EL TERRORISMO COMO TÁCTICA CASTRISTA-3

Los hermanos Castro, los mayores terroristas nacidos en América

(Parte III)

Manuel Castro Rodríguez

Comandante Domingo René García Collazo
Fue ascendido a comandante por Fidel Castro en enero de 1959, después de haber perdido las dos piernas y una mano como resultado de su actividad terrorista.
Terrorista Bohemia-7-12-1959.pdf
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Exmiembro del Movimiento 26 de Julio

se arrepiente de su actividad terrorista

Domingo René García Collazo

perdió las dos piernas y una mano,

mientras colocaba una bomba

el 12 de junio de 1957

(Revista Bohemia, 12 de julio de 1959, p. 8)

El 27 de mayo de 2002, cuarenta y tres años después de que le tomaran esa fotografía, el exterrorista Domingo René García Collazo reconoce: “Aquí sí se ha hecho terrorismo”. Véase la entrevista que le hizo el periodista independiente José Antonio Fornaris:

 

En una casa de Artemisa, poblado de donde salieron muchos de los asaltantes del cuartel Moncada en 1953, Domingo René García Collazo habla de su época de revolucionario desde el sillón de ruedas al que está unido hace décadas, cuando le explotó una bomba en las manos.

 

Nosotros teníamos distintos trabajos a realizar, mandados por la organización desde La Habana (se refiere al Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro, conocido por las siglas M-26-7). Poníamos bombas, quemábamos caña y (hacíamos) otros tipos de sabotajes. Aquello era terrorismo. En todo el circuito norte (provincia Pinar del Río) teníamos esta forma de operar de acción y sabotaje. El señor Fidel Castro dice que aquí no se ha hecho terrorismo, pero aquí sí se ha hecho terrorismo”.

 

¿Recuerda usted en cuántas acciones de este tipo participó?

 

En varias. A muchos otros miembros de Acción y Sabotaje yo les preparaba las bombas, se las hacía. Cuando se iba a hacer un ‘trabajo’ en un pueblo, en teatros, en fiestas ... a dos miembros se le daba una bomba en un cartucho para que la pusieran en los baños ... pero siempre se trataba de evitar que fueran a cometer un crimen, que hubiera muertos”.

 

Pero eso podía suceder, como sucedió que murieron inocentes.

 

Sí, lógico. Dentro de toda esa cosa, era lógico que tenía que suceder. Me sucedió a mí. Cuando fui a poner las bombas que me quedaban, puse siete primero y me quedaban dos, eran nueve

 

¿Qué día, en qué momento sucedió esto?

 

Sí, mira, cuando fui a poner las bombas que me quedaban, que eran para hacerle daño a las casas de la fábrica La Calera, la fábrica de cemento y la del hermano de Manuel Pérez Galán, había una niña en la puerta de una de las casas y le dije al chofer del ‘yipi’ que diera la vuelta para esperar a que la niña se retirara, porque si ponía la bomba la niña iba a morir. El daño lo íbamos a hacer en un pasillo entre las dos casas, para que las bombas tumbaran las paredes. Pero, bueno... cuando dimos la vuelta, la bomba era para (que explotara a) las nueve de la noche, eran las nueve en punto y la bomba me hizo contacto. Me desbarató las dos piernas, que no pudieron salvarme ninguna, y la mano izquierda”.

 

¿Recuerda la fecha exacta?

 

Sí, el 12 de junio de 1957”.

 

¿Qué edad tenía usted en ese momento?

 

Tenía 26 años. Yo nací en 1930. Hacía un mes que me había casado”.

 

¿Qué sucedió después?

 

Estuve preso en Pinar del Río. Estuve bien todo el tiempo, porque siempre estuve con presos políticos. Luego me celebraron el juicio. Me pedían 17 años y me echaron 14. Luego vino una libertad condicional”.

 

Pudiéramos decir que rápidamente después de esto llegó Fidel Castro al poder y usted, en alguna medida, comenzó a formar parte de ese gobierno, ¿fue así?

