asunto”, dice la periodista.

 

Más tarde dio una charla abierta a preguntas en el Senado mexicano. Allí, dos mujeres del público la increparon y mostraron símbolos en contra de ella. “Una llevaba una bandera estadounidense con mi rostro pegado y la otra llevaba billetes de cien dólares con mi rostro pegado. Era una especie de iconografía a medio camino entre Estados Unidos y yo”. Antes del incidente otra persona le había preguntado si Cuba está en un momento de transición. “Respondí que yo creo que sí, pero no por la voluntad gubernamental, sino porque hay algo en transición en el interior de los cubanos, un deseo de cambio, de transformación, de hasta aquí hemos llegado”.

 

Desde que salió de Cuba, Yoani Sánchez ha estado en Brasil, en la República Checa y en España. Ahora volará de México a EE UU y desde allí de nuevo a Europa para visitar Holanda, Alemania, Suiza e Italia. Entonces cruzará otra vez el Atlántico para ir a La Florida y luego pasará por Perú –y tal vez por Argentina– antes de completar su ping-pong transoceánico con un tercer viaje a Europa con paradas en Suecia y en Polonia. En mayo espera estar de vuelta en su casa de La Habana, un piso en la decimocuarta planta de un edificio diseñado con criterios arquitectónicos de la antigua Yugoslavia comunista.

El enemigo de mi enemigo

Paquito D’Rivera

12 de marzo de 2013

 

Como no tengo mucho tiempo, pues aún trabajo duro pa’ buscarme la vida soplando este bendito caño alrededor del mundo, iré al grano y básteme decir que –sin ánimos de ofender–, considero una burrada de marca mayor que un grupo de cubanos exiliados, por asuntos de opinión, se haga el flaco favor de meterle un mitin de repudio, en el mas típico y característico estilo de Carraguao, Las Yaguas o Llega y Pon, a la única persona que en 54 años le ha quitado protagonismo a los Castro, atrayendo la atención mundial hacia las arbitrariedades de la dictadura. Sin hacer comparaciones ni quitarle su mérito a nadie (¡que lo tienen de sobra!), pero ni Nazario, ni Montaner, ni Pérez Roura, ni Menoyo, ni Valladares, ni Celia, ni Huber Matos, ni Willy Chirino, ni Mas Canosa, ni yo ni Massantini el torero ha conseguido que se preste mayor atención a nuestros problemas a nivel mundial como lo ha logrado Yoani Sánchez. ¡Absolutamente nadie!


Yo me pasé años en desacuerdo con muchas cosas que mi adorada madre decía, pero siempre pesaron más sus ideas positivas que las que a mi criterio me parecían absurdas. Con ella, –republicana y feroz anticomunista–, aprendí también a aceptar con resignación las posturas ajenas, sobretodo cuando existieran vínculos o intereses comunes con esas personas. De modo que por favor seamos sensatos y no dejemos pasar esta oportunidad única. Piensen que hasta cuando nos unimos en matrimonio, tenemos que aguantarnos mutuamente un montón de paquetes y pesadeces, y en ocasiones divorciarnos si la cosa no salió como alguno, o ambos esperábamos. La realidad es que nadie exige una pareja perfecta para unirse a ella, así que ¿por que le vamos a exigir a esa chica que piense y actúe como nosotros? Yo tampoco estoy de acuerdo con el levantamiento del embargo, la ley de “desajuste cubano” y mucho menos con esos viajecitos turísticos de los exiliados cubanos a Cuba, pero si me fuera a pelear con todo el que se monta en un avión con rumbo a (lo que queda de) La Habana, no le hablaría a casi nadie en La Florida; aunque ya alguno que otro amigo se me ha tirado en el suelo cuando le he dicho mi opinión sobre esos viajes, para mí absolutamente incomprensibles, y en su gran mayoría carentes de cualquier lógica. Pero a lo que íbamos muchachos, seamos serios, que los tiempos cambian. Se dice que el general Gómez afirmaba que la guerra de independencia no se había ganado antes por la tremenda desunión de los cubanos, y yo no me resigno a creer que seamos tan ineptos de tropezar con esa misma piedra otra vez.


Yo no escondo mi admiración por Yoani, aunque prefiero el estilo combativo y vertical del Dr. Óscar Elías Biscet o el gesto irreverente y agresivo de mi colega Gorki Águila. Al igual que muchos de ustedes, difiero de muchos de los criterios de la afamada bloguera, formados tras 5 décadas de chícharos sin aceite, picadillo de cáscara de toronja, guaguas repletas, consignas y lavado de cerebro; pero al final, creo que todos queremos mas o menos lo mismo, y si alguien con esa capacidad de convocatoria puede ayudarnos a conseguir un poco de atención y solidaridad con nuestra justa causa, no le hagamos el servicio a los comunistas saboteando a quien mas daño les ha hecho en todos estos años y hoy sigue dándoles donde más les duele.

 

Por último, me pregunto si alguien se acuerda de aquel dicho tan sabio que dice que “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”. Yo propongo que nos agarrémonos de ahí, que lo demás lo resolvemos después, cuando ya no haya embargos que levantar ni “repudios” que temer.

La primera entrevista de Yoani Sánchez en México

Gabriel Martínez Bucio

13 de marzo de 2013

 

Yo no estoy acostumbrada a que me cuiden sino a que me persigan

 

“Necesito conectarme”, dijo Yoani Sánchez mientras me pedía que enchufara su Iphone a una toma de corriente. Apenas llevaba quince minutos en México y ya mostraba su inquietud por comenzar a tuitear. Tomé el teléfono y entonces me di cuenta que, por medio de ese aparatito, informaba al mundo entero sobre la realidad cubana. Los 140 caracteres que la habían convertido en la espina más crítica del gobierno castrista (en toda la amplitud de la palabra), pasaban a través del objeto de veinte centímetros que sostenía en mis manos. Un hecho tan normal, tan cotidiano, como es recargar la batería del celular, se había convertido en un símbolo.

 

El escritor cubano Manuel Pereira y yo habíamos llegado al aeropuerto unas horas antes. Éramos los únicos que conocíamos la fecha precisa de la visita de la bloguera junto a los tres hombres de traje que se presentaron a las seis de la mañana en la sala de “Llegadas Internacionales”: los oficiales encargados de la seguridad de Yoani. Nos explicaron los detalles del operativo para el traslado a Puebla. Ahí supe que la cosa iba en serio.

 

Preparé mi cámara porque, en unos momentos, estaría cara a cara con el curso de la Historia. Se abrieron las puertas y apareció Yoani Sánchez. Vestía un saco negro con una bufanda naranja. Se dirigió hacia Manuel y se abrazaron calurosamente. Era el encuentro entre dos generaciones de cubanos. Ambos, con una diferencia de veinte años de edad, compartían el infortunio de haber coincidido con la dictadura.

 

Yoani me saludó con dos besos, uno en cada mejilla: “Aquí nada más es un beso, ¿verdad? Es que vengo con la inercia de España…” La bloguera no perdía el tiempo. Nada más pisar tierra mexicana quería empaparse de su cultura. Era una cubana universal.

 

Entramos a un café para que conociera el itinerario de su viaje. Ahí conecté su iPhone. Yoani encargó un capuchino. Estaba sorprendida por la cantidad de luces y luces que se observan desde el avión. Le pido me firme su libro Cuba Libre. Accede amablemente. Pero al terminar la dedicatoria se detiene, levanta la cabeza y pregunta: “¿A qué estamos? Ya ni sé en qué día vivo. Es el onceavo avión que tomo en dos semanas”. Sufre la fatalidad de los aeropuertos: el desvanecer del tiempo. Similar a la fortuna del personaje de Un viejo viaje, de Manuel Pereira, la novela que escogió como acompañante de su propia travesía. Recuerdo que en la isla sucede algo parecido. Yoani se mueve entre la velocidad de los kilobytes, los posts, los tweets, y la lentitud de los Chevrolet del 59 (“almendrones”) que aún circulan por La Habana, los edificios decimonónicos, y el descarado uso oficial de palabras como siempre y jamás.

 

“Oye Manuel, te pasaste con la escolta”, dice Yoani risueñamente, “yo no estoy acostumbrada a que me cuiden sino a que me persigan”. Manuel entiende el juego y contesta: “Te los conseguimos para que no sientas nostalgia de las dos sombras que te siguen en todo momento en Cuba”. Se ríen. Están de buen humor.

 

Yoani mira mi grabadora y me invita cordialmente a entrevistarla. Estoy consciente de que viene de un largo viaje. Escojo mentalmente cinco:

 

¿No temes algún tipo de represalia al regresar a Cuba?

 

Es posible, porque el gobierno cubano se comporta —un poco— como un padre despótico. Y cuando los hijos salen de casa y hacen travesuras, es decir, opinan, manifiestan su criterio contrario, y expresan sus críticas al Estado, normalmente a la vuelta siempre les espera un castigo. Sin embargo, tengo la impresión de que ahora mismo, el gobierno está ocupado en una situación bastante delicada, con la muerte de Hugo Chávez. Además, tanto la observación de la comunidad internacional como la protección que me da este viaje, puede ser que minimice o no haga tan grave ese castigo que le espera a la niña inquieta, que es Yoani Sánchez.

 

¿Podrías definir a Fidel Castro en pocas palabras?

 

Un hombre del siglo XX que no tiene cabida en el siglo XXI.

 

¿Un dinosaurio?

 

Probablemente (risas).

 

He visto cómo te rodean los reporteros, camarógrafos, periodistas. ¿No hay un momento en el que te llegan a abrumar?

 

No, ya estoy acostumbrada —dice Yoani, mientras me toma afectuosamente de mis brazos—; ellos son mis colegas, ellos me ayudan a difundir la realidad de Cuba por el mundo.

 

¿Cómo esperas que te reciba México?

 

Con abrazos, comida picante y mucha buena literatura.

 

Le agradezco sus respuestas. Sin embargo, ahora ella se interesa en mí: “¿y tú qué estudias con Manuel?” Contesto que Literatura. Yoani es una mujer sencilla y, como dije anteriormente, demuestra una extrema curiosidad por cualquier atisbo de cultura. Mira directamente hacia los ojos, sincera. “¿Te interesa alguna en especial?”, agrega. “Sí, la argentina”, respondo rápidamente. Le alegra saber que trabajo con las palabras: “¡Qué bien! Yo estudié Filología”, añade. Le pregunto sobre su tesis que escribió en 2000 llamada “Palabras bajo presión: un estudio de la literatura de la dictadura en Latinoamérica”. Un título que encerraba una premonición: Generación Y, el blog que abriría siete años más tarde. “Sí, yo estaba leyendo La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa. Me costó mucho trabajo conseguirlo pues en la Isla es prácticamente imposible encontrar un libro del peruano. También leí una obra argentina, La Dama de Cristal, de Zelmar Acevedo, que había recibido el premio Casa de las Américas. A mis sinodales no les agradó el paralelismo que hice entre los protagonistas literarios y, obviamente, Fidel. Además, surgía en esos momentos la figura de Chávez. Y ¿quién iba a perder la oportunidad de retratar a semejante personaje generador de literatura?”, dice Yoani, encantadoramente.

 

Es un momento de relajación antes de partir a Puebla para asistir a la Sociedad Interamericana de Prensa. Pereira le cuenta a Yoani cuando recibió una carta de Reinaldo Escobar (su mejor amigo de juventud y marido de la bloguera) en Barcelona en 1993, diciéndole que había conocido a una bella filóloga, a la que le había gustado un libro de Manuel: La quinta nave de los locos. Yoani contesta: “hace veinte años de eso” y se miran por un momento. No necesitan demasiadas palabras, los silencios también cuentan historias. Únicamente los cubanos tienen esa extraña manera de entenderse, y en lugar de suspirar, sonríen.

 

Yoani narra brevemente cuando se colaba hace algunos años a los vestíbulos de los hoteles para utilizar el Internet. Se ponía gafas oscuras y si algún empleado la trataba de interceptar, soltaba un rotundo: “Entschuldigung, ich spreche keinen Spanisch”. Los habaneros se quedaban pasmados y la ingeniosa Yoani colgaba en la red sus crónicas cotidianas.

 

El café se había terminado y era momento de partir nuevamente…

Yoani Sánchez reta a Telesur en conferencia de prensa de la SIP en Puebla

11 de marzo de 2013

Conferencia de prensa de Yoani Sánchez

Parte 1

Conferencia de prensa de Yoani Sánchez

Parte 2

Museo del Comunismo

Yoani Sánchez

11 de marzo de 2013

Se me helaban las orejas en Praga y desde la ventanilla del tranvía 14 alcancé a ver el cartel con un osito Misha portando una Kaláshnikov. Recordé inmediatamente aquel ícono de los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y toda la secuencia de dibujos animados que protagonizó después. Eran los tiempos en que los niños cubanos sabíamos más de la tundra rusa que de los campos de nuestro país, más de lobos que de jutías, de manzanas que de naranjas. La época en que el Kremlin hacía acto de presencia constante en nuestras vidas, con sus soldados, sus técnicos enviados desde miles de kilómetros de distancia y un subsidio tan abultado que permitió algunas antológicos despilfarros por parte de Fidel Castro. Todo eso pasó por mi mente en un segundo mientras leía el anuncio de aquella peculiar muestra que prometía un viaje al pasado a través de la estética promovida por la URSS.

 

Con el tiempo ajustado, como cada día que pasé en la República Checa, me fui hasta la calle Na Prikope 10 para echarle una ojeada al museo. La primera sorpresa fue en la entrada cuando la mujer que vendía los tickets tuvo la cortesía de dejarme pasar gratis, debido a que –según me explicó- yo venía de Cuba. Dada la cercanía de los objetos de aquellas salas con mi realidad, podía disfrutar de un recorrido sin costos, pues en fin de cuentas aquello se presentaba como un periplo por mi propia cotidianidad. ¿Por qué iba a pagar por lo habitual, por lo acostumbrado? Y exactamente así fue. Mientras percibía asombro y risitas en otros visitantes, yo miraba aquellas banderas rojas, escuchaba el himno de la Internacional y repasaba las estatuas en poses gloriosas, con una familiaridad a prueba de asombros. Era como asistir a una exposición de los enseres que tengo en mi cocina o de la ropa interior que guardo en la gaveta. O sea, nada de aquello tenía carácter museable para mí, en tanto habito un escenario donde cada uno de esos objetos o maneras de decir y presentar una imagen siguen vigentes. Un viaje a lo mismo, una excursión hacia lo conocido y tantas veces experimentado. Un museo del pasado, para esta viajera proveniente del mismo tiempo remoto.

 

Sin embargo, la cercanía no siempre es sinónimo de comodidad. De manera que a medida que avanzaba en las salas, una sensación de asfixia me surgía. Las medallas, el campesino de puño alzado y las feas latas de conservas con etiquetas sin colores. Todo fue contribuyendo a que un picor me empezara en la cara y se trasladara a todo el cuerpo debajo del abrigo. Apenas dos semanas después de salir de Cuba, ya percibía una marcada alergia a todo aquello. Allí estaban los uniformes militares con su gorra “de plato” que nuestros oficiales calcaron por décadas. Las insignias para trabajadores destacados y soldados muertos en la guerra, tan idénticas a las que se entregaban en nuestro país, que debía volverlas observar una y otra vez para percatarme que no decían “República de Cuba” sino “URSS” o “RDA”.

 

Así, avanzando entre carteles al peor estilo del realismo socialista llegué a la reproducción de una oficina de la KGB. El teléfono tosco, los archivos metálicos con cada cajón etiquetado con una letra y allí las fichas. Pequeñas cartulinas manchadas por el tiempo con los nombres de los vigilados. Aquel era el catálogo de los ciudadanos incómodos, de los críticos y de quienes alguna vez fueron objetivo de la policía política. Tuve la tentación de buscar la “Y” y hurgar en las fichas en busca de un nombre. Pero en ese momento la asfixia que me producía aquel Museo del Comunismo llegó a un punto insoportable y salí corriendo hacia la calle, a tomar una bocanada del aire frío y libre de Praga.

Yoani Sánchez:

“La Argentina empieza a vivir la censura”

Gastón Roitberg

10 de marzo de 2013

 

La presencia de Yoani Sánchez -la filóloga, bloguera y twittera cubana crítica de la situación de su país- en la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en esta ciudad puso fin a un triste récord. Es que se trata de la primera vez en cincuenta años que un representante de ese país presenta un informe sobre la situación de la libertad de prensa en la isla.

 

La periodista -de viaje por la región tras lograr la autorización del gobierno de Raúl Castro para salir de su país- fue tajante en el comienzo de la exposición frente a más de 300 periodistas iberoamericanos: “El estado de la libertad de prensa en Cuba es calamitoso”.

 

Y detalló: “Colegas independientes y blogueros alternativos sufrimos la represión raulista, es decir un cambio en el método. Antes éramos víctimas de grandes shows mediáticos, pero ahora el estilo es más paramilitar, para no dejar huellas legales”.

 

En su exposición y ante la pregunta de un colega, la flamante vicepresidenta regional de la comisión de libertad de expresión de la SIP no puso reparos en comparar la situación que se vive en Cuba, con lo que ocurre en la Argentina y en Venezuela en materia de libertad de expresión.

 

“A pesar del cerrojo informativo que existe desde adentro de Cuba, he estado muy pendiente de procesos de censura y control estatal que existe en estos países. Ustedes están comenzando a experimentar la jaula ahora, pero nosotros estamos dentro y sabemos bien de qué se trata. El problema de la jaula es que uno corre el riesgo de acostumbrarse y puede terminar conformándose con el agua y el alpiste”, advirtió ante el auditorio la bloguera de Generación Y (www.desdecuba.com/generaciony).

 

A pesar de la censura constante que sufre en su país, Sánchez esta esperanzada con el surgimiento de fenómenos que “ayudan a los cubanos silenciados a hacer visible su opinión” a través de las nuevas tecnologías.

 

“Los blogs, las redes sociales, y sobre todo Twitter, que nos dio inmediatez, permiten que narremos en primera persona y seamos nosotros la fuente informativa y el propio soporte para publicar las noticias censuradas -sentenció-. Las antenas ilegales, las memorias flash, las TV alternativas son mecanismos que permiten a los ciudadanos expresarse. Hay apetito de buscar esos materiales y de ahí nace la esperanza. Ya no nos tragamos la papilla informativa del gobierno y el monopolio del control de los medios por el partido comunista.”

 

En relación con su nombramiento como vicepresidenta regional para Cuba de la comisión de libertad de prensa de la SIP, Yoani Sánchez entiende que es una manera de “canalizar una serie de problemas de un grupo cada vez más grande de periodistas cubanos que pueden encontrar en esta tribuna el chance de narrar esa porción de Cuba que se olvida, de esa que las lindas playas y el ron esconden”.

 

POR LOS DERECHOS HUMANOS

 

  • PUEBLA, México.- La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) expresó ayer su preocupación por el proceso de reformas al Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) que impulsa la Organización de los Estados Americanos (OEA).

 

  • La entidad cuestionó a los gobiernos que condicionan su apoyo financiero a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “para que se transforme en un órgano de mera promoción de derechos y desplace su conocimiento de las denuncias de violaciones de las que aquéllos son responsables”.

 

  • En ese sentido, manifestó “que se encuentra alerta y denunciará, públicamente y en todas las instancias, todo aquello que pueda debilitar en sus competencias a dicho sistema, a las medidas de protección de derechos humanos que adopta la Comisión y a las funciones preventivas y de denuncia que realiza la Relatoría para la Libertad de Expresión”.

 

SIP 2013: la reinvención de los diarios tradicionales.
En la reunión de medio año de la SIP, periodistas de toda la región compartieron sus estrategias para reinventar los diarios con eje en la producción multimedia y el contenido de calidad

Yoani Sánchez es entrevistada en México

9 de marzo de 2013

Presenta Yoani Sánchez

histórico informe ante Asamblea de la SIP

Rolando Cartaya

9 de marzo de 2013

 

La bloguera cubana Yoani Sánchez se convirtió en el primer periodista residente en la isla en más de 50 años en presentar --este sábado en Puebla, México-- un informe sobre la situación de la libertad de prensa en Cuba ante la Asamblea semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa.

Al agradecer la invitación y su designación el año pasado como vicepresidenta regional para la libertad de prensa en Cuba de la SIP, Sánchez agradeció también la relativa protección que esas deferencias brindan a quienes tratan de informar desde la isla.

La célebre bloguera y colaboradora de diarios en el exterior, quien se describió a sí misma como una periodista a la carrera y no de carrera, señaló que que el solo hecho de que hayan pasado más de 50 años para que un cubano se siente en la Asamblea de la SIP es un indicador de cuán mal está la libertad de prensa en la isla, la cual describió como “calamitosa”.

 

La bloguera cubana dijo que ha estado pendiente de lo que ocurre en el continente sobre los procesos de censura en países del continente. Vivir en la jaula fue el término que utilizó Yoani para referirse a la falta de información y censura, que ya existe en Cuba por décadas. Cuidado con dar las gracias por tener esa jaula.

 

​​Sánchez mencionó la vigencia en su país de un marco legal que impide el libre ejercicio de la discrepancia, la opinión y la información, el cual incluye disposiciones como la Ley Mordaza utilizada en 2003 para condenar a largas penas a 75 opositores y periodistas independientes. “Cualquier persona que en Cuba ejerza el periodismo independiente está caminando por una delgada línea roja entre la libertad y la cárcel”, señaló.

Puso como ejemplo el caso del reportero de la agencia independiente Hablemos Press Calixto Ramón Martínez, detenido desde hace seis meses sin juicio y en su segunda huelga de hambre desde el pasado 6 de marzo.

 

Precisó que los delitos de Martínez fueron destapar la epidemia de cólera en Cuba e investigar, en el momento de su arresto, el mal estado de un lote de medicamentos enviados por la Organización Mundial de la Salud, en un país que la prensa oficial describe invariablemente como un paraíso.  

 

Señaló que el estilo de la represión contra los informadores alternativos ha cambiado en Cuba, de los shows mediáticos y las largas penas de prisión bajo Fidel Castro, a un estilo paramilitar bajo Raúl Castro que no deja huellas legales, pero que incluye golpes, amenazas, detenciones y breves secuestros en plena calle a cargo de hombres vestidos de civil que nunca se identifican. Así no queda rastro y la víctima queda sin una evidencia legal con la cual presentar una denuncia.

 

​​Sánchez manifestó que a pesar de un panorama tan gris, está muy esperanzada por la ebullición del deseo de expresarse y decir de los cubanos, de reportar la Cuba real censurada en los medios oficiales y la propaganda turística.

 

Resaltó que la tecnología les está ayudando mucho en esa tarea. Comparó los tiempos en que los periodistas independientes tenían que dictar sus noticias por teléfono al extranjero para que alguien las transcribiera y publicara, con los tiempos actuales en que nuevas herramientas como los blogs y las redes sociales les permiten no sólo ser la fuente informativa sino controlar el soporte tecnológico de la información.

Ello --dijo-- ha estimulado la proliferación de portales y revistas digitales, un soporte adecuado para la “minusvalía” material en que según explicó viven los cubanos.

Describió como en un mercado que es ilegal y clandestino en la isla circulan documentales, series, filmes, copias de páginas web a través de las memorias flash, que son pequeñas, manuables y difíciles de interceptar.

 

Destacó asimismo el papel de Twitter, que ha proporcionado a los comunicadores alternativos la posibilidad de conferir inmediatez a su información. “Es ir por la calle sin internet pero con un teléfono móvil, y poder enviar en un momento 140 caracteres que le digan al mundo lo que está ocurriendo”.

 

La autora del laureado blog Generación Y señaló que después de 50 años de férreo monopolio partidista de la información, la dinámica informativa está cambiando, porque los cubanos disponen para enterarse de otras vías como las antenas ilegales de televisión, las memorias flash, los CD y DVD.

 

​​De ahí nace mi esperanza, de que el cubano común ya no se traga tan fácilmente la papilla informativa que le da el Estado o el partido comunista, está buscando más. Y a través de esa búsqueda y esa generación de contenidos, con mucho ingenio, pero con mucho peligro también, estamos abriendo el cerrojo insular”.

 

Por un lado, nada está cambiando: seguimos viviendo en un país donde están penalizadas la discrepancia y la opinión; pero por el otro, algo está cambiando irremediablemente en Cuba, algo está cambiando en el interior de los cubanos”, terminó diciendo Yoani Sánchez. a la Asamblea de la SIP.

 

Humberto Castelló resume desde Puebla puntos claves del informe de Yoani.

 

http://realaudio.rferl.org/ocb/CU/manual/2013/03/09/589f44d7-0436-4184-9fa7-408beb855cd4.mp3

 

Sesión de preguntas y respuestas

 

En la sesión de preguntas y respuestas, al finalizar Yoani Sánchez su informe, el periodista Miguel Ángel Otero, del diario El Universal, de Venezuela quiso saber sobre el acceso al Internet en Cuba y Yoani Sánchez explicó las opciones que existen para que el cubano promedio pueda conectarse a la red y pagando para ello de 6 a 12 dólares la hora, detallando que es casi el salario de medio mes, y así poder entrar a la red.

 

Recordó que en los centros docentes cubanos hay acceso a Internet pero es una conexión lenta, con más páginas censuradas, una cuota de horas y el temor al censor que revisa las páginas visitadas y las sanciones que implica el visitar páginas prohibidas. También dijo que en las embajadas extranjeras en La Habana se puede acceder a Internet, pero hay un costo político que imponen las autoridades cubanas por visitar las sedes diplomáticas.

 

Humberto Castello, de MartiNoticias, preguntó sobre los cambios en Cuba.

 

“Nada esta cambiando”, explico Yoani, y declaró que las medidas que ha tomado el gobierno en los últimos años son de poco calado y aseguró “no nos llamemos a engaño, no son renovadoras, son ajustes para preservar el poder, para mantener el control”. Llamó la atención del peligro de que esos ajustes lleven a la comunidad internacional a quitar los ojos de Cuba.

 

“Pero algo esta cambiando en el interior de los cubanos”, dijo Sánchez, “cuando expresan su inconformidad con el régimen como nunca antes, lo mismo en videos que en canciones”, Aprovechó la presencia de los colegas del continente para pedir que se concedan espacios en los medios extranjeros a los informadores cubanos.

 

Dijo sentir pena por el hecho de que los cubanos no hayan hecho el cambio desde abajo, pues no ve que la temperatura del sentimiento crítico conlleve a una transformación. Pero expresó esperanzas por el talento de los que viven allí y los que viven en el extranjero.

 

​​​​Ante la pregunta de un periodista de Guadalajara sobre la hipotética renuncia de Raúl Castro, como le dijera a la prensa recientemente, declaró que si no fuera por lo dramático de la situación daría risa. “El es responsable también del desastre de la isla, y tiene tanta responsabilidad como su hermano Fidel Castro”, aseguró.

 

Carlos Jornet, del diario La Voz del Interior, de Córdoba, Argentina y Presidente de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, le pidió a Yoani que visitara su país. Le preguntó si ha estado al corriente de la situación de la prensa en el continente, los peligros de ésta y las comparaciones con Cuba.

Yoani Sánchez habla con la VOA

de Chávez, Cuba y la web

Juan Moreno Romero

9 de marzo de 2013

 

La bloguera cubana, de visita en España, señala que la muerte de Hugo Chávez era una noticia que se esperaba desde hace tiempo.

 

La creadora del blog ‘Generación Y’, Yoani Sánchez, visitó Burgos para participar del tercer Congreso Iberoamericano sobre Redes Sociales, iRedes, y allí conversó sobre sus peripecias para enviar mensajes, ‘surfear’ la web y exponer las condiciones de la isla con una internet que solo llega al tres por ciento de los usuarios locales.

 

Esta es la entrevista que concedió a Juan Moreno Romero de la Voz de América, junto a otros periodistas.

 

Periodista: ¿Cómo piensa que va a afectar a Cuba la muerte Hugo Chávez?

 

Yoani Sánchez: La muerte de Hugo Chávez era una noticia que se esperaba desde hace tiempo. Los cubanos están divididos entre dos sensaciones. La gente sabe del amplísimo subsidio que viene de Venezuela, y que soporta al régimen y a la economía familiar. La gente asocia eso a corte eléctricos colapso de transportes... desabastecimiento. Se piensa en un nuevo período especial y esto preocupa.


Pero por otro lado hay una sensación de que cuando el gobierno cubano se dé de bruces con el hecho de que ya no hay subsidio, puede ser que se abran económicamente. Que flexibilicen, permitan mayores licencias por cuenta propia, la inversión extranjera, quizás incluso permitan a los exiliados invertir. Hay una sensación de que esto puede ser una variable que catalice el cambio, ese es el dilema nacional ahora mismo.

 
Por otra parte pienso que un sistema tan personalista, hecho a la imagen y semejanza de un hombre no puede sobrevivir a su muerte. Se puede demorar un poco más, puede haber intentos de utilizar todo este luto en aras de hacer crecer la efervescencia revolucionaria, pero un sistema personalista no puede sobrevivir sin su cabeza. Pienso que terminará.

Periodista: Después de 10 años sale y se reencuentra con el exterior, ¿cómo ha encontrado a América Latina y a Europa?


Yoani Sánchez: En los países en los que he estado, en Brasil por ejemplo, me impresionó mucho el sentido de prosperidad. Amén de todos los problemas, de las luces y de las sombras, había una sensación de que el futuro va a ser mejor. Eso me gustó porque en Cuba llevamos décadas pensando que el mañana puede ser más sombrío, hay una sensación de zozobra con el futuro. En el caso de la Vieja Europa, yo la he encontrado muy joven.

 
Periodista: En su blog ha dicho lo que más le ha llamado la atención es que nadie le prohíbe cosas. Ahora que lleva unos días viajando ¿cómo lo está viviendo?

 
Yoani Sánchez: Más que un viaje espacial es un viaje en el tiempo, no es un viaje tanto de kilómetros como de años. Como decía en mi blog, Generación Y, es un poco esa sensación de esperar a que alguien venga a regañarte. En Cuba es común que siempre algo esté prohibido, alguien aparece y te dice que no puedes hacer fotos, por aquí no puedes caminar, o no puedes hacer eso.


Periodista: ¿Pueden las redes sociales contribuir a que haya cambios políticos en Cuba como lo han hecho en otros países?

 
Yoani Sánchez: Pienso que sí, pero quizás no en la medida en que sucedió en África del Norte. Allí había un contacto mucho mayor con la tecnología. En Cuba eso no sería posible porque estamos todavía a un nivel muy embrionario. Aunque el gobierno diga que un veinte por ciento de la gente está conectada a Internet, lo cierto es que la conectividad es del tres por ciento. Pero sin lugar a dudas, aunque no sea al nivel de otras naciones va a incidir, va a ayudar a catalizar ciertos procesos democratizadores.

 
Periodista: ¿Cómo considera el papel que usted está jugando? Es muy conocida a nivel internacional, pero no en tu propio país.

 
Yoani Sánchez: Mi objetivo al escribir mi blog no es la fama, la fama es un efecto colateral. Las personas que me conocen de cerca saben que soy una persona con mucha tendencia al intimismo, que la fama son los clavos de mi cruz.

 

Cuando ando por las calles hay mucha gente que me conoce, pero el hecho de que se me conozca más fuera de Cuba, es un símbolo del monopolio informativo. Un monopolio que se está rompiendo porque la propia información que sale al exterior rebota al interior a través de exiliados o emigrantes que llaman por teléfono y mandan mensajes de texto.

 
Periodista: El régimen ha usado su salida para demostrar que la nueva ley migratoria funciona, ¿se siente utilizada?

 
Yoani Sánchez: Están trabajando con herramientas muy del siglo XX, creen que pueden controlar determinadas acciones, pero no es así porque no manejan los métodos modernos. En Brasil, la embajada cubana estuvo intentando generar un rechazo hacia mí, y el resultado final fue una enorme solidaridad, y una amplificación de la visita.

 
Si me dejaron salir para dar esa impresión, tienen que saber que voy a hablar frente a los micrófonos todo lo que pienso, por lo tanto el coste político va a ser alto. Esto no solo ocurre conmigo, sino también con muchos otros disidentes políticos que están saliendo.

 
Periodista: ¿En Cuba tiene contactos con la Sección de Intereses, les facilitan material? Una de las acusaciones que les hacen es que son agentes dobles.

 
Yoani Sánchez: Desde que yo era niña, se ha intentado afiliar a toda persona que va en contra de la propaganda oficial con EE.UU.


No tengo más contacto con la oficina de intereses que las cuatro veces que he ido a solicitar cuatro visas. La primera vez me encontré con Omara Portuondo, la segunda con Pablo Milanés y la tercera con el secretario personal de Mariela Castro. ¿No les preguntan a ellos si tienen relaciones con la oficina?

 
Si el gobierno cubano tiene algún problema en que interactúe con la población, lo mejor sería no darles permisos para estar en Cuba. Por cierto, hace dos semanas Raúl Castro recibió a dos senadores estadounidenses y nadie la ha acusado de nada. En general no hay un sentimiento antiamericano en la gente, la propaganda oficial es otra cosa. Muchos cubanos llegan a fin de mes por las remesas que mandan sus parientes de La Florida.

 
Periodista: ¿Ha leído la entrevista a Ángel Carromero en elWashington Post? Asegura que en el siniestro en el que murieron Oswaldo Payá y Harold Cepero les embistió un automóvil por detrás.

 
Yoani Sánchez: Los cubanos hemos esperado meses por respuestas sobre lo que ocurrió ese 22 de julio. No solamente la familia y el sector opositor, también los cubanos en general y la opinión pública internacional.

 
Ahora empiezan a salir los retazos, las partes del relato. He leído esas declaraciones y me parece que se abre una gran pregunta: si se va a llevar a cabo una investigación independiente. Al no haber separación de poderes, todo lo que tiene que ver con los tribunales está íntimamente ligado a la política, a la ideología.

 
Periodista: ¿Usted se siente segura?, ¿se está sintiendo segura durante este viaje?

 
Yoani Sánchez: Cuando uno vive bajo un totalitarismo que puede destruirte así (chasquea los dedos), yo creo que lo mejor es no dejarse paralizar. Yo intento despertarme cada mañana y hacer lo que hago. Cuando me despedí de mi familia yo les dije: no se preocupen, me voy en paz. Quiero vivir 160 años pero si termina mañana mismo, he hecho lo que quería.

 
Periodista: Hay unas declaraciones suyas en las que critica la política estadounidense sobre el embargo que han causado cierto revuelo.

 
Yoani Sánchez: Mi posición sobre el embargo es sobre todo la conciencia de que el gobierno lo utiliza como una cortina de humo para tapar los grandes temas nacionales. En el conflicto cubano el David es el pueblo y el Goliat es el gobierno.


Pero la propaganda quiere hacernos creer que el Goliat es Estados Unidos, creando la sensación de plaza sitiada en la que como dijo Loyola, disentir es traicionar. Este es el principal motivo por el que estoy en contra del embargo, porque se utiliza como argumento.

 
Periodista: Antes ha dicho que en Venezuela la situación va a cambiar porque un régimen personalista no puede trascender a la muerte de su líder ¿Esto también se le puede aplicar a Cuba?

 
Yoani Sánchez: Sí, pero en Cuba el epicentro, la persona ha cambiado. Ahora todo gira en torno a Raúl. Miguel Díaz-Canel no tiene poder real. Puede acabar siendo un gran reformista, quién sabe, pero por el momento parece una persona de continuidad. Yo creo que el sistema no va a sobrevivir, pero no vamos a tener un día del cambio, sino que un día vamos a mirar atrás y vamos a decir: ¡Uff!, cambió.


Participaron en esta entrevista, Juan Moreno Romero de la Voz de América, Belén de Juan de ‘Muy Interesante’ e Ignacio Uría de ‘Nuestro Tiempo’.

Yoani Sánchez y Eliécer Ávila

hacen declaraciones desde la República Checa

Yoani Sánchez: un huracán cubano en Brasil (I)

Jorge Hernández Fonseca*

26 de febrero de 2013

 

El relato de una conspiración del embajador cubano en Brasilia, que lejos de perjudicar a la bloguera cubana, amplificó su importancia y destaque en Brasil

 

Antecedentes

 

Dado Galvão, documentalista brasileño y director del documental Conexión Cuba Honduras, donde Yoani Sánchez es entrevistada como parte de la trama de la cinta, cuyo tema básico pudiera resumirse así: “ni gobiernos autoritarios de la derecha (Honduras), ni dictaduras de izquierda (Cuba)”, convidó a Yoani para estar presente en Brasil, en dos ocasiones diferentes, para presidir la ‘Premier’ de su documental. La primera actividad fue frustrada por la negativa castrista a permitir la salida de Yoani y en la segunda tentativa, que tampoco Yoani fue autorizada a viajar, asistió solamente el periodista hondureño entrevistado como Yoani en el documental. Galvão entonces prometió ayudar a Yoani para venir al Brasil.

 

Cuando se hizo público que en Enero 14 de 2013 la dictadura cubana comenzaría a aplicar una “reforma migratoria” Galvão me contactó personalmente para iniciar en Brasil un movimiento entre cubanos residentes y brasileros demócratas, para traer a Yoani Sánchez al Brasil. La primera actividad fue organizar una colecta de fondos para comprar el boleto de avión que trajera la bloguera al Brasil. Muchos cubanos y brasileños donaron su dinero para tal causa, hasta que un grupo de brasileños de la ciudad de “Feira de Santana” en el estado de la Bahía, asumió como suyo el compromiso, compró el pasaje y viajó a Cuba a entregarlo personalmente a Yoani, junto con la carta de invitación de Galvão para conseguir la visa de entrada a Brasil.

 

En paralelo con los esfuerzos cubano-brasileños para traer a Yoani al Brasil, la embajada cubana en Brasilia comenzó a preparar un documento de más de 230 páginas (llamado en Brasil de “dossier”) con calumnias y fotomontajes burdos sobre la bloguera. La tesis contenida en el “dossier” era que a Yoani “le gustaba el capitalismo y el dinero” por tres razones: primero porque ‘comía bananas’, segundo porque ‘tomaba cerveza de lata’ y tercero porque ‘le gustaba ir a la playa’”. Los supuestos tres gustos de la bloguera eran respaldados por fotos de Yoani comprando bananas, sentada en una silla tomando sol en la playa y ante una mesa con latas de cerveza. Esta burda acusación oficial contra Yoani, hecha por un país donde estas actividades son un privilegio de turistas, desmontó desde el inicio el impacto contra la bloguera cubana en Brasil, donde hasta el más miserable ‘toma cerveza, come bananas y va a la playa’.

 

Pero había más. El embajador cubano, con su prepotencia característica convocó a una reunión con militantes del PT y de otros partidos de izquierda locales en la embajada cubana en Brasilia, para organizar y financiar el ataque a la bloguera cubana en las redes sociales y preparar los “actos de repudio” durante su visita, con consignas suministradas por la propia embajada. En esta reunión injerencista en los asuntos internos brasileños, participó incluso un funcionario que trabaja directamente en la presidencia de la República, tal fue la profundidad de la conspiración contra la visita al país de “una de los 10 intelectuales más influyentes de Latinoamérica” según la revista Foreing Police lo que debe llenar de vergüenza al castrismo.

 

El viaje y la recepción inicial de Yoani Sánchez en Recife

 

El cineasta Dado Galvão, en coordinación conmigo, había preparado un programa de actividades de Yoani en Brasil que tenía como primer punto una recepción simple en el aeropuerto de Recife, capital del estado brasileño de Pernambuco, por parte de una comisión compuesta por el propio cineasta, un representante del grupo de “Feria de Santana” y yo, momentos que Yoani sería presentada a la prensa brasileña y serían coordinados con la bloguera los movimientos del viaje, que incluía de inicio el desplazamiento inmediato desde Recife —lugar de la recepción inicial en Brasil— hasta la ciudad de Salvador, capital del estado brasileño de la Bahía, al cual pertenece la ciudad de “Feria de Santana” donde había una programación de dos días con la bloguera cubana.

 

Yo me desplacé hacia Recife el domingo 17/02 desde la ciudad de Belém, capital del estado brasileño del Pará, para estar presente en el recibimiento de Yoani. Momentos antes de partir, recibí una llamada telefónica de Galvão comunicándome que la mayor revista semanal brasileña, VEJA, acababa de publicar en su edición de ese sábado 16/02, todo lo relativo a una conspiración del embajador cubano en Brasilia —que la revista había obtenido de uno de los militantes convidados a la reunión, el “dossier” contra Yoani— estallando así un escándalo de proporciones nacionales, que lejos de perjudicar a la bloguera cubana, amplificó su importancia y destaque en Brasil, como posteriormente fue comprobado. Le salió “el tiro por la culata”.

 

Antes de viajar a Recife compré la revista y fui en mi viaje leyendo los detalles del “dossier”, que contiene las 3 fotos de Yoani —referidas antes— como “pruebas” de que le “gusta el capitalismo” (bananas, cerveza y playa). En el reportaje se hacían pesadas acusaciones a las autoridades brasileñas por autorizar a un alto funcionario de la Presidencia de la República a asistir, en nombre del gobierno, a una reunión imposible de concebir el un país libre, como lo es Brasil. La lectura me llenó de estupor, porque en realidad la preparación del su viaje por parte de Galvão y mía, no incluía nada referente a la seguridad de la pacífica y frágil bloguera cubana en Brasil.