 

Bueno, vino Castro (a Artemisa) el 17 de enero de 1959, habló con un capitán ayudante que yo tenía en el cuartel, le dijo que yo pasara al parque, que él quería hablar conmigo. Pude entrar al parque, los compañeros me llevaron. Me abrazó y, delante del pueblo, anunció que me daba el grado inmediato, que era el de comandante (grado máximo del ejército rebelde). Ese mismo día me nombró segundo jefe del regimiento de Pinar del Río. Escalona (Juan) era el jefe del regimiento”.

 

¿Cuáles eran sus ideas políticas cuando usted comenzó a luchar contra el gobierno de Fulgencio Batista?

 

Yo no tenía idea política alguna. Mi padre tenía camiones. Yo tenía cinco camiones. Yo fui agente de tres agencias de refrescos (soda), entre ellas la Orange Crush y la Royal Crown Cola, que eran compañías americanas. No me interesaba para nada la política”.

 

¿Por lo que narra infiero que usted era uno de los jefes del M-26-7 en Artemisa?

 

Sí, yo era uno de los jefes”.

 

¿Sabía usted lo que era el comunismo en esa etapa, simpatizaba con el comunismo?

 

No, yo no sabía lo que era el comunismo ni lo que era el socialismo. Ese tipo de sistema nunca me interesó. Yo aspiraba a una democracia. Por eso luché, para vivir en democracia, para vivir en libertad”.

 

A más de 40 años de haber pertenecido usted al Grupo de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de Julio, de haber construido artefactos explosivos y de haber colocado muchos de ellos en distintos lugares, ¿cree que el terrorismo es un método válido de lucha?

 

No, fue un error. Considero que nunca se debió haber hecho. Aunque aquí se dice que no se utilizó el terrorismo, esta revolución se hizo a base de terrorismo. Y lo tengo por experiencia propia, te lo puedo demostrar... te lo estoy demostrando. Mi estado físico, como quedé ..., deprimente. Eso, el terrorismo, lo detesto completamente”.

 

El hombre hace una pausa y ratifica: “No creo que el terrorismo conduzca a ningún gobierno a nada. Aquí se dice que no hubo terrorismo pero sí, aquí se hizo esta revolución a base de terrorismo”.

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José Martí: El que se conforma con una situación de villanía, es su cómplice”.

Mi Bandera 

Al volver de distante ribera,

con el alma enlutada y sombría,

afanoso busqué mi bandera

¡y otra he visto además de la mía!

 

¿Dónde está mi bandera cubana,

la bandera más bella que existe?

¡Desde el buque la vi esta mañana,

y no he visto una cosa más triste..!

 

Con la fe de las almas ausentes,

hoy sostengo con honda energía,

que no deben flotar dos banderas

donde basta con una: ¡La mía!

 

En los campos que hoy son un osario

vio a los bravos batiéndose juntos,

y ella ha sido el honroso sudario

de los pobres guerreros difuntos.

 

Orgullosa lució en la pelea,

sin pueril y romántico alarde;

¡al cubano que en ella no crea

se le debe azotar por cobarde!

 

En el fondo de obscuras prisiones

no escuchó ni la queja más leve,

y sus huellas en otras regiones

son letreros de luz en la nieve...

 

¿No la veis? Mi bandera es aquella

que no ha sido jamás mercenaria,

y en la cual resplandece una estrella,

con más luz cuando más solitaria.

 

Del destierro en el alma la traje

entre tantos recuerdos dispersos,

y he sabido rendirle homenaje

al hacerla flotar en mis versos.

 

Aunque lánguida y triste tremola,

mi ambición es que el sol, con su lumbre,

la ilumine a ella sola, ¡a ella sola!

en el llano, en el mar y en la cumbre.

 

Si desecha en menudos pedazos

llega a ser mi bandera algún día...

¡nuestros muertos alzando los brazos

la sabrán defender todavía!...

 

Bonifacio Byrne (1861-1936)

Poeta cubano, nacido y fallecido en la ciudad de Matanzas, provincia de igual nombre, autor de Mi Bandera

José Martí Pérez:

Con todos, y para el bien de todos

José Martí en Tampa
José Martí en Tampa

Es criminal quien sonríe al crimen; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.