 

Al llegar al aeropuerto de Recife, lo primero que hice fue reunirme con el jefe de INFRAEREO local (una organización estatal que cuida de la infraestructura de los aeropuertos) con vistas a señalarle la gravedad de lo publicado por VEJA contra la bloguera cubana, que yo había ido a recibir y que llegaría por este punto al Brasil. La razón de este contacto era el solicitar la autorización de las autoridades locales, para contactar con Yoani antes de salir del área internacional y comunicarle los hechos narrados en la revista, con dos objetivos: primero prepararla para una recepción hostil, pagada por la embajada cubana y segundo, para ella no dar opiniones sobre la participación del la presidencia en la conspiración de la embajada, hasta no tener mayores precisiones al respecto, evitando una confrontación con el gobierno de inicio.

 

Fui profesional y excelentemente atendido en el INFRAEREO local, pero el área de recepción internacional no está sobre el control de esa institución, que me comunicó que debería ir a la Receta Federal (que cobra los impuestos de entrada de objetos al país) o a la Policía Federal, encargada de operar la aduana de entrada a Brasil. Con esa información decidí acudir a la Policía Federal, donde comuniqué el problema que se presentaba con lo publicado por la VEJA y la potencial recepción negativa, para lo cual no estábamos preparado. El oficial fue muy receptivo con mi pedido y se comprometió a reforzar la seguridad en el horario de llegada del vuelo de Yoani (la madrugada del lunes 18/02, a las 12:30) pero que no había posibilidades de yo ser autorizado a pasar al área internacional bajo su control, por razones de seguridad.

 

De la Policía Federal me trasladé al buró de la empresa aérea que traía a Yoani al Brasil, la empresa panameña COPA. Un alto funcionario de la empresa me atendió con mucha cortesía, pero no tenía autoridad de autorizarme a entrar al área internacional para hablar con Yoani antes del su salida. A la salida de Yoani seguramente habría muchos periodistas así como los manifestantes pagados por la embajada cubana. Sin embargo, el funcionario de COPA me ofreció una solución: él interceptaría a Yoani en el tubo de salida del avión, antes de la frontera, para llamarme a mi teléfono celular desde su teléfono móvil, para ponerme al habla con Yoani, cosa que me pareció una buena solución en esas complejas circunstancias y así se hizo.

 

Al presentarse Yoani en la puerta de salida del área internacional, ya había un batallón de unos 30 fotógrafos y medios de prensa brasileños e internacionales junto a un grupo de otros 20 manifestantes pagados por la embajada cubana. A la salida de la bloguera habíamos coordinado que fuera inicialmente abrazada por Galvão y posteriormente por mí. De inicio, el abrazo de Galvão se produjo sin los manifestantes haber identificado la demasiado frágil figura de Yoani como para que su mente la asimilara como la mujer que ponía en crisis a su ‘Comandante’ de la Habana. Fue durante mi abrazo que comenzaron los gritos, así como el despliegue de los carteles orientados por el embajador cubano. Las consignas eran en español y de inicios de la revolución, como “Cuba sí, yankees no”, “pin pon fuera, abajo la gusanera”, lo que resultó sumamente simpático a Yoani, que identificó enseguida el origen de la “protesta”.

 

Como ya habíamos planeado antes, nos trasladaríamos del área internacional de salida hacia una sala VIP ofrecida por las autoridades del aeropuerto. Los periodistas hicieron algunas preguntas a Yoani y los flashes de las cámaras iluminaron el ambiente con una claridad ininterrumpida. Yoani caminó por el corredor, seguida por los periodistas mientras los manifestantes intentaban llegar hasta ella con sus carteles, pero Yoani fue flanqueada por Galvão y uno de los organizadores de sus actividades en “Feria de Santana”, mientras yo me situé a sus espaldas, para evitar cualquier intento, que afortunadamente no se produjo.

 

Una vez dentro de la sala VIP, la manifestación se dispersó afuera y Yoani fue recibida dentro de la sala por los trabajadores del aeropuerto allí presentes, todos abrazándola y queriendo retratarse con ella, pidiéndoles disculpas por los improperios en su contra “de un grupito de inadaptados a la democracia” le decían, “que no representa la hospitalidad del pueblo brasileño”. Allí Yoani dio sus primeras entrevistas (tres en esa madrugada) diciendo que “las manifestaciones no le habían causado mala impresión, porque en democracia hay que estar dispuesto a cosas como esta”. Que “lo único que sentía es que en Cuba no hubiera cosas así con los visitantes, porque la represión cubana acabaría con las protestas en 2 minutos”, dijo.

 

La calurosa recepción de los brasileños simples en el aeropuerto, funcionarios de las líneas aéreas, policías, personal de limpieza, fotógrafos y periodistas, me dio el primer indicio de lo que se repetiría durante todo el viaje. Un grupito de ‘militantes’ pagados por la embajada cubana fueron los únicos brasileños que recibieron agresivamente a Yoani Sánchez en Brasil. Yoani Sánchez, al recorrer las calles y plazas del país en adelante, siempre fue recibida con muestras de cariño, respeto, curiosidad y una admiración más propia de un “pop star” (como la califica la prensa brasileña) que de una bloguera. Todos se admiraban y sorprendían que una persona tan frágil —y mujer— fuera quién había puesto en crisis total al “Comandante cubano”.

 

(continuará)

Yoani Sánchez: un huracán cubano en Brasil (II)

Jorge Hernández Fonseca*

28 de febrero de 2013

 

Los manifestantes tenían un papel impreso en colores, probablemente por la embajada cubana, donde estaban escritas las consignas y acusaciones que deberían hacerle a la bloguera cubana

 

La mañana del 18 de Febrero pasado amaneció en todo Brasil la foto sonriente de la cubana Yoani Sánchez estampada en la primera plana de la mayoría de los periódicos brasileños de gran circulación, así como en una buena cantidad de los más de cinco mil periódicos regionales y municipales. La recepción simple que los amigos brasileños y cubanos prepararon para la bloguera, se convirtió en noticia nacional por obra y gracia de la conspiración del embajador cubano en Brasilia, del escándalo nacional destapado por la revista VEJA —al publicar parte del dossier lleno de calumnias contra la cubanita— y la serenidad y la paz de espíritu, acompañado de la sonrisa permanente de Yoani Sánchez y su proverbial cabello largo al frente de su figura.

 

Después de dar sus primeras tres entrevistas en la madrugada, poco después de su llegada a tierras sudamericanas y lejos de mostrar el agotamiento de un largo viaje desde Cuba —con escala en Ciudad Panamá— la bloguera cubana recibió la primera de una larga serie de muestras de solidaridad de brasileños que no estaban entre los que organizaron su llegada, muchos que ni siquiera habían escuchado antes hablar de su blog. En una sala VIP, brindada por la línea aérea que la había traído desde La Habana, dio sus primeras entrevistas, con respuestas que aparecieron en la primera plana de los principales diarios brasileños y que iniciaron una larga saga de descorrimiento del velo castrista que hasta ese momento cubría la realidad cubana ante la sociedad brasileña, que la convirtió en una heroína.

 

De la sala VIP fuimos trasladados, atravesando pasillos interiores de las dependencias administrativas del aeropuerto de Recife —por el temor a que en los pasillos convencionales del aeropuerto hubiera manifestantes pagados por la embajada cubana— a la sala de operaciones de la línea aérea que nos llevaría desde Recife hasta la ciudad de Salvador, capital del estado brasileño de la Bahía, palco de la primera comparecencia pública de la ya famosa bloguera cubana. El espacio de la sala operativa de la aerolínea brasileña era pequeño, suficiente para albergar algunas mesas de trabajo, equipos de comunicación y computadores, donde fuimos atendidos “a cuerpo de rey” por los trabajadores operativos de la empresa, que nos ofrecían las facilidades a su alcance. Yoani, que había traído desde la Habana su laptop, se apresuró a entrar en Internet. Sorprendida de la velocidad de la conexión, no paraba de navegar extasiada.

 

Casi al amanecer, fuimos llevados por los trabajadores de la línea aérea hasta el avión, no sin antes pedir a Yoani un rito que se iría a repetir hasta el cansancio en toda la geografía del gigante sudamericano, la correspondiente foto con cada uno de los funcionarios y trabajadores de la aerolínea que tan bien nos había atendido. No fue necesario comparecer al check-in del vuelo a Salvador. Todo fue resuelto sin nuestra participación, por la ayuda efectiva de los funcionarios de la línea aérea ‘amiga’, facilitado por el hecho que en un vuelo interno, como el que efectuaríamos, sólo los trabajadores de la aerolínea tienen que resolver esos detalles.

 

Rafael Velame, periodista bahiano y representante del grupo de la ciudad de “Feria de Santana”, que había participado de la recepción de Yoani en Recife y que junto a Dado Galvão, el bloguero brasileño Arlen —internauta amigo de Yoani— y yo, habíamos protegido a la bloguera cubana de la turba pagada por el embajada cubana, se comunicó con los brasileños que en el aeropuerto de Salvador nos esperaban en un micrómnibus, alertándolos de la probable presencia de manifestantes a la salida de la sala de desembarque. Como ese temor se materializó, los amigos que nos esperaban prepararon un esquema que nos permitió la salida de la sala de desembarque hacia el micrómnibus por una puerta lateral y a su vez, la salida del vehículo del aeropuerto, que nos conduciría a “Feria de Santana” por un portón trasero, que de forma tardía llegó a ser identificado por los manifestantes sin efectos prácticos. Llegamos a ver, desde el micrómnibus, los manifestantes en tropel hacia la puerta que liberó nuestro camino hacia la ciudad donde se efectuarían las primeras presentaciones públicas de Yoani.

 

Llegamos a la ciudad de “Feria de Santana”, a una hora de camino desde Salvador, cerca del mediodía y fuimos instalados confortablemente. A la llegada del micrómnibus al hotel de la pequeña ciudad bahiana, ya había un batallón de periodistas nacionales e internacionales aguardándonos. Yoani descendió del micrómnibus e inmediatamente aquel ejército de fotógrafos, camarógrafos y periodistas la rodearon. Mientras nosotros hacíamos los trámites de hospedaje, los amigos de “Feria de Santana” llevaron a Yoani a un espacio del lobby del hotel donde fue rodeada por camarógrafos, periodistas y fotógrafos que le preguntaban las cosas más disímiles sobre su blog, su vida, Cuba y la embajada cubana. De este contacto inicial y la cercanía con la bloguera cubana, la mayoría de los periodistas y fotógrafos hicieron amistad con Yoani y una buena parte de ellos, turnándose, pasaron a viajar con nosotros en el ómnibus.

 

La actividad principal por la cual Yoani había sido convidada al Brasil, era la presentación del documental Conexión Cuba-Honduras, del cineasta brasileño Dado Galvão, en tierras de la Bahía, específicamente en la ciudad de “Feria de Santana”. La actividad fue programada para las 7 de la noche del mismo día de llegada de Yoani y contaría con la participación del senador brasileño y fundador del PT, Partido del Trabajo, Eduardo Suplicy, al cual pertenecen el ex presidente Lula da Silva y la actual presidenta Dilma Rousseff. A ser avisados que el senador Suplicy ya había llegado a la sala de la presentación del documental, salimos del hotel con Yoani en el pequeño ómnibus hacia la primera actividad pública programada durante su visita.

 

A pocos metros del local de la presentación, nuestro micrómnibus se detuvo y fuimos avisados que el local había sido “tomado por los manifestantes” y que deberíamos esperar porque el senador Suplicy entablaba negociaciones con la masa descontrolada, que gritaba en forma agresiva, incluso contra el propio senador. Cuando el ambiente se calmó un poco, fuimos avisados para llegar al local y descender del ómnibus. Yo me situé al lado derecho de Yoani abrazándola por sus hombros. Los manifestantes, al ver su figura —ya conocida por los diarios de esa mañana— irrumpieron en gritos y alaridos. Nosotros, flaqueados por amigos brasileños y periodistas, caminamos y entramos en un pequeño gimnasio y nos dirigimos hacia la izquierda. Yo, intentando proteger a Yoani a mi izquierda. Un batallón de fotógrafos frente a nosotros formaba un par de anillos protectores, caminando ellos de espalda y fotografiando continuamente. Divisé casi al fondo del gimnasio una puerta de vidrio en la que entré con Yoani.

 

En la salita había algunos periodistas y fotógrafos además de unas pocas personas, entre ellas, las autoridades locales. El alcalde (prefeito en Brasil) de “Feria de Santana” recibió a Yoani con mucho afecto y le dio la bienvenida en tan complejas circunstancias. Nos sentamos de espaldas a la pared lateral, junto a la mesa donde se colocó el alcalde. Yoani contestó preguntas sobre la multitud que le gritaba: “yo estoy acostumbrada a eso; el primer ‘acto de repudio’ de mi vida, lo vi a los 4 años de edad en el solar que nací, en La Habana, contra un vecino nuestro que había decido emigrar. Entonces no comprendí que sucedía, pero fue una experiencia que se gravó en mi mente hasta hoy”. El alcalde, bastante apenado y confuso, desconversaba.

 

Entró en la sala de repente uno de los militantes del PT ataviado con una boina verde olivo, con una estrella roja gigante y dirigiéndose a nosotros nos intimó. “Deben salir, el senador Suplicy dice que salgan”. Yo le riposté directamente y en el mismo tono intimidante, “Yoani no va a salir de esta sala en las condiciones actuales; no hay seguridad para ella”. El petista nos dijo, “deben salir, porque el senador quiere que salgan”. Yoani continuaba callada, pero sin demostrar absolutamente ningún miedo. Yo le contesté de manera casi descompuesta, “si el senador Suplicy quiere que Yoani salga, que venga ante nosotros a decírnoslo”. El hombre salió de la salita y al abrir la puerta escuchamos que el ruido de los gritos e improperios era ensordecedor.

 

A cabo de algún tiempo, entró en la sala el senador, pidiéndole a Yoani que saliera. Yo le expliqué que “en esas circunstancias no había garantías para ella salir a enfrentar los manifestantes”. El senador dijo que “ellos” se habían comprometido a respetar a la bloguera. Ante la insistencia, le dije: “senador, Yoani y yo vamos a ir hasta la puerta detrás de Ud., cuando la puerta se abra, Ud. le dice que Yoani sólo sale de la sala, si ellos se comprometen a respetarla físicamente”. Suplicy aceptó la sugerencia y caminamos hacia la puerta, Suplicy delante y nosotros dos detrás. El senador pasó un poco de trabajo, desde la puerta abierta, para conseguir la atención de los manifestantes y a gritos consiguió el consenso para salir.

 

Yo, que abrazaba a Yoani del lado de la pared lateral para protegerla de las turbas, salimos y nos dirigimos, ya casi sin gritos, a una mesa organizada frente a los asistentes. La mesa fue improvisada con varias mesas plásticas juntas, detrás de las cuales nos sentamos, el senador Suplicy al medio, en su lateral derecho Yoani, yo a seguir y Dado Galvão a mi lado. La platea estaba compuesta por unos 50 brasileños interesados en ver el documental y conocer la bloguera, todos sentados, y unos 15-20 manifestantes, todos de pie, vociferando consignas de inicios de la revolución. Suplicy tomó la palabra y de inmediato la dio el micrófono a Yoani.

 

Yoani se puso en pie y habló que no tenía ningún miedo a someterse a preguntas (aludiendo indirectamente a su falta de miedo con los manifestantes), que si eso era una demostración de democracia ella estaba dispuesta a aceptar; habló sobre el parecido de los cubanos y los brasileños, habló sobre su blog y de otros aspectos generales, dándoles a los manifestantes la palabra para preguntas. La seguridad de Yoani era muy precaria en esas circunstancias. Había una mesa plástica entre los enardecidos manifestantes, de pie y a menos de un metro de distancia, y nosotros, de manera que no resultaría difícil una agresión física. Yo le pedí a Yoani que retirara el máximo la silla hacia la parte trasera, donde había policías del cuerpo especial.

 

Comenzaron las preguntas, típicas. Que Yoani era miembro de la CIA, que ella no se manifestaba sobre el “bloqueo”, ni sobre la cárcel de Guantánamo, ni sobre “los 5” espías cubanos presos en EEUU. La procedencia de los recursos para su extenso viaje internacional, entre otras. Los manifestantes tenían —todos— un papel impreso en colores, probablemente por la embajada cubana, con las “orientaciones” escritas de las consignas y las acusaciones que deberían formulársele a la bloguera cubana. Yoani contesto con paciencia, humor e ironía, todas las preguntas e infundios sobre su blog y su vida. Cuando más Yoani desmontaba las mentiras de la dictadura castrista contra ella, más se enardecían los manifestantes por la falta de base de las acusaciones. Uno de los líderes del circo romano quiso que Yoani firmara un hoja de papel escrita a mano por él diciendo que estaba en contra del “bloqueo” y que pedía la liberación de “los 5” espías cubanos. Yoani se negó a semejante propuesta, después de lo cual terminamos la reunión, con una nota promedio para Yoani de 100 puntos y con una nota 0 para la turba.

 

Salimos protegidos por un círculo de 6 policías del cuerpo especial, rodeándonos a Yoani y a mí, que la mantuve abrazada, esta vez por mi parte izquierda, en función de la posición de la pared lateral protectora. En la salida hubo gritos, pero no intentos de agredirla, en parte por el cordón policiaco alrededor nuestro y en parte por la paliza que Yoani les propinó esa noche.

 

(continuará)

Yoani Sánchez: un huracán cubano en Brasil (III)

Jorge Hernández Fonseca*

1 de marzo de 2013

 

La canallada de “Feria de Santana” fue ejecutada además contra uno de los senadores más queridos y respetados, con reconocida militancia en la izquierda

 

Si la repercusión de la llegada de Yoani Sánchez a Brasil confirmó —según la prensa brasileña— la organización de los ‘actos de repudio’ por parte de la embajada cubana, materializado en la ruidosa bienvenida de Yoani por un grupito de asalariados del embajador cubano en el aeropuerto de Recife (confirmando la información de la revista VEJA) el pretendido linchamiento en “Feria de Santana” por otra claque traída de otras ciudades del estado de la Bahía, vino a colocar definitivamente la opinión pública brasileña del lado de la frágil y activa cubanita. La canallada de “Feria de Santana” fue ejecutada además contra uno de los senadores más queridos y respetados entre los políticos brasileños, Eduardo Suplicy, con reconocida militancia en la izquierda, objeto de improperios y faltas de respeto de la turba sedienta de sangre. Lo sucedido quedó como un acto de intolerancia inadmisible, no sólo contra una supuesta bloguera “agente de la CIA” como se quería hacer ver, sino como un intento de un país extranjero (el gobierno cubano) de definir el curso de la política interna del Gigante Sudamericano.

 

Después de la referida presentación pública en “Feria de Santana”, Bahía, Brasil, que tenía por objetivo la exhibición del documental del cineasta brasileño Dado Galvão —objetivo frustrado por obra y gracia de la baderna que organizaron los manifestantes pagados por la embajada cubana en Brasilia— las posteriores presentaciones de Yoani Sánchez en Brasil tenían el simple y único objetivo de escuchar lo que ella tenía que decir sobre los tópicos más variados, todos centrados en una isla muy querida para los brasileños de todas las tendencias: Cuba. Después de esa primera noche de intolerancia, vencida con el coraje de la bloguera y el apoyo del senador Suplicy, a Yoani le fue ofrecido una cena en la residencia de uno de los organizadores de las actividades en la ciudad, donde la bloguera cubana compartió toda la noche con el senador Eduardo Suplicy, participante importante de los actos de ese día, fundador y miembro destacado del PT brasileño, como es conocido. Yoani y Suplicy hablaron largamente.

 

El día siguiente, martes 19 de Febrero, aguardaba a Yoani una comparecencia —en la parte de mañana— ante la prensa nacional e internacional, con la asistencia de periodistas credenciados solamente. Al final de la tarde tendría una segunda presentación suya ante estudiantes de la Universidad local, que se efectuaría ya con todas las reglas de seguridad que garantizaran a la bloguera cubana su participación en el acto, sin riesgos de posibles agresiones físicas.

 

Yoani Sánchez es una mujer frágil y frugal. Durante la cena ofrecida la noche del lunes 18/02 y el desayuno del día siguiente, pude comprobar que “no come nada”. “Yoani come carne, está deliciosa” le dije durante la cena. “No me gusta la carne, es que no estoy acostumbrada”. Para el desayuno ni siquiera probó el café con leche. “Es que en Cuba sólo desayuno un poco de café”. Una mesa repleta de frutas, banana entre ellas, ni siquiera llamó su atención. Y confirmando las mentiras del dossier preparado por la policía política cubana contra ella; tampoco tomó cerveza durante la cena, “no me gusta”. En realidad, la fragilidad física de Yoani es en parte producto de su estructura física propia, pero también producto de una alimentación deficiente, no necesariamente relacionada con escasez de productos, cosa comprensible dentro de Cuba, pero que en el exterior no tiene explicación. Es simple falta de costumbre de comer.

 

La comparecencia de Yoani ante la prensa la mañana del martes 19/02 fue normal. No había manifestantes frente al auditorio donde unos 30-40 periodistas aguardaban a Yoani para escucharla. El moderador de la actividad pidió, por el hecho de haber muchos periodistas municipales y regionales, que hubiera traducción al portugués de las respuestas de la bloguera. Como traductor improvisado, me coloqué junto a Yoani en la mesa del estrado, en un pequeño teatro local, donde la platea estaba conformada exclusivamente por periodistas, camarógrafos y fotógrafos. Hubo cuatro temas que se repitieron en casi todas las presentaciones públicas de Yoani y que también se tocaron en casi todas las entrevistas que concedió en Brasil: el embargo norteamericano, “los 5” espías presos en EUA; la base naval de Guantánamo y las fuentes de financiamiento de su largo viaje internacional. Estas preguntas, impuestas por la agenda de la embajada cubana y no por la propia Yoani, fueron el “plato fuerte” del día anterior, al que se añadió entonces su supuesta “pertenencia a la CIA” norteamericana, que Yoani despachó entonces con otra pregunta a los revoltosos: “Uds. creen que si el gobierno de Cuba supiera realmente que yo soy agente de la CIA, podría circular libremente por la Habana”.

 

Sobre el embargo Yoani ha respondido en más de 20 ocasiones el siguiente punto de vista: “estoy en contra del embargo por tres razones; primero, lo considero injerencista y detesto toda injerencia de un país grande en los asuntos de un país pequeño; segundo, lo creo un ‘fósil de la guerra fría’ que debe ser eliminado para seguir adelante, y tercero por que el embargo es la tabla de salvación del gobierno cubano para justificar su ineficiencia económica, ya que toda carestía de productos o servicios lo justifica culpando al embargo”. En la conferencia de prensa agrego: “el embargo no es un tema para los cubanos que vivimos dentro la Isla; lo que nos importa dentro de Cuba es el embargo que el gobierno tiene sobre nosotros, que nos ha embargado nuestra libertad de expresión, de asociación, de acceso a la Internet, entre otros”.

 

Sobre “los 5” ‘miembros del ministerio del interior’ (como los califica Yoani) dijo: “déjeme decirle que no eran 5, sino 14 miembros del ministerio del interior cubano, presos dentro de EUA mientras conformaban una Red de espionaje llamada ‘Red Avispa’; 9 de ellos de ellos hicieron acuerdos con la fiscalía de EUA y reconocieron sus culpas, envolviendo a los 5 compañeros que no quisieron hacer acuerdos, por lo que recibieron penas mayores. Ninguno es inocente”.

 

Sobre la cárcel en la Base de Guantánamo expresó: “yo soy una activista cubana, que lucho por defender la falta de libertades de todo tipo en Cuba; la cárcel de Guantánamo, aunque está en Cuba, no es un problema cubano, es norteamericano; sé que en EUA hay muchos activistas que luchan por cerrar esa cárcel de Guantánamo, de manera que son problemas diferentes; se dice que ha habido violación de los derechos humanos dentro de esa cárcel, bueno, yo no estoy de acuerdo con la violación de los derechos humanos, en ningún lugar donde sean violados”.

 

Sobre la fuente de su financiamiento, explicó: “mi viaje a Brasil fue financiado por una colecta entre cubanos residentes en Brasil y brasileños amigos de Dado Galvão (yo soy testigo de la colecta, para la cual hube de “poner” 300 Reales, unos 150 dólares) contabilidad que Galvão ha puesto transparentemente en su Blog de Internet. Mi viaje a Praga está financiado por Amnistía Internacional, porque fui convidada como jurado de un festival de Cine que ella organiza; iré a Italia a recoger un premio que antes no me permitieron recoger, que incluía —en la época— el boleto de avión; de Italia voy a España por el premio de “El País”, que también incluye boleto de avión; de España salgo a Nueva York, convidada por estudiantes de dos universidades, en las que daré cursos sobre informática; de NY voy a Miami para visitar mi hermana, con boleto de avión pagado con su dinero; de Miami voy a México, a una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, de la cual soy vice presidenta (cargo que detento sin salario, como equivocadamente dice la propaganda cubana) pero ellos sí me financian el pasaje.

 

Al inicio de la noche de ese martes 19/02 nos preparamos para otro embate contra la turbas, en función que se trataba de una universidad. Estábamos totalmente equivocados. La presentación de Yoani fue en una especie de campo deportivo, de las dimensiones algo mayores que un campo de tenis, con una platea de dos mil alumnos universitarios, sin que faltara el grupito de 15-20 asalariados de la embajada, con sus carteles, pero sin gritería, porque la masa de los dos mil estudiantes presentes simplemente los calló con silbidos y una gritería mayor de repudio. Yoani y yo subimos a un estrado relativamente alto, lo cual nos protegía. La platea estaba conformada por sillas plásticas, cuya primera fila comenzaba a prudente distancia del estrado, también como seguridad. Aquello fue tremendo. Yoani habló sobre su Blog, su experiencia en la informática, de cómo “armó” un computador con piezas viejas y como incursionó en las actividades de software para poder hacer, ella misma, su Blog e instalarlo en Internet.

 

Para la sesión de preguntas, varios del grupito de la embajada se apresuraron a pedir la palabra para tratar de “poner en crisis” a Yoani. El líder de los asalariados de la embajada hizo la primera pregunta, para la cual prolongó su introducción más del tiempo necesario; realmente hacía una arenga, de espaldas a Yoani y de frente para la platea. Yo, sentado junto a Yoani, lo interrumpí y la dije: ¿cuál es la pregunta, por favor?; el me contestó algo así como que tenía que continuar hablando; yo le dije: “mira, las personas presentes aquí vinieron a escuchar a Yoani, no a ti”, yo quería continuar diciendo que su derecho era preguntar, con una introducción prudencial, pero no hacer discursos, pero no pude hablar más, la platea en pleno se paró a aplaudir mis palabras intimándolo a hacer su pregunta. Cuando el aplauso y el repudio hacia el representante de la embajada se calmó, el joven quiso continuar su discurso y la platea lo calló con una rechifla memorable. La pregunta era sobre el mismo guión del día anterior.

 

Lo mejor fue después de las primeras tres preguntas, hechas por el grupito de militantes (que se mantuvo tranquilo todo el tiempo por la correlación de fuerzas adversa que había. El resto de las preguntas procedentes de estudiantes interesados en saber de Yoani y Cuba, casi siempre incluían una introducción criticando a los extremistas que hostilizaban a la bloguera, haciendo también referencias a escándalos de corrupción de los partidos de izquierda brasileños juzgados en el conocido como mensualón. Allí comenzó a revertirse la situación de Yoani, que lució a gran altura, contestando las múltiples preguntas, seguido siempre de una atronadora ovación. La correlación de esa noche, se repitió en adelante, en toda presentación pública.

 

(continuará)

Yoani Sánchez: un huracán cubano en Brasil (IV)

Jorge Hernández Fonseca* 

4 de marzo de 2013

 

Muchas de las intervenciones en el Congreso no fueron preguntas a la bloguera, sino más bien palabras de bienvenida al Brasil así como de gratitud por su visita

 

Las repercusiones de los embates victoriosos de Yoani contra “los demonios” pagados por la embajada cubana en la capital brasileña adquirieron en Brasil ribetes de leyenda. Después de la presentación brillante y ovacionada de la “bloguera cubana” (como la califica la prensa brasileña), al día siguiente había un programa a cubrir en la capital del estado de Bahía, la ciudad de Salvador. Sin embargo, antes de irnos al auditorio universitario la noche del martes 19/02, había entrado una llamada al teléfono celular del documentalista brasileño Dado Galvão, convidando a Yoani “y su comitiva” a visitar el Congreso Nacional (era una invitación del Diputado Federal Otavio Leite en coordinación con el senador Eduardo Suplicy) para lo cual fueron enviados los correspondientes boletos de avión. Como habíamos planeado en Salvador visitas turísticas, esa invitación obligó a un cambio de planes, siendo que el programa del miércoles 20/02 sería “visita al Parlamento brasileño, en Brasilia”.

 

El vuelo Salvador-Brasilia saldría cerca del mediodía, lo que posibilitó que Yoani tuviera otra sesión informal de entrevistas esa mañana en “Feria de Santana”, en el lobby del hotel donde estábamos hospedados. Nuestro hotel también estaba ocupado por muchos de los periodistas que nos acompañaban a todos los lugares, lo cual había permitido, por ejemplo, una cobertura privilegiada del almuerzo del día anterior, en un restaurante típico bahiano, al cual nos dirigimos en nuestro pequeño ómnibus, cargado también con los amigos periodistas. Cuando las personas presentes en el restaurante percibieron la figura de Yoani, hubo una especie de tropel hacia ella, para tirarse fotos, abrazarla, pedirle disculpas por la actuación de “malos brasileños”, decían como desagravio. El dueño de la casa, trajo a su esposa e hija para la correspondiente foto y cantó en un pequeño estrado, música típica en honor a Yoani y además, obligó a la cubanita a bailar música típica con él, a lo que Yoani se negó de inicios “soy cubana, pero no sé bailar” decía. Me parecía estar acompañando a “Madonna” o un “Michael Jackson” más que estar junto a una joven y valiente bloguera cubana.

 

Después del desayuno en el hotel (fotos obligadas de Yoani con los empleados y sus familiares) salimos hacia Salvador en el mismo microbús que usamos todo el tiempo en la Bahía. No había manifestantes porque como el programa había sido cambiado para ir a Brasilia, lo que encontramos en el aeropuerto fue la repetición de cada aparición pública de la cubanita en lugares no previamente anunciados: mucha solidaridad, fotos, abrazos, sobre todo de las mujeres, que de inmediato se solidarizaron con aquella figura frágil y sonriente, incluso en medio de la mayor adversidad. A la entrada del aeropuerto yo me separé de la comitiva, para ir con los organizadores de “Feria de Santana” a los trámites de despachar nuestras maletas y hacer el “check-in” en las dependencias de la aerolínea y después entrar con los tickets del equipaje. Todo se hizo a gran velocidad, porque “eran las pertenencias de la bloguera cubana”. A pesar de mi demora relativa por los trámites, cuando entré en el área de los vuelos nacionales, todavía Yoani no había recorrido ni la mitad de su camino. Todos querían una foto, un abrazo, decirle palabras de ánimo, repitiendo “disculpa Yoani, esos no representan al pueblo brasileño”. Embarcamos así hacia el principal centro del poder político brasileño.

 

Llegamos a Brasilia al inicio de la tarde. En el aeropuerto estaba aguardándonos el Diputado Federal (Representante a la Cámara Federal) Otavio Leite, del estado de Río de Janeiro (y el clásico batallón de periodistas) junto a algunos de auxiliares del diputado que de inmediato se ocuparon de nuestros equipajes. Sin la presencia de manifestantes, tomamos otro microbús, entre abrazos y fotos de Yoani por parte de los que allí estaban. Del aeropuerto fuimos trasladados directamente al formidable edificio del Congreso Nacional, antecedido y precedido por senda patrullas de la policía del Congreso. En el trayecto Yoani fotografiaba la imponencia de Brasilia, la Avenida de los Ministerios, su preciosa Catedral, el edificio del Tribunal Supremo de Justicia, el Palacio de Planalto (presidencial) hasta que nos detuvimos en la entrada de emblemático edificio del Parlamento brasileño. Frente al microbús, inmediatamente se formó una multitud de parlamentarios, periodistas, diputados y senadores, que en apretada masa querían ver, fotografiarse, hablar con ella, los principales líderes del Congreso Nacional. El trayecto entre el pequeño ómnibus y la Sala Principal del Parlamento (en ese momento en sesión parlamentaria) fue agónico. Una corriente humana apretaba a Yoani empujándola por aquellos pasillos. Podríamos haber no caminado por nuestros propios pies, que aquella especial masa humana “política” nos llevaría en vilo en dirección a la Sala de Sesiones. Detrás de mí escuché uno de los agentes de seguridad que nos rodearon, decirle a uno de sus compañeros: “oye, esto no se vio en el Congreso ni el día que Fidel nos visitó”. En realidad la presencia de agentes de seguridad era grande, pero inútil, porque dentro del edificio sólo había diputados y senadores junto a auxiliares, que querían, todos, tener una simple foto al lado de la cubanita.

 

La multitud que conducía a Yoani entró en la Sala Principal de la Cámara de Diputados —en sesión en ese momento— interrumpida por la multitud. Yoani fue conducida por el diputado Leite al estrado principal, donde la bloguera saludó y abrazó a toda la presidencia de la mesa. Los flashs de los periodistas no paraban de registrar imágenes. Una diputada de izquierda, con la palabra en el momento de la irrupción en la sala del “huracán cubano en Brasil”, ensayó una tibia protesta por haberla interrumpido “fuera del reglamento” fue de inmediato acallada por varios parlamentarios presentes en la sesión, pidiéndole “un poco de educación ante una visita tan distinguida”. De la Sala Principal de la Cámara, nos trasladamos a la sala de la Comisión de Relaciones Exteriores, donde Yoani fue recibida por un cerrado y prolongado aplauso de los parlamentares presentes. Todo un símbolo: la representante informal de la oposición política cubana, era aplaudida de pie en el Parlamento del mayor país latinoamericano, por diputados y senadores de los más diversos partidos, electos todos democráticamente.

 

Yoani fue colocada al centro de la mesa que presidiría la sesión. Yo me situé estratégicamente, justo detrás de la bloguera. Al lado derecho de la convidada especial se situó el diputado Leite, que presidiría la sesión; al lado izquierdo de ella se sentarían, por breve tiempo, los principales líderes del parlamento brasileño que se turnaban para ocupar el asiento y así abrazar y felicitar a la bloguera, siempre señalando para Yoani mirar en una dirección (donde estaba el fotógrafo) para obtener la tan preciada foto. El senador Suplicy llegó con cierto retraso y se situó al extremo derecho de la mesa, saludando a Yoani de lejos con la mano. La sesión comenzó, pero para Yoani, además de tener que prestar atención a lo que se hablaba (que era responsabilidad mía, para alertarla si algo importante se hablara) en realidad, para nuestra cubanita, toda la sesión fue un desfile de senadores y diputados llegando a ella por detrás de la mesa y colocándosele en uno de los laterales; la abrazaban y se tiraban la correspondiente foto.

 

Al inicio de la sesión del Congreso para dar la bienvenida a Yoani se escucharon los gritos y las consignas de los manifestantes que la embajada cubana nos envió. En este caso, se escuchaba lejanamente, apagados por la pared que separaba la sala del Congreso de la parte externa, donde los manifestantes de la embajada cubana eran mantenidos a raya por los agentes de seguridad. En un momento de la sesión, aparentemente algunos enviados por el embajador cubano consiguieron entrar hasta la puerta de la sala (nosotros notamos un movimiento de los periodistas que cubrían el evento, que enfocaron sus cámaras en sentido de la puerta de entrada) pero no llegaron a entrar en la sala para interrumpir la sesión, tal y como probablemente fueron orientados a hacer: “no la dejen hablar”.

 

El diputado Leite hizo una breve introducción sobre Yoani y de inmediato dio la palabra a la “bloguera cubana Yoani Sánchez”. Yoani habló poco, como corresponde a una convidada ilustre del Congreso Nacional. No hizo referencias políticas, ni de Cuba ni de Brasil. Habló como “una simple ciudadana”, se refirió a su Blog, a su trabajo, habló de sus esperanzas como activista de la libertad de prensa como derecho de todos los hombres libres del mundo y muy rápidamente cerró su discurso, que dio paso a las más disímiles intervenciones de los máximos legisladores brasileños. Había muchos pedidos de la palabra. El diputado anfitrión, Otavio Leite, antes de pasar la palabra a los diputados, presentó a Yoani, señalando con su brazo, los principales líderes de los partidos presentes en la sesión, así como su afiliación partidaria. Había parlamentarios de todos las tendencias, después de lo cual pasó a conceder la palabra a los presentes. Las intervenciones, más que preguntas, fueron discursos de bienvenida y se sucedieron repletas de elogios a la labor de la bloguera, muchos pidieron disculpas por los ataques verbales a que había sido sometida; uno de ellos llegó a decir algo así como: “estamos en presencia de la futura presidenta de una Cuba democrática”…

 

Yo, detrás de Yoani, le soplé al oído “tu entendiste lo que él dijo” (Yoani ya había aprendido un poco el portugués y me respondió, volviendo su rostro preocupado —en señal de que algo complicado pudiera suceder— y me enfrentó con su mirada diciendo “sí, entendí”. Muchas de las intervenciones no eran preguntas a la bloguera, sino más bien palabras de bienvenida al Brasil así como de gratitud por su visita al Congreso. Después de las palabras del parlamentario que la calificó como “futura presidenta” hizo uso de la palabra un diputado de izquierda. Era militante de uno de los partidos más a la izquierda del espectro político local. El diputado censuró las palabras del diputado que lo precedió, expresando que aquellas frases podrían “ocasionarle problemas innecesarios a Yoani”, que ella en ningún momento sugirió semejante cosa —dijo— y que además, “Brasil tenía relaciones diplomáticas con la Habana y esa frase podría significar un pedido de explicaciones al Congreso”. El referido diputado hizo a Yoani las 4 preguntas que “preocupaban” a la izquierda brasileña que no concordaba con los ‘actos de repudio’ organizados por la embajada cubana contra Yoani: primero, su posición sobre el embargo; segundo, su opinión sobre la cárcel de Guantánamo; tercero, su criterio sobre “los 5” y cuarto, la fuente de financiamiento de su largo viaje. Yoani tomó el micrófono para responder.

 

Yoani expresó lo mismo que había vendido repitiendo desde que llegó al Brasil, pero esta vez, estaba ante la “crema y nata” de la política brasileña y se empreño en profundizar sus puntos de vista. Habló sobre las tres razones que ella estima como base para querer un levantamiento del embargo; habló que la Base Naval norteamericana no era un problema cubano y que ya había activistas estadounidenses luchando por su cierre; sobre “los 5 miembros del ministerio del interior”, se alargó explicando que no era 5 sino 14, que 9 de ellos habían hecho acuerdos con la fiscalía de EUA, aceptando las acusaciones e implicando a los 5 condenados, por lo que ninguno era inocente, a continuación de lo cual agregó una frase irónica, que fue motivo de debate en el exilio de Miami posteriormente. Yoani dijo algo así como: “por mí, los pudieran dejar en libertad, para que de esa manera Cuba se ahorre la enorme cantidad de recursos monetarios que la isla gasta en propaganda, tanto en Cuba como en el exterior, porque se necesita dentro de la isla, carente de muchas cosas”. No fue un “pedido para que liberaran a los 5 miembros del ministerio del interior” fue un comentario irónico, infeliz para los opositores de Miami, como es lógico, de cual que Yoani posteriormente hubo de disculparse.

 

Sobre el financiamiento de su viaje explicó en detalles las fuentes, ya detalladas antes en numerosas comparecencias públicas. Mientras Yoani hablaba, el diputado que había formulado la pregunta —de manera amable y con mucha consideración hacia Yoani— se mostraba sorprendido por la extensión y la precisión de las respuestas, de manera que cuando Yoani terminó, el diputado, que no salía de su asombro, se levantó de su asiento y vino hasta la mesa a dar la mano a Yoani, diciéndole frases de elogios y solidaridad.

 

El senador Suplicy también habló en la sesión, refiriéndose al “mal rato” en “Feria de Santana”, explicando que cuando coordinó con el diputado Leite esa sesión del Congreso, le envió una carta al embajador cubano(le dio copia a Yoani de la carta al embajador cubano convidándolo al Congreso ese día) para que compareciera como convidado, con vistas a debatir ‘civilizadamente’ con “la bloguera Yoani Sánchez”, cosa que el embajador cubano, con la prepotencia que lo caracteriza, declinó. Ahora en un marco institucional, civilizado y de alta política, de nuevo la nota de Yoani era 100 puntos.

 

A la salida del Congreso el batallón de periodistas característico enfrentó a Yoani, que contestó preguntas interesantes sobre su ambición política futura: “Yo aspiro a crear un periódico cuando llegue a la Habana”. “Esa es mi misión principal después de este viaje”. “Creo en la prensa como un cuarto poder efectivo y mi papel en la Cuba democrática es el periodismo, para poder criticar con libertad lo que estime mal hecho”. “Sueño una Cuba donde el presidente sea una personalidad más de la vida nacional”. “Ni siquiera la personalidad más importante”. “Yo no soy política, no tengo cinismo suficiente para ser política” remató Yoani ese día fundamental.