Escudo de Cuba

Cuando salí de Cuba

Luis Aguilé


Nunca podré morirme,
mi corazón no lo tengo aquí.
Alguien me está esperando,
me está aguardando que vuelva aquí.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Late y sigue latiendo
porque la tierra vida le da,
pero llegará un día
en que mi mano te alcanzará.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

Una triste tormenta
te está azotando sin descansar
pero el sol de tus hijos
pronto la calma te hará alcanzar.

Cuando salí de Cuba,
dejé mi vida dejé mi amor.
Cuando salí de Cuba,
dejé enterrado mi corazón.

La sociedad cerrada que impuso el castrismo se resquebraja ante continuas innovaciones de las comunicaciones digitales, que permiten a activistas cubanos socializar la información a escala local e internacional.


 

Por si acaso no regreso

Celia Cruz


Por si acaso no regreso,

yo me llevo tu bandera;

lamentando que mis ojos,

liberada no te vieran.

 

Porque tuve que marcharme,

todos pueden comprender;

Yo pensé que en cualquer momento

a tu suelo iba a volver.

 

Pero el tiempo va pasando,

y tu sol sigue llorando.

Las cadenas siguen atando,

pero yo sigo esperando,

y al cielo rezando.

 

Y siempre me sentí dichosa,

de haber nacido entre tus brazos.

Y anunque ya no esté,

de mi corazón te dejo un pedazo-

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Pronto llegará el momento

que se borre el sufrimiento;

guardaremos los rencores - Dios mío,

y compartiremos todos,

un mismo sentimiento.

 

Aunque el tiempo haya pasado,

con orgullo y dignidad,

tu nombre lo he llevado;

a todo mundo entero,

le he contado tu verdad.

 

Pero, tierra ya no sufras,

corazón no te quebrantes;

no hay mal que dure cien años,

ni mi cuerpo que aguante.

 

Y nunca quize abandonarte,

te llevaba en cada paso;

y quedará mi amor,

para siempre como flor de un regazo -

por si acaso,

por si acaso no regreso.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Y si no vuelvo a mi tierra,

me muero de dolor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

A esa tierra yo la adoro,

con todo el corazón.

 

Si acaso no regreso,

me matará el dolor;

Tierra mía, tierra linda,

te quiero con amor.

 

Si acaso no regreso

me matará el dolor;

Tanto tiempo sin verla,

me duele el corazón.

 

Si acaso no regreso,

cuando me muera,

que en mi tumba pongan mi bandera.

 

Si acaso no regreso,

y que me entierren con la música,

de mi tierra querida.

 

Si acaso no regreso,

si no regreso recuerden,

que la quise con mi vida.

 

Si acaso no regreso,

ay, me muero de dolor;

me estoy muriendo ya.

 

Me matará el dolor;

me matará el dolor.

Me matará el dolor.

 

Ay, ya me está matando ese dolor,

me matará el dolor.

Siempre te quise y te querré;

me matará el dolor.

Me matará el dolor, me matará el dolor.

me matará el dolor.

 

Si no regreso a esa tierra,

me duele el corazón

De las entrañas desgarradas levantemos un amor inextinguible por la patria sin la que ningún hombre vive feliz, ni el bueno, ni el malo. Allí está, de allí nos llama, se la oye gemir, nos la violan y nos la befan y nos la gangrenan a nuestro ojos, nos corrompen y nos despedazan a la madre de nuestro corazón! ¡Pues alcémonos de una vez, de una arremetida última de los corazones, alcémonos de manera que no corra peligro la libertad en el triunfo, por el desorden o por la torpeza o por la impaciencia en prepararla; alcémonos, para la república verdadera, los que por nuestra pasión por el derecho y por nuestro hábito del trabajo sabremos mantenerla; alcémonos para darle tumba a los héroes cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado y solitario; alcémonos para que algún día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante: “Con todos, y para el bien de todos”.

Como expresó Oswaldo Payá Sardiñas en el Parlamento Europeo el 17 de diciembre de 2002, con motivo de otorgársele el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2002, los cubanos “no podemos, no sabemos y no queremos vivir sin libertad”.