 

(continuará)

Yoani Sánchez: un huracán cubano en Brasil

(V y final)

Jorge Hernández Fonseca* 

4 de marzo de 2013

 

Este viaje de Yoani Sánchez al Brasil ha sido un éxito total de la oposición democrática cubana como un todo 

 

Hubo un tema que Yoani Sánchez no trató en el Congreso brasileño: la conspiración del embajador cubano contra su persona. Cuando la bloguera pisó tierra brasileña le recomendamos no referirse a la intromisión del embajador cubano, porque todavía no teníamos elementos suficientes para hacernos un juicio justo, así como tampoco sabíamos de la real participación de funcionarios de la Presidencia de la República en los hechos conspirativos. Como extranjera visitante, Yoani mantuvo prudencial silencio al respecto, a pesar de ser víctima de los enviados del embajador cubano. Sin embargo, el documentalista brasileño Dado Galvão, al que los asalariados de la embajada sabotearon la presentación de su documental, sí tenía todo el derecho a protestar ante el Congreso de su país por semejante intromisión.


En efecto, cuando visitamos el Parlamento brasileño y antes de darle la palabra a la bloguera cubana, el diputado que presidió las sesiones, Otavio Leite, no sólo le dio la palabra a Galvão, sino que en desagravio por la suspensión obligada de su documental en “Feira de Santana”, fue exhibido en pleno Congreso Nacional una parte del documental que contenía denuncias de Yoani y críticas a la represión contra las “Damas de Blanco”, las que aparecieron lideradas por la muy recordada mártir cubana Laura Pollán, cuya figura apareció en el telón del Congreso brasileño. Dado Galvão, al hablar ante el Parlamento, exigió del Congreso —y de las autoridades judiciales— “una investigación profunda de la participación de ‘un embajador extranjero’, organizando grupos extremistas para sabotear la exhibición —en suelo brasileño— de un documental hecho por un brasileño”. “Eso es inadmisible” dijo Galvão pidiendo justicia.

 

De Brasilia salimos hacia San Pablo para cumplir la segunda etapa de la visita de Yoani. No hubo contratiempos en aeropuerto de Brasilia con manifestantes porque el diputado Leite hubo de acompañarnos todo el tiempo hasta la puerta del avión, no sin antes comprometer a Yoani para visitarlo en Río de Janeiro el domingo siguiente, convidada para un programa de visitas a lugares turísticos. Una hora y media después estábamos en San Paulo, la mayor ciudad Sudamericana y entre las 5 ciudades más grandes del mundo. Allí nos esperaba, en la misma puerta del avión, el presidente de la Editora “Contexto” el señor Jaime Pinsky, que había traducido y lanzado en portugués el libro de Yoani “De Cuba con cariño” dos años atrás, que es una colección de ‘post’ del Blog de Yoani. Pinsky se encargaría del programa de la bloguera en San Pablo, que incluiría visitas a grandes periódicos, cadenas de televisión, debates con blogueros brasileños y el relanzamiento de su libro, con noche de autógrafos incluida.

 

Pinski convidó a Yoani para hospedarse en su residencia particular, y Dado Galvão y yo fuimos trasladados a un importante hotel de la ciudad, en el que, por coincidencia, se celebraba el 35 aniversario de la fundación del PT de Lula da Silva y Dilma Rousseff. Al llegar, coincidimos con la cúpula del partido en las áreas comunes del hotel. Al día siguiente, jueves 21/01, Galvão y yo nos trasladamos temprano a la sede principal del diario “O Estado de São Paulo”, periódico paulista de altísima circulación, que publica los post de Yoani en portugués y que tenía preparado para ella un voluminoso programa en su sede. Yoani comenzó participando temprano de un programa de radio de una media hora, del grupo “Estadón” (Estadão), que es como se le denomina en argot popular al diario. De allí, la bloguera fue conducida a un auditorio repleto de periodistas, personalidades de la cultura e intelectuales de São Paulo, convidados para conocerla personalmente y realizarle preguntas. El auditorio estaba repleto y cuando Yoani apareció en el estrado, fue recibida con una salva de aplausos. Su comparecencia fue de algo más de una hora, respondiendo preguntas de todo tipo, después de lo cual Yoani gravó un programa de TV, con preguntas y discusión de puntos de vistas de la realidad cubana y de la globosfera. Este programa está ON-LINE en site del “Estadão”. Terminado el programa de TV, fuimos convidados a un almuerzo con los directivos del periódico y algunos de los periodistas brasileños destacados invitados especialmente para conocer a Yoani. Nada de revoltosos.

 

Terminado el almuerzo y después de una larga charla post almuerzo, de Yoani contestando otras preguntas, Jaime Pinsky y la bloguera salieron en dirección a los estudios de la TV Cultura, donde Yoani grabaría el más importante programa de entrevistas de esta estación de la TV brasileña, de altísima audiencia, “Roda Viva” (Rueda Viva) en un escenario magnífico. En este programa han sido entrevistadas las principales figuras mundiales que visitan Brasil, incluyendo a Fidel Castro. La TV Cultura en Brasil es una televisión pública, administrada por cada estado de la federación, que dispone de una programación cultural muy variada, según los intereses regionales. El programa grabado por Yoani puede ser adquirido de la TV Cultura de São Paulo y fue transmitido el lunes 25/02 para todo el país. Durante las casi tres horas de entrevista (realizada con traducción simultánea, por eso pude escaparme junto a Galvão, para grabar otro programa de TV, aprovechando la fama de Yoani). En “Roda Viva” había unos ocho periodistas dispuestos en círculo alrededor de la bloguera. En la entrevista le formularon prácticamente las mismas preguntas que ya Yoani había respondido muchas veces, pero que a lo latgo y ancho de sus más de 40 horas de grabación en el Gigante Sudamericano, fueron mucho más allá de las referidas detalladamente en este trabajo, porque es importante decir que nuestra bloguera insignia desmontó en Brasil, el andamiaje castrista ladrillo por ladrillo con minuciosa paciencia, simplicidad y credibilidad. Ha sido una lección de patriotismo.

 

La noche del jueves 21/02 se había programado un encuentro de Yoani con blogueros paulistas, para un intercambio de puntos de vista, técnicas y formas de hacer. Cuando apenas comenzaba el conversatorio, aparecieron los manifestantes de la embajada cubana, dispuestos a sabotear el encuentro. Otro grupo de brasileños “amigos de Yoani” también comparecieron en al auditorio donde se celebraba el conversatorio y se produjo un encuentro desagradable de ambos grupos en pleno auditorio, dando por resultado la suspensión del encuentro, con perjuicio de los interesados en el intercambio especializado. Las instrucciones del embajador cubano para San Pablo aparentemente era: “no la dejen hablar”.

 

El viernes 22/02 Yoani gravó un programa para la televisión del grupo Bandeirante, una de las grandes cadenas de TV abierta del país, que lo transmitió en su programa estelar de entrevistas el domingo 24/02 y lo ha retransmitido durante la semana en otros canales de la TV a cable grupo. Ese día, el gobernador de San Pablo, Geraldo Alkimin, uno de los 'pesos pesados' de la política brasileña, convidó a Yoani para un almuerzo, seguido de una visita al Memorial que guarda la historia de ese estado. En paralelo con estas actividades, la mayor cadena de TV abierta del Brasil, la TV Globo, mantuvo junto a nosotros un camarógrafo permanente, siempre cerca de Yoani, para hacer un largo reportaje de uno de los programas dominicales más visto en Brasil, “Fantástico”, que transmitió el reportaje con Yoani el domingo 24/02 en el horario noble de la noche, donde se vio una Yoani Sánchez en su intimidad, haciendo las maletas, tomando desayuno, haciendo bromas con sus acompañantes, entre otras escenas raramente vistas en público.

 

La noche del viernes 22/02 había programada una “noche de autógrafos”, con firma de libros por parte de Yoani, que debió ser suspendida por causa de los manifestantes de la embajada, que se encontraron de nuevo con otro grupo pro Yoani, llegando incluso a materializarse algún forcejeo sin consecuencias mayores. Para el sábado 23/02 se había programado el re lanzamiento del libro “De Cuba con Cariño” en la librería “Saraiva” de uno de los mayores shopping center de la ciudad, en el barrio de “Higienópolis”, que fue suspendido porque la administración del shopping no autorizó a la librería la celebración de la actividad, basado en el peligro de nuevos enfrentamientos en un local interior, repleto de cristales y objetos frágiles. La embajada cubana continuaba empeñada en sabotear a la bloguera cubana, a pesar del repudio unánime que sus acciones habían causado. Este empeño contra una mujer frágil, de palabra fácil y sonrisa dulce, fueron el colofón de una aplastante victoria de la causa democrática cubana. Brasil vio muy claro que el gobierno cubano no respeta a sus ciudadanos y que además, se entromete en cualquier país amigo con objetivos tan innobles como desprestigiar una persona tan clara y estructurada.

 

En vistas de la necesidad de la suspensión de las actividades de Yoani en San Pablo, Pinsky coordinó con el diputado Leite el adelantamiento del viaje de descanso de Yoani hacia Río de Janeiro en la noche del sábado, momentos en que el grupo que la acompañó durante su estancia en Brasil aprovecháramos para despedirnos de ella, porque también yo regresaría a la ciudad de Belém, estado brasileño del Pará, donde resido, y Dado Galvão regresaría a Jequié, en el estado de la Bahía. Yoani pasó un excelente domingo en Río de Janeiro —ya sin sus amigos de zaga— acompañada por el diputado Otavio Leite, que le propició visitas a los lugares más emblemáticos de la bella ciudad carioca. Su recorrido fue público y como en el resto de sus participaciones públicas, se produjeron las esperadas muestras de solidaridad y aprecio espontaneo del que carecieron los ‘actos de repudio’ inducidos. El lunes 25 Yoani Sánchez salió desde Río de Janeiro, con destino a Praga.

 

Dejando de lado los intereses puramente partidarios o de grupos organizados de cubanos opositores y teniendo en cuenta que cada cubano tiene su punto de vista sobre todo el universo de temas asociados a la lucha por la democracia —con pocas posibilidades de coincidencias— este viaje de Yoani Sánchez al Brasil ha sido un éxito total de la oposición democrática cubana como un todo. Por primera vez se le ha dado voz autorizada en el Parlamento de la mayor y más influyente nación latinoamericana a un opositor reconocido, en este caso Yoani Sánchez. Se dio acceso a las principales tribunas de prensa del país, incluyendo los programas de más audiencia de la radio y la TV brasileña. Podemos decir sin lugar a dudas que la visita de Yoani Sánchez al Brasil ha develado definitivamente el velo de la realidad política cubana ante el pueblo brasileño. Brasil finalmente sabe que Cuba no el partido comunista, ni Fidel Castro es la Patria cubana; sabe que Cuba es un pueblo diverso, inteligente y batallador por su libertad.

 

Quiero hacer un recuento de los principales puntos tocados por Yoani Sánchez en las decenas de hora de grabación para la TV brasileña, trasmitidas todas en horario noble, adicionalmente a los puntos expuestos antes en este trabajo:

- Desmontó el mito de la educación y la salud, actualmente en colapso.

- Analizó el tipo de represión característico de Fidel diferente al de su hermano Raúl.

- Contestó detalladamente todas las preguntas que circulan en Internet sobre ella.

- Demostró con ejemplos que el pueblo cubano es tan plural y variado ideológicamente como el brasileño.

- Explicó en detalles por qué la llamada ‘revolución cubana’ no existe hace muchos años.

- Demostró con datos que en Cuba no hay socialismo sino un capitalismo de estado.

- Demostró con ejemplos el fracaso del régimen en la economía nacional.

- Se refirió múltiples veces a los miserables salarios que se paga a los trabajadores cubanos.

- Habló de la plusvalía que el estado cubano gana encima de los trabajadores de turismo.

- Predijo con algunos días de antelación el ascenso de Díaz-Canel.

- Habló críticamente sobre lo limitado de los cambios que realiza Raúl Castro.

- Expuso detalladamente su opinión sobre las ideologías de ‘izquierda’ y ‘derecha’.

 

*Jorge Hernández Fonseca  (Cuba, 1943). Profesor universitario. Ha sido profesor invitado en universidades de México, Argentina, Uruguay y Brasil, país donde terminó sus estudios de maestría y doctorado en ingeniería. Reside en Brasil, donde se desempeña como profesor universitario.

Yoani, Brasil y la izquierda borbónica

Manuel Cuesta Morúa

28 de febrero de 2013

 

¿Por qué tiene carta de legitimidad la execración extranjera de un cubano o una cubana con proyecto de país y de vida opuestos a los del castrismo, trátese del castrismo duro o del castrismo suave?

 

La recepción, por parte de la izquierda más ortodoxa, que sufrió la bloguera Yoani Sánchez a su llegada al Brasil, revive en el escenario un tema medular para el futuro de Cuba: la legitimidad soberana de sus ciudadanos en la definición de los términos de la política en su país de origen, tradición y convivencia.

 

Si resulta extraño que un cubano, en cualquier acera de convicción ideológica, se crea con legitimidad y asuma la osadía de considerar como traidor a un brasileño equis que no coincida con su visión de las cosas, sobreviene entonces una pregunta: ¿por qué tiene carta de legitimidad la execración extranjera de un cubano o una cubana con proyecto de país y de vida opuestos a los del castrismo, trátese del castrismo duro o del castrismo suave?

 

Más allá de la humillación que supone que un extranjero, arrogante y racista hacia la esencia de la cubanidad, se ponga en plan de atacar las ideas o la memoria que un cubano tenga sobre su propio país, es importante indagar también dentro del núcleo racional de una actitud con cierta tradición en torno a Cuba.

 

Y vale la pena detenerse en este tema porque la soberanía se entiende, a la izquierda y derecha tradicionales, como exclusión de todos los demás que por cultura, nacimiento o naturalización no puedan esgrimir derechos soberanos.

 

Es un concepto de soberanía que, por cierto, está siendo retomado con fuerza por la élite política y cultural de Cuba, en su actual proceso de refundación cínica de legitimidades, a través del cual intenta fusionar, echando mano a los procedimientos escolásticos que tanto han debilitado la creación de un pensamiento fuerte en el país, la filosofía vanguardista del marxismo-leninismo con la tradición esencialmente conservadora de la cultura nacional redimida.


Esto, que daría más fuerza de legitimidad a Yoani frente a sus feroces críticos brasileños  —los cuales desconocen esos fundamentos históricos y culturales a los que se agarra el castrismo en su hora postrera—,  poco significa para un sector nada despreciable de extranjeros, vivan o no en Cuba, para quienes la crítica de la “contrarrevolución” cubana no pasa por el respeto a esa misma soberanía que, no obstante, exigen en su defensa de lo que todavía consideran como revolución.

 

¿Por qué ocurre esto? Por lo que entiendo, como progresiva desnacionalización del proyecto político del régimen fundado a partir de 1959, a favor de la territorialidad utópica de una isla que se abre al relato poético, al juego palaciego y al entrenamiento y la preparación efectivos de la revolución mundial, con todos sus sujetos desnacionalizados.


Europeos, africanos, asiáticos y, sobre todo, latinoamericanos hablan, piensan y se proyectan sobre Cuba con más derechos y profundo predicamento que un cubano que viva en la calle Monte, entre Omoa y Castillo, en La Habana, o en el Kilómetro 5 de la carretera a Viñales, en la provincia de Pinar del Río.

 

Es un fenómeno único en la modernidad, con un solo antecedente histórico que se remonta a la época de aquellas familias reales europeas del siglo XVIII, que se creían con derechos soberanos dondequiera que encontraban un compañero de ruta aristocrático. Como ellos, nuestros revolucionarios también se casan entre sí.

 

A eso se le llama plagio de soberanía. Y se funda en la supuesta legitimidad que otorgan la opción preferencial y una especie de derecho natural a las revoluciones en cualquier punto del planeta.

 

Cuba no ha sido el lugar en exclusiva donde se haya ensayado semejante disposición política a la usurpación de una ciudadanía extranjera con base en la ideología. Pero sí ha sido el único donde este tipo de usurpación ha tenido éxito y donde se ha construido una especie de ciudadanía global de la revolución que acecha, en detrimento de la ciudadanía cultural de los únicos sujetos con derechos a definir y determinar sus destinos: los cubanos, se coloquen a la derecha o a la izquierda del espectro político.

 

Recordemos el amago, allá en 2010, de unificar Cuba y Venezuela. Este tipo de despropósito, que clasifica dentro de la infinita estupidez subutópica, fue posible porque los llamados revolucionarios habitan previamente, muy juntitos y apretados, dentro de un territorio imaginario en el que la nacionalidad del adversario no es un obstáculo legítimo para sus burlas míticas.

 

El Chile de los 70 fue la escena trágica de un intento fallido de pulverizar la nacionalidad en aras del socialismo mundial. El Caracas de los años 2000 es la escena tragicómica de una colonización política a propósito del socialismo del siglo XXI.

 

La derecha no actúa así. Derribar gobiernos no afines fue una práctica asociada a la defensa de determinados intereses, empleada por la derecha estadounidense, siempre atenta a un puñado de dólares más y a delinear con mayor precisión sus zonas estratégicas de influencia. Pero, por esencia, la derecha es nacionalista. Diría más: la idea de nación es una idea de derechas, fundada en la excepcionalidad de cierta tradición y de ciertos rasgos culturales, que la izquierda está obligada a defender por dos razones: porque es el único asiento efectivo para la democracia social y de los ciudadanos, y porque es el punto de partida de la cultura popular.

 

Las naciones maduras son aquellas en las que tanto la derecha como la izquierda llegan al consenso básico y de sentido común de que la nación orgánica se funda en el nacimiento, no en la elección. Cuba no es una nación madura.

 

Es infinito el hato de periodistas, artistas, publicitas, escritores e ideólogos extranjeros que llegan a nuestro archipiélago, se sienten como en casa y discuten con los cubanos como si fueran uno más. En eso se basa precisamente la usurpación: en transgredir la delgada frontera entre la soberanía ciudadana asentada en la nación y el derecho de cualquier ciudadano del mundo a legitimar a los interlocutores de su elección en cualquier parte.

 

Por eso Yoani sufre en Brasil lo que los cubanos anticastristas sufren en Estados Unidos, España, Bélgica o Italia, a manos de la izquierda borbónica: el irrespeto de su segunda identidad, que es la que proporciona su pertenencia nacional.

 

Afortunadamente, el momento es interesante y propicio para la recuperación de la soberanía nacional desde la ciudadanía cultural y política. Agotado el relato de la revolución  —la izquierda de la izquierda brasileña ignora o que acontece na Ilhia—,  sus fautores se han visto empujados a hablar cada vez más de José Martí, para mí solo un referente ético, y a recuperar cuanto intelectual muerto sea necesario: desde Jorge Mañach a Heberto Padilla.

 

Un desarrollo natural que estaría garantizando que en el próximo relato por construir vayan sobrando los Ignacio Ramonet, Pascual Serrano y Jean Guy Allard, más otros tantos que parecen haber elegido la nacionalidad cubana como coartada compensatoria para no vivir como los cubanos que dicen defender, y mejor criticar a los que nacimos cubanos. Con la inevitable nacionalización del debate plural por la Cuba que viene, el fin de ese plagio de soberanía, iniciado con Ernesto Guevara de la Serna, toca a su fin. Una noticia estupenda.

Yoani Sánchez

Nicolás Pérez Díaz-Argüelles

27 de febrero de 2013

 

Hace semanas no escribo sobre la realidad cubana. Las noticias sobre la isla como la última reunión de la CELAC donde fue elegido presidente de la organización el dictador totalitario Raúl Castro, me deprimen. Entonces escribo sobre temas que no me conmueven.

 

Esta semana es diferente. El gobierno de Cuba acaba de cometer el craso error de permitir que Yoani Sánchez haga un periplo por el mundo. A ella, que en su indefensión, desde el infierno, con anécdotas sobre la vida cotidiana de la isla, subliminalmente ingenuas, pero agudamente críticas, ha convencido al mundo que en Cuba hoy el Rey está desnudo.

 

¿Su principal virtud? Es indescifrable. No la entiende el castrismo. Ni un exilio que congelado en el tiempo de la Guerra Fría propone que otros hagan su trabajo pidiendo a Washington aislamiento y sanciones contra el búnker habanero sin ofrecer desde Miami una sola solución real. A Yoani tampoco la entiende un sector de la disidencia interna demasiado cerca de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana y demasiado lejos del pueblo de Cuba. Tampoco la entiendo yo. Por una sencilla razón, todos somos el pasado y Yoani el futuro.

 

Ahora, ¿quién realmente es ella? ¿Una agente de la CIA o una agente castrista intentando confundir a sus enemigos? La definiría como la versión moderna de los Directorios de nuestra historia, el de los años 30 que se opuso a la dictadura de Machado, el del 13 de Marzo que se opuso a la dictadura de Batista y el Directorio Revolucionario Estudiantil, al cual pertenecí, que se opuso a la dictadura castrista. Para mí Yoani en otros tiempos y con otros métodos y estilos, increíblemente sola, es la reencarnación de la lucha de la juventud cubana contra dictaduras de derecha e izquierdas, por lo que la bautizo con el nombre de Directorio Generación Y. A ella y naturalmente, a su computadora.

 

No más pisó tierra brasileña y a las dos docenas de castristas que la acusaban de traidora les respondió: “Nací en un país donde no se puede cuestionar a un hombre, por eso me gusta que se puede cuestionar a todos, incluso a mí”.

 

Le preguntaron sobre el “bloqueo” a Cuba y respondió: “El embargo es el gran argumento que tiene el gobierno cubano para explicarlo todo, quisiera ver a qué van a echarle la culpa sin el embargo”. Es mi punto de vista que vengo repitiendo desde hace años desde esta columna cada vez que la ocasión lo amerita. El embargo solo tiene una sola utilidad, ser pieza de negociación con los herederos como Miguel Díaz-Canel que van a durar lo mismo que un caramelo en la puerta de un colegio cuando desaparezca el último Castro.

 

Al leer como pidió el retiro de Estados Unidos de la Base Naval de Guantánamo no me quedó más remedio que sonreír. Y recordé, cuando tomé la dirección de la revista Trinchera en junio de 1962, Yoani por entonces no había nacido, pedí ayer como Yoani pide hoy, en el primer editorial del órgano oficial de los estudiantes cubanos clandestinos de entonces, la retirada de Washington de todo territorio cubano. Con una salvedad, Estados Unidos debe devolvernos Guantánamo a un gobierno democrático, jamás a una tiranía comunista.

 

Cuando ella dijo que los cinco espías debían ser liberados “para evitar que el gobierno cubano siga gastando una cantidad de dinero en esa campaña”, algunos despistados tomaron sus palabras al pie de la letra, ignorando que la principal arma de ella contra el castrismo es la más mordaz, elegante y fina de las ironías.

 

Yoani es nuestro orgullo. En el 2008 la revista Time la consideró una de las 100 figuras más influyentes del mundo. En el 2009 la Universidad de Columbia le confirió el premio Maria Moors Cabot. Ese mismo año Generación Y fue seleccionado como uno de los 25 blogs más importantes del mundo por el Foro Económico Mundial. Y en marzo del 2011 ganó el Premio Internacional a las Mujeres de Valor, en una ceremonia presidida por la Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

 

Finalmente, el sábado pasado un grupo de 60 o 70 ex presas y expresos políticos cubanos nos reunimos celebrando un cumpleaños (nos reunimos bajo cualquier excusa), y allí me pidieron unos “liberales” como yo y otros de la más rancia extrema derecha, le diera la bienvenida desde esta columna a Yoani en nombre de cerca de mil años cumplidos en las cárceles comunistas. Y añadieron, que si no la perjudica en su regreso a Cuba, cuando venga a Miami, nos dé una tardecita a los ex presos, no para decirle qué debe hacer ni decir, sino para que nos diga ella qué debemos hacer y decir nosotros para lograr la libertad de Cuba.

Cuba – Brasil: Yoani Sánchez

y “Brasileaks” procastristas

Armando Valladares (*) 

26 de febrero de 2013

 

La reciente visita a Brasil de la bloguera cubana Yoani Sánchez sirvió para dejar al descubierto una especie de “BrasiLeaks”, o sea, un conjunto de informaciones confidenciales escandalosamente procastristas, en el seno de ese gran país sudamericano.

 

A esas informaciones confidenciales las destapó el semanario Veja, días antes de la llegada de la bloguera al Brasil, en reportaje titulado “El dossier de la vergüenza” (20 de febrero de 2013). Veja reveló que desde la Embajada cubana en Brasilia se estaba coordinando la agresión de matonescas “brigadas de respuesta rápida” que actuarían contra Yoani a cada paso de su visita a ese país; “brigadas” fanáticamente procastristas, integradas por militantes de grupos de izquierda, inclusive del gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

 

Por una sintomática coincidencia, en una de las reuniones en la embajada cubana estaba presente Ricardo Poppi Martins, especialista en “ciberguerra” y asesor directo del ministro secretario general de la Presidencia de Brasil, Gilberto Carvalho. También por coincidencia, Poppi acababa de llegar de Cuba, con gastos pagados por el gobierno brasileño, donde se dedicó a trasmitir sus conocimientos de “ciberguerra” a equipos de propaganda del régimen cubano, peritos en destruir moralmente a opositores cubanos. La revelación de la existencia de ese “BrasiLeaks” dejó en una incómoda posición al gobierno brasileño, cuyos portavoces se vieron obligados a reconocer que Poppi recibió de manos del embajador cubano Carlos Zamora Rodríguez un dossier con informaciones contra Yoani, pero alegaron que el dossier había sido destruido por el funcionario gubernamental.

 

Cuanto más el gobierno brasileño trataba de explicar lo acontecido, más dudas creaba entre periodistas y entre miembros del Parlamento, que anunciaron la convocación del canciller, del ministro secretario general de la Presidencia y del propio embajador cubano. En cuatro días, la secretaría general de la Presidencia dio tres explicaciones, tratando de tranquilizar y de superar el comprometedor episodio. El canciller Antonio Patriota dijo que no sabía nada de nada. Y las autoridades del gobernante Partido de los Trabajadores cerraron la boca.

 

Lo concreto es que bastó que Yoani Sánchez pusiera sus pies en el territorio brasileño para que el plan de la embajada cubana, favorecido por el gobierno brasileño, comenzara a ser ejecutado con brutalidad en cada local donde la visitante aparecía, llegando los matones en varias oportunidades casi a la agresión física.

 

Esa tentativa de amordazar a la bloguera no le impidió denunciar que en el caso del Brasil, especialmente durante los gobiernos Lula y Dilma, ha habido “omisión” y “silencio” en lo que respecta a “las violaciones de derechos humanos que se cometen en Cuba”; y que faltó “dureza” de parte de la diplomacia brasileña para defender los derechos de los cubanos indefensos. La bloguera solicitó “una posición más firme” de las autoridades brasileñas, y constató que existe un “silencio” similar en los gobiernos de “toda América Latina”, los cuales servilmente tratan de “no incomodar” al régimen cubano. Yoani Sánchez hizo finalmente un llamado al gobierno y al pueblo brasileño, así como a los gobiernos latinoamericanos, a “denunciar lo que ocurre en la isla” de una vez por todas, inclusive, a “apelar a los organismos internacionales”.

 

Este tal vez haya sido el mensaje más directo, dramático y medular de Yoani Sánchez en Brasil. En realidad, el silencio cómplice de las cancillerías y gobiernos continentales es tal vez la causa de la prolongación, durante décadas, de la cruel y sanguinaria dictadura castrista.

 

Hace exactamente un año, en febrero de 2012, tuve ocasión de abordar este tema del silencio del gobierno brasileño, en artículo “Yoani, compasión y Pilatos”, coincidiendo con el viaje de la presidenta Dilma Rousseff a La Habana y con una prohibición del régimen para que Yoani Sánchez viajara en ese momento a Brasil. En la ocasión afirmé que desde el punto de vista de los derechos humanos, el viaje a Cuba de la presidenta del Brasil constituyó un desastre inimaginable para el pueblo cubano y para sus esperanzas de libertad; y que ese viaje podría ser inscrito en el libro negro de las vergüenzas de nuestro tiempo y de nuestro continente. Con su silencio total sobre la violación sistemática de los derechos de Dios y de los hombres en la isla-cárcel desde hace más de cincuenta años, la presidenta de la mayor potencia de América Latina y una de las mayores potencias del mundo, dio implícitamente luz verde para que el régimen continuase persiguiendo impunemente a los opositores, matándolos de sed en las prisiones, reprimiendo a las Damas de Blanco y manteniendo prisioneros a 11 millones de cubanos.

 

Pero ahora con Yoani Sánchez no se trató sólo de un silencio cómplice, en sí mismo muy grave, sino que se fue más lejos, permitiendo al gobierno cubano una operación de intimidación, agresión y denigración de la bloguera en el propio territorio brasileño.

 

La lucidez demostrada por Yoani en su análisis sobre la desastrosa política externa brasileña y latinoamericana hacia el régimen cubano, también se manifestó en las primeras respuestas a las preguntas que los periodistas le fueron haciendo, machaconamente, sobre el denominado embargo económico estadounidense. Al comienzo de su visita a Brasil, en declaraciones publicadas por el periódico O Estado de S. Paulo, la blogera dijo que el régimen cubano, si quiere relaciones con los Estados Unidos, primero debe democratizarse: “En esa normalización de relaciones, no se puede olvidar el tema de los derechos humanos. No se puede dejar de lado una lista de requisitos necesarios que la isla debe cumplir para poder establecer relaciones no solamente con los Estados Unidos, sino con muchos otros países”.

 

De esa manera, Yoani Sánchez dio un argumento decisivo que toca en el centro del problema cubano, y que muchas veces he tenido oportunidad de analizar: la causa real y primera del problema cubano es el embargo interno que el propio régimen de La Habana aplica desde hace más de medio siglo contra el pueblo cubano; y el denominado embargo externo no es sino un efecto. Hay algunos que solamente critican el efecto, pero hacen silencio absoluto con relación a la causa del problema, que es lo principal y lo que debería ser especialmente enfocado.

 

Pero llama la atención el hecho de que en Brasil, en los días siguientes a la presentación de un argumento de tanto sentido común, que contribuye a desmontar la campaña-pretexto castrista contra el embargo estadounidense, Yoani cambió su posición, quizás por presiones locales, y pasó a afirmar, como lo hizo en el Parlamento brasileño, que ella desea “que termine el embargo, para ver cómo el Gobierno cubano va a explicar su propio fracaso”; como si el régimen cubano no pudiera continuar inventando pretextos para justificar sus crímenes y calamidades.

 

A juzgar por la secuencia de las declaraciones publicadas por la prensa brasileña, en su visita a Brasil la bloguera cambió de rumbo, de un día para otro, en lo que respecta a su argumentación sobre el embargo. Lo concreto es que uno de los “padrinos” de la visita de Yoani a Brasil, el senador Eduardo Suplicy, del gobernante Partido de los Trabajadores, señaló en la tribuna del Senado su esperanza de que la posición de Yoani contra el embargo estadounidense, por la relevancia internacional que estaba adquiriendo la figura de la bloguera, podría repercutir en la propia política externa de los Estados Unidos, transformándose en un “paso importante” para el fin del embargo a Cuba. Tanto el senador Suplicy, como la propia Yoani, parecen no tener ni idea del porqué del embargo, pero lo cierto es que la retórica de ambos lamentablemente coincide con la retórica oficial de la tiranía castrista.

 

El régimen cubano, para mantener en pie su campaña-pretexto, trata de ocultar que los Estados Unidos son uno de los principales socios comerciales de Cuba, a la que vende carne de res, pollo, ganado en pie, frutas, leche, equipos médicos, remedios y hasta la tinta para imprimir el Granma. Cuba puede comprar todos los alimentos y remedios que quiera, y hay media docena de fabricantes de medicinas autorizados por el Departamento de Estado, a las que Cuba puede comprar lo que desee, con la única condición de que pague al contado. Quizás Yoani Sánchez no lo sepa.

 

No podría dejar de mencionar, junto con mi anterior salvedad sobre sus declaraciones respecto del embargo estadounidense, las lamentables declaraciones de la bloguera cuando pidió, en el Parlamento brasileño, la libertad de los cinco espías cubanos que fueron detenidos, juzgados y condenados en los Estados Unidos por su participación en el asesinato de cuatro jóvenes cubanos desterrados indefensos. Las fuertes y cuán justificadas críticas suscitadas entre opositores de la isla, como Martha Beatriz Roque y Oscar Elías Biscet, y en el destierro cubano de Miami, especialmente en los familiares de los jóvenes cubanos asesinados, hicieron que Yoani trasmitiera una rectificación, alegando básicamente que se valió de una ironía. Pero una herida ha quedado abierta, y su visita a Miami podrá verse empañada por esas declaraciones desafortunadas.

 

No obstante las dudas y objeciones levantadas, que continúan en pie, en todos estos años, las denuncias de la joven bloguera Yoani Sánchez han servido de una u otra manera para mostrar aspectos del verdadero rostro la tiranía castrista. Sus señalamientos en Brasil sobre los silencios y complicidades latinoamericanos con relación al régimen de La Habana son una prueba de esa contribución, más allá de legítimas dudas y objeciones que continúan en pie y que la propia Yoani Sánchez podrá encontrar oportunidad de aclarar.

 

(*) Armando Valladares, escritor, pintor y poeta. Pasó 22 años en el presidio político de Cuba. Es autor del best-seller “Contra toda esperanza”, donde narra el horror de las prisiones castristas.

Roda Viva entrevista a Yoani Sánchez

25 de febrero de 2013

Canal Livre entrevista a Yoani Sánchez

24 de febrero de 2013

Visita de bloguera cubana caldea los ánimos en Brasil

John Lyons y José de Córdoba

24 de febrero de 2013

 

Tras conseguir permiso para salir de Cuba, la bloguera disidente Yoani Sánchez escogió la mayor democracia de América Latina, Brasil, para comenzar una gira mundial. Pero de forma sorpresiva, simpatizantes del régimen cubano han interrumpido sus presentaciones desde que llegó al país latinoamericano el lunes, lo que llevó a la policía a asignarle guardias para protegerla.

 

Para muchos brasileños, los ataques son una vergüenza nacional. Las protestas también ponen de manifiesto un aspecto poco comprendido de las democracias de América Latina. Cinco décadas después de que Fidel Castro lideró la revolución en Cuba, muchas personas en el mundo han descontado su régimen debido a acusaciones de abusos contra los derechos humanos. Sin embargo, seguidores vehementes de los hermanos Castro se pueden encontrar en todos lados, desde palacios gubernamentales hasta campus universitarios de la región.

 

“Muchos en la izquierda de América Latina continúan pensando que mucho de lo que ocurre en Cuba es fantástico, y lo que no es fantástico es culpa del embargo de Estados Unidos”, apuntó Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de México y quien en el pasado apoyó a Castro.

 

Latinoamérica registró una explosión de movimientos izquierdistas e insurgentes armados que retaron el status quo desde México hasta Argentina en los años 60 y 70. Ahora, presidentes con tendencias izquierdistas gobiernan buena parte de la región, desde la democracia social orientada al mercado de Brasil, hasta el socialismo de Hugo Chávez.

 

Sánchez, una escritora delgada de 37 años de edad, parece ser alguien con pocas posibilidades de atraer a muchedumbres enardecidas. Pero en 2007, comenzó a publicar pequeños reportes sobre las privaciones cotidianas que tienen que sufrir los habitantes de la Cuba de Castro en un blog llamado Generación Y. El testimonio de una persona que en realidad vive en Cuba se ha convertido en un desafío doloroso para la idea de los seguidores de Castro en el exterior de que la isla es un paraíso revolucionario.

 

Hoy en día, sus entradas en el blog son traducidas por voluntarios a más de 12 idiomas, y ella es sin duda la cronista sobre el régimen de Castro más leída.

 

“¿Por qué estamos hablando tanto sobre Cuba y Yoani Sánchez? Porque esta mujer es prueba viviente de la promesa incumplida de libertad de los Castro, una promesa que sedujo e involucró, desde el comienzo, a algunos de los intelectuales más grandes de nuestro continente”, escribió el columnista Eugênio Bucci el jueves en el diario O Estado.

 

En Brasil, Sánchez respondió a los ataques destacando que la gente en La Habana no tiene derecho a este tipo de manifestaciones. “Soy una demócrata autodidacta. Creo en la pluralidad de ideas. Pero cuando llega la violencia física o verbal, eso ya no es pluralidad, eso es fanatismo”, expresó. La cubana considera el apego de América Latina a la “ilusión” de Cuba de esta manera: “Hay gente joven a quien le atrae la idea de la revolución. Y hay gente no tan joven que no puede aceptar que las ideas en las que cree son obsoletas, o hay quienes creen que es demasiado tarde para decir ‘estaba equivocado’”.

 

El apoyo de Castro podría parecer sorprendente en una región donde países como Brasil, Argentina y Uruguay abandonaron dictaduras propias y acogieron la democracia en los años 80. Los mismos países ahora son depósitos de apoyo a favor de la dictadura de mayor duración del mundo. Cuando dos pugilistas cubanos desertaron en Brasil en 2007, el país los aprehendió y los envió de regreso a Cuba.

 

Los motivos varían. Primero, muchos líderes de América Latina crecieron durante épocas de intensa oposición a las dictaduras de derecha. Se inspiraron en la revolución castrista y algunos incluso pasaron algún tiempo en Cuba. De joven, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, fue encarcelada y torturada por la dictadura de Brasil por su participación en un grupo guerrillero marxista.

 

De hecho, incluso en la economía brasileña que está cada vez más orientada hacia el mercado, uno no tiene que ir muy lejos para encontrar a un marxista declarado. El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, el hombre a cargo de El Mundil de Fútbol de 2014, es un líder del Partido Comunista de Brasil.

Con una valla le ofrecen disculpas a Yoani Sánchez

por los mítines de repudio de los neoestalinistas

23 de febrero de 2013

 

BLOGUEIRA

Outdoor na Agamenon Magalhães pede desculpas a Yoani Sánchez

Peça foi assinada pelo advogado Silvio Amorim

Publicado em 23/02/2013, às 18h07

Do JC Online

 

Quem passa pela Avenida Agamenon Magalhães, uma das mais importantes e movimentadas do Recife, pode perceber um outdoor fazendo referência à passagem da cubana Yoani Sánchez pelo País. Mais: a peça, colocada na tarde deste sábado (23), é um pedido de desculpas pela hostilidade que a blogueira foi tratada quando esteve no Brasil, inclusive em Pernambuco. A peça foi assinada pelo advogado Silvio Amorim.

 

“Fiquei envergonhado com tudo que Yoani passou aqui no Brasil. Uma pessoa que sofreu tanto na vida em Cuba, consegue um visto para deixar o país dela, vem ao Brasil e é tratada daquele jeito, com protestos e falta de respeito. O que fizeram com Yoani está longe de ser liberdade de expressão. Foi desrespeito, canalhice”, disse Silvio Amorim.

 

O advogado lembrou dom Helder Câmara ao falar sobre o caso. “Dom Helder foi várias vezes a outros países, durante a ditadura militar, e nunca foi hostilizado dessa forma. Se tivesse sido, ficaríamos revoltados. Por que tratar Yoani daquele jeito? Fiz o outdoor na esperança que, de alguma forma, ela fique sabendo que a grande maioria dos brasileiros e sobretudo dos pernambucanos não concorda com a forma como ela foi tratada aqui”.

 

Por onde passou, Yoani foi alvo de protestos. Em Pernambuco, o protesto aconteceu no Aeroporto dos Guararapes. Em Feira de Santana, na Bahia, os protestos foram mais pesados e alguns eventos precisaram ser cancelados. Em entrevista, a blogueira disse que o protesto era uma forma de expressão que ela não tinha em Cuba, mas a violência com que eles estavam acontecendo no Brasil a assustava.

 

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Operación Yoani

Bertrand de la Grange

24 de febrero de 2013

 

Los ataques contra Yoani Sánchez están teniendo mucha repercusión mediática, en general favorable a la bloguera.

 

No te asustes, Yoani: si los perros ladran, es porque vas bien y te tienen miedo. Así resumiría mi primera impresión sobre el apasionante periplo que la más famosa bloguera cubana acaba de emprender, y que la llevará a visitar una docena de países de América y Europa. Muchos cubanos del exilio —los únicos que pueden expresar una opinión independiente— tienen una percepción más pesimista: temen que el régimen de los hermanos Castro movilice a sus huestes para reventar todas y cada una de las apariciones públicas de la joven disidente.

 

Los incidentes ocurridos en Brasil, primer tramo del viaje de 80 días de Yoani Sánchez, parecieran darles la razón. Las turbas castristas la esperaban en el aeropuerto de Recife (nordeste del país). Con gritos y pancartas, expresaron su adhesión a la Revolución Cubana y su repudio a la “bloguera mercenaria financiada por la CIA”. La misma escena se repitió en los días sucesivos en todos los escenarios donde apareció la bloguera. Según la influyente revista Veja, se cumplían así las “orientaciones” dadas por la embajada de Cuba a un grupo de militantes del Partido de los Trabajadores (PT), que está en el poder en Brasil.

 

En Feira de Santana, cerca de Salvador de Bahía, unos manifestantes del PT y del Partido Comunista do Brasil (PCdoB) lograron impedir la proyección de un documental que incluye una entrevista con Yoani. Circula en internet un video que recoge el incidente. En él aparece un puñado de estudiantes con pancartas: “Yoani Sánchez persona no grata”, “Viva Fidel y la Revolución”, “No al bloqueo”. Lejos de amilanarse, la bloguera acepta un debate con sus contrincantes a petición de un senador del PT, que intenta mediar con el ala radical de su partido.

 

Con una sonrisa de par en par, la creadora del blog Generación Y disfruta de la música de la democracia, que permite confrontar todas las opiniones. Se lo dice a esos desgraciados que se desgañitan, y de paso les da una lección magistral de tolerancia y paciencia: “No le tengo miedo a los problemas, no le tengo medio a los represores”, empieza. Y en respuesta a las pancartas contra el “bloqueo”, Yoani les explica que ella también está en contra del embargo. Por tres razones: “Una, me parece injerencista. Dos, me parece un fósil de la Guerra Fría que no tiene ningún sentido en el mundo moderno. Y tres, me parece que es el mejor argumento que tiene el Gobierno cubano para explicar su ineficiencia económica”.

 

Cuando la interrumpen con más gritos y sin un solo argumento, la bloguera deja que se desfoguen antes de seguir con su explicación. “Vivo en una sociedad donde la opinión es traición, donde decir una crítica sobre un Gobierno que lleva 54 años en el poder y nunca permitió que existiera otra fuerza política, un Gobierno que no podría competir en una sociedad plural con otros partidos…” El griterío es tal que ya no puede pronunciar una palabra más. Se suspende el acto. Termina el video.

 

¿Han ganado una vez más los castristas con ese aquelarre? No lo creo. En contraste con lo que solía pasar con ese tipo de agresión, los ataques contra Yoani están teniendo mucha repercusión mediática, en general favorable a la bloguera. Su mensaje está pasando. La joven cubana ha manejado la situación con mucha soltura y una serenidad admirable. Ha aguantado el tipo, a diferencia de otros, como el director de la Maison de l’Amérique Latine, en París, que canceló el mes pasado la presentación de un libro crítico sobre Ernesto Guevara, Amanecer en La Higuera. Secretos tras la muerte del Che. El responsable de la institución francesa más prestigiosa dedicada al continente americano alegó “riesgo de disturbios de orden público” para justificar su decisión, después de recibir presiones de los amigos del Gobierno cubano.

 

La gira internacional de Yoani Sánchez no precipitará el derrumbe de un régimen decrépito, es cierto. La agonía de Hugo Chávez y sus efectos colaterales —reducción o suspensión de la gigantesca ayuda de Venezuela a La Habana— encierra muchos más peligros para los hermanos Castro. Sin embargo, la correlación de fuerzas en el debate político sobre Cuba está cambiando en detrimento de los castristas, que van perdiendo cada día más espacios en Europa y en América Latina. Y ahí sí cuenta la aportación de Yoani y de muchos otros, que aprovechan el recién estrenado derecho a un pasaporte para ir a conocer el mundo y hablarle de la verdadera Cuba.

Yoani Sánchez explica su postura ante los 5 espías

22 febrero de 2013

 

Por lo pronto, rectifico, [los 5 cubanos] fueron juzgados, bien juzgados, y eran espías sin lugar a dudas… A veces usar el sarcasmo y la ironía trae ese tipo de malentendidos. En primer lugar -dijo- no les diría “5 héroes”, para mí son 5 espías que han sido juzgados, que han tenido sucesivas oportunidades legales para probar su culpabilidad o inocencia y en todos esos tribunales, formados por gente diversa y plural, han sido ratificados como culpables… Todo el mundo sabe que es práctica común del gobierno cubano vigilar y espiar en territorio norteamericano ampliamente, por tanto en ningún momento pedí la liberación… Sé que hubo ese mal entendido, no sé por qué, pero bueno, yo creo también que el caso de los 5 se está utilizando como un tema sobredimensionado para evitar que la gente ponga sus ojos en el verdadero problema cubano, que es la falta de libertad, el exceso de represión, porque vivimos bajo un gobierno totalitario que no ha permitido elecciones libres, que no permite que sus ciudadanos se asocien y expresen libremente”.

Debate de Yoani Sánchez en Feira de Santana

con dos mil estudiantes de la universidad

Bienvenida a Miami, Yoani

Dora Amador

23 de febrero de 2013

 

A Fidel y a Raúl Castro les había salido el tiro por la culata desde que un grupo de comunistas te recibieron con violencia verbal y empujones amenazantes. Cuando vi que la prensa brasileña había cubierto el suceso dándole a tu presencia y tu mensaje una proyección nacional, algo que tomó también la prensa latinoamericana, cuando después supe que ibas a Brasilia para hablar ante el Parlamento y fui siguiendo tu intervención allí, lo que decías, cómo hablabas en nombre de toda Cuba allí, me reí con tanto gusto, me sentí tan feliz de que los planes perversos de los Castro se convirtieran en luminoso boomerang que dejó ver, como dijo un diputado, “una conspiración del mal”. ¡Ay! Yoani, pero intentaron otra vez ponerte en apuros, cómo hacer de tu viaje una victoria para ellos dividiendo al exilio, haciendo que el sector fanático de siempre te juzgara y condenara a priori.

 

Entre los diputados había un inquisidor comunista, Glauber Braga, que comenzó a preguntarte cosas: que quién te había pagado el viaje (un insulto, porque eso jamás se lo preguntaría a otra persona de tu calibre de visita en su país), que cuál era tu posición acerca del bloqueo (palabra que escuchas desde que naciste, pero dijiste “embargo”), que qué opinabas de los cinco cubanos presos en EEUU. Aclaraste que eran miembros del Ministerio del Interior, y que “era una red de espionaje más grande, sólo 5 están en la cárcel”. Lo que siguió acerca del gasto en propaganda, etc., y que deberían liberarlos después obedeció a lo que dices en tu comentario de El Nuevo Herald: quizá el nerviosismo del momento, qué palabras decir. Nada más hay que ponerse en tu lugar un instante para imaginar cómo te sentirías. El objetivo del inquisidor: enemistarte con el exilio. ¿Lo lograron?

 

No lo creo, sólo un grupo de personas que no se informan o que son mal intencionadas puede rechazar tu presencia aquí, entre nosotros. O pueden –y todo cabe entre los cubanos intolerantes que hay aquí, que son como los de allá, se parecen muchísimo– llevar a cabo una manifestación en tu contra. Eso es lo que quisiera Fidel Castro, que siempre ha logrado que esa parte lamentable del exilio haga lo que él maquiavélicamente planea. Algún día los historiadores recogerán la verdad de cómo manipuló exitosamente Fidel Castro al exilio cubano por más de 50 años. Estoy convencida de que miles de cubanos te esperarán para aplaudirte en la Torre de la Libertad. Como te mereces.

 

Este exilio, Yoani, el de Miami, el de Nueva York, el que vive en Estados Unidos, te admira hace tiempo, desde que creaste en 2007 tu excepcional blog Generación Y, y con él una blogosfera comprometida con la verdad, la verdad de cada uno de sus integrantes, que coinciden en ansiar la libertad, la democracia para su patria. Tú fuiste el faro. La incidencia que ustedes tienen en el presente y el futuro de la nación, haber logrado ser un espejo de la Cuba real lanzada al mundo y así desmitificar la revolución maldita, ha sido muy eficaz. Y eso es lo que no perdonan los castristas.

 

Ya puedes ver por ti misma qué diferente es la respuesta que da Maggie Alejandre Khuly, hermana de Armando Alejandre Jr., uno de los cuatro cubanos que iban en las avionetas de Hermanos al Rescate derribadas por la aviación cubana. Ella no te juzga ni te condena inmediatamente, algo que suele hacerse con una facilidad que da horror en esta orilla, te disculpa y dice que le gustaría hablar contigo.

 

Ánimo, Yoani Sánchez, que te faltan muchos países y muchos encuentros, y recoger muchos premios más que merecidos. Te felicito por todo lo que valientemente dijiste en el Parlamento, desenmascaraste al régimen totalitario ante los brasileños que aún creen en aquella mentira.

 

Bienvenida, Yoani.

El viaje de Yoani Sánchez

Juan Martín Lorenzo

23 de febrero de 2013

 

Confieso que he estado ausente de las redes sociales por un largo tiempo, y también de mi blog. A veces es importante retirarse un poco del medio y mirar desde lejos, observar el terreno con la ventaja del ojo discreto, no ser la mano que mueve la ficha del ajedrez sino el simple espectador que observa ese juego, ser el testigo y no el elemento en la partida. Es así como he estado por alrededor de dos meses, leyendo y observando la partida de ajedrez, el cruce de fichas y el posicionamiento de peones en el tablero. Y es así que he visto partir a la conocida bloguera de Cuba y seguir el tráfico de su persona por Brasil. Algunos sucesos a su paso eran de esperarse, y me explico.

 

Más de 20 ocasiones el gobierno cubano le negó la salida a Yoani Sánchez sin darle ninguna explicación oficial, aunque los motivos siempre han sido muy obvios. Y entonces aparece la “descongelación” de los trámites de salida para los cubanos de la isla y se le concede a la figura más reconocida internacionalmente como disidente el multi-solicitado pasaporte. La pregunta evidente es, ¿por qué el No antes y por qué el ahora?

 

¿Qué se pretende con el permiso a Yoani Sánchez a viajar que antes no era posible alcanzarlo?

 

Las especulaciones pueden ser muchas, pero yo no soy ni un oráculo griego para adivinar los pensamientos ocultos o semi-transparentes en las decisiones castristas, y no quiero convertir este post en fuente de esas mismas especulaciones. Sencillamente, les dejo esa tarea a otros.

 

Lo bien cierto es que con el viaje de la más conocida bloguera el gobierno de La Habana ha lanzado una campaña internacional para tratar de embadurnar, de algún modo, su nombre y el prestigio que instituciones de prensa y académicas han levantado con premios y menciones. Y, sobre todo, tratar de oscurecer su prestigio en las redes locales donde su estrella brilla por encima de otras conocidas figuras, disidentes y expresos políticos.

 

A Yoani Sánchez hoy se le escucha tanto o más que al propio Raúl Castro, y toda la pléyade de ministros y miembros del gabinete castrista. Su voz tiene más peso político que la del propio ministro del exterior cubano, el “parlamento” nacional y la prensa de Cuba. Cada palabra de la bloguera es repetida por “amigos y enemigos”, seguidores incondicionales y fervientes detractores de su figura. Y es así que el viaje de Yoani adquiere, de las dos partes, una importancia que yo creo ni la misma bloguera aún tiene el total conocimiento de su alcance.

 

Como era de esperarse, con ella no solo viaja su persona, sino también la represión de Cuba a cualquier lado donde se mueva la bloguera. Ya lo vimos desde que desembarcó en el aeropuerto en Brasil hasta las muestras de hostigamiento y violencia en cada uno de esos lugares por donde ha viajado. Seguirá apareciendo, por supuesto, en el resto de su gira y volverá a aparecer incluso en predios donde tan poco se aplaude a Castro como en Miami. Sinceramente, Miami será uno de los puntos más interesantes a observar con detenimiento.

 

Pero el viaje de Yoani Sánchez también nos sirve a los cubanos para poder dimensionar humanamente a esta persona. Oírla más de cerca, verla equivocarse, rectificar y volver a contestar una pregunta difícil, un hecho controversial o agregar una pequeña nota de humanidad mas allá de la frialdad de un post en su blog o en un escrito en la prensa.

 

Sin  embargo, el viaje de Yoani permite reconocernos mucho más a nosotros mismos los cubanos en comparación con su figura y es aquí donde yo, personalmente, veo la verdadera importancia de su viaje.

 

Sólo unas pocas horas atrás la bloguera se refirió a uno de los temas que divide a la comunidad cubana, más allá de las aguas territoriales de Cuba y del Caribe: los cinco espías. Yoani Sánchez insistió que había utilizado una evidente ironía cuando habló de la posible liberación de esos espías y que el sentido de sus palabras no había sido capturada por sus paisanos alrededor del mundo, levantando la muy conocida jauría de opiniones en su contra. No voy a defender ni sus palabras ni voy a expresar mi opinión sobre la forma en que utilizó esa figura literaria para exponer sus ideas, si realmente lo hizo. No es lo importante en este caso.

 

Lo esencial es que ante su opinión “amigos y enemigos” se lanzaron al ataque. Insultos y acusaciones, manipulación y violencia verbal contra la bloguera por parte de ciudadanos de su propio país mientras la cubana cosechaba simpatías y amistades con la de otras nacionalidades, aún con personas que están lejos de su posición ideológica con respecto a Cuba. ¿Cómo es posible esto?

 

Sin embargo, la pregunta medular no esa sino: ¿hemos aprendido los cubanos las lecciones de la democracia en los lugares donde vivimos?

 

¿Sabemos escuchar a los que no tienen nuestra simpatía ni nuestras ideas políticas?

 

¿Sabremos hacer uso de las herramientas de la democracia algún día cuando la dictadura se derrumbe y no apelar al insulto y al gesto grosero como respuesta?

 

Porque, honestamente, esto es lo que ha ocurrido con el viaje de Yoani Sánchez a Brasil y sus palabras sobre los cinco espías. ¿Cómo podremos levantar de las ruinas autocráticas a un país cuando sus ciudadanos no somos capaces de escuchar con paciencia a los que opinan de forma diferente?

 

La democracia no se construye con insultos, que es precisamente lo que ha enviado el régimen para que persiga a Yoani Sánchez durante su gira. Si los que vivimos en países democráticos nos lanzamos insultar  la primera manifestación de divergencia sobre nuestros pensamientos políticos a una persona que evidentemente juega en el mismo lado del tablero político, ¿qué vamos a esperar de los cancerberos tradicionales del régimen?

 

¿Cómo vamos a exigir que se respeten los derechos de los demás si nosotros mismos tratamos de apalear con nuestra grosería e insultos a los que disienten de nuestras ideas?

 

Albert Einstein dijo en alguna ocasión:

 

“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera.”

 

Se habrá Yoani Sánchez equivocado al utilizar la ironía, o sencillamente no supo colocar su pensamiento en el lugar justo en ese espacio-tiempo, o probablemente no calculó el alcance de sus palabras. La pregunta que todos deberíamos habernos hecho es, ¿cómo usted hubiera reaccionado en ese instante y qué hubiera dicho?

 

A todas luces la bloguera no es el conocido político que calcula con astucia lo que va a decir y cómo lo va a decir para no causar molestia, pero eso mismo lejos de denigrarla la enaltece, porque demuestra que es mas auténtica que muchos otros y demuestra, sobre todo, que está diciendo sus mas intimas opiniones. Y eso, en mi muy personal opinión, es más importante que todos sus posts en el blog personal que mantiene por tantos años.

 

Y mucho más importante para nosotros debe ser entonces el expresar con sinceridad nuestra personal opinión sin usar las mismas herramientas que la represión ha utilizado estos 54 años en el poder en Cuba. El insulto es fácil emitirlo, expresar una opinión de manera articulada y coherente con respeto es la única manera de influir con prestigio sobre los demás para derrumbar los muros de la represión y las armas de la dictadura. Si no lo podemos hacer es mejor quedarnos callados y dejar que los que lo logren manifestar con coherencia la emitan. El silencio a veces es más importante que la misma palabra.

 

Nunca he sido un condicional defensor de la bloguera cubana. Hay capítulos en su vida personal y en su actitud que me han hecho cuestionar su opinión, y sus criterios y acciones. Pero eso no me da ninguna autoridad para ofenderla y usar el insulto contra su persona como vehículo para desprestigiarla y convertirme en un tornillo mas, incondicional, del régimen que ella misma condena y enfrenta. Y, sobre todo, no me hace a mi muy superior como persona y como ser humano a ella misma.

 

Esta vez y, posiblemente muy a pesar de algunos, mi solidaridad está sin ningún límite con su persona. Se debe respetar para ser respetado.

¡Qué mal le quedaron al gobierno cubano

los actos de repudio a Yoani en Brasil! 

Enrique Del Risco

 23 defebrero de 2013

¡Qué mal le quedaron los actos de repudio a Yoani en Brasil al gobierno cubano! Ahí va la portada del semanario más importante del país, la revista Veja (Vea). Para leer el artículo completo pinchar aquí. El párrafo inicial de la entrevista dice:

 

La disidente cubana Yoani Sánchez encontró una rareza en Brasil, jóvenes manipulados para defender una dictadura. Vio a mentecatos disfrazados del Che Guevara intentando, por los gritos y por la fuerza impedirle hablar. Su reacción fue una lección de política. A ella poco le importó el contenido de los gritos. Supo valorar el ejercicio de la libertad de protestar, incluso cuando el objetivo era ella misma. Su sencillez asusta a los partidarios de las tiranías”.

La revista católica Espacio Laical

rechaza el hostigamiento a Yoani Sánchez

23 de febrero de 2013

 

se hace necesario rechazar el hostigamiento al que está siendo sometida la bloguera-opositora cubana Yoani Sánchez, durante su estancia en Brasil que ha resultado posible gracias a la liberalización de las regulaciones migratorias. Grupos organizados y, según suponen muchos, en coordinación con alguna instancia de poder en Cuba, la confrontan insistentemente, no a través del razonamiento y del empleo de argumentos, sino mediante la ofensa y el boicot. Actos de esta índole atentan contra la dignidad de la persona agredida, contra la civilidad de la cultura política cubana y contra la credibilidad de la Revolución misma, a la cual esos grupos pretenden defender”.

 

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Nota de Manuel Castro Rodríguez: ¿A qué “credibilidad de la Revolución misma se refiere Espacio Laical? ¿La revista católica del arzobispado habanero pretende desconocer que durante medio siglo Fidel Castro Ruz le mintió, engañó, encarceló, torturó, desterró y asesinó a una parte del pueblo cubano?

 

Tan pronto leí que la revista Espacio Laical rechaza el hostigamiento a Yoani Sánchez, procedí a divulgar el editorial en cuestión

 

http://www.espaciolaical.org/contens/esp/sd_222.pdf

 

aunque con las experiencias que tengo nunca podré estar de acuerdo con lo que expresa de “credibilidad de la Revolución misma.

 

¿A qué “credibilidad de la Revolución misma se refiere Espacio Laical? ¿La revista católica del arzobispado habanero pretende desconocer que durante medio siglo Fidel Castro Ruz le mintió, engañó, encarceló, torturó, desterró y/o asesinó a una parte del pueblo cubano?

 

Como expresa el filósofo izquierdista argentino Oscar del Barco: “Creo que parte del fracaso de los movimientos ‘revolucionarios’ que produjeron cientos de millones de muertos en Rusia, Rumania, Yugoeslavia, China, Corea, Cuba etc., se debió principalmente al crimen. Los llamados revolucionarios se convirtieron en asesinos seriales, desde Lenin, Trotzky, Stalin y Mao, hasta Fidel Castro y Ernesto Guevara”.

 

Invito a los editores de Espacio Laical y al vocero del cardenal Jaime Ortega a que conozcan cómo Fidel Castro Ruz le mintió, engañó, torturó y asesinó al pueblo cubano:

http://profesorcastro.jimdo.com/la-revolución-cubana/

http://profesorcastro.jimdo.com/fidel-castro-del-humanismo-al-totalitarismo/

http://profesorcastro.jimdo.com/la-revolución-traicionada/

http://profesorcastro.jimdo.com/fusilamientos-en-cuba/

http://profesorcastro.jimdo.com/las-torturas-en-la-cuba-de-fidel-castro/

http://profesorcastro.jimdo.com/umap-campos-de-concentración-en-la-cuba-de-fidel-castro/

http://profesorcastro.jimdo.com/cómo-fidel-castro-miente-sobre-la-prostitución-en-cuba/

http://profesorcastro.jimdo.com/casados-con-la-mentira/

http://profesorcastro.jimdo.com/la-mujer-cubana/

http://profesorcastro.jimdo.com/masacre-del-remolcador/

http://profesorcastro.jimdo.com/mujeres-en-el-presidio-político/

http://profesorcastro.jimdo.com/los-viejos-comunistas/

 

Les pido de favor que después de ver estas subpáginas me digan si alguna persona honesta e informada puede hablar de “credibilidad de la Revolución misma”.

 

Espero por sus comentarios.

 

Muchas gracias.

 

MCR

Comentario enviado por Antonio Gómez Sotolongo sobre este editorial de Espacio Laical: Este editorial no es más que un pañuelo antibacterial para limpiar la cara de eso que Espacio Laical llama “alguna instancia de poder en Cuba”. Este es uno de los múltiples instrumentos que utilizan “las más altas autoridades del país”, para ocultar el rastro de la conspiración, colocan a terceros supuestamente imparciales a poner en duda lo que está a la vista de todos. No hay nada más patético que tratar de desvincular los actos de repudio contra Yoani fuera de Cuba, con los que en la isla se hacen desde hace más de medio siglo. Por favor, no profanéis las inteligencias de sus prójimos. Este editorial, como casi todo lo que publica este medio, es una pieza llena de dobleces, que lejos de analizar con equilibrio la realidad cubana, persigue calzar, “por otras vías” lo que dice el Granma. Por lo demás, quienes ostentan el poder en Cuba no son una abstracción, sino un par de individuos “imprescindibles” que dictan lo que el resto acata y ejecuta. Las supuestas reformas, no podrán ser el resultado de discusiones con amplios sectores de la población hasta tanto no se reconozca la oposición interna y esta tenga un lugar en todos los debates. Esa de la “credibilidad de la revolución” es una de tantas fintas que he podido leer en Espacio Laical para dejar a los poco avisados muy conformes con las calamidades, fintas que los convoca a tener “fe en la revolución”, en lugar de enseñar que la revolución dejó de existir hace muchas décadas, y que según Castro I todos los cambios se hicieron en Cuba en 1959, y para Castro II los cambios serán para más socialismo.  Saludos y gracias por compartir.

Yoani Sánchez, la Phileas Fogg caribe

Álvaro Vargas Llosa

19 de febrero de 2013

 

Como en la vuelta al mundo de Phileas Fogg, en el periplo que acaba de iniciar Yoani Sánchez (¿necesito añadir: la bloguera más famosa del mundo?) habrá un Fix tratando de sabotearla y será irremediablemente derrotado. Ya lo vimos en Recife y Salvador, y lo veremos los demás puertos de su viaje: manifestantes movilizados por las embajadas cubanas en coordinación con los comunistas locales. Como Phileas Fogg, llevará un diario puntilloso de lo que le suceda y lo que vea, escrito o mental, que tal vez, o tal vez no, publicará en su bitácora, Generación Y. Si lo hace, nos permitirá entender mejor el mundo libre en que vivimos los que vivimos en él porque nada ayuda más a conocer lo que a uno lo rodea que la versión del forastero que se sorprende con detalles que uno ya ni ve y a quien la rama no ciega la visión del bosque.  Y, como Phileas Fogg, Yoani ganará la apuesta al Club Reformista: poner a prueba cada reforma, como acaba de hacer con la reforma migratoria saliendo del país y volverá a hacer regresando a él dentro de pocos meses, es la manera de tratar de ensanchar los límites de la cancha.

            Dicen que los griegos inventaron el heroísmo, los franceses el amor y los ingleses la puntualidad. O eso decían: hoy sería más exacto decir que los griegos se inventaron sus cuentas públicas, los franceses la emigración fiscal y los ingleses el euroescepticismo. Pero a lo que iba: los verdaderos inventores del heroísmo no fueron los griegos, con perdón del aedo Homero. No: lo inventaron, más bien, los totalitarios. Convirtieron el acto cotidiano, por ejemplo colocar un post en una bitácora digital, cruzar el umbral de la entrada de un hotel en busca de un cibercafé o enviar un correo electrónico, en un acto heroico. Acudir a un sepelio, hacer una pregunta ante un micrófono en una conferencia literaria, caminar por la calle junto a otras personas, visitar una iglesia, pedir un pasaporte o pasar el control migratorio de un aeropuerto son actos homéricos. Para nosotros, los privilegiados, el heroísmo es el Ulises de la guerra de Troya y el regreso a Ítaca. Para los habitantes del totalitarismo, el heroísmo es una mujer en saya azul y blusa blanca despidiéndose de su esposo y de su hijo de catorce años porque no sabe si, al cabo de un gira de conferencias, la dejarán volver a ellos. El heroísmo es cada instante, cada cosa, de su vida.

            En el mundo libre, muchos queremos ser héroes. Por eso soñamos con cosas excepcionales que nos arranquen del tedio de la libertad. En el mundo totalitario, y ese es el mensaje elegante que rezuma el blog de Yoani, darían cualquier cosa por un poco menos de heroísmo y un poco más de tedio. El verdadero sentido de lo que ella hace, horadando gota a gota la piedra de la censura informática con sus posts, contándolo y comentándolo todo, es precisamente ese: clamar por un poco de normalidad. Pedir reformas –que haya libertad de expresión y de asociación, como acaba de hacer en Brasil, primera escala de su viaje— es ansiar que los actos cotidianos no sean actos de valor o profesiones de fe.

            Por eso sería un error conceptual comparar el viaje de Yoani a una hazaña. Es lo contrario. Su simbolismo no radica en lo excepcional de verla recorrer el mundo en libertad después de tantos golpes, arrestos, insultos, silenciamientos, prohibiciones y agresiones psicológicas padecidas desde que demostró que una mujer criada y formada dentro de la Revolución no deja de necesitar libertad. El simbolismo de su viaje radica, más bien, la sucesión de actos de cotidianeidad de que se compone. Sólo en países libres los ciudadanos pueden, por lo general, hacer con su vida lo que quieren más que lo que deben. En el totalitarismo, ser héroe es una obligación, aunque sea para ir a comprar desafiando la escasez, por no mencionar osadías mayores. En el resto del mundo, ser héroe es una escogencia.

            Phileas Fogg se sentiría orgulloso de ti, Yoani. 

Neoestalinistas brasileños protestan por

la llegada de la bloguera cubana Yoani Sánchez

Manuel Castro Rodríguez

18 de febrero de 2013

 

Unos ocho integrantes de la ‘izquierda’ adocenada brasileña recibieron este lunes a Yoani Sánchez en Recife, Brasil, con los clásicos insultos que la tiranía castrista utiliza para difamar a quien no se le somete: “vendida” y “agente de la CIA”.

 

Yoani Sánchez sonrió y dijo que ojalá los cubanos tuvieran la misma libertad para protestar. ¡Viva la democracia! Quiero democracia también en mi país, respondió la laureada bloguera.

 

En Salvador de Bahía, a donde viajó desde Recife, Yoani Sánchez fue recibida por unos veinte neoestalinistas con pancartas en las que la llamaban “mercenaria” y gritaban “Cuba sí, yanquis no”.

 

Las manifestaciones contra la bloguera y corresponsal del diario El País se producen después que la semana pasada el principal partido opositor brasileño denunciara una campaña para sabotear su visita, en la que estarían involucrados un funcionario del Gobierno y diplomáticos de la embajada de La Habana. Véase

 

  http://profesorcastro.jimdo.com/gobiernos-c%C3%B3mplices-del-totalitarismo-castrista/

 

Yoani Sánchez, a quien en los últimos años el régimen militar cubano le negó veinte veces el permiso para viajar al extranjero, obtuvo hace dos semanas su pasaporte, como parte de la reforma migratoria.

 

Estoy muy feliz. Han sido cinco años de lucha”, dijo Sánchez a medios brasileños en alusión a sus esfuerzos por viajar al extranjero, para recibir una serie de premios ganados durante los últimos años y asistir a eventos a los que ha sido invitada.

 

La gira de la bloguera incluye además México, Perú, Estados Unidos, la República Checa, Alemania, Suecia, Suiza, Italia y España.

 

Lamentablemente en Cuba uno es castigado por pensar diferente. Las opiniones contra el Gobierno tienen consecuencias terrible, arrestos arbitrarios, vigilancia”, dijo Sánchez en una entrevista al canal de televisión GloboNews.

 

Yoani escribió en su blog que les gustaron las protestas y hasta algunos insultos que recibió al llegar a Brasil. “Hubo flores, regalos y hasta un grupo de gente insultándome que me gustó mucho -lo confieso- porque me permitió decir que yo soñaba con que algún día en mi país la gente se pudiera expresar públicamente así en contra de algo, sin represalias”, manifestó Sánchez.

 

La visita de la bloguera ha creado expectativa en Brasil, donde el gobierno de Dilma Rousseff es criticado frecuentemente por no cuestionar las sistemáticas violaciones a los derechos humanos en Cuba.

 

 

Yoani Sánchez sale de Cuba

17 de febrero de 2013

 

Visitará una decena de países

 

Tras cinco años de recibir negativas del Gobierno de Cuba para poder salir de su país, Yoani Sánchez, bloguera y corresponsal de EL PAÍS en La Habana, pudo tomar hoy un avión para emprender una gira internacional, un viaje que ha sido posible por la reforma migratoria vigente desde el 14 de enero.

 

Con el logotipo de su famoso blog Generación Y estampado en su maleta de mano, Yoani Sánchez, de 37 años, franqueó hoy sin mayores problemas el control migratorio del aeropuerto de La Habana para tomar un vuelo rumbo a Brasil, primera escala de un periplo de 80 días que la llevará a una decena de países de América y Europa.

 

“Esto será como la vuelta al mundo en 80 días”, bromeó la filóloga cubana en declaraciones de periodistas en el aeropuerto de La Habana, donde llegó muy temprano acompañada de un grupo de familiares y amigos.

 

Yoani Sánchez, cuya mirada crítica sobre la realidad cubana ha sido reconocida con múltiples galardones internacionales que nunca ha podido recoger personalmente, dijo sentirse como en un “sueño” aunque con un “sabor agridulce” por las limitaciones migratorias que persisten en su país.

 

“Me siento muy feliz, aunque con esa sensación del corredor de 110 metros vallas que llega agotado, sudoroso y hasta lastimado pero que al final gana la carrera. He ganado una pequeña victoria personal, periodística, ciudadana y jurídica”, manifestó.

 

No obstante, lamentó que la reforma migratoria aún no establece el hecho de entrar y salir de Cuba como un “derecho inherente, por el mero hecho de haber nacido en esta isla. Eso es una limitación importante”.

 

En los últimos años, la autora de Generación Y ha sido una de las voces que más ha denunciado lo que ella denomina el “absurdo migratorio” de Cuba, donde salir del país legalmente requería del permiso de las autoridades y de engorrosos, caros y restrictivos trámites.

 

La mayor parte de esas limitaciones han quedado suprimidas con la reforma que entró en vigor el pasado 14 de enero y ahora sólo es necesario tener el pasaporte en regla y el visado que exija el país de destino para viajar al extranjero.

 

Sin embargo, se mantienen restricciones ya que, por ejemplo, se pueden denegar pasaportes por razones de “interés público” o “seguridad nacional” y para determinados profesionales considerados “vitales” para el país es todavía necesario un permiso especial de las autoridades.

 

En las últimas semanas, el Gobierno ha concedido pasaportes a críticos como Sánchez y disidentes como la líder de las Damas de Blanco, Berta Soler, pero no los ha autorizado para ex presos políticos excarcelados los últimos años y cuyas condenas siguen vigentes.

 

“Tengo algunos amigos que no podrán salir por múltiples razones: porque no les han otorgado el pasaporte o porque son prisioneros de la ‘Primavera Negra’. También otros que no tienen los recursos para viajar”, destacó Sánchez.

 

En su caso, la afamada bloguera se desquitará de los años de negativas para viajar en una amplia gira que comenzará en Brasil, donde cumplirá una cargada agenda que incluye conferencias sobre libertad de expresión y derechos humanos así como la presentación del documental del cineasta Dado Galvao “Conexión Cuba×Honduras”.

 

Otros de sus destinos serán la República Checa, Alemania, Suecia, Suiza, Italia y España, donde entre otros eventos asistirá en Burgos a un congreso sobre internet entre el 6 y el 8 de marzo.

 

Sánchez también visitará México, Perú y Estados Unidos, donde impartirá conferencias en varias universidades y donde visitará las sedes de Google y Twitter.

 

Además de sus reclamaciones por la normalización migratoria, otra demanda constante de Yoani Sánchez es su reivindicación de un acceso libre a internet, cuyo uso particular en Cuba está fuertemente restringido.

 

Por eso uno de sus deseos en este viaje es “navegar por internet sin censura, sin sitios pinchados y sin tener que pagar seis CUC (peso convertible, equivalente al dólar) por hora”, en torno a 4,5 euros.

 

Sin que nadie mire sobre mi espalda en qué portal estoy navegando”, dijo la bloguera, que es una activa usuaria de la red social Twitter a la que accede desde la isla “a ciegas” desde un teléfono móvil.

 

Yoani Sánchez se va de Cuba pero para volver dentro de unas semanas sin temor a que las autoridades no la dejen regresar.

 

Yo reúno todos los requerimientos legales para el retorno. Si me impidieran la entrada legal, lo único que me convertirían es en una balsera en dirección contraria, así es que no creo que lo hagan”, afirmó.

 

Tras la flexibilización migratoria, la bloguera recuerda que en Cuba quedan todavía muchas reformas pendientes, como la despenalización de la discrepancia, la libertad de expresión y asociación o el permiso para crear medios de comunicación libres e independientes.

 

En fin, hay muchas reformas por delante, creo que las más importantes están en el campo político, donde apenas se han dado pasos”, destacó.

 

 

Lo regularmente irregular que es Cuba

7 de febrero de 2013

 

La bloguera Yoani Sánchez, quien se apresta a viajar a Brasil, dijo en una entrevista que publica este jueves el diario Folha de Sao Paulo que le entristece el hecho de que su viaje sea “noticia”, pues revela las “anomalías” de Cuba, reportó EFE.

 

Sánchez obtuvo el mes pasado el pasaporte que tramitó cuando entró en vigor la reforma que supuestamente facilita a los cubanos los viajes al exterior.

 

Su primer destino será el estado brasileño de Bahía, hacia donde partirá desde La Habana el próximo 17 de febrero, invitada por el cineasta Dado Galvao para una presentación del documental Conexión Cuba×Honduras, en la que ella es una de las entrevistadas.

 

La bloguera dijo que escogió Brasil como primer destino porque en el país “hay muchas personas que lucharon” por su derecho a viajar, entre las que citó a Galvao y a senadores que no identificó, pero que “hicieron lo imposible” para que pudiera salir al exterior.

 

Esa “solidaridad” también hizo posible conseguir su billete, que será pagado gracias a una iniciativa de Galvao, que recogió dinero entre amigos y conocidos para costear el viaje de la bloguera.

 

Sánchez reiteró al diario Folha de Sao Paulo que la obtención del pasaporte y su inminente viaje le causan una “sensación agridulce” y cierta tristeza.

 

No debería ser noticia que una persona tenga un pasaporte y pueda subir a un avión”, declaró la bloguera, quien apuntó que esas “cosas” confirman “lo regularmente irregular que es Cuba”.

 

Sánchez también dijo que se “entristece” por “las personas que no tendrán un pasaporte”, entre los que citó a los ex presos de conciencia.

 

 

The Story of Yoani Sánchez

Enero de 2012

Yoani, una cronista muy incómoda para Fidel Castro

Manuel Castro Rodríguez

16 de noviembre de 2009

 

El 7/11/2009, la agencia de noticias EFE reportó la denuncia formulada por Yoani Sánchez: “Fui secuestrada al peor estilo siciliano, con violencia verbal, física, llaves de inmovilidad, rodillazos”, por policías vestidos de civil. Otras agencias noticiosas y periódicos de América y Europa difundieron la noticia y entrevistas que le hicieron a Yoani; entre esos diarios se encuentran el español Público (http://www.publico.es/internacional/267745/policia/cubana/detiene/maltrata/yoani/sanchez) y el británico The Guardian

(http://www.guardian.co.uk/technology/2009/nov/09/blogging-freedom-of-speech), que son periódicos de izquierda.

 

Tal parece que ha sido identificado uno de los agresores, ‘el agente Rodney’. Esto se deduce de ‘Reto a duelo (verbal)’, escrito por Reinaldo Escobar, el esposo de Yoani, donde se muestra su foto (http://www.desdecuba.com/reinaldoescobar/). Dada la gravedad de la denuncia formulada, el gobierno cubano tiene que realizar una investigación exhaustiva y emitir un informe.

 

Yoani ha demostrado un coraje inaudito, ya que Cuba “sigue siendo el único país de América Latina donde se reprimen casi todas las formas de disidencia política. El gobierno continúa imponiendo el conformismo político a través de procesos penales, detenciones de corto y largo plazo, hostigamiento de personas a través de manifestaciones masivas, vigilancia, advertencias policiales y restricciones de viaje”, según Human Rights Watch.

 

Yoani Sánchez es una filóloga y joven madre cubana, que ha alcanzado fama mundial por Generación Y (http://www.desdecuba.com/generaciony/), blog en que denuncia al poder político mediante una fina prosa donde predominan las metáforas. Generación Y está hospedado fuera de nuestra patria, ya que el Estado es el “patrón absoluto de la parcela de ciberespacio que nos corresponde”, dice Yoani. Lo mismo le ocurrió a Ángel Santiesteban, uno de los escritores cubanos más laureados. Sólo los incondicionales del régimen pueden lograr hospedaje para su blog en Cuba.

 

Los cubanos tampoco tienen derecho a tener una cuenta de Internet. El Ministerio de la Informática y las Comunicaciones sólo se las autoriza a los extranjeros residentes, los altos cargos del Gobierno y determinados funcionarios. El contenido de Generación Y puede divulgarse nacionalmente gracias a que algunos de los que tienen acceso a Internet lo copian en memorias flash que pasan de mano en mano y después lo graban en CD; con ello se logra burlar el monopolio de la información que tiene Fidel Castro desde hace casi medio siglo. (Ver Panamá América del 26/10/2009).

 

Envío mis textos por email, algunos amigos los publican y me mandan -también por correo electrónico- los comentarios que dejan los lectores. Soy una blogger a ciegas, una cibernauta con una balsa que hace aguas y que logra flotar gracias al apoyo de una espontánea red ciudadana”, declaró Yoani.

 

(Continuará mañana).

 

 

Yoani, una cronista muy incómoda para Fidel Castro (II)

Manuel Castro Rodríguez

17 de noviembre de 2009

 

Yoani se ha convertido en una cronista muy incómoda e inaceptable para el omnipotente Fidel Castro. Yoani obtuvo el premio Ortega y Gasset en 2008. En el prólogo del libro ‘Fidel, Bolivia y algo más...’ que Fidel firmó el 4/6/2008, sin mencionarla por su nombre la acusó de “realizar labor de zapa y prensa neocolonial de la antigua metrópoli española que los premie” y consideró el Ortega y Gasset como “uno de los tantos premios que propicia el imperialismo para mover las aguas de su molino”.

 

El Vaticano destacó el premio obtenido por Generación Y. El arzobispo Claudio María Celli, presidente del Consejo de Comunicaciones Sociales del Vaticano, expresó: “en mayo de 2008 se concedió el premio Ortega y Gasset a un blog cubano como el mejor exponente de Periodismo Digital. El eco trascendió las fronteras de América Latina”.

 

La manipulación es un arte que Fidel Castro domina a la perfección, para lo cual cuenta con el monopolio de los medios de comunicación cubanos y una poderosa maquinaria propagandística internacional. Utilizando la misma diatriba con la que Fidel difama a quien se atreve a decirle la verdad, han publicado una gran cantidad de escritos acusando a Yoani y su esposo de mercenarios, agentes del imperialismo, etc. ¿Por qué no demuestran esas ‘acusaciones’?

 

Yoani se está convirtiendo en un referente moral de la sociedad cubana. Varios de los principales medios de comunicación del mundo han hecho reportajes sobre ella, entre otros The New York Times, The Washington Post, Newsweek, Die Zeit, The Guardian y El País, además de las televisoras alemana y española.

 

La revista Time la eligió como una de las cien personas más influyentes en 2008, ya que “en las narices de un régimen que nunca ha tolerado la discrepancia (...) Sánchez ejerce la libertad de expresión”.

 

Puede ver un Knol -contracción de la expresión inglesa ‘unit of knowledge’-, sobre Yoani en el siguiente enlace (http://knol.google.com/k/yoani-s%C3%A1nchez#).

 

“Ver en calma un crimen, es cometerlo”, nos dice José Martí. Repudio las agresiones físicas y verbales de que Yoani ha sido víctima. A los periodistas que difaman a Yoani y a otros compatriotas por mostrar la realidad cubana, les recuerdo las palabras de Francisco Rubiales, doctor en Periodismo: “No hay un solo caso de periodista esclavo que sea recordado por la Historia, del mismo modo que tampoco merecen el recuerdo los militares cobardes o los médicos al servicio de la muerte. Que quede claro que los periodistas sometidos al poder sólo pueden esperar poder y dinero, pero nunca reconocimiento, honor o respeto”.

 

Los periodistas cubanos saben que millones de compatriotas soñamos con lograr los cambios necesarios para poder construir una sociedad donde reine la triada de libertad, justicia social y paz. Al igual que Félix Varela, el padre de la identidad cubana: “Vemos llegar el momento en que las cosas deben variarse y que lo más prudente sería preparar al pueblo para un cambio político inevitable; pero decir esto es un crimen”.

 

 

Yoani Sánchez

fue secuestrada y golpeada

en La Habana

En noviembre de 2009, dos desconocidos secuestraron y golpearon a las blogueras cubanas Yoani Sánchez y Claudia Cadelo, y al escritor Orlando Luis Pardo Lazo, en La Habana. Sánchez dijo que vio a sus atacantes muy desesperados y con mucho miedo detrás de la acción violenta en su contra, mientras las insultaban y la amenazaban para que no siguieran expresándose. La bloguera independiente dijo que su esposo no estaba junto a ella porque acompaña a su madre que está enferma. Sánchez y Cadelo se disponían asistir a una marcha convocada por un grupo de jóvenes contra la violencia de todo tipo en Cuba. Cadelo y otra amiga que la acompañaba fueron introducidas en una patrulla de la policía cubana, mientras que a Sánchez la llevaron a un auto color negro no identificado, en la esquina de 25 y G, Vedado. Cadelo narró que un agente de la seguridad del Estado la insultó y la calificó de contrarrevolucionaria por su trabajo como bloguera, tras amenazarla de hacerle algo peor.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.